Capítulo 31 El crucero


Mientras esperaba a que London se duchara pude escuchar que estaba teniendo una conversación en el baño, no es que haya querido escucharla, pero en realidad fue inevitable, ya que escuché algunos sollozos y la preocupación se apoderó de mí.


Su madre estaba llorando, le pedía que no se case con ese hombre y London le estaba explicando que no lo haría. No quise continuar escuchando el resto de la conversación, dado que al final era algo privado de ellas y lo único que había querido era asegurarme de que ella estuviera bien.


Me coloqué el traje que había llegado, me tomó un poco por sorpresa ese obsequio, también me provocó cierta desconfianza, pero no quería alertar de más a London, para que al menos ella pudiera disfrutar más la fiesta.


No sabía si esto se debía a que fuera un plan de mi padre, el que supieran nuestros talles, que trajeran a nuestra habitación los obsequios y la tarjeta, todo era razón suficiente para tener desconfianza.


Al salir de la ducha London me di cuenta de que había estado llorando, pero se detuvo a mirarme y una leve sonrisa apareció en sus labios.


—Definitivamente, ese color te queda muy bien —comentó antes de sentarse en la cama con pesadez.


Yo me incliné a su altura y le aparté los mechones de cabello mojado del rostro, podía verse la tristeza, la preocupación. Hubiera querido que no respondiera a esa llamada, porque al final el viaje también era una excusa para buscar, aunque fuese un poco de paz y hacer que se olvidara del tema, sin embargo, sabía lo muy importante que era la familia para ella.


—London, no te tienes que preocupar por la universidad de tu hermana o por el trabajo de tus padres, vamos a encontrar una solución a eso, me tienes a mí para ayudarte —apoyé mis manos sobre sus brazos y los froté con dulzura— Sé que ahora mismo están preocupados por ti, pero no puedes darle el gusto a tu abuela.


—¿La escuchaste? —preguntó con una mueca de angustia— Me parte el corazón que llore de ese modo, que tenga que vivir con la preocupación de que vaya a hacer una tontería por culpa de mi abuela.


—Entiendo eso, pero se le quitará, hay que darle tiempo —besé levemente su frente— Verte de este modo realmente me pone triste.


—No tuve el valor para decirles que si no me caso con ese hombre probablemente lo intente con mi hermana —se frotó la frente con irritación— No sé qué voy a hacer Queen.


—Buscaremos una solución para eso también, pero ahora no quiero verte triste, ¿confías en mí, verdad? —le pregunté.


Ella asintió, me rodeó en un fuerte abrazo, nos quedamos de ese modo algunos segundos y luego ella se comenzó a arreglar. Lo bueno es que la invitación había llegado con tiempo, porque London es una mujer a la que le gusta verse de maravilla y se toma su tiempo, sobre todo cuando se encarga ella sola de todo su arreglo, tal vez le tendría que haber pedido al hotel que consiguiera a alguien que la hiciera ver incluso más hermosa de lo que es.


...


Aún quedaba un buen rato para dar comienzo a la fiesta, entonces tocaron a la puerta, observé que London estaba dándose los últimos retoques a su maquillaje antes de ir a abrir.


Un hombre elegante estaba parado esperando, me quedé viendo detenidamente su porte, parecía un guardaespaldas.


—Disculpe, señor, me ha enviado el anfitrión a buscarlos, quiere asegurarse de que lleguen a tiempo antes de la partida del crucero —informó con las mejillas un poco ruborizadas.


Pude darme cuenta de que se había quedado de ese modo cuando observó que se venía aproximando London, con el elegante vestido seleccionado.


—¿Nos vamos? —le pregunté a London ignorando por completo la presencia del hombre.


—Sí, ya estoy lista —respondió con una sonrisa y luego miró al hombre— Un placer volver a verlo.


Seguramente era el mismo hombre que había traído la ropa con anterioridad, traté de centrarme en lo importante, pero no me salía de la cabeza que ese hombre no dejaba de poner toda su atención en London y aquello no me gustaba en lo más mínimo.


El camino completo fue en un ensordecedor silencio, a una distancia prudente ya se podía ver el enorme crucero y desde lejos había una gran multitud de personas, no tenía la menor idea de quién era aquella fiesta, pero sin duda daría de que hablar en los medios.


Nos bajamos luego de que el hombre nos abriera la puerta y nos quedamos parados a una distancia prudente, entonces el hombre se paró frente a nosotros.


—Aún nadie conocerá al anfitrión, en cuanto la plataforma de acceso a las personas comenzarán a subir, pero —señala una barrera hecha por unas cintas rojas— Los invitados especiales entran por esa zona, es decir, las personas que han sido invitadas en especial por el señor y ustedes son de esos invitados.


—Muchas gracias —me limité a responder.


