9. Cobarde
Alejandra
La vida esta llena de complejos ya que nunca se sabe lo que te prepara el futuro, si es bueno o malo. Si lo recibirás de una forma alegre o de manera contraria. Muchos dicen que debemos de aceptar lo que el destino nos depara, pero ¿si eso es algo que nos hace daño? Se supone que todos somos libres como para decidir lo que queremos o los que nos conviene, tengi diecisiete años pero no me siento capaz.
Puedo mirar mi reflejó a través del espejo, observo detenidamente cada una de mis facciones: mis ojos, mi nariz, mis labios, mi pelo, mi lunar; pero a pesar de verme por un largo tiempo sé que algo esta mal en mí, ésta no soy yo.
Acomodo mi falda. Me llega a medio de las rodillas ya no me la subo tres dedos como antes y ahora sólo trató de bajarmela un poco más. Vuelvo a mirarme, me miro y me miro pero aún así no soy capaz de encontrarme en este reflejo; quisiera que fuera una falacia. Acarició mi muñeca, aun duele un poco, cuando el profesor Dunkel se enoja suele sujetarme con mucha fuerza y en ocasiones llega a dejar algunas marcas en mi piel y es aquí cuando agradezco ser apiñonada y no blanca. ¿Dónde carajos quedó mi orgullo? ¿Mi dignidad?
Me siento como la persona más cobarde en todo el maldito planeta. Como una niña pequeña que necesita de alguien quien la cuide y proteja de ese demonio quien se supone es mi maestro, el hombre que arruinó y tiene controlada mi vida. No tengo a nadie, él lo tiene todo: la confianza y cariño de mi mamá y el de mis hermanos; de la misma forma que a toda la directiva y profesorado del Instituto. Todo lo que me siento capaz de ser es llorar, llorar y llorar como una niña pequeña. Así es como me siento, como una maldita cobarde pequeña. Siempre creí que jamás pasaría por el acoso de un hombre y mucho menos el de mi profesor, me dije muchas veces que jamás me dejaría dominar ni hacer por un imbécil con aires de grandeza que si pasaba por ello de inmediato lo denunciaria o haría cualquier otra cosa para que no se saliera con la suya. Sin embargo, tan sólo soy capaz de agachar la puta cabeza para que ese hijo de perra no le haga nada a mi familia. ¿Porque mierda no puedo decir lo que en verdad esta pasando? No entiendo, y eso me frustra; pienso en que momento permití que esta pesadilla surgiera, cómo inició, creí que a él le gustaban las chicas de su edad o que estuvieran (como me explicó, ¿más maduras?) ¿Acaso fue por subir mi falda? Siento como algunas lágrimas comienzan a caer, no entiendo en que instante deje que él me dominará.
Porque eso es, algo maldito que sólo dominan los hombres malos como mi profesor, ellos dominan a las personas buenas según su voluntad mientras las corrompen en todos sus sentidos. Él controla todo lo que me rodea,
Siempre me creí fuerte, sin en cambio, ¿Qué estaba haciendo en estos momentos?
Exacto, nada. Sólo permitir que continuará con su estúpida imposición. Él dice que desea mi amor, yo sólo creo que esta loco. Yo nunca podría amarlo, me niego a considerar tan sólo esa idea, jamás me enamoraria de una persona como él, quien se ha encargado de arruinar mi vida. Alguien que ama a otra persona, no le hace lo que él a mi ¿o si? No claro que no.
Muerdo mi labio para no soltar un sollozo, tomó la mochila y la cuelgo en mi hombro.
-Ya me voy mami- avisó e intento acercarme para besar su mejilla, en cambio mamá voltea el rostro y sigue con sus cosas. Me duele que mi mamá se comporte así conmigo, ésta molesta, no la culpó porque ayer el profesor volvió a enojarse conmigo porque me negué a esperarlo hasta las dos cuando un día antes paso el incidente de su carro, y le dijo algo como que me pusieron un reporte por hacer algo inapropiado con Rafa. - Te amo mamá- susurro y salgo. Me ha prohibido hablarle. Clavó mis uñas en la Palma de mi mano. Estoy casi segura que ese reporte lo consiguió por coquetear con la orientadoras. Aclaro, no me molesta que lo haga por mi mejor si se va con ellas y a mi me deja en paz.
Camino por la calle pensando en cómo mi vida dio un giro de más de 180 grados, la manera en que él hábilmente me arruina cada vez más. Llegó a la gasolinera y volteó hacia los lados, puedo sentir una dura mirada taladrandome la nuca, la eh sentido desde hace tiempo, sin embargo, siempre me negué tal posibilidad. Porque decía ¿quien iba a seguirme?
Volteó y es ahí donde veo a un par de hombres es un carro clásico negro, ni siquiera se inmutan en intentar ocultar que me siguen, claro, ahora que sé sus intenciones, tan sólo quiere hacerme saber que me tiene en sus manos.
