Capítulo 2: "Razones"



"En la secundaria "Bangtan" todo podía ser posible con confianza y sinceridad."

Jeon Jungkook era un jovencito muy especial y talentoso. Al ingresar en ese instituto, sus calificaciones y méritos fueron lo suficientemente sorprendentes como para que la junta de profesores dictaminara que su nivel académico estaba por encima de el de un joven de su edad. Por lo que Jungkook pudo adelantar años escolares y convertirse en compañero de clases de Estefi y sus amigos; y por ende, de su adorado primo Tony.

Jungkook siempre había admirado a su primo por las destrezas deportivas que éste poseía y por su habilidad para dominar el inglés, un idioma en el cual a Kokkie, (como lo llamaban sus amigos), le gustaba mucho cantar. Pero a decir verdad, el joven Jeon no tenía nada que envidiar a su pariente, pues se había criado prácticamente junto a Tony, por lo que ambos eran la dupla más codiciada y respetada a la hora de formar equipos en cualquier deporte.

"Los Jeon dorados", les llamaban. Y para el pequeño Kokkie era todo un honor poder estudiar junto a su primo y sus amigos, porque todos ellos eran talentosos e increíbles. Sus noonas y hyungs lo inspiraban para dar lo mejor de sí cada día.

Por eso, en aquel partido de basketball, Jungkook elevó su rostro observando el marcador, el cual señalaba que restaban menos de dos minutos de juego. Era tiempo más que suficiente: tomó velocidad, dribleó y pasó el balón a su primo quien, con rápidos pasos, anotó un doble. Punto para el equipo Jeon.

Los adversarios suspiraron, ya agotados. No podían hacer nada por igualar el marcador, así que aquellos últimos minutos eran una tortura para ellos.

El árbitro dio la señal para que iniciara el último contrataque del juego, y otra vez Tony ganaba la pelota para correr sin mucho problema hasta el área rival, driblear un poco y pasar el esférico a Jungkook quien, confiando plenamente en sus habilidades, estiró sus brazos obteniendo un triple, marcando así el final de dicho encuentro.

-¡Buen tiro Jungkokkie! – Lo felicitó Tony chocando sus manos, y el menor infló su pecho de orgullo mientras una gran sonrisa se extendía en su juvenil rostro.

-¡Así se hace Kokkie!, ¡La dupla dorada!, ¡Que vivan los Jeon!

Los gritos de sus amigos eran más que llamativos entre el resto de la multitud que se había reunido en el gran estadio techado del colegio. Tony se giró en dirección a las voces y sus ojos se posaron en la sonrisa que siempre esperaba ver. Ahí estaba su novia, Estefi, mirándolo con orgullo y amor en sus enormes ojos marrones, mientras lo saludaba con felicidad junto a Namjoon. A su lado, unos enérgicos Jin, Hoseok, Gabi, Tae, Jimin y Mica saltaban vitoreando el triunfo; mientras que un poco más apartados, Yoongi y Aye se dedicaban miradas dulces y algunas caricias.

Min Yoongi había cambiado mucho desde que conoció a Ayelén: ya no era un chico tan callado y reservado, ya no pasaba el tiempo con Jin y Estefi nada más. Ahora podía estar rodeado de las carcajadas de Hoseok y su simpática novia Gabi, de los ruidosos y siempre inquietos Jimin y Tae alrededor de la pudorosa Mica; e incluso había abierto su corazón a un nuevo amor. Tony podía verlo y eso lo ponía muy feliz por su amigo. Porque sí, todos ahí eran en verdad amigos más allá de las relaciones amorosas y conflictivas que hubieran entre ellos.

-¡Chicos! – Jungkook corrió hacia sus amigos siendo recibido con gran alegría por ellos: Jimin no dudó en subirse a su espalda, mientras Tae y Jin desordenaban sus cabellos riendo; y Hoseok, junto a Gabi, realizaban un pequeño baile, muy felices.

Tony se acercó a abrazar a Estefi rápidamente una vez que pudo abrirse paso entre el resto de sus amigos.

