De repente Lunch soltó una carcajada.

- Es ella ¿No es eso? La niñera.. Te enamoraste de la niñera.

- Por supuesto que no - Respondió Goku.

Pero Lunch no estaba dispuesta a quedarse con esa intriga .

- Me preguntaba por qué me habías invitado aquí, querías poner celosa a ésa chica ¿No es eso? - Soltó una risita.

Goku frunció el ceño - No seas ridícula.

- Bueno, bueno por una vez en la vida, te toca a ti hacer el esfuerzo para conquistar a alguien.

- No me vengas con locuras, te he dicho que eso es ridículo, no me gusta, no me gusta y no me gusta - Gritó.

- Calmate, no te enojes yo sólo dijo lo que observo aunque tú lo quieras negar. Mejor cambiemos de tema y muestrame la mansión deseo conocer cada rincón - Habló coqueta.

- Está bien - Bufó él.

[•••]

Después de dejar a Marron frente a la pantalla de la computadora para que hablara con su madre, Milk entró a la habitación que estaba a un lado de ésta para contestar una llamada.

Era su tía y la llamaba para darle la noticia de que Milly había empezado a sentir los dolores la noche anterior, todos habían ido al hospital pero había sido una falsa alarma, Milk se rió cuando su tía le contó los detalles del viaje hacia el hospital, le mandó un beso para Milly y deseosa por estar pronto en familia.

Cuando finalizó la llamada, Milk sintió que la nostalgia se apoderaba de ella echaba de menos a su familia, Milly no sólo era su prima, también su mejor amiga y, si la pelinegra hubiera estado allí, habría estado en el parto y habría podido brindar y festejar con los abuelos, que habían decidido quedarse una semana más en Inglaterra para el cuidado de su hija y futuro nieto antes de regresar a Japón.

Respiró hondo y decidió que tener a Milly sana y salva junto a su marido Yamcha en otro país era mucho mejor que tener a una Milly infeliz viviendo a poca distancia de ella.

Iría a visitarlos en Navidad.
Cuando regresó a la habitación de Marron, minutos más tarde, la niña estaba soplando besos a la pantalla de la computadora.

- Ve a cepillarte los dientes, bonita, y mami te contará otro cuento mañana  - Habló Lazuli tras la pantalla.

Milk esperó a que la niña saliera de la habitación y se inclinó para apagar la pantalla de la computadora, su sorpresa fue ver que Lazuli estaba llorando.

- ¿Qué ocurre? - Se sentó frente a la computadora, Lazuli negó con la cabeza y se secó las lágrimas.

- La echo mucho de menos, me encantaría... - Suspiró y puso una pequeña sonrisa que estuvo a punto de partirle el corazón a Milk - No me hagas caso, tengo un mal día, ya sabes, sol, arena, fotos aquí y allá - Dijo con ironía - Es una vida dura, no te imaginas lo agotador que es estar obligada a vivir una vida de lujo en un hotel de cinco estrellas, llevar ropa preciosa y dejar que te maquillen profesionales.

Milk no se dejó engañar, sabía que Lazuli lo habría dejado todo a cambio de poder abrazar a su hija mientras le leía el cuento de antes de irse a dormir.

- Ignorame. ¿Cómo estás tú? ¿Y cómo se ha estado comportando mi hermano?

Milk no tenía intención de mencionar a la invitada, pero no pensó en sus palabras.

- Ha traído una mujer a casa - Respondió.

Lazuli se quedó boquiabierta - No me lo puedo creer. ¿Y cómo es?

Milk trató de ser justa con su descripción, aunque cuando Lazuli comentó "Suena horrible", pensó que quizás no había tenido éxito.

[•••]

Después de una corta plática con Lazuli, Milk decidió irse a descansar, no sin antes de ir a chequear a Marron a su habitación.

Milk miró el reloj de la mesilla y vio que eran las tres de la madrugada, no se había quedado dormida hasta las dos de la madrugada.

Agarró la almohada para cubrirse la cabeza con ella cuando escuchó una especie de gemido, puso más atención ante eso y escuchó que gimoteaban otra vez.

Salió de la cama, se colocó un albornoz y corrió por el pasillo, la habitación de Marron estaba dos puertas más allá de la de ella.

La pequeña estaba sentada en la cama, llorando y con las mejillas muy coloradas.
- Estoy enferma - Habló entre lágrimas.

