Te invito a Leer


Hola wattleaders, como pueden ver no es un capítulo, siento mucho si se confundieron. 

Es una invtación para leer mis otas novelas, esto lo hago porqque literal, no he tenido suficiente tiempo. La escuela me tiene atrapada por completo, además mi celular esta fallando mucho. Así  que por favor no me odien, sé que no soy la única escritora, ni que soy lo suficientemente buena y que hay muchas que estudian y actualizan más que yo, así que me discuulpo de nuevo. 

Aquí les dejaré las demás historias que pueden encontrar en mi perfil, por si les interesase leer un poco más de lo que yo escribo y hago. Les dejaré las historias con su sinopsis y un pequeño fragmento de algún capítulo.  


DESASTRE CON L 

— Es hora de irnos—. responde colgándose mi mochila en su hombro.

¿Irnos? ¿A dónde? Es entonces que me percató que aún estoy tirada en el piso, sin pensarlo un segundo más me pongo rápidamente de pie y comienzo a seguirlo, preguntando nuestro destino, o, mejor dicho, mi destino.

— No se pueden ir — interrumpe —. Sí lo hace, voy a reprobarla, señorita Peñaloza— informa la profesora, quien nos hace detenernos unos centímetros antes de salir por la puerta.

—Idiota, espera...— lo jaló de la chaqueta e intento quitarle mi mochila, cosa que no funciona, ya que, él la eleva en lo alto. Estoy a punto de llorar, apenas un día de conocer a este chico y ya estoy en serios problemas.

Creo que la vida se empeña a echarme en cara la mala suerte que tiene destinada para mí.

Miré con horror a la profesora quien tan sólo es capaz de vernos con gran seriedad y una sonrisita que molestaría a cualquiera; observó a Liam, su mirada no es más conciliadora que la de la profesora, todo lo contrario. Su semblante era el más sombrío del lugar.

No puede ser posible, me niego a que lo sea.

Nunca me consideré una chica problemática, jamás busqué problemas, al contrario, siempre huí de ellos cada vez que los sentía cerca; los problemas lo único que pueden atraer, son cosas peores. Es por eso que por una parte me aliviaba ser la chica invisible o antisocial de los grupos, porque mi meta es licenciarme en contabilidad. No puedo dejar que este tipo, arruine las expectativas positivas que los profesores tienen de mí. Sencillamente, no puedo.

— Dame eso Hamilton. — saltó en un intento de tomar mi mochila y regresar a mi lugar, olvidando esto.

Me siento entre la espada y la pared, por un lado, tengo lo de mi celular, si lo pierdo mi madre me mata y por otro, si me voy con este bad boy, repruebo ecología.

¡Qué día más del asco!

Intentó quitarle mi mochila, esta escena que estamos plantando en el salón resulta cómica e indignante para algunos, odio su maldita estatura porque cada vez la eleva más alto, odio ser tan pequeña a lado de este dinosaurio.

—¡Dejen de jugar! — grita la maestra.

Ambos la observamos, debemos disculparnos, es lo que voy a hacer. Pero antes de decir ni pío, se me adelantan.

— Y usted deje de ser una bruja con la chica, es más que obvio que nadie presta atención a su clase, más de la mitad de este salón ya se ha ido. — dice sin sutileza, yo quiero que la tierra me trague. No puedo creer que se le pusiera de tú por tú a la profesora.

LA MÁSCARA DEL PAYASO


El eco del viento golpeaba las hojas, las ramas caídas crujían en cada movimiento entrelazándose con un siseo qué envía ondas estremecedoras recorrer mis venas helantes. No reconozco lo que dice, tan solo me resulta un llamado. Una luz roja en medio de una persona o un ser delante de ella, mi pecho late como loco al darse cuenta de quien se trata.

Ropa oscura, una gabardina del mismo color y la máscara blanca con algunas chispas de sangre.

Mis pasos retroceden, con el corazón a punto de salirse. Todo aquí proclama que se trata de un rito o algo similar. Su risa me congela los sentidos:

—¿Hasta cuándo mi princesa seguirá huyendo?.

Se apaga el fuego.

Mierda.

Doy media vuelta corriendo hacia ninguna parte. Soy una tonta al no conocer el camino que tome.

—¡Bu! — aparece de la nada.

Frente a frente.

—Mi princesita, ¿tiene miedo?

Niego corriendo hacia el otro lado.

—Es estúpido que vayas contra lo que ya está hecho, muñeca. — silba apenas audiblemente.

