"¿La mataron?"

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Christian movía mi mano en círculos haciendo que acariciara algo que parecía tela. Abrí lentamente los ojos y me di cuenta de que estaba acostada boca arriba; mi blusa estaba levantada dejando ver mis pechos por completo. Giré un poco mi cabeza hacia mi muñeca que se movía y me di cuenta de que, la zona en donde Christian giraba mi mano, era sobre su entrepierna, por encima de sus calzoncillos. Di un brinco, para alejarme de él, tan espontáneo que terminé de trasero en el suelo.

– ¿Qué mierdas hacías? –. Pregunté asqueada bajando por completo mi blusa.

– Bueno... –se incorporó un poco para mirarme–. Créeme que es muy excitante verte los pechos mientras me tocas... –me miró de arriba a abajo con morbo.

– ¿Metiste mi mano por debajo de tu ropa interior? –se me revolvió el estómago al imaginármelo. Sonrió de lado. Me puse de pie y corrí directo al baño–. ¡Eres un asco, Christian! –. Me lavé las manos tantas veces como pude.

– Era eso o hacer el amor...

Cuando salí del baño lo fulminé con la mirada. – Espero que te de cáncer de testículo o lo que sea y te mueras.

Puso los ojos en blanco. – No es para tanto, ni te diste cuenta hasta que te despertaste... Al menos... Que sí te hayas dado cuenta pero fingiste seguir dormida para que continuara haciéndolo... –entrecerró los ojos.

– Ya quisieras... –caminé hacia el ropero y, dándole la espalda a Christian, saqué un short de deporte y una blusa suelta de tirantes. No quería ponerme algún top ya que nadie me iba a ver, y la única persona que lo iba a hacer ya me había visto los pechos hacía unos minutos antes. Me quité la blusa y me puse la otra. Cuando me cambié me giré hacia él. – ¿Tienes algo de música de cantantes o bandas mexicanas? –. Mi mano aún se sentía sucia, pero no podía hacer nada, mas que fingir que no me importaba.

Negó con la cabeza. – La música mexicana es un asco...

– ¿Qué tienes contra los mexicanos? –. Pregunté molesta cruzándome de brazos. Se puso de pie y caminó hasta pararse frente a mí.

– Creo que es más bien México... No las personas... –me acarició los brazos provocándome un escalofrío y, como consecuencia, piel de gallina–. Le hecho la culpa a este país porque es la razón por la que te quedaste aquí... Tenía planeada una vida juntos en Orlando... Pero no viajaste para allá... –era verdad, después de México planeábamos ir a Florida y quedarnos ahí a vivir, pero a Jake y a mí nos gustó tanto el país que no pensamos dos veces cuando decidimos no volver a Estados Unidos–. Después me enteré de que se habían quedado aquí... México arruinó mis planes...

– ¿Sabes? Si no me hubieras secuestrado ni violado... –me miró seriamente. Continué, ignorando su mirada–. Lo que acabas de decirme lo consideraría... –busqué la palabra correcta pero no llegó así que dije lo primero que se me ocurrió–. Romántico –caminé hacia las escaleras pensando–. Si... Hubiéramos regresado a Estados Unidos hace 9 meses...

– Seguramente hubiera llegado hasta ti mucho antes. –dijo él siguiéndome. Sonreí al darme cuenta de que me había librado 5 meses más de Christian sin saberlo, esos 5 meses habían valido toda la pena del mundo.

–Hay que quedarnos aquí, ¿no te encanta? –. Jake tomó mi brazo y lo agitó como si fuera Quico (de El Chavo del 8) cuando le pedía algo a su madre.
– No sé... Tenemos nuestros planes...
– ¡Pero mira a tu alrededor! –. Estiró las manos para indicarme que obserbara todo el panorama.
Reí. – Lo sé... Sí, es hermoso, pero, ¿en dónde vamos a vivir?
– No sé –se encogió de hombros–, en donde sea... Mientras sea contigo...
Me sonrojé y lo abracé por la cintura. Me puse de puntitas para poder besarlo en los labios.
– Bueno... –dije–. Hay que vivir aquí...

Christian me siguió hasta la cocina.

– ¿Qué música basura te gusta? –voltee a verlo con el entrecejo fruncido sin saber a qué se refería con "música basura"–. Ya sabes... Tú música mexicana...

– No te atrevas a llamarle "música basura" a la hermosa música de México.

– ¿Por qué no? Sólo tienen reggeaton y bandas ofensivas hacia la mujer...

– ¿Es enserio? –dije apretando la mandíbula. ¿De verdad iba a hablar del respeto a la mujer? ¿Él? Un hombre que había violado a una pobre chica de 17 años (y quien sabe a cuantas más antes que a ella)? ¿Él? Quién a los 26 años de la pobre chica regresó a seguir violandola? ¿Acaso podía ser más incongruente?. Respiré intentando no mencionarlo, pues sabía que se iba a poner de mal humor– ¿Haz escuchado otras cosas que no sean eso? –negó con la cabeza–. Hay bandas... Cantantes... Que sus letras son hermosas... –levantó una ceja. Lo conocía, me pedía un ejemplo–. Puede ser... Reik...

– ¿Qué demonios significa "Reik"? –. Soltó una carcajada.

Lo ignoré, quería hacerme enojar burlándose de mi banda mexicana favorita.

– También está Ha*Ash... Y...

Christian me interrumpió con otra carcajada. Lo miré levantando una ceja molesta.

– Ha*Ash suena como si fuera a estornudar –siguió riéndose.

– Son las primeras letras de los nombres de las hermanas que conforman esa banda...

