06. Pastillas para dormir.
En medio de su confusión y tristeza, apareció Taehyung, el mejor amigo de YoonGi, brindandole algo de consuelo, aliento y esa explicación que tanto necesitaba el omega.
Apesar de que Taehyung no aprobaba el aroma de Jimin y estaba enamorado de su propio omega, Kim SeokJin, se mostró considerado al explicarle lo sucedido y cómo afectó a YoonGi.
—No lo tomes personal, es solo que YoonGi la esta pasando mal. —Escucho Jimin a sus espaldas, era Taehyung el compañero de equipo de YoonGi.
—Pero él no tenia que tratarme así, yo... Yo le daría ánimos, no tiene que alejarme cuando se siente mal, los novios se deben apoyar. —Explicó Jimin, sorbiendo su nariz con mocos por el evidente llanto.
—Considerando... Que por ti lo expulsaron indefinidamente del equipo, si deberías darle ánimos. —Explico Taehyung viéndose interrumpido por las persistentes preguntas del omega.
—¿Por mi? ¿Porque? ¿Que hice? No entiendo, ¿Es por que lo esperaba durante sus entrenamientos? ¿por que interrumpía el entrenamiento? ¿Por que? —Pregunto una y otra vez, sintiéndose ansioso por una respuesta.
El corazón del omega se hundió aún más al escuchar eso. Y lobo se sentía dolido, le lastimaba sentir que no había sido de ayuda para el alfa, si no que lo lastimo.
Se dio cuenta de que sus acciones habían tenido consecuencias graves para YoonGi, incluso más de lo que imaginaba.
—Hoy se decidía quien obtendría la beca deportiva completa para la universidad de Hankuk, pero al parecer perdió la oportunidad por un inmaduro omega que lo drogo. —Aclaro Taehyung lo mas sencillo que pudo.
Jimin se sintió devastado al escuchar que su imprudente acción había afectado tanto a YoonGi.
Las lágrimas brotaron nuevamente de sus ojos mientras se sentía culpable por haber causado la pérdida de la beca deportiva para el alfa que tanto amaba.
Se preguntó una y otra vez cómo podía arreglar las cosas, cómo podría hacer que YoonGi lo perdonara y lo volviera a mirar con buenos ojos. Su corazón estaba lleno de temor, temor de haber perdido a YoonGi para siempre y temor de que su plan para enamorarlo hubiera resultado contraproducente.
Y TaeHyung intento salir, dejar atrás a Jimin una vez que le había explicado, pero la razón principal era que el lobo de Taehyung era muy sensible, solo aceptaba el aroma de su omega.
Algodón de azúcar y rosas. Él delicioso aroma de SeokJin.
—Pero solo... solo eran pastillas para dormir —expresó Jimin, intentando justificar lo que había hecho—. Mi mamá las toma muy seguido porque tiene problemas para dormir.
—Si, y son consideras una droga. —Explico Taehyung. —Ve a tu casa y piensa como solucionar lo que hiciste, YoonGi no perdona fácil, una vez copie su tarea de cálculo y me dejo de hablar por tres semanas. —Finalizo saliendo de los vestidores.
—¿Pensar una solución? —Susurro para sí mismo, mientras pensaba en cómo arreglar su desastre.
Jimin se quedó hasta el final del partido sintiéndose infinitamente culpable. Durante todo el juego intentaba una y otra vez acercarse al entrenador para aclarar las cosas, pero no podía encontrar una oportunidad adecuada mientras estaba ocupado guiando al equipo.
Finalmente, cuando escuchó a los demás estudiantes hablar sobre el problema y los malentendidos que habían surgido, se dio cuenta de que debía encontrar una solución para reparar el daño causado. Decidió enfrentar las consecuencias y aceptar el castigo de YoonGi, aunque eso significara no poder participar en los siguientes partidos..
—Que mal que perdimos el partido, eran las finales.
—Claro que perderíamos, el capitán fue expulsado.
—Si, escuche que dio positivo a la prueba de drogas.
—¿Drogas?
—Si, mi hermano esta en el equipo y me contó que al parecer su novio lo drogo.
