Capítulo 25 Nueva socia


Sí, sonó bastante descabellado la propuesta que tuvo London, pero era realmente lo mejor que podíamos hacer ante aquella situación, no había manera de explicarle lo que había ocurrido, al menos no en esos momentos, ni siquiera nos habíamos casado y era demasiado probable que la manera en la que mi madre lo supo ocasionara que no quisiera volver a ver a London en su vida.


Ni siquiera sabría como justificar yo el que había traído a la amante de mi padre y la había vuelto mi prometida, sabía que algún día mi madre terminaría por descubrirlo, pero no era el modo, no quería que lo supiera así.


Así que nos apresuramos a subirla a la habitación, le dije al maldito de mi padre que se acostaba a su lado y que fingiera que nada de esto había sucedido.


Supongo que lo terminó haciendo para que no terminara de arruinarse su matrimonio, había besado a London y aquello me había quedado atragantado, no había pensado en las consecuencias, ni en que pasaría si todo se salía de las manos, solo quería verlo morder el polvo, quería arruinarlo.


London se marchó antes de que mi madre abriera los ojos, yo limpie el desastre que se había armado en la cocina y me fui a mi habitación antes de que la revolución ocurriera. Cuando entré a mi habitación me encontré con la bandeja del desayuno, la ropa de London había quedado en mi habitación, se había marchado en uno de mis coches con mi camisa puesta y realmente me había quedado con una mala sensación de cuerpo por no haberme quedado con ella.


La vi conmocionada por toda la situación, después de todo él había besado sus labios y solamente me atacaba el pensamiento de que aquello no podía haberle sentado nada bien.


No tenía hambre, no me apetecía ni tocar el café, pero lo había hecho con amor, se notaba en cada detalle organizado en la bandeja, no podía dejarlo allí, había pasado aquello porque ella había bajado sola, porque había querido sorprenderme, al menos lo hice valer, al menos me tomé el desayuno.


Luego de eso bajé las escaleras y me encontré a mi madre, que estaba teniendo una discusión con mi padre, yo ya me había cambiado de ropa, fingí estar confundido.


—¿Qué está sucediendo? Es temprano para estas discusiones, donde le hayas hecho al...


—Los dos saben que no estoy loca, saben lo que hicieron, necesito una explicación del porqué tu padre besó a London —reclamó con su aflicción de voz.


—¿Besaste a London? —pregunté en un gesto desfigurado.


—Tu madre tuvo un sueño demasiado realista y ahora cree que he hecho tal barbaridad —niega mi padre de brazos cruzados.


—No fue un sueño, estoy segura de ello, ¿en dónde está London? —preguntó pasando la mano por su frente.


—En su casa madre, ella nunca duerme aquí, aún no nos casamos, ¿segura que está todo bien? ¿No quieres ir con un médico? —pregunté con el rostro desfigurado.


No me agradaba la idea de hacerle sentir una loca, pero tampoco quería que todo lo que habíamos progresado y todos los problemas que habíamos tenido fueran aún más grandes.


La situación se calmó luego de haberle dicho aquello, vi que mi madre se había quedado con cierta desconfianza, algo que tampoco me parecía tan malo, quería que desconfíe de mi padre, claro que no quería arruinar la relación entre ella y London, pero eso pasaría en algún momento.


...


Decidí pasar por la casa de la mejor amiga de London antes de ir a la empresa, luego de lo ocurrido tal vez no tenga muchos deseos de ir a la empresa. Al llegar me encontré con que mi automóvil estaba allí estacionado y vi que ambas estaban saliendo de la casa.


—London —dije sacando la cabeza por la ventanilla.


Era normal que no reconociera el coche, ya que no suelo salir en este, se quedó un momento parada, mirando el coche y se apresuró a venir en mi encuentro.


—Lo siento, me tomaste un poco por sorpresa, no sabía que vendrías a recogerme —asegura con una media sonrisa que tenía destellos de tristeza.


—Lamento todo lo que sucedió, quería decirte que puedes tomarte el día libre, sé que luego de lo que ocurrió no debes de querer ir a la empresa y lo puedo entender —le tomé la mano entre las mías y la sentía temblar.


—Pensé que ya no querrías verme, que pensarías que todo esto fue mi culpa, que yo hice algo para que él...


—Nunca pasó por mi mente, ni un solo momento pensé que tú fueras responsable de esto London, sé como es Dalton, como actúa, como piensa —solamente de recordar la mirada de mi padre, me vuelvo a sentir tenso, siento la rabia fluir por mi cuerpo— Te puedes quedar tranquila, confío en ti.


—Queen, lo estuve pensando y creo que lo mejor será no mudarnos a la mansión cuando nos casemos, si esto ocurrió mientras estamos comprometidos, nada asegura que cuando nos casemos no pase nada similar —comenta cabizbaja— Hoy iré a ver el apartamento al que voy a mudarme, tengo que armar cajas en mi antiguo apartamento, así que si luego del trabajo estás libre, sería bueno que vengas.


—Lo hablaremos luego con más calma, ahora mismo tengo que irme a la empresa, que mi padre no pueda despedirme, no quiere decir que quiera quedar mal ante el resto del personal de la empresa, si quiero que respeten mi trabajo debo de llegar puntual, me envías la dirección —termino por decir.


Ella asintió, me dejó un leve beso sobre los labios y saludé a Sam, que no dejaba de sonreír como si toda la situación se le hiciera chistosa.


