Capítulo 5 El contrato

La vida realmente es una caja de sorpresas, cuando pensaba que continuaría viviendo una vida miserable, que la tormenta me tragaría lentamente, de repente la lluvia cesó, las nubes se disiparon y pode al fin ver los rayos del sol volver a iluminarme.

No podía considerarme del todo culpable de lo que había sucedido en la noche anterior, es decir, la realidad es que yo sabía que en esa fiesta estaría Samara, que estaría London, que mi padre iría por ser conocido del anfitrión y que se encontrarían sin poder evitarlo.

Es por eso que en la tarde tuve una conversación con mi madre, le dije que en mi humilde opinión su relación con mi padre se estaba viendo perjudicada por todo su trabajo, que ya no hacían actividades juntos y le di el toque al mentir diciendo que veía a mi padre triste últimamente.

Eso le había hecho reflexionar lo suficiente y cuando anunció con respecto a asistir a aquella reunión supe que, en efecto, mi madre se ofrecería para acompañarlo. No había una mejor manera de continuar llenando de odio el corazón herido de London, lo necesitaba si la quería siendo parte de mi plan, si quería que fuera parte de toda esta farsa que me estaba montando.

Pero en todo juego siempre se debe de saber como jugar, se debe tener estrategias, se deben hacer sacrificios en algunas ocasiones y ayer yo había tenido que hacer un sacrificio que quizá nunca podría olvidar.

Ahora, tirado sobre la cama, en medio de la oscuridad que yo mismo había ocasionado al cerrar las cortinas, me empezaba a preguntar si daría los resultados que esperaba, pero ya estaba hecho, no había arrepentimiento que pudiera remediarlo, o quizá lo había, pero yo no estaba dispuesto a dar marcha atrás.

...

Aprecie las vistas del puente, el sonido del agua corriendo, sentí el olor de la naturaleza, frasco, se sentía como en los viejos tiempos, los grandes amores tienen grandes lugares, lo había escuchado en algún sitio, aunque ahora mismo no recordara exactamente en donde.

Entonces sentí unas manos sobre mis ojos, las tomé con cariño, con ternura, porque esa sería la última vez que la sentiría de ese modo, me di la vuelta para encontrarme con su hermosa mirada, siempre que me veía lo hacía con ese brillo que jamás había visto que mirara de ese modo a nadie más.

—Estás muy guapa —le dije a lo que ella bajó su mirada.

Siempre lo hacía de ese modo, es una chica que los cumplidos la hacen enrojecer, es una de las cosas más hermosas que había visto en ella, una de las cosas que me enamoró, porque un hombre no puede evitar amar un alma dulce, una mujer que desborda inocencia y dulzura.

—Gracias, me hizo muy feliz saber que querías verme aquí, sé que quedamos de no vernos en este sitio a menos que fuera una conversación importante, así que pienso que debes de tener algo verdaderamente importante que decirme —relamió sus labios y al fin se atrevió a mirarme a los ojos.

Quizá había heredado esta mierda de ese hombre que dice ser mi padre, pero lo había hecho y sabía que tenía que herir su corazón si quería que esto funcionara por completo.

—Escucha Marina, sé que han pasado muchas cosas últimamente, que mis padres no querían que estemos juntos, que los tuyos también tenían sus dudas y llegué a la conclusión que, ellos tienen razón —dije tan de la nada que vi sus ojos llenarse de lágrimas.

—No vuelvas a decir algo así Queen, sé que esto está siendo difícil, que no podemos vernos tan seguido...

—No lo entiendes Marina, no debemos estar juntos, este tiempo lejos me ha servido para entender que lo que teníamos no era tan fuerte, nos alejamos, empecé a pasar tiempo con otra persona y estoy enamorado de alguien más, no quería estar con nadie antes de poder hablar contigo.

—¿Te enamoraste de alguien más? —pregunta por inercia, como si no pudiera creerlo.

—Lo lamento —me limito a responder— Solamente vine a decirte esto, pero ya debo marcharme.

La dejé ahí, con su tristeza, la dejé hecha pedazos, la imagen de sus lágrimas en su rostro aún me duelen, pero quedarme allí sería ponerme en evidencia, es difícil luchar contra lo que verdaderamente siente mi corazón.

...

Regresé a la realidad cuando la puerta se abrió, pude ver el rostro de mi padre en penumbras, caminó dentro de mi habitación y corrió las cortinas, se veía furioso, sabía por qué estaba de ese modo, pero eso se terminaría justo ahora.

—¿Qué estabas haciendo hablando con London ayer? ¿Qué fue lo que le dijiste? —me interroga sin disimular ni un poco que aún le importa.

—Estuve pensando las cosas con calma, decidí que voy a empezar a trabajar en la empresa contigo, padre —lo miré cambiar el gesto de su rostro, suavizarse lentamente— En cuanto a London, se veía mal cuando salió de esa fiesta, yo estaba fumando un cigarrillo cuando apareció llorando, no sé qué podría haber sucedido con ella.

—¿Qué te dijo? —preguntó con su voz más suave.

—Dijo que no comprende por qué los hombres solemos ser tan idiotas, se veía dolida —me dediqué a mirar cada uno de sus gestos, había dolor.

