Capítulo 11 El picnic

Aunque la boda fuera una completa farsa, un plan perfecto para destruir a mi propio padre, tenía que lograr que al menos los padres de London creyeran que esto era real, para eso sin duda tendría que actuar como si entre nosotros hubiera algo sólido, le había pedido que pasáramos un día fuera de la empresa, un día solamente ella y yo, para poder conocer cosas de ella que como su pareja debería de saber.

Armé el itinerario perfecto, un día de pícnic, lo vi perfecto, algo más relajado que me pareció que sería adecuado para London, ya que no me parece que sea del tipo de mujer que acostumbra a ir a sitios caros. Con esto no quiero decir que ella no sea elegante, todo lo contrario, pero tiene cierta sencillez que resulta cautivadora.

Pasé por ella temprano en la mañana, quería que llegáramos al sitio un poco más temprano de lo normal, había elegido un jardín japonés, pero tenía como una segunda opción un sitio diferente, por si estar allí no le resultaba tan cómodo como me lo había imaginado.

—¿Me dirás ya lo que tienes planeado? —me preguntó de repente levantando la mirada de su celular.

—Aún no, te vas a enterar cuando lleguemos, no comas ansias London —sonreí levemente sin siquiera mirarla.

En el poco tiempo que llevaba de conocerla podía decir que su rostro habla antes de que abra su boca y aunque no la estuviera mirando podía imaginar el gesto que llevaba.

—Esto de las sorpresas me dispara la ansiedad, necesito saberlo —dijo en un tono de súplica.

—Escucha, hay algo de lo que quiero que hablemos y ya de paso, hará que te distraigas de todo esto —le aseguré.

Esta vez sí que la miré de reojo, quería ver su expresión, se cruzó de brazos, estaba insatisfecha con mi respuesta, pero al cambo de algunos segundos en su rostro se reflejó la curiosidad.

—Mira, siendo sincero, aunque tuve tiempo de planear y meditar con respecto de algunas cosas sobre nuestra relación falsa, había un asunto en particular que no me había cuestionado —me sinceré mirando la carretera.

—¿A qué te refieres? —preguntó dudosa.

—Es que muchos de mis conocidos y amigos, tanto los que veo de vez en cuando como los que no veo hace mucho, no saben de mi rompimiento con Marina, no saben de mi compromiso contigo, estoy seguro de que los tuyos tampoco —comenté encogiéndome de hombros— Quiero que el día de hoy aprovechemos lo que estuve planeando para que podamos publicar en nuestras redes algunas fotos y que pongamos algo que haga saber que estamos realmente enamorados.

—Pero no lo estamos —alzó ambas cejas a modo de burla— ¿Cómo se supone que vamos a escribir algo que realmente no sentimos?

—Como hemos fingido hasta el momento —respondí sin más.

Entonces detuve el automóvil porque habíamos llegado, ella se quedó mirando con especial atención por la ventanilla, se me hizo un poco gracioso, aun así me apresuré a bajarme y abrirle la puerta.

—Este sitio es... —se quedó un tanto pensativa como si estuviera buscando las palabras indicadas— Es hermoso, se siente la paz, incluso desde aquí fuera, me encanta.

—Había planeado un plan B, necesitaba tenerlo por si este sitio no era tu estilo —confesé.

Recordé que tenía en la parte trasera la cesta con la comida para el pícnic, así que la dejé allí parada mirándome y me apresuré a bajarlo todo para poder entrar. Había llamado antes para saber si podría traer alimentos, si se podía armar un pícnic en algún sitio y me dijeron que había unas bancas de madera al lado de un lago con unas mesas, que también había un amplio jardín con césped si era de nuestra preferencia, así que me lo traje todo listo para ambas opciones.

Nos acercamos a la entrada, donde un guardia me pidió las entradas que había solicitado por internet, se las entregué y nos dio paso al sitio. Al parecer había elegido un buen día, dado que no había prácticamente gente, suele ser un sitio bastante concurrido, así que me siento afortunado.

