Capítulo 6: "Un paso atrás".



"En la secundaria Bangtan todo podía pasar en un festival de primavera"

PARTE 2

El tan ansiado día del festival de primavera en la secundaria Bangtan había llegado por fin.

Aquella mañana era perfecta: el sol brillaba con la fuerza de la primavera, el celeste del cielo era intenso y sólo unas pocas nubes se podían ver esparcidas por él; la brisa era suave y fresca, moviendo la copa de los árboles cuyas flores se esparcían cayendo en un lento y armonioso baile hasta tocar el suelo, del cual se podía apreciar el olor de la humedad de su tierra.

Todo era simplemente perfecto.

Así lo sintió Kim Taehyung mientras observaba el paisaje desde la ventana del comedor donde terminaba su desayuno, con una sonrisa y los ojos muy brillantes ante la expectativa de aquel día. Luego de todos esos años de estudio, su vida como alumno de secundaria llegaba a su fin y daba un paso más hacia la adultez al ingresar en sus estudios universitarios.

"Ya era hora de crecer", pensó una vez más, lanzando un suspiro mientras volvía a su habitación para tomar su bolso y la caja donde había guardado todo lo que le sería necesario para el concurso de dibujo que él mismo había propuesto para el festival.

El timbre de su casa sonó y se apresuró a bajar las escaleras, no sin antes darle unos mimos a su perrito Yeontan, y asegurarse de que la puerta quedara bien cerrada. Del otro lado de la cerca, Park Jimin lo esperaba dando saltitos por los nervios, mientras le saludaba con una sonrisa, de esas que sólo Jimin sabía dar: enormes y seductoras, según algunas chicas. A su lado, otra caja descansaba en el piso, con todo lo necesario para su presentación de baile.

-¡Tae Tae llegaremos tarde! – Le apremió Jimin tomando la caja y comenzando a caminar sin esperar a que su amigo le saludara. – ¿Por qué demoraste tanto?

-¿De qué hablas? , sólo le di de comer a Yeontan. Ni siquiera lavé los platos de mi desayuno y eso me traerá problemas, pero no importa – comenzó a quejarse Tae para luego restar importancia a lo dicho, trotando para alcanzar el paso de su amigo. – ¡Hoy es el día Jimin-shi! , ¡Será perfecto!

-Claro que es hoy y no lo vamos a arruinar llegando tarde, ¡Corre, rápido! – Jimin comenzó a correr para canalizar sus nervios y ansiedad por el tan esperado festival. El joven estaba deseoso de llegar y ayudar con los preparativos, además de ponerse a practicar su baile junto a Hoseok y Gabi. Sería el último festival en el colegio y no deseaba otra cosa más que disfrutarlo al límite con sus amigos.

Estefi abrió la puerta de su casa después de escuchar sonar el timbre por un minuto, sin pausa. Esa actitud tan molesta no podía ser de otra persona más que de él.

Min Yoongi sonrió con satisfacción cuando vio el rostro furioso de su amiga del otro lado de la puerta. Amaba hacerle enojar de esa manera.

-¿Tienes pegamento en tu dedo y no podías soltar el maldito timbre? – Casi rugió Estefi dejándolo pasar de mala gana.

-Algo así – respondió Yoongi dejando su bolso sobre la mesa junto a la entrada, para sentarse cómodamente en el sillón de la sala y extender sus brazos en actitud perezosa. – ¿A ti se te pegó la sábana? Me refiero a las marcas que tienes en tu cara.

-¿Marcas? – Estefi buscó un espejo desesperada, aún no había ido al tocador para peinarse ya que acababa de cambiarse. – ¿En verdad tengo marcas en la cara?

-Deja de molestar a mi hermana, Yoongi – le advirtió Seokjin bajando las escaleras con sus pertenencias. – Estefi, ¿todavía no estás lista?, llegaremos tarde.

-¡Ese maldito enano que tienes por amigo dice que mi cara está marcada! – Se quejó la chica casi llorando, mientras Yoongi se deshacía en risas sobre el sillón. – ¡Seokjin, ayuda!

El chico suspiró y tomó el rostro de su hermana entre sus manos con dulzura, elevándolo un poco para inspeccionarlo con detenimiento. Sonrió para sí mismo al ver la desesperación en los enormes ojos marrones de la joven, aunque le molestaba un poco que ella siguiera siendo tan insegura respecto a si misma. Pero por supuesto que no había marcas ahí, sólo era un chiste estúpido por parte de su mejor amigo. Jin aún no podía creer que Estefi siguiera cayendo en cada broma que Yoongi le hiciera.

