Capítulo 44 La familia que recuerdo
Fingí estar dormida en el momento que mi madre entró con el desayuno, la realidad es que no me atrevía a mirarle a la cara y mucho menos después de la noche anterior.
Había perdido la consciencia y cuando me desperté estaba en la habitación de la pequeña clínica más cercana, recordaba haber estado allí alguna vez. Mi cabeza daba vueltas, pero vi a mi madre que estaba sentada a mi lado, desbordada de preocupación y mi padre estaba en un rincón de brazos cruzados disgustado.
Mi cuerpo no soportó toda la presión, la falta de alimentos, el hecho de que no podía dejar de pensar en Queen, en que no quería casarme con otra persona que no fuera él, pero que no dejaba de arruinar su vida.
Sentía su decepción inclusive a esa distancia podía sentirle, mi madre se iluminó al verme abrir los ojos y tomó mi mano en ese instante.
—¿Cómo te sientes London? —preguntó acariciando mi cabello con su otra mano libre—. Voy a llamar al médico.
El golpe seco de la puerta fue lo último que escuché tras la salida de mi madre, que nos dejó a solas en aquella habitación que se sentía tan pequeña y la mirada rencorosa de mi padre recayó sobre mí.
—Si ya te encuentras bien vamos a volver a casa y terminaremos con lo que empezamos —dijo sin una pizca de preocupación.
—Padre, sé que continúas molesto por lo que ocurrió y realmente siento haberte decepcionado como lo hice. No tenía el valor para decirles la verdad, porque me educaron con principios y sentía que les estaba fallando, pero sobre el corazón no se manda, uno no elige de quién se enamora...
Mi padre separó los labios, más cuando estaba por hablar, el doctor entró junto con mi madre. Ella volvió a sentarse a mi lado, el doctor traía unas hojas, tal vez me habían hecho exámenes y ni siquiera me había enterado.
Pasó a preguntarme como me sentía, lo vi serio, quizá era preocupación por algo, pero asustaba.
—Bueno, al parecer se debió a un pico de estrés, tiene que cuidarse, más en su estado, no puede pasar por mucho estrés, su embarazo aún es reciente y podría suponer un aborto en caso de no cuidarse adecuadamente —informó el doctor que intercambió miradas con nosotras.
¿Embarazada? Cerré mis ojos con fuerza, sabía que esto únicamente estaba empeorando la situación con mi familia, pero sentí una pequeña felicidad creciendo en mi pecho.
Siempre había soñado con el hecho de ser madre, pensaba en ello más a futuro, cuando estuviera casada y con una situación económica mucho mejor, pero ser madre era algo que a final de cuentas estaba en mis planes.
Pensé en el pasado que eso sería junto a Dalton, imaginaba como sería un hijo nuestro y fantaseaba con que él me lo propusiera algún día, el formar una familia.
Ahora había encontrado a la persona indicada, Queen, íbamos a casarnos y sin saberlo estábamos esperando nuestro bebé, que vendría como el regalo de bodas perfecto, pero todo se había arruinado por mi culpa, por las decisiones precipitadas.
—¿Embarazo? —balbuceó mi madre.
—¿No lo sabían? Lo lamento, pensaba que ya tenían conocimiento de esto —se rascó la cabeza, un poco apenado el doctor.
—¿Puede dejarnos un momento a solas? —pidió mi padre.
El doctor asintió y salió de la habitación, mi padre se veía tan furioso como muy pocas veces en la vida lo había visto.
—¿Tuviste la osadía de acostarte con ese hombre antes de casarte? ¿En qué pensabas? ¿Querías acaso terminar como una madre soltera? —preguntó elevando el tono de su voz.
Quería decirle que no tenía nada de malo serlo, había conocido a lo largo de mi vida mujeres mucho más felices y capaces a lo largo de estos años que mujeres que estaban casadas viviendo matrimonios infelices. Sin embargo, no le dije nada, me quedé en aquel mismo profundo silencio que mi madre se había quedado.
—Esto solamente lo está arruinando todo, puedes tener un futuro brillante, uno junto a un hombre poderoso y dirigir la empresa familiar. Últimamente, lo único que haces London es equivocarte, un error tras otro y este no puede llegar a más.
