Una charla reconfortante

Algo molestaba a Obito durante el trascurso que estuvo sentando prestando atención en la pantalla. Era sensación de nada sobre su espalda que podía asegurar con deficiencia, y sí es posible, seguro que podía codearse de la sensación. No sé sorprende así mismo de lo mucho que conoce esa particularidad. No es exasperante, no lo es, pero le eriza la piel de los vellos a Obito por alguna extraña razón incuestionable. 

No hace falta preguntarse quién era el que lo observaba, después de todo, atrapó y percibió desde el primer momento que llegó al lugar.

Pero por el momento…

—Dejemos esta charla hasta qué salgamos de aquí. Sería peligroso que alguien esté escuchando, y encuentre un plan para detenernos —Dispone Obito, dirigiéndose a la organización.
Los miembros de Akatsuki no cuestionaron esa verdad irrefutable. Ellos asintieron sincronizados. 

Sí era sincero consigo mismo, le sorprendía que ellos siguieran colaborando con él y de querer detener el sistema Shinobi, eliminando todo aquello que los humanos deseaban. Aunque Hidan y Kakuzu, habían querido algo a cambio por ello, y si dudarlo, aceptó. No era nada, sí eso definía la ayuda de ese dúo definible dentro de Akatsuki.

—¡Muchas gracias sensei, ‘ttebayo!

Aquella conocida voz, hizo que dirigiera sus ojos por dónde provenía, y pudo encontrar al tonto hijo de su maestro abrazando al otro idiota de Kakashi. No pudo evitar mantener sus ojos en dónde estaban esos dos, pero su atención se centró en Kakashi por la extraña escena visual que estaban dando a los demás. Era la primera vez que veía una emoción auténtica cruzar por el rostro de Kakashi, ni siquiera las reflejaba durante sus vigías y visitas camufladas desde la sombra. Kakashi no las realizaba en sus labores habituales dentro de la Aldea.

No sé dio cuenta cuánto tiempo pasó observando, si no fue porqué alguien soltó un comentario. 

—Parece muy interesado en ese ninja que copia ‘hm —Tuvo que obligarse apartar su vista para ver a Deidara y a Hidan, quienes mantenían expresiones burlonas. 

—No digas tonterías —dijo Obito, con la quijada apretada. Era una advertencia. No estaba prestándose para este tipo de burlas, mucho menos para ser el blanco de Deidara y Hidan.

Eso no disipó las burlas que llegaron por delante.

—Vamos, Tobito —Hidan alentó como el bufón que era, al decir ese apodo—: No tiene nada de malo tener esos gustos, claro está, qué es algo que no entiendo, pero no tiene nada de malo.

Obito trató de ignorarlo, podía soportar a Hidan. ¿Pero esto? ¿Qué estaba tratando de insinuar ese inmortal?

Deidara se animó al lado de Hidan.

—Ahora entiendo por qué me hiciste aquella pregunta esa vez. —Deidara movió su cabeza para dar entender su punto, con los ojos cerrados  y los brazos cruzados. No pudo evitar compararlo con cierta mujer de cabello rojo del pasado, pero aquel pensamiento se esfumó ante lo siguiente que agregó Deidara—: No tiene nada de malo fijarse en un hombre. 

Hubo un pequeño silencio sepulcral en la mesa cuando el desertor de Iwa terminó de decir sus palabras. Konan y Pain se miraron de reojo y volvieron al ver a esos tres particularmente. El Uchiha poseía una expresión en blanco en Hidan y Deidara. Presentían que habría una masacre.

—¿Acaso piensan que me gustan los hombres? —Obito gruñó, se dirigió a ellos de manera áspera, sin siquiera alzar la voz, pero era evidente, que no estaba dispuesto a seguir este juego lleno de infantilismo y ser burlado de esta manera. 

—Es muy fácil de ver, ¿sabes? No solo por aquella pregunta, también por las miraditas que le das a ese ninja de Konoha —Apuntó Hidan, y él, no pudo hacer nada más que apretar con más fuerza la quijada que a la la vista, parecía doloroso para sus dientes. Obito se levantó del lugar y se alejó del grupo.