-No tienes nada, sólo mal aliento por no haber cepillado tus dientes – le dijo su hermano simulando tapar su nariz, a lo que Estefi reaccionó cubriendo su boca de inmediato y dándole pequeños golpes en el brazo. – Ja, ja, eso te pasa por hacerle caso a Yoongi.

-¡Los dos son unos cretinos! – Gritó la chica subiendo las escaleras casi corriendo para terminar de prepararse.

-¡Apúrate o te dejaremos atrás! – Se atrevió a gritarle Yoongi cuando pudo controlar su risa.

-¿Satisfecho por empezar bien el día? – Le preguntó Jin, empujándolo como reclamo por su actitud hacia su hermana.

-En verdad sí – asintió Yoongi sin dejar de sonreír. – Me siento feliz de que ustedes sigan siendo los mismos a pesar de...Ya sabes...

-¿En verdad creías que una noticia como esa nos iba a cambiar? – Jin negó con su cabeza incrédulo mientras, sin querer, posaba una mirada sobre la foto familiar que su madre gustaba de tener en el mueble junto al televisor. Allí estaban los cinco: sus padres, su hermano mayor SeokJung, Estefi y él. La familia que siempre había conocido y la cual amaba. Por supuesto que nada había cambiado entre ellos; al contrario, ahora los lazos eran más fuertes. – Me extraña de ti, Min Yoongi.

-Es que yo... Mis bromas al respecto, tú sabes por qué las hacía, ¿No? – Yoongi se sentía incómodo hablando del tema, pero necesitaba decir algo al respecto ya que había evitado hablar con sus amigos sobre eso por temores y culpas.

-Era un acuerdo entre tú y yo, así que deja de sentirte culpable – le regañó Jin tomando el bolso de Yoongi y lanzándolo sobre él –. Llegaremos tarde y será el mejor día de todo el año escolar, espero no verte con esa cara de nuevo, te lo advierto.

Yoongi sonrió ante la reacción de su mejor amigo. Era cierto, había sido un tonto al dudar.

-¡Estoy lista! – Estefi gritó saltando desde el tercer escalón de la escalera, como siempre le había gustado hacer.

Yoongi la observó con una sonrisa y posó una mano sobre la cabeza de la chica para acariciar sus cabellos con suavidad, mientras le dedicaba una mirada de ternura. Tanto Jin como Estefi pestañearon sorprendidos, pero la chica decidió quedarse en silencio y disfrutar de aquel único momento en donde, por unos segundos, Min Yoongi podía mostrar afecto sin sentirse avergonzado.

Jungkook había llegado al colegio hacía unos minutos y ya estaba ayudando a organizar el circuito de obstáculos para los participantes del concurso de atletismo. Sería una pista sencilla, con algunos impedimentos para hacer la carrera más interesante, y el famoso báculo que debía ser transferido de compañero a compañero.

Tony estaba ahí con él, guiando la preparación junto a otros alumnos. En cuanto terminaran allí, ambos tenían un trabajo más interesante para hacer: instalar el compresor que les proporcionaría toda la diversión de aquel día junto a su gran broma.

Algunos alumnos de años más avanzados sabían que algo tramaban los primos Jeon y no quitaban sus ojos de encima de ellos, deseando anticipar el momento en que dieran algún indicio. Pero los alumnos de primer año, si bien habían sido advertidos, estaban muy concentrados en terminar los preparativos de la sección de atletismo que se les había encargado. Kokkie los miraba con curiosidad pensando que cuando había estado en primer año había sido igual de responsable que esos chicos y chicas, pero ahora sólo tenía en su cabeza la idea de disfrutar de su último festival escolar con sus amigos y su primo. Saltarse años escolares le había beneficiado mucho, pero también le había hecho crecer de golpe. ¿Sería eso algo negativo para él?

Fue entonces cuando vio a la chica que había conocido el día anterior. Nicole se llamaba la extraña chica de semblante serio que había devuelto a Yoongi hyung su carpeta de composiciones de una forma bastante peculiar. Ella era presidenta de su clase de primer año y estaba allí ayudando a organizar todo con sus compañeros. Daba órdenes de forma segura, pero a la vez amable, a pesar de su expresión tan seria. Y sus compañeros seguían sus directivas sin reclamar nada, totalmente confiados en lo que hacían bajo su mando.