Su voz distorsionada me confunde, su presencia me aterra y más cuando de nuevo estoy a su merced.

—No me hagas cazarte de nuevo, no pierdo y lo sabes.

Tengo la respiración acelerada, los sentidos alterados y la esperanza por los suelos. ¿Tanto mal hice en mi vida pasada?

Creo que tan solo soy una mala broma en este mundo.

— ¿Cuántas veces debo cortar tus alas? ¿Acaso tendré que corromperte más?— cuestionó con una mezcla de enfado y decepción.

Aparece de la nada, quedando cerca de mi rostro con el filo del cuchillo, acariciando mi mejilla.

—Hagas lo que hagas, siempre voy a encontrarte. Porque tú eres mi presa y yo tú cazador.

Con esas últimas palabras taladrando mi alma, la oscuridad se apoderó nuevamente de mí dejándome caer en el vacío, reclamandome no haber sido lo suficientemente juiciosa para esta elección.


JARED: SIN ELLA NO HAY DESEO

—¿Qué paso, por qué estabas llorando?

Adel lo miró, buscando que responder. No quería problemas, lastimas ni nada semejante. Era un desastre, un desastre en cada sentido.

—A ti qué te importa. ¡Tú no eres nadie! ¡Nadie!

Necesitaba que la Tierra se la tragara, una escena. Ambos daban gracia que el lugar estuviera vacío y que, fuera horario de clases.

—Me voy. — tomó con fuerza su mochila, mordiendo su labio fuertemente en un intento de no soltar ningún quejido. De nuevo estaba ahí un vacío en su estómago y el pecho.

Lejos, quería la lejanía de los demás pero deseaba tanto que alguien corriera hacia ella y la abrazarla mientras susurraba en su oído que todo estaría bien, que no le importará cuanto ella le gritara o le insultara, porque a pesar de eso él estaría ahí.

Estaba mal pensar de esa manera, no podía regresar a lo mismo. No podía volver a ser egoísta, ni mucho menos, volver a esa dependencia de la que — aún — No estaba segura de haber salido. Deseaba tanto un abrazo, pero a su vez sabía que si lo recibía regresaría a esa burbuja en rosa que pocas veces la dejaba salir.

No era sano, tal vez, ella no era sana.

Lo único que en su mente transitaba era la misma discusión que eventualmente mantenía con su madre. ¿Por que no podía tener visión? ¿Por qué tenía que ser una buena para nada? ¿Cuál era la razón de qué ella siempre lo arruinara todo?

Era una egoísta, todos se lo recalcaban. Y si lo decían, significaba que lo era, ¿cierto? El pensamiento y la mente de Adel, estaban tan controlados por las mismas palabras que no tardaría en tocar fondo, y para su buena o mala suerte, había alguien quien esperaba que lo hiciera. Alguien que deseaba hacerle tanto daño como ella con su ego.

Observó al guardia que estaba en la puerta, aquel que miraba quien llegaba y quien salía. Pensó en las palabras que le dijo a Jared, una parte se sentía feliz y con el poder de herir a alguien tal como otros lo habían echó con ella, ¿Qué tan mierda la hacia eso?. Y otra parte, la hacia sentir tan culpable qué una parte le pedía regresar con él y pedirle perdón por ello, sin embargo, Adel no era alguien que aceptará abiertamente sus errores.

Ni con él, ni con nadie.

Con ese pensamiento, un sin fin de emociones recorriendo y azotándola con un huracán en su cabeza, entró. Por lo menos entraría a sus dos últimas clases. Antes de subir a su salón, se miró en el espejos y notó las lágrimas secas recorriendo desde sus pestañas hasta su quijada. Maldijo internamente y echo un poco de agua a su rostro limpiando cualquier rastro de llanto, sacó su pinta labios rojo y delineo cuidadosamente los suyos, así como, le hizo dos dobleces a su falda. No importaba que tan jodida se sintiera, lo importante, era que nadie lo pudiese notar y menos en su apariencia. No era alguien que destacará por ellos, pero, al menos, requería verse normal.

Mientras tanto, Jared miraba con diversión el camino por donde ella había marchado.

—Y es así como no tardarás en caer, pequeña Adel.

Nota: en esta historia las cosas son un poco lentas. 

Historias más recientes:

MIRA MÁS ALLÁ DE MÍ:  BAJO EL BOULEVARD

2 capitulos

Si alguien, pudiese verlos con atención, quizás pensarían eran parecidos a una madre riñendo a su hijo, pero, no. La verdad, nadie los miraba y ellos ni siquiera se conocían. Lo único que sabían del otro era el hecho que Aysel fuera descuidada y Travis un chico que ella, probablemente, olvidaría aleatoriamente.