—¿Eh?, ¡¿A dónde vas, ‘hm?!
No se molestó en responderle, no perdería su tiempo en algo totalmente innecesario. Era cierto que aquella vez había dicho algo tonto como aquello, pero era para seguir si identidad falsa como Tobi y nada más. Y sobre Deidara, era un mocoso sin retorno.

[…]

Obito detuvo sus pasos cuando se percató de la presencia de Kakashi en una esquina del salón. Como siempre, se mantenía alejado de los demás, no era algo novedoso. Si era sincero consigo mismo, le había comenzado a incomodar la intensa atención que el Hatake reflejaba en él. Y no podía evitar preguntarse, cómo fue que terminaron bailando esta patético escenario despectivo entre Kakashi y él. 

Estaba tan inmerso en sus pensamientos, que no sé dio cuenta que Kakashi había levantado su cabeza; y girado su rostro a su dirección. Fue cuestión de tiempo, para sentir esa misma sensación que allí estaba de nuevo que tanto odiaba, y le producía se cierta manera, incomodidad. Obito sostuvo por un largo tiempo sus ojos con los de Kakashi un extenso transcurso, hasta que se cansó de juego de quién daba el primer y quién no. Ya estaba harto de todo esto. Y  Kakashi, parecía ni siquiera mover un músculo. Dejó salir una exhalación con fuerza, decidió acercarse al Hatake. 

No era necesario aclarar que Kakashi se encontró de repente tenso en su lugar, sin poder procesar que el Uchiha se acercaba hacía él a pasos lentos. Después de todo, la última vez que tuvieron frente a frente, no habían tenido una buena charla; y Obito, dejó muy en claro las cosas entre ellos esa ocasión. Dudaba en siquiera pedir su ayuda para enfrentar al verdadero enemigo. No sabía si su antiguo compañero estaba dispuesto en realidad actuar, algo que no fuese sus objetivos.
 
Al estar delante de él, Obito se quedó un momento en silencio frente de Kakashi. Ambos hombres tenían expresiones neutrales en sus rostros. En Kakashi, podía notarse el pequeño brillos en sus ojos y la de Obito, era profunda y penetrante. Ninguno se atrevió a apartar o retirar sus ojos uno del otro. Sabían que había muchas cosas de que debían de hablar. Era un terreno que ningunos de los dos hombres había estado dispuesto a tocar ni mencionar, pero era evidente, que ya no podían ignorarse para siempre.

—Obito… —Aquel nombre salió de los labios de Kakashi de una manera suave, cuando estuvieron lo suficientemente cerca uno del otro.  Obito se contuvo de rodar los ojos allí mismo, sin embargo, su expresión impenetrable no se borró de su rostro.

—¿No te cansas de decir mi nombre? 

Hubo otro silencio sepulcro e incómodo, pero Kakashi tomó una respiración profunda, se armó de valor a una duda que era más que evaluable a la impertinencia de Obito, que rondaba por su mente durante el tiempo que Obito declaró, que iba a proseguir su plan con modificaciones. 

—¿Realmente quieres cambiar el mundo ninja por tu propia cuenta?

Ante aquella pregunta, el Uchiha no pudo evitar apretar sus labios creando una fina línea en ellos.

—Si no lo hago yo, nadie más lo hará —Había cierta amargura en las palabras de Obito—. A estas alturas ya deberías de saberlo, Kakashi.

—Entonces ayúdanos esta vez en ir contra Zetsu. —Obito miró a Kakashi profundamente. Kakashi seguía con su decisión recta sin retroceder en pie, el Ninja que copia, mostró su punto—: Cuándo regresemos, él aún creerá que ustedes irán tras de los bijūs para su propio plan. Por lo que ustedes, son los únicos que pueden engañarlo para poder lograr sellarlo, para evitar la aparición de Kaguya.  

Obito no puedo negar ni contraatacar ese punto de Kakashi. Sé quedó evaluando la propuesta, porque si lo pensaba bien, no era de todo malo llegar deshacerse de aquella escoria, después de todo,  necesitaba cumplir su objetivo. Y eso implicaba quitar a Zetsu negro del camino. Pero, sin embargo, Obito no podía amplificar la cruda verdad.

—Eres consiente de que nunca estaré del lado de ustedes, ¿verdad? 

El ninja copia asintió.

—No te pido a qué te unas a nosotros, si no que hagamos una tregua hasta detener al verdadero enemigo, Obito. Piénsalo.