-Ese triple estuvo genial, ustedes sí que saben jugar muchachos –. Namjoon los felicitó, haciendo que la sonrisa de Kokkie se extendiera aún más. El presidente de la clase había decidido unirse al grupo dejando a un lado sus responsabilidades estudiantiles unos minutos. Su frustración ante Diana era muy grande aunque no quisiera admitirlo.

-¡Gracias presidente! – Exclamó encantado Jungkook, mientras Namjoon arqueaba una ceja y Jin le daba un golpecito en la cabeza –. ¡Oye! – Se quejó el chico con una mueca.

-A veces es molesto que te dejes impresionar tan fácilmente, Jungkokkie – le confesó Jin tomándolo por el cuello en un patético intento de llave de lucha libre. Patético porque al instante Jungkook comenzó a golpear sus costillas poco a poco para que lo liberara. – ¿Quieres pelear Jeon pequeño? No te irá bien contra mí.

Jungkook rio muy divertido al ver a su amigo simular golpes de boxeo en el aire contra él, muy concentrado, como si en verdad fuera un boxeador profesional. Siempre era divertido molestar a Jin hyung.

-Tony, háblanos de la "gran broma", por favor –. Los ojos de Jimin brillaban cuando se acercó a su amigo suplicando con una sonrisa ansiosa. Mica tuvo unos enormes deseos de abrazarlo en ese instante, pero se contuvo.

-¿Será una bomba de lodo como en primer año? – preguntó Hoseok extendiendo sus brazos por sobre su cabeza, imitando una gran explosión –. ¡Recuerdo que todos quedamos sucios y comenzamos una guerra de lodo enorme!

-¡Balde de gusanos, dime que serán baldes de gusanos encima de las puertas! – Inquirió Taehyung saltando en su lugar, mientras mostraba su amplia sonrisa.

Mica sólo pudo contener sus enormes ganas de abrazarlo y saltar a la par de él, porque si lo hacía lo más seguro era que Jimin se uniera al festejo y terminaran los tres abrazándose, quedando ella en el medio de los dos y... No, Mica debía conservar su estabilidad mental y hormonal.

-¡Fue lo más épico que vimos! – estuvo de acuerdo Gabi, tapándose la boca para que su carcajada no sonara muy exagerada.

Ayelén también tapó su boca, pero por el asco que sintió al imaginar gusanos cayendo sobre su cabello. Yoongi rio adorando lo tierna que ella se veía.

-Yo creo que todos ustedes estarán de acuerdo en que la mejor de todas las bromas fue la del video sobre el conserje, en donde todo el mundo pudo ver el lado oscuro de ese tipo – alegó Seokjin, quien había dejado de molestar a Jungkook para rodear con sus brazos los cuellos de su hermana Estefi y su cuñado Tony, mientras intentaba contener su peculiar risa contagiosa al contar aquella anécdota.

-Y sí que se vio su lado oscuro, ¡Su trasero estaba en todas las pantallas de la escuela! – Concluyó el relato Estefi, logrando que todos rieran a carcajadas.

-No chicos, verán, este es nuestro último año, la graduación será en unos meses. Nosotros queremos despedir el año escolar en una fecha que sea todavía más memorable que la graduación. – Explicó Tony, una vez que todos se calmaran un poco. – Por eso hemos pensado en algo más tranquilo.

-¿Hablas en serio? – Mica se mostró un tanto desilusionada junto al resto. Los rostros se volvieron sombríos. – Estás bromeando desde ahora, no me lo niegues.

-¡Al ser nuestro último año aquí con más razón debería ser genial! – enfatizó Hoseok con el ceño fruncido.

-Lo que sucede es que en la graduación sólo estarán presentes alumnos de este colegio. – Tony intentó explicarse mejor y disminuir el grado de insatisfacción a su alrededor. – Y lo que nosotros queremos es que mucha más gente se vea involucrada esta vez. Porque los Jeon sólo somos conocidos aquí, pero queremos llegar a un público más grande.

Todos intercambiaron miradas entre sí, preguntándose si acaso Tony estaba hablando en serio o les estaba jugando una buena broma a ellos. Jungkook rio por lo bajo tapándose la boca, muy divertido.

