Seguir adelante no es olvidar, es sobrevivir.

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"Mientes cuando afirmas que lograste olvidar a la persona que más has amado en el mundo, lo cierto es que solo tratas de seguir adelante..."

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Víctor

Sigues adelante por orgullo, tratando de fingir que las heridas no te escosen como el infierno. Disfrazas de frialdad tus penas y de indiferencia su recuerdo, pero sabes que no es cierto, que por mucho que la maldigas en voz alta, en silencio la amas igual que siempre.

Te repites hasta el hartazgo que la odias y entre más lo haces es peor la mentira, porque a pesar de todo no puedes odiarla, para eso tendrías que dejar de amarla como la amas. En un arranque de cólera has roto todas sus cosas, tarde te diste cuenta de que no había espacio en tu departamento o en tu vida, que de una manera u otra no te la recuerde.

Está ahí, entre tus sabanas, enredada en tus recuerdos, desnuda con sus infinitas piernas largas, abiertas para ti, para acogerte y perderte en ella, mientras grita y tortura sus labios con los dientes. La llevas metida en la piel como la tinta de esos tatuajes que beso infinidad de veces en sus noches incendiarias.

Quemaste todas sus fotos ¿De qué sirvió? Si te basta cerrar los ojos para verla, para tener su imagen metida hasta la medula. Esta tras tus parpados cerrados, tras tus noches en vela, tras las borracheras y las carreras maratónicas de sexo para olvidarla. Esta en los cuerpos extraños, en los rostros sin dueño, en los labios que besas con sabores distantes.

Esta en la almohada que sofoca tus gritos de frustración y de rabia. Esta como un fantasma que te persigue, que acosa y acecha en cualquier lugar y a todo momento.

Sufres en silencio y sigues adelante, digiriendo con pesadez el miedo que te causo perderla y te obligas a seguir de largo cuando estas a punto de tocar a su puerta. Ignoras esa voz que te dice que lo intentes. Haces que tu orgullo someta tus ansias y continúas pretendiendo que no la extrañas, ni la necesitas.

Has bebido copa tras copa hasta embrutecerte, intentando olvidar hasta su nombre, pero aun en la inconsciencia del alcohol, tirado en tu propia inmundicia, la vez sonriente, con su cuerpo espigado y su rostro iluminado por esos ojos infinitos.

Sigues en ese huracán que te divide, que te sacude hasta las entrañas y en ocasiones piensas que mereces la traición, después de todo no eres un santo. Pero a veces, solo a veces, crees tener todo el derecho de odiarla por ser una infeliz ramera que se metió con tu padre.

Pasan lentos los días y todos parecen igual, nada cambia, la pena continua y tu sigues tu camino, intentando no cruzarte jamás con ella.

Quieres odiarla, aborrecerla, borrarla de tu vida, sin embargo, no puedes olvidarla. Solo te queda intentar seguir a medias con esa vida de mierda que ya no es vida.

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Emma

Sigues adelante fingiendo que nada ha pasado, que todo está bien en el orden normal de las cosas. Continúas despertándote todas las mañanas y de manera instintiva e inevitable cuando el sopor que deja el sueño no se ha retirado, estiras tu mano buscando alguien a tu lado que ya no está ahí. El frio de la cama delata su ausencia y hace que abras los ojos por completo apartando cualquier vestigio de adormilamiento, para darte cuenta de que no importa cuánto sueñes con él y cuando desees que vuelva, ya se ha marchado y no regresara jamás.

Su cepillo de dientes sigue al lado del tuyo, podrías tirarlo, pero te niegas a hacerlo porque al verlo te hace recordar las mañanas que peleaban por el baño y como intentaba hablar con la boca llena de espuma de dentífrico. Su bata preferida sigue en el armario y en los cajones del lado derecho de la cómoda esta su ropa minuciosamente doblada. La almohada del lado de su cama aún conserva su aroma. Lo absurdo es pensar que llevan meses ahí, desde su muerte y hasta ahora notas como te aferrabas a ellos, como si se trataran de tu tabla salvavidas.