El hombre asintió y se alejó, entonces London se giró en mi dirección de brazos cruzados, pensé que comenzaría a regañarme, sin embargo, se aproximó para hablarme.


—¿Ves a Dalton y Marina? —preguntó en un susurro— Ellos deberían de ser también invitados especiales.


Me quedé un momento pensando en las palabras de London, tenía razón, de repente vi como llegaba otro automóvil que se estacionó detrás del que nos habíamos bajado nosotros, entonces vi a Marina bajar primero, con un vestido rojo, siempre le había quedado bien ese color y luego mi padre, que iba con un traje blanco, bastante elegante y que le favorecía.


Ambos nos quedamos sin decir palabra alguna viendo como se aproximaban a nosotros.


—Parece que nuestro nuevo posible socio es una persona bastante elocuente, ¿no lo crees Queen? —me preguntó mi padre que llevaba una media sonrisa.


—Eso parece, solamente ha ocasionado que aumente mi curiosidad de saber de quién se trata —afirmé sin quitar mi mirada de la suya.


—No me mires de ese modo, no tengo la menor idea de quién es —se encoge de hombros— Tampoco tengo idea de qué planes tendrá o por qué eligió esta ocasión para hacer negocios.


—Quiero que sepas que no te creo nada de lo que me digas, esto por alguna parte tiene tu sello y voy a terminar descubriendo que es lo que estás tramando, el que supiera nuestras tallas, todo huele extraño —solté las palabras de repente y vi a London un poco pensativa.


Seguramente no se había detenido a pensar en aquello, pero ahora por haber sido tan directo con mi padre no dejará de darle vueltas al asunto.


—No sé como tuvo esa información Queen, supongo que habrá preguntado a algún empleado de la empresa, pero no tengo nada que ver —insiste mi padre encogiéndose de hombros— Para ti siempre debo de ser el culpable de todo lo que está ocurriendo a tu alrededor.


—Tal vez porque así ha sido desde que tengo uso de razón Dalton, pero quiero que sepas que si esto tiene que ver contigo, me encargaré de cobrármelas —respondí.


Le tomé la mano a London y la llevé un poco lejos de la multitud, un poco más cerca de la entrada por la cual nos había dicho el hombre que íbamos a ingresar.


—Hay varias cosas que pienso sobre esto, quizá el hecho de que nos hayan entregado la ropa, la fiesta y todo esto, sea un plan de mi padre, quiere que todo este misterio me dé miedo, que termine por desistir —suspiro— Quizá está tratando de demostrar que no estoy listo para formar parte de la empresa y buscar una manera de sacarme.


—Creo que tienes que parar de pensar —me toma de las manos haciendo que ponga toda mi atención sobre ella— No sé cuál sea el plan, ni si es Dalton la persona detrás de todo esto, pero si no paras dos segundos de pensarlo vas a enloquecer.


Tenía la razón, ella sabía bien que mi cabeza podía seguir dando vueltas y vueltas en busca de descubrir lo que sea que estuviera ocurriendo, pero era difícil evitar que todo transcurriera de esa forma.


—Es tu decisión, podemos entrar a ese barco, ser un equipo una vez más y divertirnos como teníamos pensado hacerlo desde un comienzo —hizo una breve pausa un momento— O podemos mandar todo esto a la mierda, fugarnos como lo hicimos en el compromiso y ver el mundo arder.


Quisiera tomar la segunda, pero sabía que si lo hacía estaría perjudicando la empresa, que mi padre perdería la cordura, que volvería a poner en mi contra a mi madre y que terminaría buscando la manera de sacarme de la empresa.


Sin contar que me quedaría sin saber de quién se trata y eso no es algo que me permitiría.


Estaba a punto de separar mis labios para darle una respuesta, pero entonces la plataforma se habilitó y por un micrófono comenzamos a escuchar una voz.


—Quiero darle la bienvenida esta noche a todos los invitados, como sabrán, en esta ocasión hemos enviado algunas invitaciones vips, no es que tengamos privilegios, simplemente son personas con las cuales tenemos proyectos pendientes de los cuales nos gustaría discutir en primera instancia esta noche —informó la voz gruesa.


Era un hombre, ahora todo ponía las cosas mucho más llenas de misterio, pero quién era, esa la pregunta que no dejaba de rondarme en la mente.


—Los invito a empezar a acceder a los Vips, luego podrán ingresar el resto, debo de informarles que tendrán zonas específicas de diversión, camarotes asignados, este es el comienzo de una fiesta que no va a terminar en una sola noche —informó soltando una pequeña risa— Gracias a todos por acceder a acompañarnos.



Tras decir aquello tomé con más fuerza la mano de London y fuimos los primeros en ingresar, sin mirar atrás ni mucho menos con arrepentimientos de por medio, ahora era momento de averiguar de que se trataba todo esto.

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