0| Busque cobre y encontré oro.
Ashley Wood
Dereck me está evitando o ya cruzo la línea con el infierno.
Hace dos días que no llega a casa y realmente me estoy empezando a preocupar. En los seis meses que estamos conviviendo, jamás se ha ausentado, siempre llega temprano e incluso me espera con la cena lista después de un largo día en la universidad.
Su celular está apagado así que cualquier comunicación que he intentado desde hace veinte horas no funciona.
Él sabe lo mucho que me preocupa su bienestar. No soy una exagerada, realmente uno de estos días puedo recibir la noticia de su internamiento en UCI a causa de una golpiza mortal. Entiendo su pasión por el boxeo, pero hay cosas que últimamente me hacen dudar si apoyarlo es lo correcto.
Tyren, su tío y entrenador, me mataría si supiera de mis dudas, pero también me diría que eso ha surgido porque Dereck está siendo un inmaduro y cuando aparezca, todo volverá a la normalidad. Antes me llevaba mal con Tyren, pero ahora me trata como la hija que nunca tuvo a pesar de que yo no lo vea como una figura paterna y es que el amor de Tyren es difícil de comprender.
Me comunique con él para saber si Dereck tenía una pelea programada para hoy porque sé que jamás faltaría a una. Sin embargo, Tyren tampoco ha sabido nada de él desde ayer.
Un removiendo de estómago, eso sentí cuando escuché su respuesta, es como si el estómago se me hubiera vaciado y la nada se posará con una dolorosa estocada.
Por alguna razón, tengo el fuerte sentimiento de que algo grave le ha pasado, no quiero utilizar la palabra malo porque sino, todo se volvería real y posiblemente la sensación me sobrepase. Mamá dice que no me preocupe, pero no son horas, no es un día, son dos malditos días que no se nada de él.
Mi corazón vuelve acelerar de manera peligrosa.
—Diablos —murmuro.
Me levanto de la cama y empiezo a caminar de un lado a otro, los vellos de mis brazos se han erizado y mi cuerpo ha entrado en un estado de alerta.
Cuando Dereck me dijo iba a seguir luchando clandestinamente no le di importancia y lo apoye en lo que necesitará. Después de todo, el apartamento que alquilamos no se paga solo y mi sueldo ya no bastaba para cubrir la mitad de los gastos que me corresponden. Sin embargo, cuando fuimos a ver una pelea donde los más grandes luchadores se enfrentaban, temí, mis ojos no podían creer lo que estaba viendo. Le rogué a Dereck para que no luche, pero él lo tomo como un desafío y se fue abriendo un camino junto con Tyren.
Dónde yo vi su inminente muerte, él vio la forma de reírse, luchar y vencer al diablo.
Esta no es nuestra ciudad, aquí no hay normas, aquí la gente se mata, todo es más salvaje, violento y cuando entras ya no hay marcha atrás. No son jovencitos inmaduros que dan golpes con descontrol, aquí son adultos con años de entrenamiento que no compiten profesionalmente porque no están hechos para seguir las reglas.
Dereck lo sabía y no le importo, sino fuera por Tyren y el respeto que tiene, Dereck no hubiera salido adelante, no aquí. Tyren le dio intocabilidad fuera del ring porque es muy normal que después algunos jugadores busquen venganza por su humillación y nadie haga nada.
Tierra de nadie.
Hijos del diablo.
Tal vez la suerte se ha acabado. Puede que el karma le escupiera en cara porque puedes estirar la liga tanto como quieras, pero llegará un momento dónde tendrás que soltarla y te golpeada de la peor forma.
Dereck ha derribado a muchos, es el maldito campeón, el mejor en poco tiempo y mientras estoy sola en nuestro departamento, puede que alguno de sus enemigos haya querido buscar venganza, incluso pudieron aliarse y dejar el cuerpo de Dereck sobre una fría losa de la ciudad.
El hueco en mi pecho se hace más profundo y un terrible hormiguero me estremece.
