Capitulo 9: Aquellos Exitantes Dias de Verano
Gray entró rápidamente en la mansión de la organización y mientras corría hacía la habitación fue quitándose de encima las armas, el chaleco antibalas y todo hasta quedarse con unos pantalones de chándal azul marino y un niki negro de algodón. Abrió la puerta de la habitación despacio por el terror que le invadía y suspiró aliviado al encontrarse a Lucy tumbada sobre la cama, durmiendo.
Quiso entrar con sigilo para darle un beso en la frente pero estuvo a punto de gritar al clavarse algo en la planta de los pies. Definitivamente, había sido una mala idea quitarse las playeras y los calcetines. Se mordió el labio para no gritar de dolor y levantó el pie para acariciarse un poco la zona dolorida. Miró al suelo mientras palpaba la planta de su pie, descubriendo unas horquillas que estaban tiradas de cualquier forma sobre la moqueta. ¿Lucy habría intentado escapar forzando la cerradura? Aunque estaba allí tumbada, durmiendo apaciblemente y estaba claro que si lo había intentado, se había dado cuenta de que estaba abierta. ¿Por qué no había aprovechado para irse? Él se lo había puesto en bandeja como el imbécil que era, se había arriesgado a sufrir la furia de Natsu y a no volver a verla nunca más.
Al acercarse a la cama vio su móvil sobre el escritorio. ¡Se había dejado además el móvil! ¿En qué demonios estaría pensando? Lucy podría haber salido de la habitación, haberles robado las llaves de un coche y mientras conducía rumbo a casa, llamar a la policía con su móvil y darles su dirección.
Agarró el móvil rápidamente y miró el registro de llamadas descubriendo que la última llamada que había era la que él mismo había realizado a las 8:36 para hacer un pedido de armas. Se puso de rodillas delante de la cama y observó su rostro. Estaba seguro de que la muchacha no había huido para no darle problemas, empezaba a verlo claro.
Lucy debió de darse cuenta mientras dormía de que la observaban puesto que abrió los ojos lentamente.
- Siento haberte despertado... - murmuró Gray.
- Has vuelto... - sonrió- has cumplido tu promesa.
- Sí.
Lucy se incorporó en la cama quedando sentada y le ofreció un hueco a Gray para que se sentara junto a ella.
Gray algo dudoso por el ofrecimiento se metió dentro de la cama y le pasó un brazo sobre los hombros para que se apoyara en él de una manera tan natural y tan cómoda que casi le sorprendía.
- Gracias por cumplir tu promesa.
- Gracias por no escaparte.
- ¿Hug?
- Me acabo de dar cuenta de que te he dado oportunidades suficientes para irte y tú no te has ido- le aclaró.
- No me he ido porque te acusarían a ti- murmuró- Natsu enfurecería contigo- sonrió- después de lo bueno que has sido conmigo, no podía hacerte eso.
Gray le dio un suave beso sobre la frente y dejó que Lucy recostara su cabeza en su hombro. Con la mano libre se apartó un poco el cuello del niki al sentir un calor asfixiante. Se notaba que ya empezaba el verano.
Miró a su lado a Lucy y no pudo evitar sonrojarse mientras observaba cada curva de su cuerpo con absoluto descaro. No podía quedarse mucho más tiempo allí porque si no acabaría abusando de su cuerpo. La deseaba demasiado. Además, Natsu lo mataría si osaba poner una sola mano en aquel maravilloso cuerpo.
- Me tengo que ir... - apartó las sábanas- aún tengo cosas que hacer...
- ¿Tan tarde?
- Aquí casi nunca descansamos, mi amor.
Gray se dio la vuelta tras guiñarle un ojo y salió de la habitación cerrando después con llave. Lucy se había sonrojado intensamente cuando la llamó '' mi amor'' .
Solo recordaba a una persona que la hubiera llamado así antes.
Flashback
- ¡Eres un pesado!
- ¿Acaso estoy mintiendo? – le preguntó sin esperar respuesta- hace muchísimo calor, tiene lógica ir a la playa.
- Claro que tiene lógica- le contestó- y me encantaría ir a la playa.
