《13》
Lunch no hablaba en serio cuando le sugirió a Goku que, dadas las circunstancias, a lo mejor prefería no compartir la cama con ella esa noche.
- Aunque, si lo que sugieres es que hagamos un trío, sabes que estoy dispuesta a probar cosas nuevas - Añadió.
Cuando él le contestó que tenía trabajo por hacer y que quizás fuera mejor que ella pasara la noche en la habitación de invitados, se quedó sorprendida y un poco molesta.
Y, debido a su escaso sentido del humor, allí estaba Goku a las tres de la madrugada, despierto y sin visos de quedarse dormido.
- Maldita pelinegra - Exclamó mientras cerraba el agua de la ducha.
Compartir casa con esa mujer le estaba robando años de vida.
Al salir de la ducha escuchó que llamaban a la puerta. Agarró una toalla y se la enrolló en la cintura antes de ir abrir. Nadie lo molestaría a esas horas a no ser que fuera una emergencia.
Milk llamó de nuevo con más insistencia estaba a punto de abrir y gritar cuando se abrió la puerta.
Goku podía ser un machista, pero sin duda era el hombre más sexy del planeta. Siempre iba elegante e intachable, y esa noche las gotas de agua brillaban para arriba. La imagen de Goku hizo que olvidara por qué estaba allí.
Él la miró con expresión casi feroz. El brillo de su mirada era intenso, como si estuviera tratando de alcanzar su alma, pero parecía que no la estuviera mirando a ella y podía ser, los hombres nunca la miraban de ese modo.
- Yo... - Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo - Siento molestarte.
Él carraspeó y sin decir palabra, dio un paso adelante y la agarró de la cintura estrechándola contra su cuerpo.
Milk fue incapaz de hacer nada. Sintió como una explosión en el pecho y se le cortó la respiración. Permaneció inmóvil durante unos instantes y al notar el cuerpo musculoso de Goku contra el suyo, se derritió por dentro y gimió contra sus labios antes de abrir la boca para recibirlo
Era incapaz de pensar, aturdida por el aroma que desprendía el cuerpo de Goku y por el roce de su miembro erecto. Cuando su espalda golpeó contra la pared de piedra, sintió dolor, pero no el suficiente como para desear que aquello terminara. Se percató que estaba de pie contra la pared opuesta a la puerta abierta de la habitación. Notó que cada vez le temblaban las piernas a medida que el fuerte deseo se apoderaba de ella. Al cabo de unos instantes no podría hacer nada, así que debía hacerlo cuanto antes. Reunió la fuerza necesaria, apoyó las manos sobre el torso desnudo de Goku y lo empujó. Negó con la cabeza. ¿Cómo podía ser que un error tan grande podía ser algo maravilloso?.
- No. No, necesito... - Se calló al ver que él acariciaba su pierna derecha y metía la mano bajo su camisón.
Él la miró a los ojos y sonrió - Se lo que necesitas.
Ella se estremeció. Lo mas aterrador era que él parecía saber exactamente lo que ella necesitaba, o al menos lo que deseaba. Luchó contra su poderío sensual, consciente de que cuando ella aceptará lo que él le ofrecía, en cuanto se abandonara al placer, todo habría terminado. Se armó de valor y lo empujó de nuevo por el torso.
Goku la agarró de los codos y tiró de ella contra su cuerpo, de forma que pudiera sentir su miembro erecto en la entrepierna. A Milk se le nubló la visón, él se había inclinado para besarla y ella se puso de puntillas para recibirlo a mitad de camino.
- Marron está enferma... ven... - Le dijo con unos labios que no parecían los suyos, hinchados por los besos y ansioso por suplicarle que no dejara de besarla.
Goku pastañeó y negó con la cabeza como si acabará de despertar de un sueño. Respiró hondo y la soltó.
- ¿Por qué no lo dijistes antes? - Preguntó molesto.
Ella se quedó boquiabierta al oír la manera en que le habló. ¿Cómo era posible que alguien besara de ese modo? ¿O que acariciara con tanta pasión y que luego hablara con tanta frialdad?
Se retiró de la pared y trato de agarrar el cinturón del albornoz, le temblaban las manos que decidió abrazarse - No me has dado mucha oportunidad - Respondió.
- ¿Estás segura que está enferma? Cuando está nerviosa tiene pesadillas...
- Estoy segura - Contestó ella frotándose los brazos.
