《7》

Milk se sentía a desfallecer, tener en frente a ése hombre que la humilló en busca de su sueño y para colmo de ella se sentía atraída por el oxígenado como ella lo llamaba.

- Lo siento, no debería de estar aquí, pero es que me confundí en la tercera escalera - Su risa temblorosa contrastaba con frío silencio.

Goku se sorprendió al ver que la mujer a la que había estado maldiciendo mentalmente aparecía entre uno de los grandes floreros que adornaban la mansión. Contra la pared de piedra fina su rostro ovalado parecía más pálido. Llevaba el cabello suelto y un poco alborotado, y sus mechones que caían como cascada sobre su espalda, los pantalones vaqueros que llevaba se ceñían a la curva de sus caderas, y el top de rayas azules que llevaba sujeto con un cinturón resaltaba el color de sus ojos negros.

Mientras él trataba de interpretar su mirada, un fuerte calor sintió en su entrepierna y sintió lástima por su amigo, que había sido incapaz de resistirse al atractivo de su boca sensual. Mezclado con el sentimiento de lástima.

Milk sintió un pequeño mareo por la penetrante mirada de Goku que provocó que se agarrara a la barandilla. Se humedeció los labios y trató de disimular el hecho de que había estado escuchando.

- No tengo muy claro dónde debía estar - Habló Milk

En mi Cama - Pensó el de ojo esmeraldas. Por un momento, Goku estuvo a punto de manifestar su pensamiento. Tragó saliva e intentó controlar el deseo que lo invadía por dentro, las debilidades lo enfurencían.

- ¿Dónde quiere estar? - Preguntó.

En cualquier sitio menos aquí, pensó preguntándose cómo había sido capaz de aceptar ese trabajo. Debía haber regresado a casa y buscar otro empleo, y, en cuanto a vivir bajo el mismo techo que un hombre que la despreciaba tanto como ella a él. ¿En qué estaba pensando?

Deseaba ayudar a Lazuli y ¿Por qué aquella madre soltera no podía intentar hacer un buen trabajo por culpa de su hermano? Milk se quedaría allí y, al final, Goku tendría que admitir que la había subestimado.

Él arqueó una ceja y la miró de manera hostil - ¿Ya te marchas?

No te hagas ilusiones - Pensó ella - Cuando me comprometo con algo lo llevo a cabo.

- Es admirable, siempre y cuando ese algo no sea el marido de otra mujer. Imagino que has aceptado este trabajo como venganza para molestarme.

- No, no es ese el motivo, pero es un aliciente más - Admitió - Siento decirte esto, pero no todo gira a tu alrededor - Se mordió el labio y se arrepintió de sus palabras, no por la expresión de rabia que había en su mirada sino porque no tenía sentido provocarlo mientras ella estuviera allí.

- Acepté este trabajo porque.... - Buena pregunta. ¿Por qué había aceptado ese trabajo? - Pensó.

- ¿Cómo iba a perderme la oportunidad de verte cada día y disfrutar de una de nuestras maravillosas discusiones? - Orgullosa a lo que dijo lo observó detalladamente.

De pronto recordó lo de su prima Milly, meses después de finalizar su aventura amorosa. Trató de relajarse, no era ese tipo de mujer, y, si algún día deseaba a un hombre, no sería Goku Son.

Lo odiaba. Él era el tipo de hombre del que ella había prometido mantenerse alejada. Con valor se enfrentó a su mirada, pero se desvaneció, trago grueso y dio unos pasos atrás.

- Tendrás muchas oportunidades para verme - Dijo él,  percatándose que su rostro demostraba pánico. Para ser una mujer que tenía experiencia mintiendo y engañando, no se le daba muy bien ocultar sus sentimientos.

- Yo... Yo... Pensaba que viajabas a menudo - Él   la miró con ironía.

- Soy mi propio jefe - Respondió orgulloso.

- Me alegro por ti. ¡¡A mi me encantaría tener un trabajo fijo!! - Exclamó con un toque de melancolía.

- ¿Se supone que debo sentirme culpable por que estés desempleada? Si dejaste el trabajo antes de tener otro, debías de estar muy segura de tus posibilidades, ¿O es que te fuiste antes de que te echarán? - Con una sonrisa ladina habló.

- No me mires así, yo sólo dijo la verdad, señorita Milk Ox - Le encantaba verla molesta, quería saber hasta dónde llegaría su enojo, lo tacharian como loco por provocar a una felina, pero el quería domarla, en todos los aspectos.

Milk estaba más que molesta por su pequeño y mal comentario.


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