—Claro, niña —se burló con amargura agridulce, —. Sólo ten en cuenta esto, hay personas con un sufrimiento verdadero. No muy lejos de ti, existe alguien con un dolor oculto, quizás, permanente y a las que nunca verás quejándose ni auto- compadecerse a sí mismos. — musito con su verde mirada clavada encima de ella. — Seas patética, torpe o descuidada..., sí que tienes el paquete completo.

—Jódete.

—Y la capacidad de utilizar un vocabulario coloquial, utilízala para afrontar lo que tengas. Cuando las cosas están hechas para romperse, sólo puedes hacer una cosa.

Curiosa, indignada e intrigada, ladeo la cabeza para tener un mejor ángulo visual, no parecía el chico se dignará hablar con una chica igual a ella, sin embargo, ahí estaba. Ella, olvidándose de las enseñanzas de sus padres de no hablar con extraños y él ocultando la sensación de gracia por el desastre que ella le enseñaba.

—Volver a la partida. Porque, tú eres la única que puede hacerlo. Jamás habrá arcoíris, y si lo hay no es porque el sol se quede por siempre, sino, porque incluso el día más lluvioso tiene un propósito.

—¿Y tú lo conoces?

—Bienvenida al boulevard de los sueños rotos, Aysel.— sus labios mojados se curvearon suavemente hacia arriba, esbozando una jocosa sonrisa, la misma que reflejaba su amargura y la disfrazaba de ironía.

MIRÁ A TRAVÉS DE MÍ: SOBRE EL BOULEVARD

Por el momento es un one-shot

Pasaron los minutos y ella no regresó. Hasta que sintió un par de manos sobre su cintura y besos húmedos de la mujer que la noche anterior había llevado a su apartamento, se dio cuenta de la situación. Sin tiempo que perder, recogió las primeras prendas que encontró sobre el suelo para ponérselas y correr detrás de Alexia en un intento desesperado por encontrarla.

Le debía una disculpa, aunque no sabía como se la daría.

Y cuando llegó a la avenida, se dio cuenta qué era demasiado tarde. Ella ya no estaba, y quizás, no volvería. Lo único que podía ver en medio de la calle era un par de ilusiones rotas sobre ése camino que le había dado tanto, lo más especial: una pelirroja artificial con una plancha en la mano.

—Y de nuevo, volvemos a terminar aquí, en el boulevard de los sueños rotos.

Parpadeo varias veces, saliendo de sus pensamientos y recuerdos de meses atrás. Sorprendido y confundido por encontrarse en ese lugar, no se percató en qué momentos sus pies anduvieron hasta llegar a su nuevo sitio favorito y el que más odiaba.

EDÉN

Inicio

Sus ojos se oscurecieron como la profundidad de un océano. Sin dejar desvanecer la seriedad sobre sus facciones bien parecidas.

—Te lo dije una vez, si tuviera que tomar la decisión de destruirte o salvarte, sin dudarlo te destruiría. No puedo dejar que mi debilidad termine conmigo.

Halsey sonrió, —En ese caso, fue un gusto haber tocado el paraíso contigo a mi lado. — miró adelante y cerró los ojos aspirando el aire de una nueva paz, sus manos se abrieron imitando las alas de un ave lista para volar, dejando que su pie avanzará un paso hacia el aire.

Dispuesta a saltar. Antes de permitir que su cuerpo cayera dentro aquel vacío, una mano sujetó su cintura.

Su respiración se mezcló con la suya y sus latidos se aceleraron de pánico ante su cercanía.

—Puedes llamarme loco, asesino, monstruo o un maldito psicópata, pero jamás podrás marcharte del lado de quién has liberado.

Los labios del chico se curvearon en una retorcida y siniestra sonrisa. Sintiendo un escalofrío recorrer su espina dorsal, obligandola a rehuir la mirada.

Sin duda no estaba preparada y estaba segura que nadie lo estaba. Después de todo, ninguno en el pueblo de Inferi se encontraba listo para enfrentarse al infierno que comenzó ardiendo en el paraíso.

NOTA: puede que las portadas no coincidan pero son la misma historia. Cada portada fue hecha por mí. 


ESPERO QUE ALGUNA HAYA SIDO DE SU AGRADO O DE SU INTERÉS. ASÍ, COMO DARLES UN OBSEQUIO EN REYES

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top