Así, ha terminado la primera parte de esta historia. Y una semana después de lo último que llegamos a ver, muchas cosas, habrían sucedido. Miles Morales, habría logrado decirle a sus padres sobre la relación que él tenía con una chica a distancia que, aparentemente, vivía en otro país, (si, ese fue el revertimiento de tuercas) mientras que Peter Parker se habría dedicado, por enésima vez, en cuerpo y alma, a proteger a Nueva York, a ser un buen sobrino, lo más que se puede con ser un buen amigo, y a atender algunos asuntos personales con la fundación F. E. A. S. T.. Respecto a Deadpool, él no estaría de acuerdo con que Spidey le haya hecho posponer indefinidamente la fiesta que lo ayudaría a recuperar algo o mucha de su salud, así que comenzaría a pensar en una idea que obligaría a Spider-Man a irse por un tiempo y a dejar que su identidad secreta, quien quiera que sea, salga del estado de hipnotismo y termine arrastrándose hacia un asiento en Hellhouse, donde una persona especial lo estaría esperando con un vestido escotado, peinado perfecto, curvas flamantes y aroma a frambuesas y a femenina juerguera. También con los brazos abiertos.