《8》
La discusión entre la pelinegra y él de ojos esmeraldas no daba tregua, era matar o morir, ambos se insultaban de una manera sutil, él de cabellos alborotado tenía el control como siempre solía ser ante cualquier circunstancia. Le encantaba lo difícil y si eso difícil era una mujer pelinegra, capaz de desafiarlo sin miedo alguno.
- Estoy segura de que soy buena en lo que hago - Contestó Milk con dignidad y a puntó de explotar - Y, si te hubieras molestado en leer mi currículum, sabrías que la escuela en la que trabajado ha cerrado.
- ¿Y la situación laboral es tan mala que te vistes obligada a trasladarte a la otra punta del país? - Rió ante lo dicho, sabía que eso le estaba irritando a la pelinegra.
- ¿Estás diciendo que sólo buscan trabajo la gente que ha sido rechazada en algún empleo? - Preguntó arqueando una ceja.
- Estoy diciendo que una mujer como tú no duraría ni diez minutos aquí antes de aburrirse, y que los niños merecen continuidad - Contra ataco.
Milk alzó la barbilla y contestó - Señor Son, no sabe nada de las mujeres como yo.
Él soltó una carcajada - Te sorprenderías.
Milk levantó las manos irritada - No importa lo que diga, ¿Verdad? Nunca me escucharás porque ya te has formado una opinión sobre mí.
- Mi opinión personal no tiene nada que ver con todo esto - Metiendo una mano en su bolsillo en señal de relajación.
- Afortunado tú - Respondió Milk burlonamente.
- Mi hermana es tú propia jefa.
Deseando que su blusa fuera más gruesa, Milk se cruzó de brazos para disimular la reacción física que había tenido su cuerpo ante el magnetismo animal que se escondía tras la aparente indiferencia que mostraba aquel hombre.
¿Cómo era posible odiar a un hombre y seguir siendo una víctima de su potente atractivo?
- Hablas como si fuera algo malo - Suspiró - Aunque supongo que para ti lo es.
Era evidente que él no era él tipo de hombre que consideraba como algo positivo el hecho de que una mujer tuviera opinión propia. Era fácil imaginar cuál era el tipo de mujer que le gustaba, aquellas que actuaban como si cada palabra suya fuera oro puro, sólo porque era un hombre rico y famoso. Bueno probablemente por otros motivos.
Cerró los ojos con fuerza. Nunca se permitiría ser víctima de un hombre prepotente.
- Parece que mi hermana confía en ti - Milk abrió los ojos y posó su mirada sobre sus labios sensuales. Al instante, sintió un nudo en el estómago.
- Si no cumples sus expectativas, te arrepentirás - Dijo él.
- ¿Esto es una amenaza, Goku Son? - Preguntó ella al cabo de unos instantes.
Él arqueó una ceja - Es un hecho, Milk Ox - Respondió él. Milk alzó la barbilla y lo miró fijamente.
Goku le sostuvo la mirada un instante después se fijó en la base de su cuello y el comienzo de su escote, imaginando como sería besarla en ese lugar mientras cubría con su mano la provocativa curva de sus senos. Respiró hondo y contestó.
- No tolero que mis empleados sean incompetente.
- No soy tu empleada - Respondió Milk - Ahora si me indicas el camino, podré sacar las cosas del coche y empezar mi trabajo - Comentó ya irritada de tanta dime y diré entre el señor Son y ella.
- Estás en mi casa. Y yo pongo las reglas - Habló con tono prepotente.
Pasó a su lado y se marchó. Milk permaneció inmóvil unos minutos porque no se atrevía a caminar con sus piernas temblorosas. Siempre había pensado que los hombres autoritarios tenían inseguridades.
¡¡Si Goku tenía una inseguridad la disimulaba muy bien!! - Pensó Milk - Este es sólo el comienzo de mi infierno - Murmuró.
[•••]
Durante su segundo día en la mansión Son, después de dejar a Marron en casa de su amiga Lucía, Milk se dedicó a explorar una zona de la mansión que a la pequeña Marron le habría resultado difícil recorrer, aunque a veces era complicado convencer a la pequeña de que tenía ciertas limitaciones.
Cuando regresó a la casa, Milk se sentía mucho más relajada y de buen humor. Además, se alegraba de que ese día Goku no aparecería en el momento más inesperado. El día anterior había tenido la sensación de estar vigilada y allá donde iba se encontraba con él, Milk pensaba que era pura casualidad el encontrarselo repetidas veces, pero atando cabos pensó que él la vigilaba. Clare, que trabajaba como ama de llaves, le contó que los lunes por la mañana Goku viajaba a la capital este de Japón y que regresaba a mitad de semana, Milk sintió ganas de besar a la ama de llaves por la agradable noticia.
