Capitulo 10: Celos


Natsu no le dijo nada, simplemente cerró la puerta tras él y se dirigió hacia ella. No había ido a buscar sexo ni nada por el estilo sólo quería poder oír su voz después de tanto tiempo. La había echado muchísimo de menos y se había contenido todo lo que había podido para que no se sintiera forzada a verlo. En ese momento, necesitaba más que nunca verla, oír su voz, saber que estaba bien y que no lo odiaba aunque eso último lo dudaba. Se sentía como si la hubiera violado a pesar de que ella le respondió.

Lucy lo miró sin poder creerse que estuviera allí, que hubiera ido a verla después de tantos días. ¿Estaría preocupado por ella?, ¿la echaría de menos?, ¿querría volver a mantener relaciones sexuales con ella? Ojala no fuera eso último porque ella no estaba dispuesta a tener sexo con él, otra vez no. Quería mucho más que sexo, quería hacer el amor, quería que ambos se fueran allí e iniciaran una nueva vida juntos, quería tener hijos con Natsu y el descubrimiento de lo que en verdad deseaba la asustó. Su cuerpo tembló con extremada violencia y se envolvió entre las sábanas y las mantas.

- No me tengas miedo...

Natsu parecía creer que ella le temía y a veces era cierto pero también lo amaba.

- ¿Por qué iba a tener miedo? – lo miró confusa- tú no me forzaste a hacer nada que no quisiera pero yo... no es así como lo había imaginado...

- Luce yo... estás decepcionada conmigo, ¿no?

- ¡No!

A lo mejor contestó demasiado de prisa pero sintió la necesidad imperiosa de gritarlo. Natsu no la había decepcionado, aquel momento fue realmente maravilloso y si tuviera que cambiar algo, sería lo que ocurrió después. Ambos se comportaron mal. Ella no le pertenecía a nadie y él no tenía por qué haber sufrido las consecuencias de su ataque de ira. Deseaba tanto un hijo suyo...

- ¿Luce?

- Yo, no te odio... nunca te he odiado...- le aseguró- pero no te pertenezco... no puedo pertenecerte- sacudió la cabeza- yo soy libre, necesito ser libre... necesito saber que lo soy... - vio que iba a decir algo pero se lo impidió continuando- no puedes pedirme que sea tuya... tú me has secuestrado...

- ¡Maldita sea, escúchame!- exclamó.

Natsu se subió a la cama y le cogió de los hombros apartando las mantas y haciendo que ella quedara de rodillas frente a él, con los ojos abiertos como platos y la boca en forma de o. No se esperaba aquel movimiento y mucho menos que Natsu reaccionara de aquella forma. No temía que le hiciera daño pero parecía muy alterado.

- ¡No estaba en mis cabales cuando te traje a esta cama! – exclamó- me di cuenta demasiado tarde y comprendo que puedas insultarme u odiarme. Me lo merezco por haberte forzado a hacer el amor conmigo, yo...

¿Hacer el amor?, ¿él veía más que sexo en su relación? A lo mejor estaba equivocada respecto a lo que sentía Natsu.

- Tú... tú crees... - balbuceó- ¿tú crees que hicimos el amor?

- Claro que lo creo aunque a lo mejor me equivoco- suspiró frustrado- a lo mejor te deseaba tanto que te veía acariciarme cuando en realidad me golpeabas... - apoyó su frente contra la de ella- a lo mejor te violé y ni siquiera soy consciente de ello y eso me mata... yo te deseaba, te sigo deseando y seguiré así hasta el día en que me muera- acarició su cabello- te amo Luce y eso no cambiará jamás- la miró- Lucy, ¿te violé?

Lo amaba, sí eso ya lo sabía pero se sentía tan confundida. La había secuestrado, tuvo una amante a pesar de decir que la amaba, era tan posesivo y celoso. No sabía qué pensar o hacer, tenía miedo a confesarle lo que sentía por él y equivocarse. Aunque tenía claro que debía aclararle algunas cosas.

- No me violaste, Natsu.