—Es maravilloso —dijo observando con detenimiento los alrededores y una sonrisa ancha iluminaba su rostro.

—Me da gusto que sea tu estilo, ¿te parece bien si nos sentamos por allí? —le señalé las bancas al lado del lago.

Se frenó en seco y se quedó mirando el sitio como si estuviera hipnotizada, algo que realmente me causó gracia, no sabía si se debía a que nunca había estado en un sitio como ese o si simplemente este en particular era diferente a los otros, después de todo para mí era la primera vez que visitaba un sitio de estos.

—Sé que voy a empezar a sonar como un disco rayado, pero todo en este sitio se ve tan hermoso, me podría sentar en cualquier lugar, así que elige tú —me pidió con emoción— Nunca había estado en un lugar como este, me siento afortunada.

—De acuerdo, en ese caso me gustaría que estemos cerca del lago, me gusta ver el agua —comenté a lo que ella asintió— También es mi primera vez en un sitio así, pero tienes razón, es maravilloso.

Nos fuimos a sentar, dejé que London fuera quien se sentaba primero, yo mientras tanto simplemente preparé la mesa, coloqué un mantel encima de la mesa, luego coloqué las diferentes comidas que había traído, no tenía la menor idea de que era lo que le gustaba, así que traje suficiente para que ella misma pudiera elegir.

—Dios mío Queen, esto es demasiado —dijo mirando todo— Podrías haber traído menos comida, me daría pena que se desperdicie algo, pero no me entraría todo esto ni en mis sueños.

—Bueno, no tenía la menor idea de que era lo que te gustaba comer, tampoco sabía si comes mucho o poco, así que decidí traer de todo para que pudieras elegir y también esto me ayudará a saber que darte de comer en otros momentos —confesé sonriente.

—En ese caso, hubiera sido más sencillo llamarme y preguntarme que me gusta comer —soltó una pequeña risa— Ustedes, los hombres, se complican demasiado la existencia.

—Entonces me puedes decir ahora cuál es la comida favorita de mi prometida —le pedí sin perder la picardía al decirlo.

—Me gustan bastante las patatas rellenas, crecí en una granja, mis padres siempre cosechaban, así que una de las mejores temporadas para mí era cuando había patatas y mi madre las preparaba rellena —comentó con los ojos brillosos.

—No me hubiera imaginado que creciste en una granja —admito apoyando mi rostro en mis manos— ¿Tienes hermanos?

—Tengo una hermana menor, por ella mis padres se mudaron de ciudad y hablando sobre esto, hablé con mi madre anoche, le dije que iríamos de visita, el compromiso es algo que para mi familia es muy valioso Queen, así que tendrás que ganarte a mi familia, si todos ellos se oponen a que nos casemos, no habrá nada que pueda hacer, no pienso tener una boda aunque sea falsa en contra de su voluntad —me asegura y toma una patata frita de uno de los recipientes.

—Estoy de acuerdo, te aseguro que me voy a ganar a tus padres, puedes estar tranquila, ¿les dijiste que pensabas ir con tu prometido a hablarlo? —le pregunté curioso por saber qué le había dicho.

—No, no podía decirles por celular sobre el compromiso, mi madre se moriría ahí, se lo diremos ambos, el fin de semana, porque ya quedó decidido que viajaremos ese día, si tenías algún pendiente lo puedes ir cancelando —comentó antes de darle una mordida a la patata.

—De acuerdo, entonces, volviendo al tema, necesito saber más de ti London, no puedo llegar con las manos vacías, quiero saber si eres alérgica a algún alimento, si tienes alguna enfermedad, si hay una comida que no soportes, las cosas que cualquier persona que te ama debe de saber —me sinceré al verla directo a los ojos.