Sabía que un día en la empresa sin la compañía de London sería agotador, ella siempre tenía algo que comentar, algo con lo que hacerte sonreír, era un rayo de luz en los días nublados. Al llegar a la empresa, bastó con entrar a mi oficina para que tocaran a la puerta y que una de las empleadas se asomara sin esperar a que yo haya dado mi consentimiento de que pasara.


—Disculpe señor Queen, no quería entrar de este modo, sé que aún no termina de instalarse para comenzar su día, pero el señor Dalton convocó una reunión y espera que pueda acompañarlos —informa.


—De acuerdo, enseguida iré —termino por decir con molestia.


No solamente me sentía de ese modo porque mi padre estuviera dispuesto a arruinar mi día, sino porque una empleada había entrado como si no tuviera que respetar mi oficina, sobre todo porque no estaba London, porque normalmente cuando ella viene conmigo tocan antes de entrar, probablemente por los antecedentes de mi padre, que disfrutaba de follarla encima del escritorio a todas horas.


Me levanté de la silla con pesadez y caminé hasta la sala de reuniones, vi que la mayoría de socios y empleados de alto rango ya estaban reunidos. Suponía que realmente tenía algo importante que informar, pero solamente esperaba que no fuera nada que pudiera perjudicarme, porque empezaba a fastidiarme su actitud.


—Oh Queen, qué bueno es tenerte con nosotros, por favor, toma asiento para que pueda comenzar —me pidió extendiendo su mano hacia el sitio que había quedado libre en la otra punta.


No me quedó más opción que obedecer, mientras que analizaba los rostros de todos, que parecían igual de expectantes que yo.


—Bueno, lamento que la reunión se viera tan repentina, realmente no tenía aún la confirmación que necesitaba para realizar el anuncio oficial, pero ahora que lo tengo, me gustaría que todos ustedes le dieran la bienvenida a la empresa a la nueva socia —miró hacia la puerta y todos centramos la atención en la puerta.


Entonces fue que vi a Marina pasar, en un traje elegante, con una sonrisa ancha y recorrió con la mirada a todos los empleados hasta llegar a mí, entonces fue que nuestras miradas se quedaron fijas.


Por supuesto, cree que trayendo a Marina a la empresa va a causarme problemas con London o peor aún, quizá tiene el delirio que la llegada de ella hará que me sea imposible continuar en la empresa y que querré salir corriendo.


Ninguna de las dos opciones es viable, no voy a irme a ninguna parte, no voy a dejar que la situación, que la rabia me domine por completo y marcharme dejando a medias mi plan de verlo fracasar. Creo que en realidad quiere hacer un poco de lo que yo he hecho con London, quiere acorralarme, sin saber que mis sentimientos por Marina ya no existen.


No considero que le haya olvidado demasiado pronto, creo que tenía una idea errónea de lo que era el amor real, de lo que era ver a una persona y querer tenerla a mi lado el resto de mi vida, por eso seguía con Marina, porque no había llegado la mujer indicada para mí.


—Vamos a estar trabajando en un proyecto que fue una propuesta suya hace un tiempo atrás, por lo que vamos a viajar a conocer un futuro inversor muy importante, el viaje será de los socios principales, por ende, Queen, vendrás conmigo y con Marina a conocer al inversor —ordenó antes de mirar al resto de empleados— Hasta aquí la reunión, los detalles del proyecto voy a entregarlos con más calma luego de discutirlos en el viaje.


Por supuesto que algo como esto no me sorprende para nada, pero mi padre no se da cuenta de que esto solamente va a arruinar sus planes, que hará más complicado el que Marina se adapte, el que él se sienta cómodo, porque no se lo voy a poner fácil, London vendrá conmigo a ese viaje.


Estaba a punto de marcharme a mi oficina, iba caminando por el pasillo cuando escuché los tacones detrás de mí. No fue necesario darme la vuelta para saber que era ella, que estaba allí parada a una corta distancia, esperando a que la mirara.


—¿No vas a darme la bienvenida? —pregunta en un tono de voz lleno de frialdad.


—Prefiero mantener mis distancias de ti —respondo sin darme la vuelta.


Entonces siento su mano sobre mi brazo, quería obligarme a verla, giré solamente medio rostro para mirar su mano sobre mi brazo.


—No entiendo por qué sigues con esto, si me dices que solamente buscas la venganza de tu padre, puedo esperarte el tiempo que sea necesario, pero quiero que vuelvas a mí Queen —su voz parece quebrarse un poco y pasa saliva con dificultad— Nos debemos esta conversación.


—Ni siquiera luego de la fiesta de compromiso lo logras entender, ni siquiera luego de vernos juntos tu mente puede procesar de que lo que siento por ella es real —digo soltándome de su agarre— Nunca fue mi intención hacerte daño, al principio todo era por venganza, porque quería ver a mi padre destruido, pero ella tiene algo que me enamoró de verdad.


—No puedes enamorarte de una mujer cuando ya estás enamorado —musitó con una lágrima corriendo por su mejilla.


—Tú misma lo has dicho, creo que tienes la respuesta en tu mente, solamente no quieres aceptarlo —termino por decir.



No me quedé para continuar una conversación que solamente la terminaría destruyendo un poco más, no quería hacer tal cosa, ella siempre tendría un sitio especial en mi vida, sin embargo, esperaba en el fondo de mi corazón que terminara renunciando a esa idea absurda que mi padre le había metido en la cabeza, porque no terminaría bien.

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