Sigues preparando dos tazas de café por las mañanas y compras el cereal que le gustaba, aunque lo detestas. Son costumbres que adquiriste desde que se hicieron pareja y aun cuando ya no este, no puedes evitar seguir con tu pequeña rutina, con esa sucesión de detalles que te lo recuerdan.

Todos los días antes de salir de tu departamento te detienes un momento en el umbral de la puerta, observas en silencio el solitario lugar, preguntándote si alguna vez regresaras y lo encontraras recostado en su sillón favorito, saqueando la alacena o paseado de un lado a otro con solo su bóxer puestos y esa sonrisa socarrona e irresistible adornando su rostro. Contienes las ganas de llorar y cierras, sabiendo muy bien la respuesta.

Sonríes en público para no llorar y lloras a solas en aquel departamento que se ha hecho tan enorme e insoportable, con ese silencio y esa soledad que te devoran lentamente mientras esa almohada suya va perdiendo el aroma y todo lo que te lo recuerda se va llenando de polvo y de vacío.

No se olvidan el amor verdadero, solo intentas seguir adelante lo mejor que puedes, aunque a veces sientas que no sea suficiente.

Se deja arrastrar por la rutina. Llenando los huecos que le dejo el amor en su vida lo mejor que puede, la mayoría de las veces trata de llenar el vacío con jornadas más amplias de trabajo, hasta que el cansancio es tal, que puede dormir en cuanto su cabeza tocan la almohada.

A veces no tiene tanta suerte. Las noches se vuelven eternas y en el insomnio sofocante y desesperado, no pueden alejarlo de su mente, llora y también a veces toma en solitario, abrazada a sus recuerdos y a esa almohada que sus gritos y las lágrimas impregnan con frecuencia. Se deja llevar por la nostalgia y la desazón de que sus aromas se van perdiendo poco a poco.

Siguen adelante, repitiéndose a sí misma que el tiempo lo cura todo, aunque saben de antemano que eso es mentira. El tiempo no cura nada, el dolor sigue, es solo que con el transcurso de los días y las semanas se hace más fuerte para soportarlo y siguen esperando que algún buen día comience a doler menos.

Todo pasa y lamentarse no cambiará nada, ni la hará sentir mejor, así que sigue intentado sobreponerse a la angustia, a esa sensación de estar siempre perdida e incompleta.

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El destino tiene sus propios planes y cuando menos los esperan una pequeña coincidencia puede cambiar la vida de dos personas que nada tienen en común, más que tener un corazón roto que se aferra a seguir latiendo.

Los últimos tres años han compartido espacios comunes, sin toparse una sola vez, sin embargo, esa noche, entre la multitud se han encontrado como si estuvieran destinados a reconocer al fin la presencia del otro.

Después de todo, Víctor y Emma son almas solitarias que han sido profundamente heridas por la ausencia de alguien que han amado profundamente, aunque las circunstancias para cada uno sean diferentes. 

Seguir adelante no es olvidar, es sobrevivir y ambos lo saben. 


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Hola,

He comenzado la edición de esta historia con la finalidad de continuarla. Por razones varias había tenido abandonados mis proyectos, así que creo que ya es hora de retomar poco a poco todo lo que deje en pausa.

Inicialmente esta historia era una adaptación de uno de mis fics "En el Nombre del Padre" para quienes no lo saben es un Dramione y en el, hay un capitulo en particular que habla sobre la perdida de la persona que amas,  fue precisamente ese capitulo del que tome el extracto para iniciar esta historia independiente. Al principio tenia en mente que fuera una historia de un capitulo único, pero decidí cambiar el rumbo de la historia.

Espero poder contar con su apoyo, que esta historia les conquiste a pesar de no ser un Dramione. Saben que pongo mi mejore esfuerzo en cada cosa que escribo y siendo esta una historia original, el compromiso es mayor.

Siempre les he dicho que escribo por y para ustedes mis fieles lectores. Así que tengo mi corazón puesto en esto, esperando que sea de su agrado, que puedan caminar conmigo en este nuevo proyecto y me hagan saber lo que les gusto y lo que no.

Les mando un gran abrazo a la distancia. Cuídense mucho en estos tiempos difíciles. 

Besos

Helena Grand

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