- Entonces ¿cuál es el problema?
- ¡Que no quiero ir a la playa contigo!
Natsu suspiró frustrado una vez más. Ya empezaba a perder la esperanza. ¿Por qué Lucy no quería salir con él? Tampoco le pedía nada del otro mundo. Él era mayor que ella y sabía más de las relaciones que los otros chicos de su edad pero a su vez, también sabía controlarse mucho mejor que ellos. Admitía que deseaba mirar su cuerpo cubierto por un diminuto bikini pero jamás le haría pasar un mal rato en el asiento trasero de un coche o en los baños públicos de una discoteca. Sabía lo que quería y también sabía cómo lo quería y era hora de que ella empezara a ser consciente de ello.
Se acercó a la chica poniéndose a su lado y al llegar a la vuelta de una esquina, por la cual no tenían que pasar y siempre estaba desierta, Natsu la empujó y la retuvo entre la pared y él.
- ¿Qué coño haces?
- Cuida tu lenguaje, mi amor- le murmuró al oído- las señoritas son más educadas.
Rodeó su cintura con sus brazos y apretando su pelvis contra la de Lucy en un intento de que notara su excitación, la atrajo a sus labios y la besó.
Al principio Lucy opuso resistencia, pero finalmente correspondió muy gustosamente al beso. Muy pocos chicos la habían besado en su corta vida y sin embargo, sintió que aquel beso sería el mejor que iba a recibir en su vida. Fue sencillamente perfecto.
- Así me gusta, mi amor... - bajó sus manos a su trasero apretándola más contra sus caderas- acércate más...
Lucy obediente al deseo que sentía por dentro, rodeó el cuello de Natsu con sus brazos y se puso de puntillas intensificando el beso. En sus quince años de vida nunca había experimentado una sensación así en su cuerpo. Estaba ardiendo por dentro, le quemaba la piel, tenía una extraña sensación en el vientre, los pezones duros e hinchados le dolían, no podía separar sus labios de los de él... estaba excitada y le gustaba.
Sintió una mano acariciándole el seno derecho y gimió de placer descubriendo que era eso lo que sus pechos tanto ansiaban. Natsu se separó de sus labios e hizo un camino con su lengua hacía su cuello donde besó y mordió justo donde sabía que más le gustaría a ella. Entonces, Lucy despertó. ¿Qué demonios estaba pensando para ponerse hacer cosas indecentes con Natsu y en mitad de la calle?
Le dio un empujón y salió corriendo de esa calle vacía.
- ¡Estabas abusando de mí! – le señaló con el dedo.
- Pues tú no oponías resistencia.
- ¡Yo soy joven e inocente, no sé lo que hago! – exclamó sonrojada- me has manipulado.
- Ven aquí, mi amor- le ofreció su mano- ¡puede ser aún mejor!
¿En serio podía haber algo mejor que lo que había sentido? Negó con la cabeza y salió corriendo hacía su casa.
Fin de flashback
- Por aquel entonces descubrí lo que era el deseo... - se miró el cuerpo- ahora lamento que Natsu y yo lo hiciéramos de aquella forma...
Agachó la cabeza sintiéndose deprimida. Aquel verano, Natsu le había enseñado mucho más de lo que ella desearía saber en ese momento...
Flashback
¡No se lo podía creer! Había estado lloviendo justo cuando a ella le tocaba limpiar la piscina y después de estar calada hasta los huesos por la lluvia helada, salía un sol abrasador. ¡Malditos chaparrones de verano!
Se sentó en el suelo junto a la piscina vacía y se sacó las playeras y los calcetines de los pies fríos y adoloridos. Tenía los calcetines chorreando por culpa de la lluvia. Estiró los brazos hacia el borde de la piscina y los escurrió un poco antes de dejarlos en el suelo para que se secaran al sol.