-No estaríamos entendiendo el punto. – Estefi habló por todos al decir aquello, y agitó sus manos para enfatizar el sentimiento de incertidumbre del grupo. – ¿Podrías ser más específico, amor?

Seokjin arrugó su nariz al escuchar ese apodo, provocando que Yoongi se burlara de ello.

-El festival de primavera está a la vuelta de la esquina – comenzó a explicar Tony, intentando ser lo más claro posible.

-¿A la vuelta de la esquina? No hyung, el festival será aquí mismo, no a la vuelta de la esquina – se burló Kokkie haciendo que todos rieran de nuevo, en especial Jin quien se acercó a él y chocó sus manos entre carcajadas. Tony dirigió una mirada de pocos amigos a su pequeño primo. – Lo siento hyung, tenía que decirlo.

-¡A lo que me refiero! – prosiguió Tony sonrojado, tratando de no sentir enojo y apaciguando su voz. – Es que en este festival de primavera han sido invitados alumnos de otros colegios a participar en diferentes competencias, ¿No es así presidente de clases? – Tony se dirigió a Namjoon quien se vio extraído de sus pensamientos, recordando los preparativos para el evento.

-¡Oh, sí! Este año el festival de primavera consistirá en una competencia en diferentes actividades entre alumnos de varios colegios de la zona – informó Nam –. Principalmente para promover la buena relación entre nuestra institución y la de ellos.

-Igual que el año pasado, ¿Verdad? – preguntó Ayelén un poco nerviosa, lo cual fue advertido por Yoongi y éste rápidamente le abrazó de nuevo.

-Así es, este es el segundo año que se realiza esta colaboración – asintió Namjoon.

Aye sólo se acurrucó más en el pecho de Yoongi y él acarició sus cabellos para darle tranquilidad.

Jungkook suspiró un tanto agotado, y quiso ayudar a su primo dando una explicación más sencilla: – Chicos, lo que hyung no les está diciendo es que nosotros no hemos pensado en una broma aún porque queremos que todos ustedes nos ayuden a planearla para así crear un hermoso recuerdo de fin de año escolar juntos. – Una sonrisa tímida asomó a sus labios cuando vio la sorpresa en el rostro de sus amigos. – Ya saben que Tony hyung es muy malo explicándose, no se lleva bien con las palabras, pero eso es lo que él quiere decir en realidad.

-Gracias Kokkie, hoy sí que estás muy condescendiente conmigo – le recriminó Tony dándole un empujón cuando el chico intentaba abrazarlo como forma de disculpa por dejar en evidencia el pequeño problema de comunicación que tenía. Tony no era una persona a la cual le gustara mostrar abiertamente sus sentimientos. Sólo Estefi y Kokkie disfrutaban del privilegio de sentir todo el cariño del chico, tanto en palabras como en gestos.

-¡Es perfecto! – gritó Hoseok abrazando a Gabi, para luego elevarla por sobre su cabeza como si fuera una bailarina de ballet.

"¡Seremos co-autores de la broma del año!", fue el grito que se escuchó, pero que pronto se apaciguó entre risas para no llamar la atención de algún profesor o autoridad escolar.

La emoción era demasiado grande como para ser contenida. Todos compartían el sentimiento de libertad que les brindaba el poder expresarse libremente con aquella muestra de rebeldía hacia el lugar en donde pasaban la mayor cantidad de horas de sus días. Y esa sería la despedida del año más importante que compartían juntos como alumnos y amigos: el último año de sus estudios secundarios. Bajo ningún aspecto se verían privados de disfrutar de ese momento.

En esto mismo pensaba Namjoon al estar allí con sus amigos. Aunque fuera uno de los presidentes de la clase, por sobre todas las cosas era amigo de esos chicos y chicas que conocía desde hacía años, de la misma forma que Diana. Pero el muchacho no entendía por qué su amiga había cambiado tanto en ese último año en que se habían convertido en presidentes de su clase.

Diana siempre había sido una chica sonriente y extrovertida que gustaba de bromear y compartir tiempo con ellos. Siempre tan única y atenta, con los pies en la tierra, pero la suficiente capacidad para soñar con un bonito futuro. Al menos, así la veía él y por eso la adoraba. Porque ella podía hacerlo soñar sin tener que despegar los pies de la tierra en donde se sentía seguro.