Subo al camión y cinco minutos después llegó a la Noria, aunque a pesar de eso debo subir a pie para poder llegar al colegio, son mínimo otros cinco minutos. Ya que no esta del todo lejos.
-Ale, por aquí.- escucho que alguien me llama. Tan sólo me quedo ahí parada en mi lugar sin poder hacer nada- vamos gatita
Rafa, John y Eduard me llaman, pero se que no debo ir. Si lo hago Dunkel me hará daño o peor aún, a mi familia. Sonrió un poco y niego para entrar por los torniquetes, necesitaba a sus amigos a su lado pero era consciente que eso sólo me traía problemas. Sentí como alguien caminaba a mis espaldas.
《Por favor que no sea él, por favor que no sea él.》rogue y sentí que alguien me tomaba del brazo.
-¿Vas a decirme que es lo que te esta pasando?
-Damián- susurre. Negué ante su cercanía.
-Dime, que te paso Ale. Donde quedó esa loca a la que todo el tiempo hacia enojar y reír.
-No se de que me hablas- murmure intentando alejarme de él, si el profesor llegaba y nos veía de esa manera tendría muchos problemas.
Damián volvió a interponerse en mi camino y me pego contra la pared, trague en seco y sentí el miedo recorrer mi cuerpo en cuanto sus azulados ojos se cruzaron con los míos. La chispa que comenzaban a denotarse en ellos me hacían darme cuenta del grave problema que me esperaba en esta tarde.
-Por favor, déjame ir- mi voz temblaba pero parecía que a él no le importaba, Cayden Dunkel ya venía para acá, seguramente se encontraría bajando las escalera.
-No- decretó. ¿Que carajos le pasaba? Me estoy muriendo del miedo y este idiota tan sólo esta de terco.- Ale, debes confiar en mi. Yo sé, que lo que se dice de ti es mentira, tú no eres así. Pero necesito que me digas lo que te pasa para que yo pueda ayudarte
No, él ni nadie podría ayudarme.
-Ya te dije que no me pasa nada- exclame con frustración.
Damián me miraba con seriedad, demasiada seriedad diría yo. El sabía que mentía porque me conocía a la perfección, a él y a Rafita les contaba regularmente lo que me pasaba, inclusive este último algunas veces me iba a dejar a mi casa.
-Sabes que es mentira, incluso Aldo lo sabe. Estas huyendo de todos.
-Yo.........- antes de que pudiera continuar, esa voz que día a día me atormentaba resono en mis oídos.
-Señor Cruz, debería entrar al salón. Que ya la clase va a empezar- avisó en tono serio. Damián soltó un suspiro de decepción y finalmente, dio la vuelta.
-Nos vemos donde siempre, mi amor.- dijo amenazante. Y trague en seco.
¿Porqué mierda no me puede dejar en paz?
*****************************
Ya son las 2, soy la primera en salir. No miro atrás e ignoró a Rafa, Damián y a los chicos que me llaman. Debo salír corriendo y es algo que odio con todo mi ser. Nunca eh echo ejercicio, por esa razón mi mamá me dice gorda así que no entiendo que es lo que ve en mi.
Una vez que llegó a la parte trasera del teatro Carlos Pellicer me siento en una de las bancas de piedra, este camino por lo regular no esta muy frecuentado (de echo, podría decirse que está vacío siempre).
Por unos segundos una idea un poco descabellada pasa por mi mente, observó para todos los lados y me aseguró que ningún carro pase..... ¿Y si...? Me pongo de pie una vez más de pie y comienzo a caminar rápidamente hasta que, me detengo de golpe en cuanto veo a alguien delante de mi.
-¿Va a algún lado, señorita?- cuestiona con seriedad.
¿Encerio? ¡Ocultado en un callejón! Maldito hijo de.......
Lo miro abrumada, si le dicen al imbécil de mi profesor se va a enojar mas de lo que seguro ya está. El miedo comienza a recorrer cada parte de mi ser, estoy pérdida.
-Yo.......- No tengo la menor idea de que decir. Me siento bloqueada ante esto.
-Debería esperar al señor- me toma del brazo.
-Suelteme- hago ademan de hacerlo pero sólo logró que me toma con más fuerza.
Veo que es sordo, me ignora y sigue caminando.
-Me esta lastimando - me quejó. No me está agarrando con fuerza, aunque en esa muñeca el profesor Dunkel si que ha dejado marcas.
-TE DIJO QUE LA SUELTES- saltó en mi lugar al escuchar ese grito. Esta lleno de furia, giro lentamente y decir "impresión" es poco. Sus ojos sacan, literal, chispas. Se acerca a zancadas.
-Sir (señor)- dice asustado.