El único lugar donde no he buscado durante todo el día es en el complejo donde se desarrollan las peleas y varias personas de ese mundo se reúnen para tomar un par de tragos junto con sustancias lícitas. El ambiente no es realmente un asco, si le faltan el respeto a una mujer te defienden, pero si entre hombres se inicia una cresta, se alejan y observan el espectáculo gratis.
Bonito, pero también absurdo. Cómo si una mujer no pudiera darles un espectaculo que sería incluso de mejor calidad de lo que ven diariamente.
He ido solo un par de veces y nunca falta la sangre de algún tipo siendo chorreada contra el suelo. No es mi tipo de sitio donde me sienta cómoda, pero por Dereck estoy dispuesta a soportar las náuseas.
Media horas después, sin más remedio, estoy saliendo del apartamento con las llaves en mi mano y mi celular entre mi ropa. Llevar un bolso es un robo asegurado.
En el camino trato de llamar a Tyren para que me dé el encuentro, pero su celular se suma al de Dereck en un completo silencio.
Tenían que se familia.
Tomo un taxi que me deja a un par de cuadras del complejo. No entro por la puerta principal que da al gimnasio, sino por una entrada que me lleva a un espacio que me recibe con el olor a alcohol barato con egocentrismo.
Mis fosas nasales sufren.
Hay una fiesta, de quién sea es lo menos importante, pero tal vez Dereck está presente entre la multitud. Con una mueca de asco me abro paso entre las personas que ignoran mi presencia así cómo yo evito tocar sus cuerpos.
Mi primer paradero es el ring, en otro espacio, pero al ver que está completamente oscuro, vacío, dirijo mis pasos hasta la fiesta, en específico a la única barra central de licores.
Repaso mi visión por todos lados y vuelvo a hacerlo al no encontrar rastro de Dereck.
—¡Ashley! ¿Qué demonios haces aquí? —me giro ante la mención de mi nombre. Por un segundo creo que es él, pero de inmediato el rostro de Thomas, un compañero de clases y también colega de ring de Dereck, mata mis esperanzas.
—¿Dereck está aquí?
—Por supuesto, desde anoche se ha quedado a dormir —un alivio y enojo me consumen— ¿Problemas en el paraíso?
Ignoro su pregunta y doy un paso adelante con la mejor cara de amenaza que tengo.
—Llevame con él —demando.
Thomas alza sus manos al aire y suelta una risa para después pasar su brazo por mis hombros y llevarme con él.
Pasamos por unas cuantas parejas besándose para que mis ojos, por fin, se encuentren con el sano y vivo cuerpo de Dereck.
Está sentado despreocupadamente sobre un sofá negro con un amigo a su costado y una mujer al otro. A su al frente se encuentra un sujeto que lanza unas cartas a la mesa de al centro, este suelta una risa y Dereck con sus acompañantes sueltan un bufido con amargura.
Evalúo su rostro con detenimiento para ver si tiene algún tipo de herida o fractura que le haya impedido comunicarse conmigo, sin embargo está sano, sin ningún rasguño. Veo rojo. La chica de su costado le dice algo y él suelta una risa a todo pulmón.
Entonces, sus ojos decaen en los míos.
Se tensa.
Si imbécil, estoy aquí.
Es bueno que esté asustado, sabe que la ha cagado y lo he descubierto. Yo angustiada por su bienestar y él apostando, divirtiéndose.
Me alejo del toque de Thomas y voy con grandes zancadas a Dereck.
—¿Se puede saber por qué no me contestas las llamadas? —me planto al frente haciendo que Dereck se recline y levante la cabeza para verme.
—Hola, Ashley ¿Cómo te va? Te presento a mi hermana Kalesi —dice Bralow, el chico sentado en la parte derecha del sofá, apuntando a la chica del otro extremo.
—Contigo no estoy hablando —lo ignoro sin quitarle la mirada a Dereck.
Él pasa sus manos por su cabello azabache y mira a sus acompañantes.
—Déjennos a solas. —su voz está tan fría como su aura— Tú también Thomas.