Era de locos que estuvieran hablando de ese modo. No habia nada en la forma de comportarse de Goku que indicara que momentos antes había estado a punto de llevarla a la cama. Si hubieran sido capaces de llegar tan lejos. Bajó la mirada y suspiró avergonzada. Se lo habría permitido.
Goku se pasó la mano por su cabello rubio y la miró de forma acusadora.
- ¿Marron está enferma y la has dejado sola? - "Y has aparecido en mi puerta con ese aspecto".
Se fijó en que el albornoz de raso que llevaba dejaba entrever que el botón de arriba de su camisón estaba desabrochado y dejaba al descubierto parte de sus pechos, aunque lo hubiera llevado abrochado hasta el cuello, no habría podido controlar el deseo que lo invadía por dentro.
¡Mal momento! Nunca habría un buen momento para que esa bruja provocativa apareciera medio vestida en su puerta. El error era intentar racionalizar la atracción que sentía por ella. La locura era algo que no se podía racionalizar.
- Regresa con Marron. Iré en cuanto me vista - Dijo él.
Milk respiró hondo y se marchó.
- Estúpido simio - Murmuró - Soy una tonta en caer en su sexy cuerpo - Se mordió el labio inferior - Pero me fue inevitable - Observo que ya estaba en cerca del cuarto de Marron.
Minutos más tarde, apareció Goku a su lado con un semblante de preocupación.
- No te asustes - Lo tranquilizó - No creo que sea nada grave.
- ¿Me puedes repetir cuál es tu cualificación médica? - Preguntó con ironía, caminando hacia la habitación.
Ella respondió entre dientes y aceleró el paso para poder seguirlo.
- Cúlpame si así te sientes mejor, pero es posible que no sea culpa de nadie. Los niños tienen dolores de estómago, fiebre, a veces sólo necesitan un abrazo para sentirse mejor.
- ¿Culparte? ¿Cómo iba a hacer tal cosa? Solo eres una víctima inocente a las que les pasan cosas. Como, por ejemplo, verse implicada en una relación con hombres casados.
- Tienes razón - Murmuró ella - Escoge los puntos fuertes de mi vida - Contestó sintiéndose incómoda.
Era legítimo que quería proteger a Milly, pero no estaba bien que se convirtiera en víctima cuando simplemente había sido una mera observadora de lo que le había pasado a su prima.
No era ella la que había perdido al bebé y casi su propia vida. Era Milly. Que tuviera que recordárselo demostraba que había llegado demasiado para tratar de protegerla.
- Basta - Exclamó junto a la puerta de la habitación de Marron y observó fijamente a los ojos de Goku - No es culpa mía si has discutido con tu novia, no la pagues conmigo y no me utilices como sustituta, no sé porque lo has hecho, y no quiero que lo vuelvas hacer, pero no me gustó que me utilizaras de ese modo sólo por estar allí.
- No parecía disgustarte en ese momento.
- No me diste mucha oportunidad de oponerme ante lo que ne ibas hacer, solo... No quiero que me entrevistes para el trabajo de sustituta - Entornó los ojos y le advirtió - Así que, si me pones las manos otra vez, yo... - La había tocado y ella no había deseado que parara, quería más, mucho más - No vuelvas hacerlo - Soltó.
Él echó la cabeza hacia atrás - No aparezcas en mi puerta medio desnuda, entonces.
Milk se cubrió el rostro con la cara y trató de recuperar la compostura antes de seguirlo hasta el interior de la habitación.
Goku ya estaba junto a la cama de su sobrina.
- Tienes razón - Murmuró ella.
- ¿Cómo estás pequeña? - Preguntó Goku acariciándole la cabeza a la niña.
- Quiero que venga mamá - Contestó ella.
- Lo sé, cariño. ¿Cómo te encuentras? ¿Mejor? - La pequeña asintió.
- Ha sido el paño mágico de Milk, me frotó la frente con él y me encuentro mucho mejor. ¿Tú tienes un paño mágico, tío Goku?
- No tengo nada mágico - Respondió.
- Una canción... ¿Una melodía? - Dio una palmadita sobre la cama para que se sentara.
Goku se tumbó a su lado, junto a un grupo de conejitos color rosa.
- El rosa te queda bien - Dijo Milk, cuando sus miradas se cruzaron.
Conteniéndose delante de su sobrina, Goku contestó con tono neutral - Si necesitas algo ya sabes donde estoy.
- Milk sonrió a Marron, miró a Goku con frialdad y se marchó.
- No, quiero que te quedes, Milk - Se quejó Marron, haciendo que la pelinegra detuviera sus pasos.
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