Pero hacía más de un año que Diana se había relegado poco a poco al estudio y las responsabilidades de su puesto como delegada, dejando a un lado las reuniones amistosas y las risas compartidas con todos sus amigos. ¿Por qué Diana no quería disfrutar de aquel último año, ni de compartir recuerdos juntos? Dolía mucho imaginar una respuesta a esas preguntas.

En ese momento, Namjoon vio a Diana escondida detrás de la puerta del gran salón techado de deportes, observándolos a todos tan sonrientes y felices, pero muy ajenos a ella. El joven no dudó en seguirla cuando vio cómo daba media vuelta y se alejaba.

-¡Diana! – le llamó al acercarse, provocando que la chica se detuviera en seco, paralizada por la voz que conocía muy bien. Él acortó lo pasos que los separaban corriendo hasta ella, sin apartar la mirada de la espalda inmóvil de su amiga. – ¿No vendrás a saludar a los chicos? Jungkokkie y Tony ganaron un partido importante hoy.

-Ahora no puedo, tengo los minutos contados para entregar un informe en el consejo estudiantil – se excusó la chica, dando media vuelta para quedar frente a frente a su amigo, pero evitando el contacto visual. – ¿Acaso tú olvidaste hacer el tuyo?

-Claro que no, lo tengo aquí mismo, en la mochila, sólo debo ir por él y si quieres los entregamos juntos – le propuso el joven con una amable sonrisa, señalando por sobre su hombro el salón de juegos. – Espera sólo un momento...

-¡No! – le detuvo ella con un pequeño gritito al verlo intentar irse. Inmediatamente tapó su rostro con uno de sus cuadernos avergonzada. Namjoon se quedó inmóvil, sin entender por qué ella lo había detenido.

-Pero es que lo tengo aquí...

-No, no es necesario que te apresures, soy yo quien debe darse prisa – la chica le dio la espalda sin dejar de cubrir su rostro, comenzando a caminar a paso apresurado hacia las escaleras.

Pero no pudo continuar su camino, pues una mano sostuvo uno de sus brazos y le obligó a detenerse de repente, tirando el cuaderno de sus manos al piso junto con algunas hojas sueltas en éste. Diana se volteó sorprendida, mientras el rostro de Namjoon reflejaba una enorme vergüenza por lo que había hecho al tocarla. Era la primera vez que él se atrevía a acercarse tanto a ella.

-Lo siento – se disculpó el joven recogiendo las hojas y el cuaderno para luego entregarlos a su dueña. La chica permaneció de pie frente a él con un leve sonrojo en sus mejillas y los ojos fijos en el piso. – No era mi intención tomarte del brazo, pero no vi otra manera para que me miraras. Y aun así no consigo que lo hagas. – Rio por lo bajo un poco nervioso para luego buscar los ojos cafés de la chica. – ¿Por qué no me miras Diana? ¿Por qué huyes de mí y de todos nosotros? ¿Es por lo que te dijo Estefi en el aula antes de la clase de inglés? Sabes que ella...

-No es por eso – le cortó en seco su amiga, con una voz más profunda que dejó a Namjoon sorprendido. – No saques conclusiones erróneas, yo no estoy escapando de nadie y mucho menos me afectan las palabras de una persona tan idealista como Estefanía. Sé muy bien quien soy y lo que quiero. – En su mirada había cierto sentimiento que Namjoon no alcanzaba a comprender, por lo que sólo pudo cerrar sus manos en puños y contener las ganas de responderle. – Ahora, si me permites, debo irme porque ya me retrasé lo suficiente.

Y dichas aquellas palabras, Diana desapareció por las escaleras rumbo a sus obligaciones. Namjoon sólo giró sobre sí mismo para volver junto a sus amigos, ensimismado en sus pensamientos.

-¡Estúpida, estúpida Diana! ¡Lo arruinaste todo de nuevo!

Eran las palabras que se dedicaba a sí misma la chica, mientras corría escaleras arriba alejándose del mal recuerdo de lo que acababa de ocurrir entre ella y el hermoso Kim Namjoon. Porque sí, para ella su amigo de clases era una persona hermosa en todos los sentidos, y lo adoraba. Era su mayor secreto en la vida: Diana amaba con locura a Namjoon.