Natsu le soltó los brazos y se quedó frente a ella suspirando con una mezcla de alivio y felicidad. No la había violado, no estaba tan cegado por su propio deseo que tomó algo que ella no quisiera darle. A pesar de que ella no lo amara, se había entregado voluntariamente a él y eso en parte era un alivio. En ese momento le faltaba solucionar el pequeño problema de sus celos y su forma de ser tan posesivo.

- Me gustaría ver a Gray... - murmuró Lucy.

- ¿Eh?

Sintió una punzada de celos atravesándole directamente el corazón. En ese tiempo en que había encargado a su amigo que cuidara de ella había conseguido que se enamoraran ambos. Él pensaba que era solo Gray el afectado pero aquella petición le había dejado estupefacto. Lucy debía amarlo, debía haberse enamorado perdidamente de él y ya no tendría ninguna oportunidad con ella. Tal vez lo más honrado fuera entregársela pero no lo haría jamás. Si resultaba que ella prefería a Gray, la dejaría marchar. En el caso contrario, lucharía a muerte por ella.

- ¿Por qué quieres ver a Gray?

No era asunto suyo y lo sabía. Lucy tenía derecho a pedírselo y más aún después de todos los días en los que la tuvo abandonada. Los celos hablaban por él.

- Es el único amigo que tengo aquí... necesito hablar con él...

- Está bien.

Natsu se levantó de la cama con pesar y fue en busca de Gray.

Encontró a Gray en la zona más alejada del salón, limpiando su arma a conciencia, mientras que comprobaba que no tuviera ni un solo defecto que podría causarle problemas en un tiroteo. Desde la muerte de Juvia, estaba muy obsesionado con las armas y la seguridad. No podía culparlo por ser tan precavido.

Se dirigió a él a paso lento preguntándose todavía por qué le permitía verla sabiendo que él la amaba. Sabiendo que a lo mejor ella podía amarlo... Lo mataba la idea de que ella un día le confesara su amor por Gray y éste otro se la llevara muy lejos de allí. Podrían huir juntos del país y tras pasarse largos años buscándolos, encontrarlos en una casa perdida de la mano de Dios con cuatro o cinco retoños. Aunque claro, a lo mejor tenía demasiada imaginación.

- ¡Gray!

Gray lo miró un instante y luego volvió la vista al arma. Terminó de calibrar el cañón y la dejó sobre la mesa, pero no volvió de nuevo la vista hacía su amigo sin antes doblar bien el trapo con el que había limpiado el arma. Siempre había sido un obseso del orden.

- ¿Qué pasa?

- Ella quiere verte...

- Pero si antes le he dicho...

- He estado hablando con ella y le he dicho todo lo que sentía... - suspiró- ella me ha pedido que vayas...

Gray miró a su amigo sintiéndose mal por todo lo ocurrido. Amaba a Lucy, la quería para él, odiaba con toda su alma el acto que hizo que ella se apartara de Natsu, pero aún así no podía evitar sentirse mal pensando que se la estaba robando. Le estaba robando a Natsu lo único que tenía sentido para él, le estaba robando algo más importante que respirar. Tenía que hacer algo.


...


- ¡Gray!

Estaba a punto de saltar de la cama para correr hacía él, pero él fue más rápido y llegó antes de que ella pudiera bajarse. De rodillas en la cama rodeó con sus brazos el cuello de Gray y suspiró aliviada al sentir los brazos de Gray rodeando su cintura.

Ahora que Gray estaba allí se sentía segura y el torbellino que nublaba su mente empezaba a disiparse. No sabía qué tenía Gray pero lograba llevarle paz de espíritu. En esos días se había convertido en buen amigo, tal vez el mejor que había tenido en toda su vida. Sin embargo, él decía amarla y ella sólo deseaba una larga amistad por su parte. Empezó a sentirse mal por haberlo hecho llamar. Gray no tenía por qué estar entre Natsu y ella, no tenía por qué hacerlo sufrir cuando nunca iba a corresponderle. Se merecía algo mejor por su parte.