—Las cosas no pasaron así. —Susurró para si mismo, al escuchar a los alumnos susurrar sobre problemas ajenos, nunca creyó que su plan para enamorar a Min trajera tantos problemas y malos entendidos.
Jimin se acercó al entrenador quería e olee darle su deseo de asumir las consecuencias de sus acciones.
Pero ni siquiera sabía como empezar.
Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Jimin se acercó al entrenador al final del partido, decidido a enfrentar la situación y pedir perdón por sus acciones.
—Entrenador, soy Park Jimin y necesito hablar con usted sobre lo sucedido con Min YoonGi y la beca —Balbuceó, pues se sentía chiquito ante tantos alfas rodeándolo, su voz era temblorosa y sentia cómo la ansiedad se apoderaba de él.
Y de su lobo, incluso su aroma empezó a volverse débil, por el sentido de supervivencia.
Si se hacía lo suficientemente chiquito nadie podría encontrarlo y hacerle daño.
Sin embargo tenía que volverse fuerte y dar la cara.
El entrenador lo miró con seriedad y asintió, dándole permiso para hablar.
—Yo fui quien le dio las pastillas para dormir a YoonGi. No sabía que eso podría afectar su beca, yo solo... solo quería que descansara bien —Se excusó, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer.
No quería mentir, pero tampoco quería quedar como un omega loco y tonto.
El entrenador suspiró, comprendiendo la sinceridad en las palabras de Jimin, al sentir el aroma débil del omega, pero la gravedad de la situación era mucho peor.
—Jimin, entiendo que lo hiciste con buenas intenciones, pero el uso de pastillas sin autorización es una violación de las reglas deportivas. No puedo revertir la decisión sobre la beca de YoonGi. —respondió el entrenador, apenado por la situación.
Las palabras del entrenador golpearon a Jimin como un puñetazo en el estómago, tan profundo que incluso su lobo sintió el golpe.
Se sintió abrumado por la culpa y la tristeza, sabiendo que sus acciones habían tenido consecuencias irreparables para al alfa que tanto deseaba.
—Lo siento mucho... No quería que esto pasara. ¿No hay absolutamente nada que pueda hacer para ayudar a YoonGi? —Pregunto Jimin, rogando por una solución, a la vez que sorbía sus mocos por las evidentes lágrimas que seguían saliendo sin permiso alguno.
Pero en su interior sabía que quizás ya era demasiado tarde.
El entrenador negó con la cabeza, encogiendo sus hombros por no poder hacer más.
—Lamento decirte que la decisión ya está tomada. YoonGi ha perdido la oportunidad de obtener la beca por un año. Es una situación muy complicada —Explico el entrenador.
Jimin asintió, sintiéndose derrotado y culpable. Sabía que había cometido un grave error y que sus acciones habían tenido consecuencias devastadoras para YoonGi.
—Gracias por escucharme, entrenador. Aceptaré cualquier castigo que haya para mí, pero si hay algo que pueda hacer para ayudar a YoonGi a recuperar la beca en el futuro, por favor, puede decirme y haré cualquier cosa, enserio. —Aseguró con voz entrecortada, sintiendo un nudo en la garganta. —Incluso puedo limpiar el gimnasio o lavar los uniformes pero por favor.
El entrenador le dio una mirada compasiva y puso una mano en su hombro.
—Aprecio tu sinceridad y tu deseo de hacer lo correcto, Jimin. YoonGi es un excelente jugador y estoy seguro de que en el futuro tendrá nuevas oportunidades. Solo recuerda aprender de tus errores y ser responsable de tus acciones —Aconsejo el entrenador, reconociendo el remordimiento en los ojos de Jimin.
Jimin asintió, agradeciendo las palabras del entrenador, pero su corazón seguía pesado con la culpa y el deseo de reparar lo que había dañado. Se sintió impotente ante la situación, pero también decidido a no rendirse y luchar por el perdón de YoonGi.
Con la esperanza de que tal vez algún día pudiera enmendar las cosas, Jimin se despidió del entrenador y se retiró del gimnasio, llevando consigo la carga de sus errores y la determinación de ser una mejor persona para YoonGi y para sí mismo.
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