Cuando ambos habían sido elegidos presidentes de la clase, ella se sintió completamente afortunada de saber que podría pasar mucho más tiempo junto a su amado, pero a la vez una enorme angustia la invadió. El chico del cual había estado enamorada todos esos años, ahora pasaría más tiempo a su lado, compartiendo debates y charlas para mejorar el estilo de vida escolar de sus compañeros. Y eso le aterraba.

Odiaba la idea de que Namjoon conociera mucho más de su persona. Porque a pesar de amarlo con locura, Diana jamás se había podido imaginar como algo más que una amiga junto a él. Namjoon era demasiado inteligente y perfecto para una chica mundana como ella. Su familia era adinerada y vivían en un sector de la ciudad muy acaudalado. Él era guapo, atraía las miradas sobre su persona de una forma muy sencilla, y su intelecto lo hacían mucho más atractivo de lo que él mismo se consideraba. Simplemente era imposible que hiciera buena pareja junto a una chica corriente como ella.

Porque Diana provenía de una familia humilde y trabajadora que había hecho su mayor esfuerzo para que su hija pudiera tener la mejor educación y así aspirar a un estudio universitario. Su padre y su madre se habían esmerado mucho para que ella y sus hermanos tuvieran una linda vida. Pero ese último año, su padre había enfermado y había tenido que cuidar su salud, lo cual lo obligó a dejar su trabajo. Si bien recibían una pensión por su incapacidad, el dinero había comenzado a escasear, y por eso mismo Diana había tenido que evaluar la posibilidad de tomar un trabajo de medio tiempo para así ayudar a sus padres y a la vez continuar estudiando.

Afortunadamente, su hermano mayor le aseguró que él trabajaría para ayudar con el dinero en la casa, mientras que ella sólo debía preocuparse por obtener las mejores calificaciones para mantener su beca y graduarse con grandes honores. Cumpliendo esa promesa, sus padres estarían tranquilos y felices.

Diana había agradecido el sacrificio de su hermano y se había propuesto cumplir la promesa, tanto así que terminó por obtener las mejores calificaciones igualando las de Namjoon y siendo elegida junto a él como presidenta de clases. Por todo aquello, le era imposible invertir su tiempo en juntadas con amigos o en idealizar una relación amorosa. Porque ella necesitaba estudiar y mantener sus notas altas para no perder la beca y graduarse lo antes posible. Ese último año era muy importante para ella, y no dejaría que nada arruinara su esfuerzo.

Por eso suspiró aliviada cuando comprobó que había llegado a horario a la entrega de su informe.

La clase de deportes había terminado, y para cuando Namjoon volvió al lugar, sus amigos se habían dispersado, cada quien dispuesto a seguir con las actividades de la tarde en sus respectivos talleres o clubes.

Jungkook y Tony se habían dirigido a los cambiadores prometiendo a Estefi y a Mica que volverían para ir juntos a las clases del taller de dibujo. Taehyung y Jin ya estaban ensayando sus líneas para la obra que el club de teatro había preparado esa semana. Hoseok y Jimin debían apresurarse para llegar a tiempo al ensayo de su número de baile, el cual debían presentar a su profesor antes de que la semana terminara.

-¿Vamos al ensayo? – preguntó Ayelén a Yoongi, quien había notado lo ocurrido entre Namjoon y Diana, y ahora observaba pensativo al muchacho que había vuelto a buscar sus pertenencias con una expresión sombría.

-Ve tú primero y ayuda a los chicos con la música, por favor, yo los alcanzo luego – le respondió el joven, depositando un beso en la frente de su novia, quien asintió y se unió a Jimin y a Hoseok.

Gabi también había notado el rostro de Namjoon y se había sentido preocupada por él al verlo tan desolado. Hoseok vio a su novia y luego a su presidente de clases, entendiendo lo que estaba pasando rápidamente. Pero, muy a su pesar, no podía faltar a su ensayo, así que decidió animar a su chica para que ayudara a su amigo.