Gray miró hacía su amigo, descubriendo que estaba a punto de estallar de los celos que lo estaban comiendo por dentro, y decidió dar por terminado ese cálido abrazo.

- ¿Por qué querías que viniera, Lucy?

Lucy se sobresaltó por la pregunta y lo miró sin entender. Era cierto, ella lo había llamado y tenía que darle alguna explicación.

- Tenía miedo...

- ¿De qué? – le preguntó sin entender- aquí estás segura.

- No... - murmuró- tenía miedo de ...

Antes de poder terminar la frase divisó a Natsu en la puerta y se encogió de hombros acongojada. No se atrevía a decirlo delante de Natsu. No podía hablar de sus sentimientos por él con Gray, estando él delante. De hecho, se estaba empezando a plantear que tampoco debía hablarlo con Gray. Él ya sufría bastante por su culpa, no tenía que empeorarle las cosas.

Gray se volvió hacia la puerta para mirar a su amigo asombrado. ¿Lucy había querido decir que Natsu le causaba temor? Natsu parecía estar mucho más sorprendido que él y parecía a punto de destrozar algo o echarse a llorar. Iba a hablarle a su amiga, decirle alguna palabra de consuelo, pero Natsu no se lo permitió. Se acercó rápidamente a él y lo apartó de Lucy.

- ¡Gray!

Lucy estiró el brazo para agarrarle sin embargo, Natsu se lo agarró y la obligó a rendirse en su intento de agarrarlo. Gray no quería obedecer la silenciosa orden de Natsu mandándole dejarlos solos, pero al mirarlo a los ojos supo que jamás haría nada en contra de la voluntad de la mujer.


....


- ¡No voy a hacerte daño!- exclamó- ¿es que no entiendes que soy incapaz de hacerlo? Si te he dañado alguna vez ha sido sin saberlo y te suplico perdón pero... ¡no me tengas miedo!

- Yo... yo no te tengo miedo...

Natsu le creyó, no veía miedo en sus ojos, veía algo que no era capaz de descifrar pero no parecía malo. Suspirando pesadamente se sentó sobre la cama, junto a ella, y le pasó un brazo sobre los hombros para acercarla a él. Ella lo miró extrañada por el cariñoso gesto y cerró los ojos fascinada por él. Ya sabía que él no le haría daño, lo que quiso decirle a Gray es que tenía miedo de sus sentimientos. Aunque ya no lo tenía, Natsu había disipado todas sus dudas. Lo amaba y quería decírselo, gritárselo.

- Luce...

Lucy suspiró al escucharlo pronunciar de esa manera su nombre. Sencillamente le había encantado. Miró a Natsu a los ojos y se sorprendió al darse cuenta de lo rápido que estaba sucediendo todo. Estaban por besarse, casi se rozaban sus labios y ella después le diría que lo amaba. Todo sería tan perfecto...

- ¡Natsu!

Se separaron inmediatamente y miraron a Gray que acaba de entrar en la habitación. Llevaba puesto pero sin atar el chaleco antibalas y tenía su fusil en la mano.

- ¿Qué ocurre?- exigió saber Natsu.

- Nos han engañado... - miró a Lucy- están aquí. Hay montones de agentes del FBI... saben que ella está aquí...

- ¿Cómo saben que...?

- Un tal Loki Star... - Gray miró a Lucy- él dio una parte de tu desaparición.

Finalmente, Loki se había dado cuenta de que de verdad estaba secuestrada. Desgraciadamente, ella ya no quería que la rescatasen, ya no quería volver a su antigua vida. ¡Que Dios la ayudara porque quería quedarse con Natsu!

- ¡Tienes que sacar a Lucy de aquí!

- Sí- asintió Natsu- Luce, vamos a salir a prepararnos para el combate- le explicó- ponte algo de ropa mientras estamos fuera.

Gray y Natsu salieron a toda prisa de la habitación y cerraron de un portazo mientras que Lucy corría hacía el armario. Esos hombres del FBI venían a rescatarla, y se lo agradecía pero no se iría nunca con ellos.



Continuará...

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