Obito tuvo que considerarlo por unos breve tiempo. Debía de ser cauteloso en relacionarse con los Shinobi, especialmente con los de Konoha. No ayudaba que Kakashi fuera de la Aldea la Hoja, era un hombre quiera o no, no podía romper lazos. Era un recordatorio de lo empeñado que estaba Kakashi de enfatizar, incluso, sí a veces no era con esa intención torrente.

—Sabemos, que después de esto, ustedes los Akatsuki, volverán con su objetivo en querer eliminar el sistema Shinobi —terminó Kakashi.

—Actuaremos detrás de las sombras —aclaró. Kakashi le dirigió una mirada atónita, no esperó que Obito aceptara actuar con ellos, al menos no todavía con todo lo que estaba ocurriendo—. Después de salir de aquí, no mantendremos contacto con alguien de Konoha, no hasta que sea necesario. 

Era un buen trato, y ahuyentaba las narices de algún fisgón indeseado.

—…De acuerdo —Cerró Kakashi finalmente. No podía poner condiciones, no por ahora, ya era suficiente el gran avance de qué Obito aceptara.

El Uchiha chasqueo la lengua, apartando su rostro. El desgraciado debería de  sentirse satisfecho en haber conseguido que cooperará con él. Y como si Kakashi lo hubiera escuchado sus pensamientos, soltó una pequeña risa que capturó su atención definitiva.

—¿Qué es lo que te causa risa? —pregunta Obito con antipatía, pero Kakashi no pareció borrar aquella expresión divertida. El ojo de Kakashi se contrajo en una expresión afectiva que provocó, que Obito quisiera borrar en la expresión del bastardo. No es porque la risa de Kakashi fuera horrible o escandalosa, era todo lo contrario. Era una risa agradable y común, que hasta ahora, nunca tuvo la oportunidad de escuchar. Cuando Kakashi reía no parecía cansado y las patas de gallo se desvanecía. Eso produjo que Obito sintiera un ardor en sí estomago, no queriendo averiguar qué era.

—No eres el mismo de hace días, la última vez me amenazaste en matar a todos, incluyéndome —recordó Kakashi, aligerando la risa. Había cierta irónica en la situación, y Kakashi, como el bastardo que se convirtió, lo sabía; y lo usó en su contra. 

—No te confundas —gruñó Obito. Eso no pareció esfumar el buen humor de Kakashi, que le lanzó una expresión nostálgica y carantoña—. Aún puedo cumplir con aquella promesa, pero por ahora solo les daré una mano para acabar con esa escoria.

Kakashi hace tiempo dejó de tomar de cierta manera, muy enserio las palabras de Obito. Era consiente, que algo debía estar cambiando dentro del Uchiha, con todo lo que había estado sucediendo, Obito debió a ver estado profundamente sumergido en replantear todo de nuevo. Kakashi abrió la boca, pero la cerró de inmediato para observar detenidamente al hombre que tenía al frente, Obito levantó una ceja por eso, notando que Kakashi tenía algo que decir. 

No era sutil en realidad; y con el trascurso de minutos en blancos, con la boca cerrada, aquello no sucedía. Y eso, comenzaba a sacarle de sus casillas de la impaciencia. Obito tenía paciencia, esperó casi dos décadas pata completar el Plan del Tsukuyomi, la paciencia que requería era requerirse, pero Kakashi era un hombre, que por más que Obito replanteara sus virtudes como Shinobi, Kakashi apretaba sus botones. Esto era uno de esos momentos.

El Hatake tenía el cuerpo muy tenso, podía notarlo por sus hombros y el como huía del contacto visual. Obito exhaló con fuerza, compadeciéndose de su ex compañero de equipo.

—¿Tienes algo que decirme? —pregunta con lentitud. Se sorprendía como llegaba a leer a Kakashi como un libro abierto en el presente.

En el pasado, cuando era más joven e impaciente, su constante enamoramiento por Rin evitaba que pusiera atención en su compañero de Equipo. No tenía razones para discernir la actitud del Hatake en ese tiempo, para Obito, Kakashi era un Shinobi pesado que seguía las reglas como una adoctrina, era difícil en descifrar ante su expresión fría, que Obito dijo una vez a Rin, que dé seguro que había nacido con ella, pero ahora todo aquello desapareció, junto con los pensamientos infantiles. Kakashi era diferente ahora, para bien o para mal.