Tony se acercó a su primo al notar que éste se había quedado mirando a los chicos de primer año como si estuviera hipnotizado. Una vez que pudo distinguir hacia dónde se dirigían las miradas del joven Jeon, Tony aprovechó para fastidiarlo un poco.

-¡Jungkook! – Gritó sacudiéndolo, provocando que el chico diera un salto y derribara un par de conos que estaban a su lado. – ¡Despierta hombre, ja, ja!

-Hyung, me asustaste – se quejó Kokkie recobrando la compostura, algo enfadado.

-Te estaba llamando para que me dieras una mano, pero te vi muy ensimismado observando a la chica de ayer, la admiradora de Yoongi, ¿Cierto? – Tony le rodeó con un brazo los hombros y pellizcó una de las mejillas de su primo. – ¿Tú la estás admirando a ella?

-¡No es eso! – Se apresuró a negar Jungkook empujando a su primo a un lado, sonrojado y molesto. – Sí, la estaba mirando a ella y a todos los de primer año porque están haciendo un trabajo excelente.

-En eso te doy la razón – admitió Tony, también observando todo lo que se había logrado concretar gracias a esos chicos. – Y esa chica sí que tiene motivación, ¿No lo crees?

-Nicole es una buena presidenta de clases – susurró Kokkie volviendo su vista a la joven que regañaba a un compañero por haber cometido un error moviendo una banca de su lugar.

-Ya memorizaste su nombre, muy bien Jungkokkie – le felicitó Tony riendo ante la cara de enojo de su primo.

-¡No me hables!, ya me hiciste enojar – gruñó el joven inflando sus cachetes sonrojados.

-Bien, para que se te pase tu enojo, ayúdame a llevar esas vallas hasta el otro lado del campo – le dijo Tony dándole un empujón un poco más brusco, el cual Kokkie lo interpretó como una orden que debía acatar.

Mica, Gabi y Hoseok habían estado preparando la pintura y los rollos de papel de baño que usarían en el momento de comenzar la gran broma. Ocultos en una de las aulas del tercer piso, los tres habían logrado juntar una gran cantidad de papel y un tarro de pintura verde lo bastante llamativa como para iniciar un pequeño caos en los pasillos.

-El verde es hermoso, denota esperanza y mucha energía – dijo Hoseok, llenando unos rociadores con dicha pintura, para luego tararear una melodía improvisada: – "Hoy será un día verde, baby, y lo vamos a gozar."

-Me muero por ver la expresión en la cara del director cuando todo comience – confesó Gabi con una sonrisa bastante siniestra.

-Siempre consideré que este tipo de cosas traerían problemas y, aunque los Jeon nunca se han visto afectados gracias a la ayuda de todos los alumnos, participar ahora en nuestro último año es... – comenzó a decir Mica, a quien la idea de arruinar su historial académico había comenzado a preocuparle.

-¿Estás insinuando que no quieres participar, Mica? – Le preguntó Gabi arqueando una ceja, siendo imitada por Hoseok, quien había dejado de cantar para mirar con seriedad a la chica.

-No es eso, es que yo... – Mica se sintió cohibida por aquellas miradas.

-Algo tan masivo como esto no puede arruinar nuestro historial académico – le aseguró Gabi siguiendo con su tarea de enrollar papel.

-Y aún cuando lo hiciera, es nuestro último año, lo más importante es aprobar todos los exámenes finales – continuó Hoseok volviendo a su expresión feliz y despreocupada –. Mientras lo hagas, nada saldrá mal.

-Eso es cierto – admitió Mica, un poco más tranquila.

-Así que te aconsejo que dejes de jugar con Tae y Jimin, y te concentres en sus estudios – le dijo Gabi guiñándole un ojo con picarda, mientras Hoseok reía por lo bajo.

-Te daría el mismo consejo – contraatacó Mica sonrojada y algo avergonzada ante la insinuación de sus amigos.

-Hobi y yo estudiamos mucho, ¿Verdad amor? – Aseguró Gabi, a lo que Hoseok asintió de forma grave. – Más que nada anatomía.

-Anatomía de la lengua humana – añadió Hoseok haciendo reír a Gabi, quien le dio un golpecito en el brazo.

-¡Basta, no quiero saber más! – gritó Mica dándoles la espalda ante las risas de sus amigos quienes no desperdiciaron la oportunidad para darse un meloso beso.