Pasar unos días a la semana sin él haría que la situación fuera más soportable. No esperaba que él se retractara, pero pensaba que aceptaría la situación y que permitiría que realizara bien su trabajo, pero a juzgar por lo que había sucedido el día anterior, se había equivocado, aquello no terminaría pronto.
Milk no podía hacer nada al respecto. Marron era la sobrina de Goku y ella no podía impedir que la viera. Además, la niña lo adoraba, él era su héroe.
Pero no permitiría que él la machacara, sabía que el estaba buscando una escusa para deshacerse de ella, y no estaba dispuesta a dársela. Tratando de no pensar en él oxígenado, miró el reloj y vio que faltaba una hora para ir a recoger a Marron.
Recordó que se había descargado un libro de wattpad para leer durante el viaje, y decidió entrar a la mansión por la puerta lateral. El lugar era un auténtico laberinto, pero ya sabía la puerta más directa hacia su cuarto, esta vez decidió tomar otro camino sabía que Goku su verdugo y juez como lo tachaba no estaba. Una de las habitaciones tenía la puerta abierta, y Milk no pudo evitar fijarse en las estanterías llenas de libros y en la chimenea reflejado en un espejo enorme.
Aunque opinaba que leer en su app favorita, wattpad, tenía muchas ventajas puesto que le encantaba dejar su comentario ante una situación que le gustara o no le gustara, no le parecía lo mismo que un libro de verdad.
Asomo la cabeza por la puerta y se dedicó a entrar. Respiró hondo y suspiró.
- Es posible que esté loca pero me encanta el olor a libros - Habló al ver la decenas de libros que tenía por escoger.
- Hay olores peores - Como el aroma que desprendía su cuerpo, y que él había percibido cuando ella estaba en el pasillo.
- Milk padeció, volteó la cabeza y vio que Goku se levantaba de una silla que estaba frente a la ventana. Tragó saliva y sintió un nudo en el estómago.
- No estás aquí - Habló Milk nerviosa.
Él arqueó una ceja y la miró de forma irónica.
- Quiero decir, pensaba que estabas de viaje, si no, no habría...
- Te atrapé... - Habló divertido.
- Lo siento si entre donde no debía pero esta sala es maravillosa - Dijo ella.
- Estoy de acuerdo - Respondió Goku colocándose en el marco de la ventana.
La miró fijamente en silencio y ella no pudo evitar imaginar escenas salvajes con aquel hombre. Era fácil pensar en su musculatura fuerte y en su piel suave.
Milk pastañeó dos veces para tratar de borrar las imágenes eróticas que invadían su cabeza.
- Es aquí donde trabajo cuando estoy en casa - No había estado trabajando. La tensión que sentía hacia ella le resultaba imposible concentrarse.
- Lo siento si te molesté - Dijo, al ver que sonaba poco convincente - De verás - Añadió.
Milk se fijó en que Goku apretaba los dientes y se preguntó por qué se habría empeñado en querer hacer las cosas bien si su disculpa sólo había servido para conseguir que pareciera más enfadado. Si no lo hubiera visto comportarse de otro modo con su sobrina, habría pensado que era su actitud habitual. El hombre que había visto Marron no se parecía en nada a aquel monstruo odioso y cavernícola.
Ella dio un paso hacia atrás - Te dejaré tranquilo.
Goku se secó la boca con el dorso de la mano. Un par de segundo más y se convencería de que sólo con besarla tendría suficiente, el siguiente paso sería decidir que podría acostarse con ella sin consecuencias. No estaba seguro de por qué la deseaba tanto, pero sabía que no se quedaría tranquilo hasta que sacara a aquella pelinegra de su casa, de su vida y de su cabeza. Y le habría resultado más fácil si Marron no se hubiera llevado tan bien con Milk Ox.
Incapaz de contenerse, posó la mirada sobre sus labios rosas y apetitosos. Una vez más los imaginó hinchados por los besos y mordidas que él le haría. Irritado por su falta de control, trato de no pensar en ello.
- ¿Dónde está mi sobrina? - Milk que estaba a punto de retirarse, volvió desde la puerta.
- Está jugando en casa de una amiga - Se retiró un mechón de pelo de la mejilla, molesta por el tono defensivo que había empleado.
- ¿Así que en cuanto tienes la primera oportunidad le cedes tu responsabilidad a otra persona?
Al oír sus palabras, Milk apretó los dientes y lo miró con frustración. Aquello era ridículo.
- Marron está jugando con una amiga. No la he encerrado para irme de compras ni nada peor - Negó con la cabeza y se dirigió hacia él enfadada.
Se colocó frente a Goku con las manos sobre las caderas, alzó la barbilla y habló molesta.
- En cualquier caso, ¿Por qué estás aquí hoy? ¿Es posible que quisieras quedarte para acosarme un poco más, simio idiota?
- ¿Acosarte?.
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