Capítulo 16 No quiero que se hable del pasado

Abrí la puerta de mi dormitorio en el que estaba durmiendo Eva con Queen, le había preparado el desayuno, traté de ser sutil al despertarlo, pero estaba profundamente dormido, algo que no me extrañaba en lo más mínimo. Normalmente en las granjas te levantas en un horario mucho más temprano de lo usual, porque hay que hacer tareas duras, el día es pesado y si no te levantas temprano no aprovechas el día lo suficiente.

Él entreabrió los ojos, arrugó el ceño y no pude evitar sonreírle, eso me llevó a recordar lo que sucedió hace apenas unas horas. En realidad esperaba que decirle lo que me estaba sucediendo a Queen fuera una condena, que probablemente se arruinaría todo, porque habíamos dejado en claro que no íbamos a involucrarnos, pero al decirle lo que me estaba pasando y estar dispuesta a marcharme tras hacerlo, me tomó por sorpresa que no me permitiera hacerlo.

—No quiero que te vayas, London, tenemos que hablar de esto —me pidió a lo que clavé mi mirada sobre él.

—¿Para qué? —me había adelantado a sacar mis propias conclusiones de lo que diría y no estaba dispuesta a escucharlo.

Sí, podría sonar como lo más cobarde que hace una persona, pero cuando sabes que serás rechazada es suficiente dolor, no necesitas escucharlo de los labios de esa persona para aumentar el sentimiento de dolor.

—London, la realidad es que cuando terminé mi compromiso con Marina pensé que todo esto sería insoportable, que no vería la hora de que nuestra farsa se terminara, pero luego tuve la oportunidad de conocer la persona que eres y me gustas, pero no sé siendo sincero si estoy preparado para formar algo real, necesito tiempo para aclarar las cosas —me pidió deslizando su mano por mi brazo hasta llegar a la mía— Espero que puedas comprenderme.

Me tomaba por sorpresa que dijera que le gustaba, en realidad no esperaba nada, pero escuchar aquello significaba que no estaba loca, sino que de alguna manera a él también le estaban pasando cosas conmigo.

—Lo entiendo —bajé la mirada.

—No es fácil, porque a diferencia de ti que fuiste engañada, Marina no me hizo daño, fue al contrario, con esto soy yo quien la debe de estar dañando —confesó con cierta tristeza en su tono— Ella me apoyó en momentos difíciles, no se merecía lo que hice, pero la venganza me pudo más, hay cosas que guardo dentro de mí que aún me duelen, no soy una mierda, solamente quiero cobrarme lo que la vida me hizo.

—No pienso así de ti, imagino que debes tener tus razones para hacer las cosas, también sé que ella no te falló, así que puedo comprenderlo aunque me cause cierta tristeza —me sincero.

—Siempre voy a tratar de ser tan sincero contigo como pueda, porque no quiero hacerte el mismo daño que mi padre te hizo, no te lo mereces, así que dame un tiempo mientras continuamos con esto, si nos casamos, será para que seas feliz, no pretendo arrebatarte la paz —puso sus manos sobre mis hombros y luego me dio un pequeño beso en la frente antes de jalarme para rodearme entre sus brazos.

...

Regresé a la realidad cuando Queen se apoyó sobre sus codos, soltó un gran bostezo, ojeó a Eva que estaba profundamente dormida y me regaló una sonrisa de regreso.

—¿Qué estás haciendo aquí? —murmuró.

—Vine a traerte el desayuno, mi padre no debe de tardar en despertar y lo más probable es que mi madre tenga listo el desayuno, pero mi padre es un hombre testarudo, querrá empezar el trabajo cuanto antes —me encojo de hombros— No te dará tiempo de desayunar, eso me preocupa, no puedes empezar un día en la granja sin comer bien, solamente mi padre lo hace y en ocasiones ha llegado a sentirse mal por no hacer lo correcto, así que come esto por favor.

