Capitulo 39
Cassandra: ¡MARIO!- grité aterrada mientras lloraba
Después de un rato el se asomó por la puerta.
Mario B: ¿Qué ocurre?- dijo acercándose asustado
Cassandra: Llama a la ambulancia, rápido- hablé alterada
Sin decir nada más salió de la habitación.
Cassandra: Vas a estár bien- dije tocando su cabello- te lo prometo
(…)
Íbamos corriendo detrás de la camilla hasta que el doctor nos detuvo.
Doctor: Lo siento, no pueden pasar- dicho esto cerró la puerta de la sala de emergencia
Mi corazón latía con fuerza.
Cassandra: Llama al imbécil de Sebastián- dije con coraje
Mario B: No creó que el vaya a venir- dijo serio
Cassandra: Sólo... sólo hazlo ¡maldita sea!
Él se quedo pensando un momento y luego saco su celular.
Comenzó a llamarlo.
Mario B: ¡Mierda!- susurró- No contesta- giró a verme
Cassandra: Es un idiota- dije molesta
Mario B: ¡Ya, cálmate!- dijo con algo de enojo- Intentaré llamarlo de nuevo
Lo llamamos aproximadamente 10 veces y él no contestó.
Mario B: ¡Maldita sea!- gruñó- intentaré una última vez- murmuró para sí mismo
NARRA SEBASTIÁN
Ella era mi reina.
Ahora tengo que avanzar sin ella, dejarla atrás, volver como si nada hubiese pasado, ser fuerte.
Ser fuerte.
Siempre intenté ser fuerte y terminé siendo frío.
Encendí un cigarrillo y traté de relajarme, la nicotina me calma mucho.
Mi celular no paraba de sonar, Bautista, lo coloqué en vibrador y seguí observando la hermosa luna que estaba frente a mis ojos.
Solté el humo que retenía en la boca.
Sebastián: Si tú ya no quisieras volver se perdería el sentido del amor por siempre, no entendería ya éste mundo, me alejaría de la gente- comencé a cantar
Suspiré frustrado y volví a inhalar humo para luego soltarlo.
Mi celular comenzó a sonar de nuevo. No quería hablar con nadie, pero Mario estaba siendo muy insistente.
Sebastián: ¿Qué verga quieres?- dije molesto
Mario B: Hijo de puta- dijo de igual manera
Sebastián: Si me llamas solo para insultarme te puedes ir a la mierda- hablé seco
Mario B: Déjate de pendejadas, ¡ya!- Habló enojado a lo cual reí
Cassandra: Gracias a tus pendejadas ____ está en el hospital a punto de morir- Escupió furiosa
De pronto el sabor del humo del cigarro se torno amargo.
Sebastián: ¿Qué?- fué lo único que pude decir
Cassandra: Gracias, Sebastián- el sarcasmo en su voz era notorio- ¡Hijo de perra!- Colgó
Corrí al auto de inmediato y conduje lo más rápido posible.
Mario me mando el nombre y la dirección del hospital en el que estaban.
(…)
Cuando por fin llegué corrí hasta que vi a los chicos.
Sebastián: ¿Dónde está?- dije agitado
Vi como Cassandra caminaba firmemente hacía mí y sin más me pego una fuerte bofetada.
Me aguanté las ganas de patearle el trasero ahí mísmo. Simplemente me contuve las ganas.
Cassandra: Eres un maldito idiota de mierda- dijo lentamente como si estuviera saboreando cada palabra que salía de su boca.
Mario B: Tranquila- le dijo
Le hice una mala mirada y luego tense la mandíbula.
Mario B: El doctor no ha dado resultados aún
Sebastián: ¿Qué fué lo que paso?
Cassandra: Se tomo un frasco completo de pastillas para dormir- dijo llorando- ¡completo!
Mi corazón se detuvo y mis manos fueron a parar a mi cabello.
Sebastián: ¿Intento suicidarse otra vez?- dije con dolor
Cassandra: ¿Qué?- dijo con sorpresa
Mario B: ¿Cómo? ¿Ya lo había intentado?
Asentí casi llorando. Me sentía culpable, en realidad yo era el único culpable de todo.
Sebastián: Si.- dije sin más- intentó ahogarse en la alberca
Cassandra: Ella está mal.- dijo con cierto dolor- Si le pasa algo Sebastián, si le llega a pasar algo va ser tu puta culpa- dijo enojada- Tu culpa- me vió con furiosa para luego darse la vuelta
Mario B: No le hagas caso, está alterada- me susurró
Sebastián: Cassandra tiene razón. La traté muy mal. Estaba enojado con ella, no pude retener las palabras, no pensé en lo que dije y ahora ____ está aquí.
Vimos que un doctor se acercaba y de inmediato todos nos juntamos.
Doctor: ¿Ustedes son familiares de la señorita _____?- dijo su apellido
Sebastián: Soy su novio- dije sin más
Doctor: Tuvimos que hacerle un lavado intestinal y por suerte ella se encuentra estable
Suspiré aliviado al igual que los chicos.
Cassandra: ¿Podemos pasar a verla?- preguntó
Doctor: Claro, pero sólo uno
Sebastián: Iré yo- hablé serio
Cassandra: ¡Woh, woh, woh!- dijo poniendo una mano en su cintura- Claro que no entrarás ahí. Yo entraré, apuesto a que ella no quiere verte- dicho esto se fue atrás del doctor
Rodé los ojos.
Sebastián: A veces me dan ganas de...- Mario me interrumpió
Mario B: ¿Golpearla?. Si amigo, lo sé.- dijo haciendo una mueca
NARRA ____
Comencé a escuchar un pequeño y lejano sonido, que se iba haciendo cada vez más fuerte, abrí mis ojos y la ligera luz me quemó, traté de acostumbrarme a ella, recorrí la habitación blanca con mi mirada hasta que vi a una chica viéndome.
Xxx: Tranquila, soy enfermera- dijo amablemente
Asentí. Me sentía débil, mis ojos pesaban.
Xxx: Te haré unas preguntas.- dijo sonriente- ¿Cómo te llamas?
____: ¿Mi nombre?...- pregunte torpemente, ella asintió- Soy ____
Xxx: ¿Cuántos años tienes?
____: Tengo... 17 años- dije cayendo en cuenta que estaba en un hospital
Xxx: ¿Cómo se llaman tus padres?
____: Mi madre se llama Isabel y mi padre, Josué.- hablé con dificultad
Xxx: ¿Tienes hermanos?
Negué.
____: No, soy hija única.
La bonita mujer de blanco asintió mientras apuntaba algo en su libreta.
Xxx: Descansa linda- dijo para luego irse
Cerré los ojos y traté de recordar lo que había pasado, lo único que recuerdo es que tome muchas pastillas para dormir y después todo fué negro, no recuerdo nada más.
Escuché que la puerta se abrió y entró alguién, mis ojos seguían cerrados pero decidí abrirlos, los ojos verdes de Cassandra me observaban fijamente. Le sonreí cansada y ella sonrió alegré mientras retenía las lágrimas.
____: Hola- dije débilmente
Cassandra: Eres una tonta- dijo acercándose a mí y acariciando mi mano
Sentí mis ojos arder y las lágrimas comenzaron a salir.
____: Lo sé- dije cansada
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