- Pobrecita mi niña - Milk acarició la frente de la pequeña y valoró la situación - Lo sé, cariño, no te preocupes, enseguida lo solucionaremos.

Bañó a Marron con una esponja y la vistió con una pijama más fresquita después, la dejó sentada en su pequeño sofá acomodando las almohadas para que se apoyará en ella y pudiera estar más tranquila, mientras cambiaba las sábanas de la cama al ver que estaba tiritando, se asustó más.

- Ay mi niña - Exclamó ella.

Cinco minutos más tarde Marron estaba otra vez acostada y parecía tranquila y a punto de dormirse después de haber estado cuatro años a cargo de una clase de treinta niños de seis años, Milk estaba acostumbrada a las enfermedades infantiles y sabía que lo primero que había que hacer era llamar a los padres pero en esta situación no era posible.

Puesto que Lazuli no estaba, tendría que conformarse en la segunda opción.

"La segunda opción". Estaba segura que era un término que normalmente no aplicaba a Goku Son, puesto que el hombre estaba acostumbrado a ser un vencedor para algunas personas eso podía resultar atractivo sin embargo, a Milk no le atraían los hombres que tenían que demostrar que eran los mejores, aquellos a los que la gente buscaba como líderes, por un lado, le gustaba tomar sus propias decisiones, pero se alegraba que en esa situación no le correspondiera a ella.

- Tengo sed - Habló la pequeña.

Milk agarró el vaso vacío que había sobre la mesa y se dirigió a la cocina para rellenarlo de agua, regresó a la habitación de Marron lo más rápido posible.

- Solo bebe un poquito, humedécete los labios - Sugirió ella -  ¿Mejor?

Marron asintió y Milk besó la frente de la pequeña.

- Quiero que venga mamá - Dijo con voz temblorosa.

Milk estaba segura de que, si Lazuli hubiese visto a su hija en ese momento, habría tomado el primer avión de regreso y Marron habría olvidado de que estaba enferma.

- Lo sé, cariño. ¿Qué te parece si llamo a tu tío Goku? - Preguntó. Marron asintió.

- Sí, quiero que venga el tío Goku - Respondió con una pequeña sonrisa.

- No tardaré mucho. Acurrúcate y yo... "Iré a sacar a tu tío de la cama y de los brazos de su amada". Esto último lo pensó, sintió náuseas al imaginarse éso. Pensó si no tendría el mismo virus de Marron - Vuelvo enseguida - Le prometió.

Cuando el primer día la ama de llaves le hizo un tour de la casa, Milk prestó mucha atención, recordaba que la señora Clare había mostrado la escalera que llevaba hasta los aposentos privados del señor Son y le había dicho que no se podía pasar pero, a las tres de madrugada, esa norma podía pasarse por alto.

El tío de Marron le echaría la culpa, había estado esperando a que metiera la pata y probablemente estaría encantado de tener un motivo.
"No es cierto y lo sabes", oyó que le decía una vocecita. Por muchos fallos que tuviera, no comportarse de manera protectora con su sobrina no era uno de ellos, de ninguna manera dejaría sufrir a la niña para demostrar que tenía razón.
Goku encontraría la manera de argumentar que había sido culpa de ella, y quizás no estaría tan equivocado, ella había visto que Marron tenía las mejillas sonrojadas a la hora de acostarla y en lugar de tomarle la temperatura le había dado un baño caliente.

Lo mas importante era que ella sólo era...¿Cómo la había llamado? Una cuidadora. Lo había dicho a modo de insulto, pero era una descripción exacta de su función.

El hermano de Lazuli era la persona apropiada para decidir que debían de hacer y si había un hombre capaz de tomar decisiones era el tío de Marron.
Al final de la escalera había un pasillo con cuatro habitaciones en una de ellas se filtraba la luz por debajo de la puerta y se oía música en el interior. Ella frunció el ceño. ¿Goku no dormía? ¿O es que tenía insomnio? Cuando encontró la explicación se sintió estúpida. No estaba durmiendo, estaba... Estaban... Negó con la cabeza para borrar las imágenes que formaban en su cabeza y apretó la mano contra su vientre. No quería saber lo que Goku y la bella Lunch estaban haciendo tras aquella puerta.

Respiró hondo, se armó de valor y llamó. Inquieta y esperó a que abrieran la puerta.