Escucho un par de maldiciones y burlas, pero una vez que me aseguro de que no hay nadie, me siento en el sofá y mantengo mis ojos sobre los suyos.
—Responde —exijo.
—No somos pareja para que me vengas a reclamar —dice con simpleza.
Increíble.
—Oh, cállate, no me vengas con eso ahora. —volteo los ojos— Dado que estás en perfecto estado dime por qué me estás evitando.
—No lo estoy haciendo —cruza sus brazos y recuesta su espalda.
—Cuando acordamos vivir juntos, volver a ser amigos, las mentiras no estaban en ninguna parte del contrato.
—No recuerdo haber firmado nada, de hecho podría decir que me obligaste a alquilar un apartamento juntos, ya que no estabas cómoda con la presencia de un extraño, ni te alcanzaba el dinero para mantener una vivienda sola.
—¡No te obligue a nada! Los amigos se apoyan.
—Pues me siento obligado, no puedo tener a ninguna chica en mi cuarto porque luego te estás quejando de los gratificantes sonidos que provoco.
¿En serio acaba de poner esa excusa?
—¡Eso no es cierto!
—Me hiciste toda una escena la última vez, Ashley. Apestas ocultando tus celos.
De pronto, el enojo se va y una terrible vergüenza me aborda. Mis mejillas rojas son la prueba.
Lo que dice Dereck es mentira, no estoy celosa de ninguna de sus aventuras de una noche ni tampoco de una potencial novia, solo me pone de mal humor no poder dormir en paz gracias a los gemidos de las peculiares damas que trae al departamento.
No es un mujeriego, se divierte, está joven y soltero. Sería el compañero de piso ideal si no fuera por la cosa que le cuelga entre las piernas que lo obliga a pecar, realmente no lo culpo, no es que pasará todos los días, en los seis meses que estamos conviviendo a penas son cuatro las mujeres que ha traído. Yo misma disfrutaría cómo él si no estuviera tan reacia a la idea.
Sin embargo, que me eche en cara todo esto me hace querer fastidiarlo y darle verdaderas razones por las cuales se tenga que desaparecer dos días.
—Bien, me buscaré a otro roomie si tan encadenado te sientes.
Dereck achina sus ojos y su manzana de Adán se mueve de arriba a abajo con lentitud.
—No —responde tajante.
—¿No? —inquiero con burla.
—No.
—Eso pensé, pero si vuelvo a escuchar otra queja mañana mismo consigo a otro, con las mujeres temo no llevarme bien. —acoto— Por cierto, creo que Thomas está buscando otro inquilino en su casa, sería una buena opción.
Dereck bebe de su vaso lleno de un líquido amarillo y después me mira.
—Thomas quiere meterse entre tus piernas virginales ¿Eso es lo que quieres?
—Un año y meses no me hacen virgen nuevamente. —arrugo mi nariz— Además si quiero retomar mi vida sexual, Thomas sería una fantástica opción, tu mismo has visto como pelea, sus venas se marcan sobre su piel apetecible y...
—Basta, —levanta su mano silenciando mi relato— tú ganas.
—Siempre gano. —le guiño un ojo— Ahora dime por qué me has estado evitando o tendré que obligarte a escucharte cosas que no te gustarán.
Dereck toma una respiración profunda y se acomoda para que sus rodillas apunten en mi dirección. Masajea su mandíbula inspeccionando mi rostro y después se digna a hablar.
—Encontré a Adrián.
Golpe bajo, pero excelente jugada.
—Gracioso, ahora dime la verdad —casi puedo visualizar como construyo un muro para protegerme.
—No estoy jugando, de verdad lo he encontrado, te lo prometí y yo jamás falto a mi palabra —su falta de gracia me da por sentada sus palabras.
Suelto un suspiro y me hundo por completo en el sofá.
Seis meses.
Veinte y sies semanas de no saber nada de él, no dejo ningún rastro, se convirtió en maldito polvo que se esparció por todo el mundo, haciendo imposible seguir su rastro.