—Quiero que te quedes tranquila, lo que dije ayer a tu padre, de hacer todo lo que esté en mis manos para que me acepte, voy a cumplirlo, daré lo mejor de mí —me recordó a lo que sentí mis mejillas arder y le entregué la bandeja.

—No te esfuerces de más, mi padre puede que sea demasiado duro contigo el día de hoy —me aproximé y le di un pequeño beso sobre los labios— No te lo va a poner fácil, valgo mucho señor Queen.

Ambos sonreímos y salí de la habitación, cuando fui de regreso a la cocina para acomodar todo lo que había dejado, ya estaba allí mi madre.

—Lamento el desorden que dejé —le dije a lo que ella me miró un poco sorprendida.

—Oh, no pasa nada cariño, supuse que ibas a hacer algo como esto —sonrió ampliamente— Conoces mejor que nadie a tu padre y aún no se ha levantado, así que espero que Queen ya se esté preparando.

—Lo dejé con el desayuno, me preocupa lo que mi padre pueda hacerle hoy —confieso frotando mi frente y me apoyo en la encimera— Quizá sea demasiado para Queen.

—Tu padre puede que sea bastante duro cariño, pero hay una realidad que no puede negarse, si ese hombre de verdad te quiere, si de verdad quiere casarse contigo, eso es algo que tu padre podrá notarlo pasando tiempo con él, por más que sea un desastre en todo lo que vaya a hacer, será el esfuerzo que ponga, el hecho de que no huya, lo que le dará las respuestas a tu padre —me comentó mientras untaba jalea de frutilla en una tostada.

—Tienes razón —dije aún con algo de dudas.

No es que lo que dijera mi madre fuera mentira, pero me preocupaba que Queen ni siquiera se sentía seguro de sus sentimientos hacia mí, así que me preocupaba el hecho de que esto le hiciera pensar en que estar conmigo podría ser demasiado complicado y terminara por darse por vencido.

Me quedé parte de mi mañana en la habitación, preocupada, dándole vueltas al asunto, no quise andar merodeando, ni mirando que era lo que mi padre le había puesto a hacer, porque entonces solamente aumentaría mi miedo, preferí quedarme leyendo un libro.

Cuando volví a la sala porque estaba cerca el medio día, me encontré a Eva, que estaba parada en una ventana, mirando hacia afuera con mi madre al lado.

—Si quieres puedes salir a ver los animales, te vas a volver planta, si sigues parada mirando por esa ventana —le comentaba mi madre cuando me acerqué.

—¿Qué es lo que está pasando? —pregunté a lo que Eva me dio una mirada con un poco de tristeza.

—Estoy observando, quería ver que era lo que Queen tendría que hacer —musitó.

—Lleva toda la mañana ahí, no creo que eso sea muy sano para ella —se encogió de hombros mi madre— Deberías de llevarla a hacer algo London.

Me paré detrás de ella para ver que era lo que hacía Queen, estaba sentado en una banca ordeñando vacas, pero para mi sorpresa lo estaba haciendo muy bien, parecía que supiera lo que estaba haciendo.

—Anda Eva, vamos a andar un rato en caballo, ¿no te apetece? —le pregunté.

—Me apetece, pero me siento preocupada por Queen —confesó a lo que me quedó mirando fijamente— Esto no me parece justo London, ¿por qué mi hermano debe probar ser digno para ser tu esposo? ¿Acaso no es suficiente con demostrar sus buenas intenciones de casarse contigo?

No sabía que responder ante aquellas palabras, realmente a mí tampoco me estaba pareciendo justo que lo pusieran a hacer todo aquello.

—Tu padre le puso a darle de comer a los cerdos, a juntar huevos, lo puso a darle de comer a las vacas, lo ha llevado a juntar verduras, lleva toda la mañana sin descanso —insistió haciendo que me sienta aún más culpable— Queen ya tiene una vida demasiado dura, no tiene por qué pasar por esto.

—Lo siento Eva, sé que estás molesta, tampoco me gusta que Queen tenga que pasar por esto —respondo suspirando.