Comienza a gritarle en alemán y él otro, que parecía tan serio ahora tan sólo aparenta ser una niña pequeña como yo. Golpea con fuerza su mejilla y de pronto en un intento desesperado, comienza a hablar mientras ambos me miran a mi. Trago en Seco, Cayden continua diciendo algo más y señala con su dedo. Me imagino que ordenando que se marchará porque aquel sujeto se va.
El profeso Dunkel me mira y su respiración es tan rápida como si se tratará de un toro encabronado.
Lo último que siento es como jala con fuerza de mi brazo, para meterme o mejor dicho, arrogarme con fuerza hacia el asiento del copiloto. Y rápido da la vuelta al carro, estoy a punto de abrir la puerta y correr, huir de él.
-No seas estúpida.- su voz es fría. Me mira, aun más molesto y estampa de mano en mi cara.- ¿Que planeabas hacer, huir?- grita.
Tan sólo soy capaz de llevar mi Mano a mi mejilla en un intento de sobarla, mis ojos se volvieron aguados por el dolor que se impregnaba en mi piel.
-¿Porque me pegas?- cuestione en un sollozo. Era la primera vez que me pegaba.
Sus ojos detonaban peligro. Yo mejor que nadie, lo sabía.
-¿Qué porque te pego?- cuestiona fingiendo un tono un tanto chillón.- POR ZORRA
-Yo no hice nada- me defiendo antes de que vuelca a golpearme.
Me toma del cabello, esto duele. Oh Dios, ¿Porque nadie sale?
-¿a no? ¿Y que hacías con el imbécil de Damián? ¡Si no es el idiota de Aldo, es con cualquie chamaco pendejo que se te cruza! Y no sólo eso, ahora también con uno de mis hombres.
Niego, es mentira.- Yo no hice nada, él, él. ... él sólo me pregunto como estaba
-A EL QUE MIERDA LE IMPORTA- vuelve a gritar. De verdad ¿acaso nadie escucha los gritos?
-Porque se preocupa por mi
-Yo también lo hago.
El enojo comienza a tomar parte de mi cuerpo, me vale una mierda si vuelve a golpearme- si tu sintieras por lo menos una mierda por mi, no me harías esto. No pondrias a mi mamá en mi contra....
-Es tu puto castigo- escupe, e intenta besarme pero simplemente me niego. Molesto toma de mis mejillas- no me hagas enojar, si no quieres que mañana tu mamita amanezca con los peces. No quieras conocerme- amenaza y vuelve a intentar.
-No- ¿Qué mierda hacer Ale? Puede hacerle algo a tu mamá- no quiero que me beses cuando me has llamado zorra, cuando ni siquiera me haz dado la oportunidad de explicarte, si me amaras me hubieras dado por lo menos esa maldita oportunidad.
Esperaba que eso me ayudará.
No dijo nada, soltó un bufido y después encendió el auto.
-Perdóname- ya va a empezar de bipolar. Se gira, de la nada me envuelve con sus tatuados y fuertes brazos- lo siento mucho. Pero yo creí que les coqueteabas mi amor.- no entiendo, en verdad que no comprendo nada.
¿Que clase de historia de terror es esta? Este hombre está loco; me asusta, me aterra, me confunde, es un maldito loco.
-Eh echo todo lo que me has pedido....
-No te has enamorado de mi.
Y nunca lo haré. No dije nada.
-¿Porque me dijo Red que ibas a irte de nuevo sin mi? ¿Otra vez escapas?- sí. Negué.
-Quería ir a la tienda, tenía sed - mentí, pero miré hacia la ventana.
Condujo hacia la tiendita, bajo y después de entrar volvió a salir cargando una bolsa con agua así como comida chatarra y paletas de hielo.
Me tendió una bonafont de guayaba y volvió a manejar. Creí que quizás me llevaría a casa, estaba equivocada.
-Sé que esta no es la mejor cita, pero es perfecto si puedo estar a tu lado unos minutos por lo menos.
Yo que bebía agua comencé a ahogarme. ¿Cita? ¿De donde había sacado eso?
Giré mi cabeza, para decirle que esto no lo era, olvidando el riesgo que corría por ello. Pero de la nada el pego rápido sus labios con los míos.
-Te amo Al, nunca creí que pudiera sentir esto por alguien. Eres lo mejor y lamentó que en ocasiones me comporte como un idiota- ¿en ocasiones?- Pero tú eres mía y si en algún momento te aportarán de mi lado, te buscaría hasta debajo de las piedras.
No puedo creerlo, sus palabras me dejan abrumada, encolarizada y extrañamente neurótica.
Sin duda esto es una estupidez, algo que no comprendo, una historia sin sentido. ¿Porque me hace esto? ¿Cuándo va a terminar su estúpida obsesión?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top