Prólogo

Nota: Dragon Ball y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a Akira Toriyama.

Nota 2: Esto es solo un pequeño proyecto. Si quieren que lo haga o siga con este libro, diganlo en los comentarios.

Se sentía solo y abandonado. Pero, ¿quién lo culparía? A pasado en ese lugar tanto tiempo que incluso olvido su propio nombre.

Tal vez se llamaba Gohan, tal vez no. No tenia idea.

El único nombre que recordaba era el de su padre; Goku. Y también estaba empezando a olvidarlo.

¿Su padre era el de ropa naranja y azul, o el de ropa morada? No lo recordaba.

Sus muñecas le dolían y ardían, y de la misma manera estaban sus tobillos.

Estaba encadenado tanto al techo como al suelo.

Hace mucho que no había comido, y sinceramente tenia demasiada hambre.

Todo el cuarto estaba oscuro y la única luz que había era una muy tenue.

Vio un poco de luz entrando por debajo de la puerta, y pocos segundos después escucho el sonido de la puerta siendo abierta.

Gohan, sabiendo que era lo que sucedería, empezó a forcejear contra las cadenas, sin éxito alguno.

Vio dos sombras, una más grande que la otra.

—¡Dejenme en paz!— grito con todas sus fuerzas.

Siguió intentando forcejear contra las cadenas, y lo único que logro fue empeorar las heridas de sus muñecas y tobillos.

Escucho la risa de aquellos dos sujetos, quienes se burlaban de los absurdos intentos de escape de el semi-saiyajin.

Las risas se detuvieron, y sintió como se le iba el aire. Uno de esos dos sujetos lo golpeo en el estómago, sacándole el aire y haciendo que escupiera sangre.

Gohan tosió varias veces intentando recuperar el aire, pero otro golpe, más fuerte que el anterior, evito que se recuperara.

Escucho las risas otra vez. Esas molestas y absurdas risas que, seguramente, nunca lograría sacar de su mente.

Sintió como hacían grandes cortes en su espalda, haciendo que el semi-saiyajin gritara de dolor.

Sintió como su cola -la de mono-, la cual le había crecido poco antes de terminar en ese lugar, era cruelmente apuñalada. Y era poco decir que dolía peor que aquellos cortes en su espalda.

Quería que todo eso acabara. Que la muerte por fin se dignatarios a ir por él y se lo llevará.

Pero no todo es como queremos...

Otro grito. Otro corte. Otro golpe. Y otro día en su vida.

Escucho el sonido de un cierre, y al instante sus ojos se llevaron de lágrimas.

Mientras lo torturaban con... Eh... Creo que ya lo saben..., el semi-saiyajin se preguntaba.

¿Por qué nadie lo rescata de ese infierno?

¿Por qué sus amigos no vienen a salvarlo?

¿Por qué su familia no viene a salvarlo?

¿Y su padre?

Al parecer, lo habían abandonado. Todas y cada una de las personas en las cuales confiaba, lo abandonaron a su suerte.

Y así, siguieron pasando los días.

Todo seguía siendo igual. Tortura, tortura y más tortura.

La única diferencia de un día a otro, era quienes lo torturaban. De ahí en fuera, todo era casi igual.

Poco a poco, fue olvidando a todos los conocía antes.

¿Su nombre? Quien sabe.

¿Su familia? No los recuerda.

¿Sus amigos? Nada.

¿Su padre? Hace mucho que olvido su nombre y cara.

Ese mismo día se sentía sumamente cansado, y sentía como sus párpados comenzaban a cerrarse.

Sonrió ante la idea de por fin ir al mas allá.

Escucho sonidos al otro lado de la puerta de hierro, pero no les tomo importancia.

Escuchaba voces, gritos, explosiones. Aunque no estaba del todo seguro de lo que escuchaba. Seguramente su mente solo jugaba con el, haciéndolo escuchar algo que realmente no pasaba. O quizás si pasaba, y solo estaba sacando demasiadas conclusiones.

Sus párpados se volvieron mas pesados, y lo único que vio fue la puerta abrirse.

Luego, escucho a alguien gritar un nombre.

—¡Gohan!—

Pero ya había cerrado los ojos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top