《3》

El orgullo provocó que Milk saliera con la espalda bien recta y la cabeza en alto, deteniéndose un instante para mostrar su agradecimiento a las personas del comité. No estaba dispuesta a permitir que Goku Son tuviera el placer de verla humillarse y derrumbada.

Goku no evitó mirarla ni trató de ocultar su sonrisa condescendiente. La expresión de su rostro indicaba satisfacción en lo que recién había hecho. Los del comité permanecían en silencio, sin mirarla, quizas mejor así, porque si le hubieran hecho algún comentario se hubiera derrumbado emocionalmente.

- Le pediré un taxi - Sugirió Goku. Su oferta no mostraba amabilidad, así que Milk pudo mantener la compostura hasta su mirada se cruzó con la de su acosador. Mantener la compostura se le era fácil, pero lo que se le era difícil, era ocultar el dolor que sus ojos negros como la noche transmitían.

Él fue el primero en bajar la vista para apuntar algo en la hoja de papel que había sobre el escritorio.

Ella sospechaba que había tachado una línea sobre su nombre.
¿Por qué lo había hecho?
¿Sólo porque podía hacerlo?

Una vez en el pasillo, Milk sintió que el coraje la abandonaba y se derrumbó como si fuera una marioneta a la que le habían cortado los hilos. Empezaba a tener una fuerte migraña y se apoyó en la pared, sintiendo el frío del duro invierno atra vez de la blusa.

Había dejado el abrigo en la silla de la sala del comité, pero prefería agarrar neumonía antes que entrar a el , y ver como él se burla en su cara.

Se fijó en el reloj que estaba colgado en la pared de enfrente y comprobó que sólo habían pasado cinco minutos después de que hubiera estado a punto de conseguir el trabajo de sus sueños. Goku Son había necesitado menos de cinco minutos para lograr que aparentara ser una estúpida incompetente.

¡¡Y ella se lo había permitido!!
Con una mueca de disgusto, comenzó avanzar por los pasillos. El taxi estaba afuera esperándola. Una vez dentro, comenzó a pensar en todas las respuestas posibles para las preguntas aparentemente inocentes que le había formulado. Él la había guiado hacia un agujero, pero ella lo había esquivado. Y el lo había disfrutado.

Se miro las manos y vio que estaba temblando. En ese momento había tomado una decisión. Habían llegado al hotel donde se hospedaba.

- ¿Le importaría esperarme? - No se sentía segura para conducir de vuelta a Fri Pan, no le importaba si tenía que pagar demás por el alquiler del coche y tampoco no le importaba cuanto le podría cobrar el taxista.

Un recuerdo de su entorno familiar provocó que sintiera nostalgia. Todos tenían razón. Mudarse ahí había sido mala idea, no porque no habían hombres como se lo había asegurado Milly, sino porque estaba aquel hombre.

- A la estación Paoz, por favor - No era su día las noticias que emitían en una transmisora local explicaban el porque  no se podía viajar en tren debido al fuerte clima.

- Dicen que el granizo es del tamaño de una pelota de golf - Comentó el taxista llegando ya a la estación de Paoz.

Milk solía tomarse las cosas con calma, pero ese día la invadía la rabia y el fuerte dolor de cabeza que no lo dejaba pensar. ¿Era posible que le ocurriera algo mas?. Por supuesto que sí. No paraban de sucederle cosas, y ese hombre no hacía más que aparecer, sí ahí estaba él en la misma estación de tren. Dos veces no eran demasiadas, pero para ella le parecerían muchas más.

Goku Son estaba junto a un lujoso coche que indicaba que no provenía de un hogar pobre. Milk estaba segura que él se había convertido en un prepotente y desagradable por el dinero.

Lo que Goku había hecho con ella era un abuso de poder. Para Milk era inexplicable que una persona pudiera disfrutar haciendo sufrir a otras. Y tenía la sensación de que había sido algo personal. Quizás a él no le gustarán las mujeres pelinegras. Su personalidad no era más fuerte que la de los demás. De hecho se consideraba una mujer tranquila.

[•••]

Tal y como había sido Goku se había detenido para felicitar al candidato elegido después de Milk. Goku recordó la mirada dolida de la pelinegra y trato de ignorarla. Los miembros del comité seguían defendiendo la primera elección que habían tenido cerca a la señorita Ox.

- Así que te parece buena idea construir un pequeño estante de juegos - Goku centró la atención en la conversación con su hermana.

- Bien... Bien... - Sus carcajadas provocaron que la gente los mirara.