—…Quisiera disculparme por lo ocurrido con Rin —Kakashi había rellenado el silencio con la mención de aquél nombre, que parecía ser un abismo entre ellos. Obito se puso rígido, de manera inevitable sus ojos eran gélidos de nuevo, no obstante, Kakashi no se inmutó y siguió— ; No pude protegerla como te lo prometí, de nada sirvió que me salvarás en aquella ocasión. — terminó de decir.

De cierta manera, Obito sabía que Kakashi era un hombre que parecía fanático de ser mártir y autoflagelación de manera arraigadas. Creyó que todo lo que pudieron ver realizó que Kakashi sacara esa espina de su corazón, al parecer no fue así, se había estado culpando por la muerte de Rin desde hace mucho. Éste Kakashi no se alejaba de su versión futura, y ante ese pensamiento, la irritación inundó a Obito. No sé supone que Kakashi se sienta de esta manera. 

—Deja de vivir en el pasado, no ha sido tu culpa. —Obito dijo de repente. El único ojo visible del ninja copia se expandió, pasmado por la respuesta del Uchiha, Obito sin saber que decir en realidad, improvisó con la única verdad que importaba—. Fue la decisión de Rin morir ante tus manos, no había manera de que pudieras evitarlo —Y era la verdad qué le había costado mucho en poder aceptar. Pero era la realidad, Kakashi tendría que aceptar. No había tenido ninguna culpa de lo sucedido. Todo había sido un plan de Madara para que él llegara a caer en la oscuridad y desesperación; al final, Madara logró su cometido.

Se convirtió un hombre lleno de deseos de venganza, y terminó siendo engañado con el fin de traer de regreso a la Diosa conejo 

Kakashi se quedó en silencio, con sombras en sus ojos. Podía ver el gran cambio que había tenido Obito. No podía percibir rastro de odio en sus ojos antes que todo empezara, era como si volviera ser el mismo de antes.
Pero era imposible. El que había conocido había muerto ya hace tiempo ya. Ahora, el hombre que se encontraba frente suyo era alguien totalmente diferente al de sus recuerdos.

Fue ridículo, pero el corazón de Kakashi latió con fuerza y no utilizaba con razón, sí no lo que podría describir ahora. Las palabras de Obito se sienten como una expiación de una falla intrínseca que persiguió a Kakashi durante 15 años largos de culpa de ver matado a Rin con el Chidori, y ver roto la promesa de Obito. El sentimiento indeleble e inexplicable, sus hombros no sé sienten tan pesados e irregulares. Por primera vez en mucho tiempo, Kakashi puede sentir que todo puede cambiar respeto a este hombre.

—….Gracias, Obito. —La expresión de Kakashi se relajó de nuevo, cerrando sus ojos, sonriendo a través de ellos lo que no se pudo ver a través de la máscara—. La culpa sigue tácita, pero tus palabras ayudan, Obito.

El Uchiha lo miro por un segundo consternado,  desplazando su vista hacia otro lado con color rojo profundo pintando el lóbulo de sus orejas. 

“Pides demasiado Kakashi…” pensó Obito con resigna. Es como el axioma común, que propone que no necesita ser explicado para saber que a partir de aquí, era un comienzo de un sendero sin rencores y la incertidumbre del pasado. Así lo pensó Obito, cuando proyectó a Kakashi y a él mismo más adelante en el futuro, cuando salieran de aquí.
Obito se permitió tener un buen comienzo a un paso a la vez, comenzar con Kakashi, fue un buen comienzo en realidad.

HASTA QUE PUDE TERMINARLO

Tenía pensando que esté capítulo fuera un one-shot, pero pensé que llegaría ser algo importante para más adelante.

Quiero agradecer a ahslypost por ser mi beta reader en este capítulo, ella me ayudó en añadír y modificar unas cuantos -muchos- párrafos. Se lo agradezco un montón ✧*。

También quiero agradecer a Amy-Chan14 quien me dio unas cuantas ideas para este cap.

La verdad tengo como meta en mejorar en mi escritura con una narración más fluida

Espero que les haya gustado el capítulo, muchas gracias por leer mis estrellas

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