Capítulo VI : Prey
Oscuridad eso es todo lo que ve, no hay nada a su alrededor, solo oscuridad. No recordaba como había llegado a esta situación. Su respiración era pesada y estaba acelerado su pulso. Esperó que sus ojos se acostumbraran a la poca luz que entraba por los pequeñas rendijas de la pared.
Cuando pudo ver algo se dió cuenta que estaba en una habitación en una cabaña destartalada, trató de moverse pero ambos, sus manos y pies estaban atados los postes de la cama. Su desesperación palpable al igual que su miedo. Trató de mantener la calma pero esta la había abandonado hacía mucho tiempo. Su corazón desvocado se agitó aún más cuando sintió una voz en la habitación junto a ella.
— De verdad te ves hermosa en esa cama,una especie de retrato vivo. Hace mucho que no tenía alguien tan bella mi disposición y hoy tengo dos; parece que los astros se están alineando a mi favor.
—¿ Quién eres? ¿Por qué haces esto, yo no te he hecho daño ni a ti ni a nadie soy una joven devota que solo ha hecho el bien?— decía entre sollozos
— Shhh. No llores, arruinarás mi juego si lloras aún no es momento para eso. Como te dije hoy la belleza es la protagonista de este encuentro y para eso voy a presentarte a tu acompañante. De aquí solo uno saldrá con vida es algo así como SAW pero sin las trampas y la sangre innecesarias, al final de la noche todos habremos jugado y disfrutado. Ahora no te muevas de ahí — soltó sarcástico. Desde su obra de arte anterior necesitaba matar con más ansias.
Minutos después entraba con un chico maniatado con los ojos cubiertos y con una cadena de perro atada a su cuello. Los vivos hasta la cama donde la chica miraba con ojos asustados toda aquella escena.
— ¿Por qué lo haces?— nuevamente preguntó.
— Porque puedo — respondió — ¿Acaso le preguntas a tu Dios porque hace las cosas? No, solo lo aceptas y sigues con tu vida en esta habitación esta noche Yo soy su Dios y como tal ambos aceptarán mis juegos.
Con un fuerte a tirón de la cadena hizo que el joven se arrodillara frente a la cama y quitó la venda de sus ojos él mantuvo la mirada baja como si estuviera acostumbrado se trató desde antes se quedó de rodillas y no hizo ningún movimiento mientras retiraban los amarres de sus manos y la cadena de su cuello quedando solamente con un collar para decir el que usan las mascotas, un boxer cubría también su intimidad. La chica aún se preguntaba cómo había sucedido todo esto no había hecho nada fuera de lo habitual en su día a día mentalmente repitió el itinerario que había seguido antes de despertar en aquel lugar donde ahora se encontraba.
Había ido a la universidad tomó como de costumbre todas sus clases luego salió rumbo a la misma iglesia donde encendía una vela y rezaba porque todo le saliera bien dejó una ofrenda y salió rumbo al pequeño departamento donde vivía en el camino había chocado con alguien y sentí un pequeño piquete en la parte superior de su brazo pero no le dio importancia recuerda que llegó a su casa muy somnolienta y que después de todo una ducha cayó en su cama como una roca cuando abrió los ojos ya estaba en aquel lugar y en aquella situación. Por tanto rezaba para salir de allí con vida no sabía que von su captor no había esa posibilidad aunque así les había hecho creer— ahora sube la cama— su voz la trajo de vuelta la realidad.
¿Qué iba a pasar ahora? el otro chico había comenzado a subir a la cama y estaba a los pies de la misma.
— Juega con ella si logras que tenga un orgasmo mientras estás con ella entonces eres libre, de lo contrario si ella se resiste no siento placer estando contigo puedes decirle adiós a tu vida
— Por favor no lo hagas nunca he estado con un hombre anteriormente, para, detente —Pero era como hablar con una pared aquel hombre parecía un autómata, rasgó sin cuidado alguno la ropa interior de las chicas mientras que ella se retorcía debajo de él.
