03. Rechazo.


Jimin se encontraba recostado en el sofá, con el corazón destrozado, mientras su madre, preocupada por él, le acariciaba cariñosamente la nuca, buscando brindarle consuelo en medio de su angustia.

—Él me rechazó, mamá... No quiso darme una oportunidad, ni esperar por mí —dijo Jimin entre sollozos, buscando aliviar su dolor compartiéndolo con su madre—. Había planeado nuestra primera cita, pero simplemente se fue y me dejó en el parque.

Su madre suspiró, sintiendo el pesar de su hijo y deseando encontrar las palabras adecuadas para reconfortarlo. Sabía lo difícil que era enfrentar un rechazo amoroso, especialmente cuando se trataba del primer enamoramiento.

Pero también sabía que no podía mentirle y decirle que todo estaría bien o que la situación cambiaría a su favor sin más. Tampoco quería herirlo aún más sugiriendo que se conformara con alguien más solo por miedo a estar solo.

—¿Qué hay del vecino, Hoseok? Siempre ha mostrado interés en ti —recordó su madre, buscando una alternativa que podría traer cierta felicidad a Jimin, aunque fuera diferente a lo que había imaginado.

Jimin hizo una mueca de desaprobación y negó con la cabeza. —Mamá, Hoseok no es mi tipo. Él es demasiado raro para mí, su aroma es muy fuerte, no somos una pareja predestinada —explicó, intentando encontrar una explicación lógica para evitar una sugerencia que no compartía.

Su madre lo miró con ternura y trató de razonar con él. —Jimin, es posible que aún sea muy pronto para estar seguro de quién es tu predestinado. Recuerda que acabas de presentarte como omega, y a veces nuestras emociones pueden nublar nuestro juicio. No te cierres a otras posibilidades.

Jimin frunció el ceño, convencido de que YoonGi era su predestinado. —¡No, mamá, lo sé! Él y yo nos completamos. A él le gusta comer mandarinas y yo tengo aroma a mandarinas. ¡Es una señal! —afirmó con convicción, sintiendo cómo su corazón se aferraba a la esperanza de que YoonGi fuera el indicado para él.

Y por supuesto él para YoonGi. 

La madre sonrió dulcemente ante la determinación de su hijo, aunque también preocupada por su bienestar. —Está bien, cariño. Si eso es lo que crees, no te detendré. Solo recuerda que el amor puede ser complicado y no siempre es como deseamos.

Jimin asintió, sintiendo cómo el apoyo de su madre le daba un poco de consuelo en medio del dolor y su corazón roto.. —Lo sé, mamá. Voy a enamorarlo. No importa cuánto tiempo tome, estoy dispuesto a intentarlo. —Aseguró con determinación. 

La madre abrazó a su hijo con cariño, Jimin encontró un poco de consuelo en el regazo de su madre  mientras se enfrentaba a las emociones dolorosas e intensas  de su primer amor y la incertidumbre del futuro. 

—Jimin, puede ser solo una coincidencia, ¿y si solo estas encaprichado con él...? —Susurro su madre, viéndose interrumpida por su hijo.

—No, no es solo un capricho, yo voy a enamorarlo.

Sabía que no sería fácil, pero el amor que sentía por Min era suficiente para intentarlo una y otra vez,, sin importar los obstáculos que pudieran surgir en su camino.

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