《24》
Goku miró a la ama de llaves con incredulidad.
- ¿Qué quieres decir con que se ha ido? ¿A dónde? - Preguntó nervioso.
- Al aeropuerto con Ma...
- ¡Al aeropuerto! - Gritó, Goku. Comenzó a caminar de un lado a otro como si fuera un gato enjaulado. Se detuvo frente a la mujer y la fulminó con la mirada - ¿Dejastes que se marcharán al aeropuerto? - Gritó nuevamente.
- No era mi trabajo detenerla.
Él se detuvo y pensó. "No, era él mío". Y, si hubiese estado dispuesto a decirle lo que ella quería escuchar, lo que él no quería admitir, habría estado allí para evitar que se marchara.
Lo único que ella le había dicho era "Te echo mucho de menos cuando no estás." Y él había estado a punto de tener un ataque de pánico.
Aquello era el resultado de su incapacidad para aceptar que, en pocas semanas, ella había pasado a formar parte de su vida. Mientras buscaba a Milk en su casa, lugar con el que sentía verdadera conexión y por el que habría hecho cualquier cosa para preservarlo, no le parecía más que muchos cuartos vacíos. Buscaba donde no debía.
Pero su ausencia no solo afectaba a la casa. Él se sentía vacío sin ella, pero él estaba dispuesto a que ella regresara.
La había echado con su discurso de que su relación era solo sexo. Ella se había entregado con amor y él le había dicho que solo era sexo, sabía que su frialdad la estaba matando y la había rematado ofendiéndola con el brazalete. Al recordar que había reaccionado tirándoselo en la cara, esbozó una sonrisa.
Había tratado de poner una barrera entre ambos desde que se conocieron porque sabía que ella era diferente, que no podría echarla de su cama a mitad de noche, y que tampoco podría separarse de ella. Milk lo hacía sentir, aquello que lo convertiría en hombre débil.
- ¿Y hacia donde iban? - Preguntó observando a la ama de llaves.
- La señorita Lazuli lo organizó todo. Creo que las recibirá en el aeropuerto para algo a cerca de ir a una playa - Habló dudosa.
- ¿Lazuli? Si a Milk ni siquiera le gusta tomar el sol - Gritó, imaginándola acostada en una playa tropical mientras los hombres la desnudaban con la mirada.
Cerró los ojos y bufó. Cuando los abrió, recibió la mirada de desaprobación de la ama de llaves que lo conocía desde pequeño.
- Estoy segura que la señorita Ox se pondrá bloqueador solar. Es muy inteligente.
Goku ya estaba marcando un número en su celular, cuando la ama de llaves le respondió.
[•••]
Milk sintió un nudo en la garganta cuando Marron se despidió de ella con la mano, mientras la miraba con la cara apoyada en el cristal del auto que conducía Lazuli. Permaneció hasta que el auto desapareció y, pestañeando para contener las lágrimas regresó a la terminal.
Le había partido el corazón ver a la niña tan nerviosa y el viaje había resultado una pesadilla. Cuando llegaron a su destino Marron se reincorporó rápidamente, habia pasado de verse como un fantasma a gozar de un aspecto saludable. Además al poco rato de estar en el sol se sentía como una flor marchita. Quizás con el tiempo podría acostumbrarse al clima, pero Milk sabía que no tenía un brillo como lo tenía Lazuli en su piel.
A ella le gustaba vivir en un lugar en el que se pudiera disfrutar de todo tipo de clima en tan sólo 24 horas. Al pensar en ello, dejó de sonreír. No regresaría a Paoz no quería saber nada de Goku. Su boleto era para una ciudad con un clima mucho más estable.
Aturdida, pensó en su casa, había pasado mucho tiempo arreglando su apartamento decorándolo con todo lo que ella amaba, regresar a casa debía de ser algo positivo, pero no era así. Amar a Goku había hecho que cambiara todo; ya no se sentiría tranquila en su casa, aunque se sintiera con esa opresión en el pecho nunca se arrepentiría de amar a Goku.
Una vez dentro de la terminal se dirigió a una cafetería. Tenía que esperar tres horas para que su vuelo saliera y no quería tomar más café. Observó que en una tienda vendían cosas de bebés se adentró a ella, pasó media hora eligiendo una pijama para su sobrina la pequeña Annie. Después de pagar, salió de la tienda y chocó con un hombre alto que pasaba por allí. Si él no la hubiese sujetado, se habría caído.
- Lo... Lo siento - Tartamudeó ella, a pesar de que sabía que no era su culpa.
- Va ser falta más que un "Lo siento" - Su comentario hizo que su corazón se partiera en mil pedazos.
- Goku, ¿Qué estás...?
- Tenemos que hablar.
Milk tenía la sensación de que estaba furioso, pero luego se percató de que no era así. Lo que le pasaba era que una mezcla de emociones lo invadía por dentro, provocando que estuviera muy tenso. Como si fuera una adicta delante de su droga, ella no podía dejar de temblar, ni de mirarlo.
Aclaró la garganta - Ella no está aquí. Lazuli ya se la llevó.
- Él frunció el ceño - ¿Marron está aquí?
- Creí que... No comprendo, estabas en Roma te vi por la televisión, la modelo es muy guapa - Se mordió el labio inferior.
- Mai, una mujer bonita pero muy aburrida. Lo único que hizo fue hablarme de Zamas.
- ¿Quién es Zamas?
- El hombre con el que se va a casar - La miró y sonrió - Estabas celosa - Parecía disfrutar su celos.
- Lo superaré - Le prometió.
Él dejó de sonreír - Pues yo no, si te viera con otro hombre, yo...
Sus palabras provocaron en Milk sentimientos encontrados. Él era el que la había echado y, sin embargo, lo que le decía en esos momentos hacia que ella tuviera que contenerse para no explicarle que no había otro hombre en su vida y que nunca lo habría.
- ¿Y qué esperas que haga? - Preguntó ella - ¿Qué me ponga feliz porque, aunque no me quieres, tampoco quieres verme con otro hombre?
- Si te quiero - Dijo él - Te necesito, Milk - Su expresión de desesperación parecía sincera, pero ella no podía exponerse a que le hiciera daño otra vez.
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