Kim Namjoon, al igual que sus compañeros presidentes de clases, estaba lo suficientemente ocupado revisando los preparativos y organizando algunos detalles del festival, que a penas había tenido tiempo de saludar a sus amigos o preocuparse por el paradero de los primos Jeon. Como siempre solía ocurrir, alguien se había olvidado de ser responsable y él debía hacerse cargo de solucionar los problemas de última hora. Pero por fortuna, Diana no lo había dejado solo, al contrario, se había colocado a la par de él a solucionar problemas y suplir faltas. Ambos eran un gran equipo, y el corazón de Namjoon se sentía tranquilo al saber que ella estaba ahí.

Y Diana estaba feliz porque daba lo mejor de sí para ayudar y cumplir su deber. Aunque su mayor inspiración era el poder estar ese día junto al chico que amaba. Sí, Diana amaba a Namjoon, y después de la charla con Tae y de meditar durante unas horas, había tomado una decisión muy importante. No sólo entregaría su carta a Estefi pidiendo perdón por su error, sino que aprovecharía la oportunidad de sería el último festival escolar y le diría a Namjoon la verdad sobre su actuar y sobre su sentir.

Estaba decidida y prefería actuar antes de que su inseguridad intentara boicotear sus planes.

En ese momento, mientras ayudaba a colgar algunos adornos en los postes de luz, Diana vio a Ayelén junto a las rejas de la entrada al colegio. La chica se veía temerosa y preocupada.

A pesar de no haber entablado una charla con su compañera de clases desde el incidente con Estefi, Diana tomó valor y se acercó hacia su amiga.

-¿Estás bien Ayelén? – preguntó en verdad preocupada.

-Buenos días Diana, sólo estoy esperando a que llegue Yoongi. Mi teléfono no funciona y debe estar preocupado por saber de mí – le respondió la chica, sin dejar de dar rápidos vistazos hacia la entrada.

Diana meditó unos segundos aquella respuesta y recordó que había visto llegar a Yoongi junto a Estefi y Jin por la entrada del gimnasio.

-Ellos ya están aquí, yo los vi hace unos minutos. – La chica busco en sus bolsillos y extendió un celular. – Toma, llama a Yoongi y dile dónde estarás. ¿Tienes asignada alguna tarea?

-Tengo que ayudar a armar el equipo de sonido para las presentaciones y luego maquillar a los artistas – respondió Ayelén tomando con cuidado el celular de su amiga. – Muchas gracias por tu ayuda, Diana.

-De nada – sonrió la aludida, retomando los adornos que había dejado a un lado. – Entonces puedes ponerte a trabajar en el equipo de sonido hasta que Yoongi te encuentre.

Ayelén desvió su mirada al piso sujetando el celular con ambas manos, en una expresión de completa tristeza, mientras susurraba en voz muy baja: – No quiero estar sola, quiero que Yoongi esté aquí.

-Si no lo llamas no vendrá, no es adivino. – Diana sentía que perdía la paciencia poco a poco, así que tomó ella misma su celular y marcó el número que aún tenía guardado en la memoria de sus contactos. Luego de dos timbres, la llamada fue respondida. – Yoongi soy Diana, Ayelén quiere hablar contigo. Dije que soy Diana, tu compañera de clases... Sí, Yoongi, no es un sueño soy yo... ¡Ya te dije que soy yo y que Ayelén quiere hablar contigo, no molestes más!

Y en un rápido movimiento, una enfadada Diana entregó su teléfono a Ayelén quien lo tomó de inmediato y comenzó a hablar con su novio casi llorando. En verdad Min Yoongi podía ser muy insoportable a veces, tanto como Estefi, o quizás peor.

-Gracias Diana, Yoongi vendrá a buscarme al escenario – le dijo Ayelén devolviendo el teléfono con amabilidad, mientras secaba unas pocas lagrimas que había derramado.

-De nada, y mejor me voy porque no quiero estrellar mi teléfono en la cara de tu odioso novio – Diana tomó sus cosas y volvió a su trabajo. Notó que Namjoon ya no estaba allí cerca, así que se apresuró a terminar con las decoraciones para buscarlo.

Finalmente, y luego de que todos los preparativos estuvieran listos y comenzaran a llegar los alumnos de los colegios invitados, el director del colegio, el señor Bang Si Hyuk, dio el discurso de bienvenida al festival de primavera de la secundaria Bangtan, marcando así el inicio de la celebración.