-Reina, te espero en la salón de baile, ¿sí? No te preocupes por demorar, Aye nos ayudará con la música en tanto tú y Yoongi lleguen– Hoseok le dio un besito a Gabi y se apresuró a alcanzar a Jimin. La chica lo observó embelesada, agradeciendo en silencio lo que su novio hacía por ella.

-¿Namjoon? – Gabi tocó el hombro del joven sacándolo de su letargo. – ¿Estás bien?

-¡Sí! ... Claro... Eso creo... – terminó por admitir el chico, dejando al descubierto su frustración.

-Puf, por lo menos hubieras puesto más esmero a tu fingida mentira, señor presidente – bufó Yoongi de pie a su lado.

-Chicos, yo en verdad... – Namjoon se dejó caer al piso y cubrió su rostro con sus manos sin poder hablar.

Gabi se arrodilló junto a él y lo abrazó en silencio. Ellos siempre habían tenido confianza y habían sido muy cercanos. Yoongi, Namjoon y Gabi pertenecían al club de canto en donde habían demostrado en más de una ocasión sus habilidades para componer música. Aun cuando Gabi se había dedicado al baile, ella seguía compartiendo momentos con las dos personas que habían sido sus primeros amigos en aquella escuela. Ver a uno de ellos pasando una situación difícil le era muy doloroso; y para Yoongi ocurría lo mismo.

-No lo digas, está muy claro – Fue todo lo que Yoongi pudo decir dándole unas palmadas afectuosas en la espalda. – Tranquilo, podemos componer una melodía triste si quieres. O una de despecho odiando a Diana.

-¡Yo no odio a Diana! – casi gritó Namjoon con lágrimas en sus ojos.

-Yoongi, no estás ayudando – le recriminó Gabi frunciendo su ceño.

-Apuesto a que si componemos algo insultante, Diana sí querrá hablarte. Seguro que ella te insultará también, pero sería algo similar a hablarte, ¿no? – insistió el chico con sus bromas, pero no obtuvo respuesta. Tragó saliva, molesto por el silencio que se había formado. – Vamos Namjoon, tienes a medio instituto a tus pies con ese cerebro sexy, anímate. Habrá otra chica...

-Diana es única, ni lo pienses Min Yoongi – le cortó su amigo poniéndose de pie y tomando su mochila para irse de lugar. – Tengo que entregar un informe, no llegaré a tiempo para estar con ustedes. Disculpen chicos, nos vemos mañana.

Gabi y Yoongi intercambiaron una mirada de preocupación mientras veían cómo su amigo se iba del lugar a un paso desganado.

-Te felicito por tu intento de animarlo – Gabi golpeó el codo de Yoongi un poco molesta.

-Sabes que no soy bueno para eso – se defendió su amigo encogiéndose de hombros, mostrando un ligero rubor mientras rascaba su cabeza en gesto nervioso. – Pero por ustedes siempre intento poner lo mejor de mí.

-Esto va de mal en peor, tenemos que hacer algo– concluyó Gabi muy seria. Yoongi tragó saliva ante la expresión de su amiga y temió que lo siguiente fuera una frase que ya conocía bien. – Así que todo depende de nosotros dos. ¡Yoongi, vamos a ayudar a Namjoon y a Diana!

-¿Por qué nosotros? ¿Por qué me involucras a mí si es tu idea? – protestó el chico recordando que los planes de Gabi no solían tener mucho éxito.

-Porque eres el único aquí y quien más conoce a Namjoon al igual que yo.

-Jimin lo conoce desde la infancia.... -  comenzó a excusarse Yoongi, pero la chica lo tomó de un brazo y no lo dejó continuar.

-¡Todo depende de nosotros ahora, The Genius Line! – exclamó emocionada Gabi, mientras extendía un dedo en dirección al cielo. – Haremos que esta situación termine de una vez por todas.

Yoongi suspiró resignado. Sabía que cuando a Gabi se le metía una idea en la cabeza no paraba hasta concretarla, aun cuando todo resultara muy diferente a lo que ella había pensado en un principio. Pero estaba preocupado por sus dos amigos así que, pasara lo que pasara, prefería intentar ayudar antes que quedarse de brazos cruzados.  

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