¿Qué día es hoy?

-Cariño -Christian entró a la habitación. Yo estaba dandole la espalda mientras me ponía una blusa de tirantes con el logo de Nirvana al frente. -Te traje algo.

Me giré y vi lo que tenía en las manos. Un brownie con helado de vainilla y chocolate líquido arriba.

Me acerqué lentamente. Sonrió al ver mi reacción.

-Aún te gustan ¿No? -Me preguntó.

Asentí y me detuve frente a él.

-Es sólo que... Hace mucho que no como uno...

-¿Hace cuánto? -Preguntó con curiosidad.

-Hace... -Traté de recordar - Como 4 años... Cuando Jake y yo fuimos a Italia... -Vi como su mirada cambió al escucharme hablar sobre Jake. Era bastante obvio que mi tono de voz cambiaba cuando hablaba de él. -En fin... -Tomé su muñeca que después dezlicé a su mano y lo arrastré a la cama conmigo. Me senté y él se sentó frente a mí. Probé el brownie.

-¿Te gustó? -Asentí. Estaba realmente rico. -Yo lo preparé.

Casi me atraganto en cuanto lo dijo.

-¿Enserio? -Fue lo único que pude pronunciar. Asintió con una sonrisa. En parte se burlaba de que casi me muero comiendo por la sorpresa. -Está bueno -Dije dándole otra probada.

Sonrió de oreja a oreja. Tomó mi cuchara, rozando nuestros dedos al hacerlo, y probó un poco.

Yo me comí más de la mitad y con desesperación. Mientras Christian se reía de mí y de que mis dientes quedaban cafés por el brownie.

-¡Para de reirte! -Le dije tratando de evitar que su risa me contagiara. Salió de la habitación aún riéndose.

Empecé a sentirme mareada. Me bajé de la cama y fui al balcón a respirar un poco de aire fresco.

***

Me desperté de un saltó y fui corriendo directo al baño. Empecé a vomitar.

Bajé la palanca y me senté frente al escusado.

Cuando Christian entró a la habitación me puse de pie tan rápido como pude y me lavé la boca.

-¿Qué pasa? -Preguntó en la puerta del baño. Me di media vuelta para mirarlo.

-¿Revisaste la fecha de caducidad de los productos que ocupaste para hacer el brownie?

-Bueno... -Recordó -Yo... Eh... No... ¿Por qué?

-Creo que me hizo mal... Tal vez algo estaba caducado...

-No creo, digo, yo también me sentiría mal ¿No?

-Yo devoré más de la mitad del brownie -Rió y se acercó a mí hasta que quedé entre el lavamanos y él.

Puso su mano en mi frente para medirme la temperatura.

-No tienes fiebre... -Acarició mis mejillas. Me quedé completamente quieta aunque moría por golpearlo con algo muy duro. Deslizó sus manos por mis brazos hasta mi cintura y la rodeó pegandome a él. Se acercó a mí para besarme pero giré mi cabeza y la hice hacia atrás.

-No creo quieras besarme, acabo de vomitar...

Rió y me soltó. Fue hacía la pata de la cama que estaba rodeada por la cadena y abrió el candado. Lo miré extrañada.

Caminó hacía mí y garró mi mano.

Salimos lentamente de la habitación. Bajamos las escleras. Pasamos frente al sofá y nos detuvimos ante el teléfono.

-No han llamado -Me dijo -Por eso mismo deberías dejar un buzón de voz, uno en donde digas que sigues en Guatemala o donde sea que le hayas dicho a tu mamá que ibas. Puedes decir que tu y Jack decidieron viajar a otro lugar. Para que no se les ocurra la grandiosa idea de ir a buscarte a Guadalajara.

Respiré hondo. Configuró el teléfono para que se grabara el buzón de voz.

-Hola -Empecé tratando de sonar feliz - Estás hablando a la casa de los Rickman, por ahora no estamos... -Tragué saliva -Jake y yo decidimos quedarnos otro par de semanas en Groenlandia... -Christian enredó su mano en mi cabello y la cerró en un puño jalandome el cuero cabelludo ligeramente-Después iremos a Australia, aún no sabemos por cuanto tiempo- Tragué un nudo que se me hizo en la garganta -Tal vez a último momento querramos ir a otro lado, no lo sabemos... Pero cuando regresemos te devolveremos la llamada.

Se guardó.

-En serio amor -Me giró hasta quedar frente a frente y puso sus manos en mi cintura -No sé como se te ocurren tantas mentiras, hasta yo te las creo...

En ese instante el teléfono empezó a sonar. Pero antes de que pudiera hacer algo Christian me rodeó con sus brazos apretandome a su pecho. No podía mover la manos.

Empezó a llevarme lejos del teléfono. Hacia las escaleras. Entró el buzón de voz.

-Hola cariño...

-¡Mamá! -Grité al escuchar su voz, como si ella pudiera oirme a través del teléfono sin descolgar. -¡Mamá! -Me sacudí. Le di un golpe a Christian en la entrepierna justo a la orilla de las escaleras y corrí hacía el teléfono.

-Creí que ya habrías regresado...-Continuó hablando sin siquiera imaginarse por lo que estaba pasando.

-¡Mamá! - Christian me rodeó por la cintura cuando estaba a pocos centímetros de tomar el teléfono. -¡No! ¡Mamá! -Me arrastró a las escaleras.

-¡Ayuda! -Empezó a gritar Jake, probablemente pensó que mi mamá estaba en la casa.

-Bueno, espero tu llamada cuando regreses... Te amo tesoro, tu padre y yo te amamos - Terminó.

-¡No! ¡Mamá! ¡Mamá! -Seguí gritando aún cuando estuvimos en la habitación con la puerta cerrada. -No... -Susurré.

Me sentó en la cama y me amarró de nuevo a ésta.

-Se ve que es linda tu mami... -Dijo con media sonrisa.

Lo fulminé con la mirada -Ni siquiera se te ocurra acercarte a ella.

Alzó sus manos mostrandome las palmas -No lo hice, aunque creeme que me encargué de ver como tú y tus padres se malgastaron mi dinero en estos 6 años, ¿Cuánto sobró?

-Queda poco más de la mitad...

-Bien. -Salió de nuevo de la habitación.

***

Estaba cepillando mi cabello cuando él entró con una caja morada.

-¿Qué es eso? -Pregunté.

-Son toallas sanitarias, no se cuando te toque de nuevo pero... Vi que no tenías en el baño y decidí comprarte unas, creo que son las mismas que usabas hace 7 años...

Tragué saliva y me puse de pie.

-¿Qué día es hoy?

-24 de noviembre.

Abrí los ojos como platos -Me estás mintiendo -Dije tratando de convencerme.

Rió -¿Por qué lo haría? De hecho por eso quería que dejaras el buzón de voz en el teléfono de la casa, porque si no contestabas se iban a preocupar y tal vez querrían venir aquí...

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