Me daba asco verlo de ese modo, ver que ni siquiera podía disimular lo que le pasaba, solamente aumentaba mis ganas de vengarme.

—¿Entonces vendrás a trabajar conmigo? —preguntó con desconfianza.

Asentí sonriendo levemente, jamás se podría imaginar que estaba metiendo a su enemigo en su empresa, pero eso ahora mismo no importaba, no tengo mi más mínima intención de ocultar mis verdaderas intenciones.

—Pero si voy a trabajar contigo será bajo mis condiciones, haremos un contrato, es para sentirme seguro de que vas a cumplir con cada una de las cláusulas que acordemos, no importa que me des tu palabra de padre, quiero sentirme seguro —le expliqué.

—Siempre soñé que te hicieras cargo de la empresa en un futuro, así que, será como lo desees —su sonrisa apareció ancha, llena de felicidad.

Esa felicidad que ahora mismo está en sus labios pronto sería una condena, me senté en la cama y abrí el cajón de la mesa de noches, no había preparado este plan tan perfecto para verlo caerse en pedazos al cabo de unas horas.

Le extendí el documento, lo tomé entre sus manos, leyó la primera línea de arriba y sus ojos recayeron sobre mí, las primeras líneas que decían "Acuerdo mutuo de trabajo".

—Al parecer desde que pensaste en esta decisión sin saber si accedería redactaste el documento con un abogado.

—Así es —asentí levemente mientras empezaba a caminar por la habitación en busca de ropa para entrar a la ducha.

—Primer punto, una vez firmado este acuerdo, la parte A «el señor Dalton Brumby» accederá a que la parte B «el señor Queen Brumby» se mantenga en la empresa por el plazo determinado por la parte B —levanta la mirada hacia mí que me estoy midiendo unos jeans que no terminan por convencerme— ¿Qué significa esto?

—Significa que, si estás inconforme con mi vida, con mi actitud o con mi rendimiento en el trabajo, seguiré manteniendo pese a todo mi empleo en la empresa, porque después de todo el trabajo y la vida personal no deben interferir, siempre lo dices —comenté dejando el jean en el armario y tomando otro.

—Segundo punto, la parte A aceptará que la parte B tenga opinión dentro de las decisiones de la empresa —aclaró su voz— Está bien que puedas opinar al respecto, pero nunca has manejado una empresa Queen, no tienes idea sobre decisiones.

—Dijiste que algún día la empresa será mía, así que es importante que desde ahora se tenga en cuenta mi opinión, después de todo eso también hará que los empleados me respeten —comento y busco una camiseta que vaya bien con los jeans que terminé por elegir.

—Tercer punto, la parte A tendrá la obligación de incluir a la parte B en todas las reuniones, proyectos y viajes de negocio que la parte B quiera participar —comentó con la mandíbula tensa.

Quería reírme, había una pequeña posibilidad de que no aceptara cada uno de los puntos que había colocado allí, pero si no lo hacía sabía que no formaría parte de su empresa y creo que a lo largo de todos estos años me quedó bastante en claro que mi padre me quiere ver allí trabajando, así que tengo la esperanza de que firme.

Siguió ojeando los demás puntos, me dio tiempo de escoger incluso el perfume que iba a utilizar el día de hoy mientras me leía cada uno de ellos como si no supiera lo que decía, hasta que al fin terminó.

—Me parece un exceso Queen, hay bastantes puntos, no sé qué se supone que una persona que jamás ha trabajado en una empresa hará con tanto poder, sé que dije que la empresa algún día será tuya, pero para eso tienes que primero estar capacitado —comenta rascándose la cabeza.

—Pensaba que de verdad tenías ganas de verme trabajando en la empresa, que creías en mis capacidades, pero ahora me doy cuenta de que solamente me querías como un títere más de tu empresa, no importa, mi plan de irme a otro país, de empezar desde cero sigue en pie, podré conseguir un empleo en una empresa y escalar —aclaré mi garganta.

Se quedó mirándome en silencio, abrí la puerta de mi habitación y le arrebaté el contrato de las manos, él continuaba sin moverse.

—Largo —dije de la nada logrando que reaccionara.

—Está bien, voy a firmar el contrato, esto es porque te tengo plena confianza, porque creo en tu talento y estudios Queen, espero no arrepentirme —dijo tratando de mostrar firmeza, incluso aunque en el fondo no haya sentido nada de confianza.

Cerré la puerta nuevamente, le di el contrato junto a un bolígrafo, me quedé mirando mientras lo firmaba y cuando lo hizo una sonrisa amplia se apoderó de mi rostro sin permiso.

—Gracias por firmarlo —le dije mientras me entregaba el documento— Esta noche le pedí a mi madre que haga una cena especial, quiero que festejemos como una verdadera familia, además les tengo una sorpresa especial.

—Entonces esta noche cancelaré todos los planes, vendré temprano para que cenemos en familia y puedas darnos esa sorpresa —me palmeó el hombro.

Estaba seguro de que se sorprendería, él mucho más de lo que mi madre lo haría, que pronto todo lo que Dalton Brumby había conocido de mí hasta ahora pronto cambiaría el concepto que había tenido de mí y que podría salir a la luz al fin el plan que se había estado cocinando por tanto tiempo.

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