Park Jimin, un  omega joven castaño de estatura baja, carismático y atrevido, pero a la vez inocente, observaba desde la distancia de su sofá a Min YoonGi, el alfa atlético con aroma a ciruela y agave, jugador de básquet en el equipo de la escuela, de tez pálida y mucho más alto que él.

El omega se encontraba nervioso y emocionado a la vez, su dulce aroma a mandarina y almendras llenando el aire a su alrededor.

Finalmente, reunía el valor para llevar a cabo su audaz plan.

Secuestrar a Min YoonGi.

Cubrió al alfa con un antifaz de patitos para evitar que  su identidad fuese revelada.

—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Un omega travieso que me ha secuestrado?. —Dice con voz burlona pero llena de complicidad. Aún cubierto con el antifaz de patitos quería acercarse al omega, pero sus brazos atados le impidieron ponerse de pie.

Jimin se ruborizo intensamente, con su corazón latiendo rápidamente. —Lo siento,  Pero YoonGi estas secuestrado. —Sentenció intentando ocultar su emoción. Sin embargo el alfa parecía tener otros planes.

—Acércate omega. —Pidió usando su voz de mando, y el omega no pudo hacer más que obedecer, abandonando el sofá donde estaba escondido.

—Yo... yo solo quería decirte algo importante. —murmuró tímidamente, desviando la mirada pero sin dejar de sentir la cercanía del alfa.

YoonGi se acercó lo más que el lazo en sus brazos le permitió y acarició suavemente la mejilla de Jimin. —¿Algo importante? Dime, lindo omega, ¿qué es eso que querías decirme?. —Responde juguetón y a su ves mostrando una suavidad inusual en su voz.

Jimin toma aire, reuniendo valor para expresar su deseo más profundo. —He estado enamorado de ti desde hace mucho tiempo, YoonGi. Tu aroma, tu fuerza en la cancha, tu personalidad, tu... Todo en ti me atrae. —Confesó sintiendo su corazón acelérese.

—¿Que más?  —Interrogó curioso el alfa.

— Quiero ser marcado por ti y vivir juntos por siempre. —Admitió en voz baja, sintiendo cómo su corazón se aceleraba aún más.

En un giro travieso, el alfa decidió jugar un poco con los sentimientos del omega, haciéndole creer que estarían juntos como pareja. Aunque por dentro, YoonGi si sentía curiosidad por omega tan travieso.

YoonGi se sorprendió por la confesión y suavizó su mirada aún bajo el antifaz  —Vaya, nunca imaginé que un omega fuese tan valiente para secuestrarme por amor. ¿Estás seguro de lo que pides? Ser marcado es un compromiso serio y para toda la vida. —Comentó con un toque de seriedad.

—Estoy seguro, YoonGi. Mi corazón solo late por ti. Quiero compartir mi vida contigo... Se que no sabes quien soy, pero... —Balbuceó mientras intentaba excusarse y encontrar un argumento válido. —El síndrome de Estocolmo funciona así, el secuestrado se enamora de su secuestrador...—Respondió con sinceridad, manteniendo su dulce aroma impregnando el aire.

Sin embargo, su aroma inconfundible lo delataba.

YoonGi acercó su rostro al del omega. —Park Jimin, claro que se quien eres. —Susurro suavemente a su oído. —Si eso es lo que deseas, no necesitas secuestrarme para tener mi atención.

Un escalofrío recorrió la espalda de Jimin al sentir el aliento cálido de YoonGi chocando en su piel.

El alfa sonrío con ternura, quitándose el antifaz de patitos para revelar sus ojos cariñosos. —Sí, en serio. Sería un honor marcarte y compartir mi vida contigo, Jimin. Pero antes de eso, ¿me permites robarte un beso?. —Insinuó con picardía.