—Soy alérgica al maní, no me gustan las berenjenas y no tengo enfermedades, siempre fui una niña muy saludable a pesar de esa alergia, crecí bien —sonrío poniéndose en la misma postura que yo.

Habíamos estado tan sumergidos en la conversación, probando un poco de todo lo que había traído mientras le hacía un poco de preguntas, que de la nada comenzaron a caer gotas y me di cuenta de que el cielo se había vuelto negro.

Estábamos a un par de horas de casa, se notaba que se vendría feo, así que me apresuré a guardar todo y cuando íbamos de salida del parque me detuve frente al guardia.

—Disculpe, parece que se viene una tormenta, ¿me podría decir si por aquí hay algún hotel en el cual nos podamos hospedar? —le pregunté.

—Claro, a un par de calles puede encontrar uno —me respondió.

Se paró en la calle y me indicó por donde debía de tomar, en las calles que debería de doblar, así que le di las gracias antes de que nos marcháramos.

—Deberíamos volver a casa —me dijo con un gesto de preocupación.

—Deberíamos, pero se vendrá una tormenta y son varias horas para regresar, no lo veo prudente, además pediremos dos habitaciones, no te tienes que preocupar, no tengo ninguna intención de aprovecharme de la situación —terminé por decir— Nos iremos mañana a primera hora si ya pasó la tormenta.

—De acuerdo —asintió un poco más calmada.

Llegamos al hotel que el señor había indicado, la tormenta ya se había desatado, la lluvia era fuerte, me apresuré a bajar, di toda la vuelta y le abrí la puerta del coche para que pudiera bajarse y correr dentro del hotel.

Al entrar al recibidor estábamos bastante mojados para ser que solamente había sido unos segundos mientras bajábamos del coche y entrabamos, aun así me aproxime hasta la recepción donde nos recibió una mujer muy sonriente.

—Bienvenidos, ¿en qué les puedo ayudar? —preguntó amablemente.

—Necesitamos de dos habitaciones por esta noche —le pedí a lo que la mujer se puso un tanto seria.

—Lo lamento, señor, es que tenemos el cupo lleno, solamente nos queda una habitación, pero es la vip, no sé si sea de su interés —respondió mirándonos a ambos.

Nosotros intercambiamos miradas, aunque fuera la vip habría una sola cama, así que si nos quedábamos allí, que no habría otra opción más que hacerlo, estaríamos juntos. No quería que London interpretara esto como un plan o algo así, no quería que pensara que quería de verdad aprovecharme de ella, es cierto, al final había sido yo el que la había besado en la ocasión anterior, pero de allí a llegar a los límites de aprovecharme de ella, no, eso sería demasiado.

—Nos quedaremos con la habitación —le respondí entregando mi tarjeta.

En cuanto nos registró y nos entregó la tarjeta para entrar a la habitación, nos dispusimos a subir en el ascensor, vi que London estaba tan callada, incómoda, así que me atreví a ser yo quien abriera la boca.

—Podemos poner una barrera de almohadas en la cama, no tienes por qué sentirte nerviosa, no me aprovecharía de ti —aseguré sin siquiera mirarla.

Ella no me respondió, cuando las puertas del ascensor se abrieron y entramos en la habitación, me pareció una habitación bastante pequeña para ser una vip, de todos modos, fui directo al baño para traer dos toallas, al menos que se pudiera secar. Saqué unas batas de baño de un armario también y le entregué una toalla con la bata.

—Te puedes dar una ducha si gustas, si no solamente secarte y quítate la ropa mojada, te va a hacer mal, voy a llamar a recepción para saber si hay manera de que nos consigan ropa limpia —le volví hablar, pero nuevamente no tuve respuesta de su parte.

Solamente se quedó parada ante mis ojos, de repente dejó la bata y la toalla sobre un sofá de un cuerpo que había a su lado, todo sin quitar la mirada de la mía.

—¿No te gusto? —se atrevió a preguntar.

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