Se miró la ropa comprobando hasta que punto había llegado el estropicio. Los mini short al ser granates no habían quedado transparentes ni más pegados de lo necesario puesto que eran elásticos, pero la camiseta ya era otro tema. Al ser blanca se le había transparentado entera y al ser de algodón la tenía pegada al cuerpo. El sujetador rojo que llevaba se veía a través de la tela y parecía un semáforo pero probablemente, los chicos no se detendrían al verlo. Aprovechando que no había nadie por allí podría quitarse el sujetador y ponerlo a secar, ¿no? No debía ser bueno tener algo mojado tan pegado al pecho.
Se llevó las manos a la espalda levantando la camiseta y comenzó a pelearse con el broche.
- ¿Te ayudo, mi amor?
- ¿Qué?
Lucy giró la cabeza a la vez que se apartaba las manos del sujetador y se encontró a Natsu apoyado en la valla de la piscina. Por suerte al otro lado y por desgracia, en el momento menos oportuno.
- ¿Qué demonios haces aquí?- le espetó enojada.
- Como no había nadie he podido entrar- sonrió- me acordé de que te tocaba limpiar la piscina y pensé que necesitarías ayuda.
Lucy suspiró lamentándose por haber juzgado tan rápido a Natsu. Él había ido allí con toda su buena intención para echarle un mano. Lástima que había llegado tarde para remojarse bajo la lluvia.
Se levantó del suelo y se giró dispuesta a disculparse por su error.
- ¡Guau!- exclamó sonriente- ¡Qué buen cuerpo, mi amor!
Lucy se dio la vuelta rápidamente para evitar que la mirara de aquella forma tan indecente. Había ido con la intención de ayudarla, pero seguía teniendo un par de ojos, por desgracia. Negó con la cabeza esos pensamientos al darse cuenta de que él no tenía la culpa de nada. Era normal que se fijara teniendo en cuenta que se le transparentaba todo, ¿no? Además le había dicho que tenía buen cuerpo, debería sentirse halagada e intentar ignorarlo.
Escuchó un ruido a su espalda y al girarse vio a Natsu saltando la valla.
- ¡Natsu! Gracias por tu buena intención- murmuró viendo que se le acercaba- pero ya he terminado, puedes irte.
- Pero es que no quiero irme.
Natsu pasó un brazo alrededor de su cintura y la pegó a él. No la besó y no la acarició. Simplemente la miró a los ojos con creciente adoración. Cuando la observaba de aquella forma no sabía qué pensar, la dejaba sin respiración y a la vez le hacía sentirse realmente amada. A lo mejor se equivocaba con todas las conjeturas acerca de Natsu.
El hombre subió sus manos por su espalda levantando su camiseta a la vez que recorría su tersa piel y le desabrochó el sujetador. Lucy pensó que seguiría y le acariciaría los pechos como tanto ansiaba pero no pasó nada. Natsu, simplemente le sacó el sujetador y se lo guardó en el bolsillo de su chaqueta. Luego le bajó la camiseta y tras un rápido beso en los hambrientos labios se apartó de ella y anduvo hacía la salida. ¿Por qué no la había tocado? Ella lo deseaba.
Sin poder resistirlo, corrió tras él y lo abrazó por la espalda pegando intencionalmente sus pechos a su cuerpo. Lo necesitaba, estaba segura de lo que sentía en ese momento.
- Natsu... - murmuró.
- Luce, yo lo quiero todo de ti... - murmuró- pero no voy a intentar tomar algo que no estás dispuesta a darme.
- ¡Sí que estoy dispuesta a dártelo!
- Mientes.
- ¡Te lo estoy ofreciendo! – exclamó- tómame- le suplicó.
- Mi amor, creo que no te encuentras muy bien- se apartó de ella- nos volveremos a ver cuando estés en tus cabales.
Lucy se dejó caer de rodillas en el suelo sintiéndose humillada mientras que Natsu se marchaba con los puños apretados a los costados. Más tarde comprendería que él se resistió por ella.
Fin de flashback
- ¡Qué estúpida!- exclamó recordando ese momento.
Lucy se tumbó en la cama dispuesta a dormirse, pero el ruido de la puerta abriéndose se lo impidió. Se incorporó de nuevo en la cama y su sorpresa fue tremenda al verlo allí.
- Natsu...
Continuará...
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