Al otro lado de la habitación sentado en un sillón y con un cigarro encendido en sus labios él disfrutaba todo La sonrisa ladina no desaparecía. Él no le estaba tocando sin embargo estaba disfrutando que el espectáculo en la cama comenzaba algo que ninguna mujer quiere que le pase nunca el chico encima de ella estaba con miembro colocado justo en su entrada pero aún no daba que el paso que le quitaría la virginidad.
Comenzó a apretar su seno sin cuidado y a llevarlos a su boca dando chupetones que dejaban marcas rojas en su blanca y tersa piel con brusquedad tocaba y la mía pedazos de su cuerpo hasta que se alejó.
Las lágrimas de las chicas caían y su voz se había quedado ronca de tanto gritar cuando lo sintió alejarse creyó que todavía había terminado pero todo estaba lejos de terminar, sin previo aviso el joven enterró su cara entre las piernas de las chicas y comenzó a torturar su centro de placer la lengua del joven sabía lo que hacía y así en contra de la voluntad de su cabeza el cuerpo de ella comenzó a ceder primero lubricando la zona y luego llevándola pequeñas descargas eléctricas que la hicieron gemir entre toda aquella confusión, sus lágrimas seguían cayendo no se explicaba Por qué estaba sintiendo todo aquello se sentía sucia y poco merecedora de la gracia divina.
El chico por su parte no paraba en los embates al manojo de nervios que ahora hinchado sentía con más intensidad.
Mientras más rápido se movía su lengua más temblaban las piernas de las chicas y cuando sintió que iba a llegar a su involuntario orgasmo y de solo un estocada se hundió en la estrecha cavidad que soltó un pequeño hilo de sangre debido a la brusca intromisión. Las impolutas sábanas blancas quedaron manchadas con la sangre de aquel acto.
El cigarro consumido con calma a lo largo del acto casi se apagaba, para su gusto todo había sido demasiado rápido sabía desde que la había visto hace un par de semanas atrás que aquella mojigata vestida con largas faldas y ropa ancha para ocultar su cuerpo solo necesitaría un pequeño empujón para caer rendida al placer.
Los gemidos que salían de su boca mientras que un extraño se la follaba era prueba de ello le había gustado lo que veía pero era hora de volver a su rutina diaria un pequeño juego como aquel no debía dejar de su verdadero propósito acabar con la unidad de análisis de la conducta del FBI y para ello tenía que darles un golpe que lo dejara inestable ya había pensado cuál sería su próximo paso.
Se levantó el sillón y se acomodó la incómoda reacción que tenía, se acercó al dúo que entre gemidos y lágrimas seguían teniendo sexo sacó una pistola 9 mm y apunta la cabeza del chico, justo después jaló el gatillo. Una mancha de sesos con sangre cubrió la pared al otro lado de la cama, la sangre también salpicó su rostro y el de la chica quién ahora estaba nuevamente en shock.
— Lo ... Lo acabas de matar le dijiste que si yo... Que si yo—Decía entre sollozos.
— ¿Hubieses preferido que te matara a ti la interrumpió?
—Yo no merezco vivir estoy sucia y ya no soy merecedora del amor de Dios
— Cort el rollo, solo tuviste sexo como una mujer normal que actúa en correspondencia a su edad.
—Ya no merezco vivir decía ella una y otra vez.
—Está bien, si eso quiere déjame complacerte. Dale mis saludos a cualquiera de los dos que te reciban y cuéntales que próximamente estaré enviando uno más— ante la mirada de incredulidad de ella tiró nuevamente el gatillo, segundos después una bala atravesa su frente y le dio fin a la vida de la joven. Dos nuevas víctimas para la larga lista que aún faltaba por llenarse.
Ahora era momento de regresar al hospital y por fin terminar lo que había comenzado años atrás.
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