—Tú no lo entiendes, mi hermano lleva toda su vida tratando de probar que es bueno, mi padre nunca se lo ha puesto fácil, lo mandó al extranjero a vivir con nuestra abuela que no era una mujer muy amable, lo hacía hacer tareas duras para que se forjara como un hombre cuando solamente era un niño, luego cuando ella murió lo enviaron a un internado, del cual amenas regresó hace unos años, pero seguramente eso no lo sabías —su voz se quebró y vi como sus ojos se volvían acuosos— Para esto London, mi hermano no merece tener que pasar por esto.

Sus palabras hicieron que mi corazón se encogiera, era por eso que Queen no quería hablarme sobre su pasado, que no me quería contar sobre lo que había hacho Dalton, por qué de su odio tan grande, había vivido una infancia dolorosa, lejos de su familia, todo por culpa de su padre.

Me limpié una lágrima que había corrido por mi mejilla, me armé de valor para salir y detener a mi padre, Eva tenía razón, no podía permitir que él tuviera que pasar por todo aquello, nunca lo tendría que haber aceptado, incluso aunque él hubiera dicho que estaba bien.

Cuando me aproximé lo observé sonreír con cansancio, se secó el sudor de su frente, dejó a un lado la cubeta llena de lecha y me quedó mirando.

—¿Te molesto si te pido que me pases esa cubeta? —la señaló.

—Queen, ya para, deja todo esto y vamos dentro —le dije extendiendo mi mano.

—Aún no termino y si no lo hago tu padre se va a molestar —dijo con seriedad.

—Da igual lo que mi padre piense, nos vamos a casar, no quiero que sigas pasando por todo esto por mi culpa —respondí haciendo una mueca— Eva está adentro y está un poco preocupada.

—No entiendo que te hizo cambiar de parecer, es decir, esta mañana te veías preocupada, pero aun así no me impediste venir, estamos ya a medio día, queda poco London y de verdad quiero que tu padre apruebe que me case contigo, está bien si soporto un poco más, no soy un hombre de cristal —me respondió y pude ver un poco de frustración en su rostro.

—Lamento no haber parado todo esto desde un comienzo, debiste decirme todo lo que habías pasado en tu vida, jamás hubiera permitido que te pusieran a prueba —respondí sincerándome.

Un gran silencio se formó, luego Queen se puso de pie en silencio, caminó en dirección a la casa y entró. Yo fui detrás de él sin entender lo que estaba pasando, me detuve en seco cuando lo vi parado en frente de Eva, quizá no tendría que haber dicho aquello, quizá me debía haber quedado callada.

—¿Por qué insistes en abrir la boca Eva? —le preguntó con la mandíbula tensa— Te he pedido un millón de veces que no abras la boca, que no cuentes sobre mi pasado, que no digas nada.

Eva bajó la mirada, se veía la culpabilidad y yo me sentía del mismo modo, le estaba regañando por mi culpa.

—Mírala —me señaló— Ve como me observa con compasión, ve como me mira con pena, eso es lo que pasa cuando la gente sabe lo que he tenido que pasar, por eso no quiero que hables con nadie sobre mi pasado, por eso no quiero que digas absolutamente nada Eva, nadie tiene el derecho de mirarme con lástima.

—Yo solamente estaba preocupada —dijo con la voz quebrada.

—No soy un niño, no necesito que me cuides, no necesito que te metas en las decisiones que tomo —respondió con frialdad.

Pasó por mi lado sin decir ni una palabra, sin mirarme ni siquiera, yo me aproximé a Eva, sin decir ni una palabra, la rodeé entre mis brazos y la escuché sollozar.

—No te preocupes por esto, se le va a pasar y luego podrán hablar —murmuré.

Mi madre había estado ahí parada mirando la situación en pleno silencio y me miró como si tuviéramos una conversación pendiente, sabía que esto no sería algo bueno, Queen se había comportado de un modo que tal vez no era lo usual.

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