—¿A qué te refieres? —pregunté desbordada de ingenuidad.
—No puedes atar tu futuro a Queen, deberías considerar interrumpir ese embarazo —sentenció sin un titubeo.
No podía creer que aquellas palabras estuvieran saliendo de los labios de mi padre, él no era el tipo de hombre que diría algo como eso. Es decir, siempre había sido un hombre creyente, con un enorme corazón dedicado a la familia y ahora decía algo tan grave para cualquiera de nosotros.
—¿En qué momento tu corazón se endureció de este modo? ¿Cuándo fue que el hombre que he amado durante tantos años de mi vida se volvió esto? Desde el primer momento te vi como el padre de mis hijos porque eras un hombre empático, con las ideas claras. Ese hombre no se hubiera atrevido a pedirle a su hija que renunciara al amor, ni mucho menos que se deshiciera de la vida que está creciendo dentro de ella. Creo que es momento de plantearme si este es el hombre con el que decidí compartir mi vida.
La sala se quedó en silencio tras las palabras de mi madre, me sentía dolida por las insinuaciones de mi padre, pero me causaba mucho más dolor el saber que estaba siendo responsable de la primera pelea familiar en años.
Luego de que mi abuela se había alejado de la familia, todo entre nosotros se había vuelto sin duda mucho mejor, eso era lo que yo estaba rompiendo en aquellos instantes o quizá era mi abuela, que nuevamente regresaba para traer discordia.
—Sé que ambos se sienten decepcionados del rumbo que mi vida tomó, que no puedo arreglar lo hecho, así que aunque esto pueda decepcionarte especialmente a ti padre, voy a conservar este bebé. Lo único que quiero ahora mismo es buscar la paz que llevo sin tener hace mucho tiempo, quiero estabilidad y formar mi propia familia, pero no será junto a Chéster, porque no le amo.
No me sentía segura de que Queen fuera capaz de perdonarme, pero si con alguien quería estar era con él, así que en contra de todo y de todos, ya había tomado una decisión.
Volví a la realidad, en la que Queen estaba a mi lado, con la bandeja del desayuno sobre sus piernas, extendiendo una fruta con un tenedor para que le diera un bocado.
—Espero que no tengas el valor de hacerme enojar y te alimentes bien, ahora no te voy a dar ni un respiro con la alimentación, me encargaré de que estén saludables —susurró con una pequeña sonrisa.
—Ya no me dabas respiro Queen —rodeé los ojos antes de darle el bocado que él deseaba ver.
Me sentía mucho más calmada ahora que Queen estaba aquí y todo entre nosotros volvía a estar bien. Desayunamos en calma, luego el sueño me volvió a atacar, así que me quedé dormida.
Cuando me desperté Queen no estaba a mi lado, al principio me sobresalté, pensé que todo había sido un sueño, uno demasiado bueno, pero su chaqueta estaba encima de la silla a mi lado y una nota estaba encima.
"Tuve que salir un momento, probablemente cuando vuelva será para buscarte en la casa de tus padres, espero estés lista para volver a conmigo, no pienso dejarte ir de nuevo". Una sonrisa se asomó de mis labios al leer aquello, en ese instante levanté la vista para encontrarme con que mi padre se asomó por la puerta.
—¿Podemos hablar un momento? —dijo en un tono de voz suave, mientras permanecía cabizbajo.
Venía en una actitud totalmente diferente a la que había tenido ayer, así que cuando levantó la mirada para observarme asentí. Él entró, yo quité la chaqueta de Queen para que pudiera sentarse a mi lado, nos quedamos en silencio un par de minutos.
—No tengo manera de justificar lo que te dije anoche, me dejé llevar por el dolor, porque me hubiera gustado que tuvieras el valor de decirnos la verdad. No sé si en algún momento puedas perdonarme por lo que estuve haciendo, por la manera en la que actué, pero quiero que sepas que no volveré a intentar intervenir.
—¿Esto lo dices de corazón o lo estás diciendo para no perder a mamá? —pregunté con la mirada puesta en la cobija que me estaba cubriendo las piernas.
