44. ¡La mejor mamá!

En los días previos a la fiesta de la madre de Jimin, el apartamento estaba en un constante ajetreo. Jimin se movía de un lado a otro, organizando cada detalle con una energía contagiosa. Las mesas decoradas con delicadas flores, las luces parpadeantes, y los aromas de comida deliciosa llenaban el aire. Cada rincón estaba inundado con el aroma fresco de mandarina y almendras que caracterizaba al omega.

Cada vez que sus manos se rozaban con las de su novio sentía una corriente eléctrica que recorría su piel, haciéndolo sonreír tímidamente y apartar la mirada. Era increíble cómo, incluso después de meses juntos, YoonGi seguía haciéndolo sentir como un niño enamorado.

La mañana de la fiesta finalmente llegó. Jimin se encontraba vistiendo en un traje de short corto que realzaba su belleza inocente y atractiva. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas por la emoción, y su cabello brillaba bajo la luz suave de la habitación.

YoonGi no pudo evitar admirar la forma en que su omega se veía. Se acercó con suavidad, acariciando su mejilla con el dorso de los dedos. —Luces absolutamente deslumbrante. Eres el omega más hermoso que he visto.

Jimin rió nerviosamente, pero sus ojos brillaban de felicidad. —Gracias, Tú eres el alfa más guapo.

La fiesta comenzó, y Jimin estaba radiante mientras interactuaba con los invitados.

El teléfono sonó en medio de la efervescencia de la fiesta. Jimin había estado atento durante todo el día, esperando que su padre apareciera, y finalmente, el sonido del teléfono cortó la música y las risas en el aire. La madre de Jimin miró a su hijo con expectación mientras cogía el teléfono.

—No podré ir. —La voz del padre de Jimin sonó distante a través del auricular.

—Pero es mi cumpleaños. —Susurro, mientras sonreía forzadamente tratando de disimular su decepción por la ausencia física de su amado en un día tan especial.

—Lo siento, feliz cumpleaños. Envíe tu regalo esta tarde.

—Jimin preparo todo para verte, a estado esperando por semanas y yo también. —Reprochó intentando no alzar la voz.

—Perdón, iré el próximo fin de semana, prometo compensarlos a ambos, te amor, tengo que colgar.

Jimin, quien había estado cerca de su madre, forzó una sonrisa y asintió sabiendo que su padre volvió a mentirle.

YoonGi, quien había estado observando todo, notó la pequeña sombra de tristeza que cruzó por los ojos de su novio antes de que el omega recuperara su compostura.

Después de que la llamada terminara y la música retomara su ritmo, Jimin se alejó un poco del grupo, su mirada perdida en el horizonte. Min se acercó a él con preocupación, sabiendo cuánto había esperado Jimin ese momento. Extendió un brazo alrededor de su cintura, brindándole un apoyo silencioso.

Aunque la llamada no se describió en detalle, el peso de la ausencia del padre de Jimin y la sensación de que sus esfuerzos habían sido en vano eran palpables en el ambiente.

Jimin había preparado un discurso con todo su corazón, planeando decirle a su padre cuánto amaba a YoonGi y por qué deberían aceptar su relación. Pero con esa llamada, su esperanza se desvaneció un poco.

Con lágrimas aún en los ojos, la madre de Jimin se acercó a su hijo y le abrazó con ternura. Jimin sintió su apoyo y amor en cada gesto, y sus ojos se iluminaron cuando escuchó las palabras que ella susurró. —Sé lo que esto significa, pero estoy bien y yo acepto tu relación con YoonGi, se que te cuida y te ama.

La emoción llenó el corazón de Jimin, su lobo interior saltando de alegría en su pecho. Abrazó a su madre con fuerza, sintiendo un peso desvanecerse de su pecho. —¡Mamá! —Exclamó con felicidad, sus ojos brillando con gratitud y emoción. —Eres la mejor mamá que podría pedir.

La madre de Jimin soltó una risa cálida, divertida por la sinceridad de su hijo. —Lo sé, lo sé. Soy la mamá más genial.

Jimin se apartó ligeramente y le sonrió, pasando suavemente su pulgar por la mejilla de su madre para secar una lágrima. –Gracias, por ser mi mamá... YoonGi y yo te compramos algo, es nuestro primer regalo como pareja para ti.

Jimin se volvió hacia su alfa, quien le entregó con una sonrisa un paquete cuidadosamente envuelto. —Es para ti, mamá. Esperamos que te guste.

La madre de Jimin tomó el regalo con curiosidad, deshaciendo el envoltorio con cuidado. Cuando finalmente abrió la caja y vio el contenido, sus ojos se llenaron de sorpresa —Oh, es hermoso. —Murmuró mientras sacaba una delicada pulsera con un colgante en forma de corazón.

–Es nuestro agradecimiento por todo su apoyo, comprensión y por aceptarme como parte de su familia. —Explicó YoonGi con sinceridad.

La madre de Jimin miró a YoonGi con gratitud y luego volvió su mirada hacia su hijo. —Si no lo hago yo, ¿Quien lo haría?

El ambiente estaba lleno de emociones positivas y un sentido renovado de unión. Jimin, YoonGi y la madre de Jimin compartieron un abrazo cálido y significativo, sabiendo que habían superado un obstáculo importante en su camino hacia la aceptación y la felicidad. En ese momento, el aroma de mandarina y ciruela parecía llevar consigo un mensaje de amor y esperanza, envolviendo a la pequeña familia en su dulce fragancia.

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