Tony logró juntar a todos antes de que cada uno se dirigiera a su sector.

-¿Chicos saben todos a qué hora nos vemos en la sala de profesores?

-A las 13 hrs. – respondió Hoseok.

-Los rollos de papel y la pintura están listos en los baños del segundo y el tercer piso – confirmo Mica elevando un pulgar.

-Namjoon y Diana estarán lo bastante distraídos, no hemos dejado de hacerles preguntas ni de enviar a chicos de otros años a que los molesten con dudas – aseguró Jimin, chocando sus manos con Jin y Tae.

-Especialmente yo, los estoy acosando bastante con preguntas estúpidas – rio Jin.

-No te pases de la raya o sospecharán – le advirtió Tony.

-El compresor funcionará de maravilla – dijo Kokkie con una enorme sonrisa. – Ya está listo.

-Ya quiero ver las caras de todos cuando se vean invadidos por nuestra genialidad – dijo Estefi cruzándose de brazos satisfecha.

-Para que eso pase debemos estar atentos de cubrir nuestros movimientos, no lo olviden. Muchos estarán vigilándonos a Kokkie y a mí, no pueden dejar que los descubran a ustedes – les recordó Tony. – Nosotros distraeremos las miradas y ustedes actuarán.

-¡¿Todos listos, equipo?! – Preguntó Hoseok colocando su mano en el centro del círculo que habían formado, haciendo que todos también lo imitaran. – ¡Vamos a divertirnos!

Las actividades del festival eran muy variadas. Algunos cursos habían preparado puestos de comidas sencillas, mientras otros se dedicaban a realizar sorteos por pequeños premios. Los eventos principales eran aquellos propuestos por los alumnos de los años más avanzados.

Y como no podía ser de otra forma, la primer actividad fue la "Batalla de bailes", la cual ganó popularidad al tratarse precisamente de un enfrentamiento y no de un concurso de talentos. Los participantes debían demostrar sus habilidades esmerándose en dejar a sus competidores como unos completos perdedores ante el resto de la gente.

Hoseok se apresuró a salir de los cambiadores con su atuendo listo para concursar. Sólo cuatro parejas se habían animado a bailar, y él y su amada Gabi lo darían todo sobre el escenario como siempre. Pero había un pequeño detalle que Hoseok olvidó.

-¡J-Hoooooope! – Gritó Yoongi cuando lo vió aparecer junto al área de sonido. – Te ves bien.

-Un cumplido de Yoongi, me siento muy halagado – rio el chico mientras se acercaba al sector de sonido donde precisamente Yoongi y Ayelén estaban trabajando. – ¿Gabi ya está lista?

-Creí que venía contigo, me sorprendió verte solo – le confesó Yoongi encogiéndose de hombros.

-Terminé de maquillarla hace unos veinte minutos. Ya casi van a comenzar, iré por ella – se ofreció Ayelen, dispuesta a dirigirse a los cambiadores de mujeres.

-No, tranquila, yo la buscaré, ustedes pueden improvisar un poco, ¿Si? – Dicho esto, Hoseok salió corriendo totalmente convencido de saber en dónde se encontraba su amada novia.

-Claro, para ti es fácil decirlo – gruño Yoongi a pesar de que su amigo ya se había ido.

-Amor, ayudemos a nuestros amigos – Aye le dio un besito dulce en la mejilla, logrando que el enojo de Yoongi cediera un poco. – Tengo la solución para esto. – La chica se dio media vuelta y llamó por el parlante: – Seokjin, Estefania, se los solicita en el área de sonido por favor, es una emergencia.

-No me digas que... – Yoongi temió lo peor.

-¿Nos llamaban? – Estefi y Jin no tardaron en llegar, cada uno con un trozo de comida en sus bocas y una bebida en sus manos.

-Necesitamos una improvisación de último momento hasta que Hoseok y Gabi lleguen – explicó Aye, a lo que sus amigos reaccionaron rápidamente entendiendo el punto y subiendo al escenario de inmediato.

-Pero por favor Seokjin no vayas a... – Comenzó Yoongi siguiendo a su mejor amigo, pero ya era demasiado tarde para detenerlo.

