Capitulo 24

*10:00 a.m.*

La noche anterior no había
podido dormir muy bien, me sentía cansada, agotada.

Me levanté de la cama y caminé directo hacía la ducha. Me quité la ropa y prendi el grifo dejando que el agua tibia se deslizará por mi suave piel.

[…]

Al salir me vestí rápidamente y me arreglé.

Hoy iría a buscar trabajo. Quería ayudar a mi familia con los gastos de la casa.

Bajé las escaleras y entré a la cocina donde ya mis padres desayunaban tranquilamente.

____: Buenos días- Sonreí y me senté para comer

Mis padres me saludaron sonrientes.

Josué: ¿Saldrás?- preguntó sin quitar la vista del periódico

____: Iré a buscar trabajo- dije empezando a comer

Isabel: Eso es fantástico- sonrió

Josué: Yo creó que deberías descansar un poco

____: No quiero descansar. Créeme- reí

Mi padre hizo una mueca y luego sonrió.

Escuché que tocaron la puerta varias veces.

____: Yo voy- me paré

Mis padres asintieron sin decír nada.

Caminé y abrí la puerta.

Mario B: Pipiripapipu- me apunto con un arma

Mi corazón comenzó a latir con gran velocidad.

Otra vez no.

Llevaba un pasamontañas el cual hacía que no se le viera el rostro, pero pude identificar su voz.

____: ¿Mario?- Murmuré

Daniel: Ya te extrañaba- dijo entrando a mi casa con un arma

Isabel: ¿Hija?- salió de la cocina junto con mi padre

Al ver a los dos hombres se alarmaron.

Josué: ¿Quiénes son ustedes?- dijo temeroso

Sebastián: ¡Brabo!- dijo aplaudiendo

Al escuchar su voz en la entrada me paralice.

Lo vi de reojo, me veía desafiante y encolerizado.

Los tres llevaban la cara cubierta por un pasamontañas e iban armados.

Sebastián: ¿Creíste que escaparías?- me agarró del cabello

Mis padres se asustaron.

Josué: ¡Suéltala!- lo enfrento

Mi padre íba a golpear a Sebastián pero Daniel lo tomó por ambos brazos, Mario hizo lo mísmo con mi madre.

Sebastián: Me hiciste mucha falta- me soltó bruscamente y luego me giró hacía él- ¿Me extrañaste?

Mi madre comenzó a llorar, mientras mi padre se ponía rojo de la furia.

Sebastián: ¿Porqué lo hiciste? ¿Porqué escapaste?...- preguntó- cometiste un gran error... ¿Creíste que ya te habías librado de mí tan fácilmente?

Ví sus ojos marrón encenderse, esos ojos que tanto me estremecían cuando me miraban.

Sebastián: Cuéntale a tus padres lo bien que la pasábamos por las noches

Josué: Eres un asqueroso, maldito- trató de zafarse pero fué imposible

Isabel: SUELTA A MI HIJA- grito

____: ¿Qué quieren?- dije aterrada

Sebastián: Venimos por ti, pequeña- pasó la pistola por mi mejilla

____: Esta bien...Entonces vamos

Isabel: NO- gritó

Josué: Lleven nos a nosotros- propuso mi padre

Fruncí el ceño y ví a mis padres.

Isabel: Solo déjenla- lloró

Sebastián: ¡Aaay, que lindos!- dijo con sarcasmo- Pues me los llevaría- sonrió burlón- pero el problema esta en que la quiero a ella nada más...- giró a verme- Solo a ti- me cargo en sus hombros como si fuera un costal de papas

Josué: DÉJALA

Isabel: NO SE LA LLEVEN

Sebastián salió de la casa ignorando a mis padres, camino hasta su deportivo rojo y me tiró en el asiento trasero.

Sebastián: Pequeña zorra- cerró la puerta con fuerza

Entró sin decir nada, clavé mis ojos en la ventanilla y ví que Daniel y Mario salían de la casa y corrían a un deportivo de color azul eléctrico.

____: ¿Qué quieres de mí?- lloré

Sebastián: Mejor dicho que no quiero de ti

Sus palabras avivaron los latidos de mi corazón.

El camino había sido largo e incómodo. Al llegar nuevamente a la maldita mansión Sebastián me llevó a un cuarto, parecía un lugar de tortura masoquista. Se quitó el pasamontañas y me vió con malos ojos.

Me quitó la ropa y me obligó a vestir como una pérfida. Una falda negra que casí no cubría mi trasero y una blusa blanca que hacía resaltar “mis curvas” por así decirlo, medías de liguero y zapatos negros. Me vistió como una colegiala.

Me colocó dos esposas en las muñecas que colgaban del techo.

Sebastián: Ahora yo soy el maestro y tú la alumna malcriada- beso mi cuello salvajemente y apretó mi trasero

Un leve gemido escapó de mis labios.

Sebastián: Estás castigada- dijo para luego darse la vuelta y salir de la habitación

Me dejó allí todo el día, TODO.

Después de un largo rato las muñecas me dolían y me sentía incómoda.

¿Qué pretende haciéndome esto?.

Había un pequeño reloj que marcaba la hora *6:30 p.m.* esto realmente erá tedioso e indignante. Sentía que mis muñecas iban a sangrar.

Mientras no se metan con mis padres a mí que me hagan lo que quieran.

____: AUXILIO- grité

Estaba desesperada.

____: mierda- susurré rendida

Escuché que la puerta se abrió detrás mío.

Sebastián: ¿Cómo estás?- habló con cierto sarcasmo

____: Tengo sed

Sebastián: ¡Ay, pequeña! Te daría agua...pero esta muy lejos- tensó la mandíbula

Entre cerré los ojos y lo ví molesta.

Él se acercó a mí y me dió una leve nalgada.

____: ¿Qué te pasa?- hablé seria

Sebastián: Te extrañe, no sabes cuanto me hiciste falta- se acercó peligrosamente a mí- Estuve ocupado con varias conquistas, pero ninguna a quien molestar como lo hacía contigo.

Sus palabras le dierón un vuelco a mi estómago.

____: ¿Con cuántas te acostaste, Villalobos?- pregunté

Sebastián: Con varías- susurró en mi oído

No pude evitar sentir celos. Contraje mis mejillas levemente y respiré profundo.

____: ¿Contrajiste algúna enfermedad?- dije irónica

Sebastián: Muchas- dijo sarcástico

____: Que asco- dije segura

Sebastián: ¿Celos?

Reí levemente.

____: Ya quisieras

Sebastián: ¿Quién erá el idiota con el que salias?

____: ¿Cómo sabés eso?- pregunté sorprendida

Sebastián: ¿Sabés? No importa...- tocó mi mejilla- Ahora eres mía

Sin decír nada más me tomó de la cintura y me besó ferozmente.
Al principio hubo un forcejeó de mi parte, pero sus labios, sus labios sabían a gloria. Deseaba besarlo hace semanas. No pude evitarlo y le seguí el beso de la mísma forma.

Sin dejar de besarnos me quitó las esposas y mis manos rodearon su cuello, él me abrazó y enrede mis piernas en su cintura, el me tomó del trasero y mordió mi labio.

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