Hice de todo lo que estaba en mis manos para encontrarlo, estuve mantuviendo contacto con Beatriz para intercambiar información, pero tanto ella como yo hemos estado en un limbo sin salida. Temí por un instante que pasará lo mismo que con Jeremy, pero después de un tiempo Adrián empezó a llamar a Beatriz e informarle que todo estaba bien. Nunca decía su paradero, nunca se escuchaba nada de fondo y nunca le pidió dinero a su madre para solventar sus estudios.
Adrián Irman no solo abandono la ciudad dónde creció sin despedirse, sino que también se volvió un completo fantasma, uno que atraviesa el puente de la vida en ocasiones, pero incluso la partida de un ser querido sana con el tiempo y con él solo crece hasta el punto de estar dispuesta a todo por volver a verlo.
—¿Dónde está? —digo con la voz tensa, lo que ha dicho Dereck es como un sueño.
—A seis horas de aquí, al parecer tuvo la misma idea que tú y decidió asistir a la universidad más lejana. —proceso cada información— El destino los quiere juntos.
—¿Cómo te enteraste?
—Un familiar estudia ahí, se transfirió este año y no imaginas la sorpresa que se dio cuando lo vio en el campus.
Despacio, una tensión se apodera de mi espalda.
—El único familiar que tienes y que conoce a Adrián es Dalesa.
—Sí.
—¿Ellos... —no puedo continuar la pregunta— ¿Sabes algo?
—No están juntos. —asegura— Ariel se encargó de contarle lo que hiciste y créeme que está agradecida.
Hago un gesto de negación.
—Luke aún mantiene su vídeo, realmente no hice nada valorable. Comprendo si sigue molesta.
Dereck jadea y se recompone para sujetar mi barbilla.
—Me ayudaste a conseguir un vídeo que combatiera el de Luke, puede que esté lejos de ti hora mismo, pero su familia se hunde si por alguna casualidad decide filtrar su prueba. —dice con orgullo— Al alejarlo de ti también la salvaste, no sabes lo tensa que vivió Dalesa por años, aflojaste esa cuerda en su garganta. Ella no te odia.
Me alejo de su toque y entonces bebo un poco de su bebida para seguir con la charla.
—¿Qué conseguiste?
—Dalesa me paso una cuenta de Instagram que utiliza y su número telefónico para que pudieras llamarlo.
—Dámelo —de inmediato saco mi celular del pantalón y espero que me dicte el número.
—¿Ahora?
—Ahora.
Dereck termina de beber el contenido del vaso con licor y después saca su celular para empezar a dictar el número telefónico. Mis dedos tiemblan con nervios a medida que voy rellenando las casillas y cuando aprieto el botón de llamar aguanto la respiración.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Nada.
Adrián no contesta.
Aprieto fuertemente mi celular y tengo que contar hasta tres para calmarme. Soy una combinación de nervios y confusión.
Miro a Dereck en busca de tranquilidad, pero en ese momento, que sus ojos negros me miran, me acuerdo de lo más esencial de todo.
—¿Por qué me estabas evitando por esto? —inquiero.
—Temo que vayas a buscarlo y que te rompan el corazón de nuevo —confiesa, pero hay algo en su voz que me indica que no es completamente todo.
—Yo se lo rompí primero
—Eso no le da derecho.
Sin más, vuelvo a apretar el número recientemente agendado y esta vez la llamada si es contestada.
Mi garganta es atravesada con una imaginaria espada al escuchar una respiración al otro lado y lo que sigue, me hace querer soltar mi último suspiro para poder descansar en paz.
Mierda.
Confiesen 🌚 ¿Lxs asusté con una relación entre Ashley y Dereck? Yo creo que sí, pero me gustaría leerlxs *inserta risa malvada*
Opiniones del capítulo 🥺❣️
Recordarles que me sigan en mi Instagram para que se ganen con adelantos, respuestas y spoilers (ayer solté una 👀) 💞.
Gracias por leer ✨.
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