-¡Buenos días gente! – Jin dejó a un lado su vaso de gaseosa y tomó uno de los micrófonos, mientras se colocaba en el centro del escenario. Estefi lo siguió de cerca tomando también un micrófono. – Seokjin sunbaenim les habla para informarles que "La batalla de baile" está un poco atrasada, pero mientras esperamos quería saber si ustedes se han preguntado que si acaso una pileta es "h"onda... ¡¿El mar es Toyota?! – El joven comenzó a reír muy animado.

Le tomó unos minutos al público entender que lo que acababan de escuchar era un chiste, y sólo algunas risas fueron emitidas.

-¿Saben cómo hace Batman para entrar a su Baticueva? – Continuó Estefi secundando a su hermano en la ronda de chistes. – ¡Por la puerta!, ¡Ja, ja, ja!

-¡Ja, ja, ja!, ¡Amo ese chiste! – Seokjin sujetó su estómago mientras reía fuertemente junto a su hermana.

-¿Por qué tenían que contar chistes?, ¿Por qué? – Se lamentó Yoongi casi llorando al ver la reacción del público a los infantiles chistes de sus mejores amigos. – Ayelén, ¿Porque lo hiciste?

Su novia sonrió muy divertida ante la reacción de su amado y las bromas de sus amigos. Por lo menos así ganarían bastante tiempo para Hoseok.

Gabi estaba sentada abrazando sus rodillas mientras sollozaba. El salón de teatro estaba vacío porque todo había sido transferido hacia el exterior, así que allí nadie la molestaría.

Lo había hecho de nuevo, se había acobardado a último momento otra vez. Por mucho que amara bailar y cantar, por mucho que amara compartir el escenario con el hombre que adoraba, su inseguridad lograba ganar sus batallas y ahogarla en una profunda decepción y tristeza.

Durante la práctica, había cometido unos pequeños errores que Hoseok le aseguró que no serían de gran importancia. Pero para ella sí lo eran, porque fallar era algo que no se permitía, y mucho menos arriba de un escenario. Bailar con Hoseok era un sueño hecho realidad, ella siempre lo había admirado por la forma en la que el joven mostraba amor hacia el baile y hacía maravillas con su cuerpo, expresando miles de emociones sobre el escenario.

Todo el mundo amaba los bailes de Jung Hoseok, y ella más que nadie entendía el significado del amor del joven hacia su arte. Y en más de una ocasión, alguna persona celosa había susurrado a sus espaldas que ella no era lo suficientemente buena para hacer pareja con un bailarín estrella como él, porque era más que seguro que Hoseok triunfaría si dedicaba su vida al baile.

Siempre había alguien dispuesto a señalar sus presentaciones, y las críticas eran más grandes cuando ambos hacían pareja.

Por eso se sentía insegura de bailar junto a Hoseok en un concurso de batallas contra otras escuelas. No sólo la criticarían sus compañeros de clases y alumnos, sino también gente desconocida. Hoseok merecía bailar junto a alguien de su mismo nivel.

Pero el muchacho estaba totalmente en desacuerdo con los pensamientos caóticos que solía tener su novia, impuestos por comentarios mal intencionados de personas mediocres. Él amaba bailar con su alma, pero más amaba poder hacerlo con Gabriela, la mujer que lo aceptaba por la persona que él era y no por ser bueno moviendo sus pies sobre un escenario. Por eso supo dónde encontrarla y no tardó en llegar hasta el teatro para verla sentada sintiéndose como la persona más infeliz en ese momento. Hoseok suspiró mientras se acercaba a Gabi y colocaba una mano en su cabeza.

-Reina estás haciendo preocupar a tu rey – le dijo una vez que ella alzara su mirada hacia él. El chico limpió una lágrima sobre su mejilla. – Están esperando por nosotros, no podemos demorar.

-No quiero bailar, Hoseok – declaró Gabi ocultando su rostro entre sus manos. – No saldré a bailar contigo.

-Pero... – Al escuchar su nombre completo y no un apodo, el muchacho tuvo miedo. – ¿Qué estás diciendo? El concurso está comenzando, vamos a ganar y...

-Dije que no voy a bailar contigo, ¿No lo entiendes? Ve y consigue otra compañera, yo no lo haré, sólo arruinaré todo. – Gabi estaba demasiado alterada como para hacerla entrar en razón y el tiempo era oro.

Muy a su pesar, Hoseok se puso de pie y, cerrando sus manos en puños, intentó utilizar su tono de voz más firme al decir: – Está bien, si no puedo lograr que veas cuán increíble eres en el escenario a mi lado, yo ganaré ese concurso por nosotros dos.

CONTINUARÁ

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