—Qué va, no quiero perder a tu madre, es cierto, pero eres mi hija, tampoco quiero perderte a ti —soltó un suspiro audible—. Me arrepiento London.
—¿Qué pasará con la abuela? ¿Qué va a suceder con Chéster y el acuerdo que han hecho? —pregunté en un hilo de voz.
—No tienes que preocuparte por esas cosas, preocúpate por tu familia ahora, yo me encargaré de hablar con ella —aseguró poniendo su mano sobre la mía—. Estoy seguro de que lo harás mejor de lo que hemos hecho nosotros.
Las lágrimas corrieron por mis mejillas, este era mi padre, el hombre del que siempre me había sentido orgullosa.
—Tengo que confesar, que aunque estuviera molesto, me alegra que haya sido con Queen, lo aprobé porque es un buen chico, estoy seguro de que él va a cuidar bien de su familia —dijo antes de ponerse de pie—. Encuentra tu felicidad London.
Cuando mi padre salió de la habitación no pude evitar romper en llanto, esas eran las palabras justas que necesitaba escuchar de parte de mi padre y si hubiera sido posible de mi madre también. Ella tal vez no era una mujer de muchas palabras, pero con la postura que había mantenido la noche anterior, me bastaba para saber que estaba de mi parte y eso era más que suficiente.
Me quedé un par de horas recostada mirando hacia el techo, hasta que el doctor vino, me dijo que al fin podría irme, pensé que para ese entonces Queen ya estaría de regreso, pero me di cuenta de que no volvería aún. Mis padres no dijeron nada, pero me llevaron de regreso a su casa, eso para mí era suficiente, necesitaba paz y ellos me la estaban dando a su modo.
Al llegar a la casa me di cuenta de que aún seguía allí el automóvil de mi abuela, no sabía si se había quedado toda la noche o si habría vuelto en ese día para estar a mi llegada, pero no la quería cerca de mí.
Nos bajamos, por alguna extraña razón mis padres caminaban varios pasos delante de mí, entonces la puerta principal se abrió y vi el rostro de mi abuela, desbordado de furia.
—¿Ya se encuentra bien? Volveré a llamar a Chéster, le dije que se fuera a casa, no quería que continuara aquí, no pudo dormir en toda la noche por estar preocupado por London —indicó mi abuela que se apresuró a sacar el móvil.
—No será necesario —dijo mi padre de la nada y su voz hizo que mi abuela levantará la mirada—. London no va a casarse con Chéster, lo hará con Queen, como ella lo desea.
—¿Enloquecieron? —preguntó en un chirrido—. ¿No entienden que eso únicamente traerá problemas? ¿Acaso no han pensado en lo que dirá la gente cuando sepan que London estuvo con el padre y con el hijo de la familia Brumby?
—Solamente lo sabrán si abres la boca y esto es una advertencia personal. Si haces cualquier cosa que pueda hacer infeliz a London, no dudaré en hacer lo que esté a mi alcance para destruirte.
—Estoy embarazada de Queen, solamente quiero ser feliz junto al hombre que amo, espero que me dejes vivir en paz, es lo único que espero de una mujer como tú —terminé por decir de brazos cruzados.
Pude ver como su rostro se contraía como si estuviera comiendo un limón, incluso tuve ganas de reírme, pero la situación no estaba para risas. Entonces mi hermana que se había mantenido apoyada en el umbral de entrada, que se quedó pasmada con un gesto de sorpresa, se aproximó y colocó la mano sobre el hombro de mi abuela.
—Yo me casaré con Chéster, siempre y cuando aceptes mis condiciones —dijo de la nada y todos clavamos la mirada sobre ella.
—No tienes que hacer ese sacrificio —me apresuré a decirle, pero Camille negó.
—Chéster me parece interesante, solamente quiero que mi abuela acepte que termine mis estudios antes de que nos casemos —se encogió de hombros.
—Esto es... —dijo mi abuela pasando una mano por su frente—. No era lo que esperaba, pero lo acepto.
No esperaba que Chéster y Camille tuviesen algo en común, pero ahora que veía a mi hermana, se veía segura de sus palabras.
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