- ¿Qué pasa? - Preguntó él enfadado.

- No has escuchado ni una palabra de lo que he dicho - Respondió la hermana.

Él la miro con impaciencia y abrió la puerta del pasajero - Sube al coche ¿Quieres? - Ella arqueó las cejas.

- Estás de mal humor, hermanito, pero no te la desquites conmigo - Le advirtió.

- No estoy de mal humor - Tenía las cosas claras en lo que se refería en el bienestar de los niños.
Esa vez la risa de su hermana quedó ahogada por el anuncio que explicaba lo del mal clima.

- Afortunadamente, decidí tomar el tren anterior - Comentó Lazuli.

[•••]

Milk se estremeció bajo la fina chaqueta que llevaba. El nudo que tenía en la garganta apenas la dejaba respirar. Al verlo, el estruendo que retumbaba en su cabeza se hizo más fuerte. Él estaba allí de pie, como si fuera el dueño del lugar, sin apartarse para dejar paso porque esperaba que otros lo hicieran. Estaba en medio y la gente tenía que disculparse por haber chocado con él.

Y ella había hecho lo mismo, aunque en su caso, había permanecido allí sentada escuchando lo que él le decía durante la entrevista. Si ella le hubiera dicho lo que pensaba durante la entrevista, no estaría sintiéndose...

- ¡¡Ha sido patético!! - Exclamó en voz alta.
- ¿Se encuentra bien, cariño? - Milk forzó una sonrisa y miró a una pareja de anciano que se habían acercado a ella.

- Si, estoy bien... - Mintió.

Se calló al ver que aquel hombre alto y odioso agarraba del codo a su bella acompañante.
Respiró hondo y cerró los ojos. Era su oportunidad para decirle lo que realmente pensaba de él. Miró a la pareja y asintió, recogió su bolsa y se adentró entre la multitud.

[•••]

- Esperaba que trajeras a Marron. ¿Se encuentra bien? - Mientras su hermana miraba a su alrededor como si esperaba que su hija se materializará, Goku abrió la puerta del lado del pasajero.

- Está bien - La tranquilizó - He venido directamente de hacer las entrevistas para el puesto de director.

- ¿Había muchos candidatos? - Lazuli miró la carpeta que estaba abierta sobre el asiento del pasajero y miró el nombre que aparecía en la primera página - Espero que más de uno.

- Más de uno - Respondió Goku. Le quitó el currículum de las manos y lo tiró al asiento trasero.

Lazuli  hizo nada de entrar en el coche. Estaba mirando a su hermano fijamente - Estas raro. ¿Estás seguro que Marron está bien? ¿No ha pasado nada? - Volvió a preguntar.

- Se podría disculpar a un hombre por pensar que no crees que es capaz de cuidar a una niña de cinco años - A pesar de su comentario, Goku no se sentía ofendido. Era consciente lo difícil que era aveces su hermana menor cuando se trataba del cuidado de Marron. La niñera que cuidaba de la pequeña tuvo un accidente al caerse de una bicicleta y se fracturó una pierna.

- Se que Marron necesita mucha atención y que puede resultar agotador y que....

La vos de Lazuli se desvaneció entre la multitud de viajeros. Una mujer llamó su atención. Tenía el cabello negro y se dirigía hacia Goku mirándolo fijamente con sus ojos negros como la noche, como si fuera un ángel vengativo.

Al verla, él esperó. No habia provocado ese encuentro, pero tampoco pensaba evitarlo. A medida que ella se acercaba, notó el molestó sentimiento de culpa que no había querido reconocer se disipaba.

La mujer que se aproximaba no parecía una gatita maltratada, sino más bien una mujer sexy que se movía con la gracia de un felino. La mujer que había provocado el caos ante el Comité.

Al ver que ella se volvía a recolocarse el bolso que llevaba en los hombros, apretó los dientes. No pudo evitar fijarse en su trasero firme y redondeado, y al instante sufrió un calor en su entrepierna. Era la prueba de que esa mujer presentaba un peligro para los hombres.

- ¿La conoces? - Preguntó Lazuli, miraba a su hermano con curiosidad.

- Mantente al margen de todo esto, Lazuli.

Milk miro de arriba abajo a la mujer, hermosa que acompañaba a Goku Son y se fijó en su vestido, en los tacones, perfecta vestimenta pensó. Milk enderezó los hombros, respiró hondo y señaló a Goku de manera acusadora.

- ¡¡Tú!! - Exclamó.

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