– ¿Hermanas? –me miró sonriendo de manera coqueta– ¿Son lindas? Si lo son tal vez les de una oportunidad...

Puse los ojos en blanco y saqué un jugo de naranja que bebí directo del cartón.

– Cariño... ¿No puedes servirte en un vaso?

– ¿Qué? –me encogí de hombros–. Ya hemos compartido babas, me has lamido... ¿Y te da asco que beba directo del cartón?

Me sonrió de lado. – Tienes razón, hermosa, me haz ganado esta vez –señaló la barra que estaba detrás de mí–. Te preparé un sándwich.

Negué con la cabeza. – No voy a agarrar nada con la mano que te tocó el... –sentí que estaba a punto de vomitar así que caminé hacia el lavaplatos por si acaso. Cuando se me pasó me giré hacia él–. Dime que esta es la primera vez que... Mientras duermo... –sonrió riéndose de mí – ¡Dios, Christian! ¡Eres un asco!

– ¡Sólo bromeo, cariño! –dijo riendo a carcajadas–. Antes no me quedaba con las ganas, lo sabes, ahora... Con nuestro hijo y eso...

– Eres un maldito asqueroso. –caminé a la sala.

***

Ya me dolía el trasero de estar sentada frente a la televisión por tantas horas. Me puse de pie y empecé a caminar por todo el lugar para disminuir el dolor. Christian estaba sentado en un sillón individual que tenía una mesita incorporada, y sobre ésta había una laptop.

– ¿Qué haces? –. Me recargué sobre el sillón detrás de él intentando ver la pantalla.

– Algo del trabajo...

– Ah... –¡Dios! ¡Pero que aburrida estaba!– ¿Qué es?

– Cariño –se acomodó un poco para mirarme–, necesito estar concentrado en esto.

– ¿Tienes internet? –me miró como diciendo "vas a seguir distrayéndome"–¿Hay internet en medio del mar? –insistí, tal vez era demasiado obvio, pero sabía que podía usarlo para comunicarme con alguien.

– Lorena...

– Ya, está bien. –levanté las manos en son de paz suspirando. Caminé de nuevo por todo el lugar.

¿Qué tan... desesperada estás... para preguntarle a Christian qué hace?

Sonreí al imaginarme a Loki diciéndome eso como se lo había dicho a Thor en el momento en el que éste le pidió ayuda.

Me sentí mareada, pero no sabía si era porque no había comido o porque el barco se movía de un lado a otro.

Suspiré y volví a colocarme detrás de Christian. No estaba usando internet, escribía algo en Excel. No estaba en nuestro idioma así que me concentré en pensar cual era.

– ¿Eso es ruso?

– Acabo de poner una empresa allá. –dijo sin dejar de escribir números en la computadora.

– Pero... Es muy difícil... Jake y yo hemos intentado poner una empresa ahí desde hace años...

– ¿Cómo es que sabes que es ruso? –. Se giró hacia mí con curiosidad.

Me encogí de hombros caminando por la sala.

– Si quería poner una empresa ahí tenía que saber hablar siquiera un poco... Pero como no pudimos no me enfoqué en aprendérmelo a la perfección.

Me sonrió sin mostrar los dientes, me miraba con ternura, lo cual me sorprendió. Después de 2 años y 4 meses (no consecutivos) viviendo con él, podía identificar a la perfección sus miradas.

– ¿Qué me ves?

Esta vez sí mostró los dientes. – Eres hermosa, inteligente, perfecta... No pude elegir a otra chica mejor que tú...

Si pudiste, pudiste hacerlo y dejarme vivir feliz a mí.

Me sentí culpable al desear que esto le pasara a cualquier otra chica menos a mí. Entonces recordé a Sofía, mi mejor amiga, quien se había suicidado tan sólo 2 días después de su secuestro.

Entonces pensé. No era lógico que al segundo día de ser raptada decidas terminar con tu vida de una vez por todas. Yo estuve 2 años, 2 años y solamente una vez intenté suicidarme, pero no fue ni a los días ni a las semanas de estar ahí. Tal vez dependía de las personas, tal vez unas luchaban con uñas y dientes y otras se daban por vencidas muy fácilmente. Pensé en los padres de quien fue mi mejor amiga en la adolescencia, la policía jamás encontró su cuerpo, no sabían si estaba viva o no, hasta que yo fui a ver a sus padres después de que Jake me salvara de Thomas. Le dije que nos habían secuestrado juntas pero que ella no lo había soportado y prefirió terminar con su sufrimiento, aun recuerdo el llanto de sus padres cuando les dije eso, los vi desmoronarse frente a mí, pero no podía hacer nada, ni siquiera podía decirles en donde estaba el cuerpo de su hija porque no lo sabía. Me giré hacia Christian.

– ¿Mataron a Sofía?

– ¿Qué? –. Christian dejó de ver la computadora al instante.

– ¿Mataron a Sofía? –. Repetí.

– ¿Sofía? –. ¡Claro! Ni siquiera la recordaba!

Mis ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo.

– Me dijiste que se suicidó... Pero... ¿Por qué le dejaron un cuchillo para que comiera? –me sentía idiota por no haberlo pensado antes, por haberme dejado engañar por 8 años–. Sólo llevaba dos días secuestrada... Me habías dicho que ustedes sabían que ella sabía que no la necesitaban... Que me querían a mí... Entonces... Si yo fuera ella hubiera pensado que me dejarían ir...

– O que te mataríamos... –completó la oración, ahora entendía a donde quería llegar.

Asentí sintiendo como si mi corazón fuera apretado con fuerza.

– ¿La mataron?

Negó con la cabeza.

– Lo que te dije es cierto, cariño.

– ¿La viste suicidarse?

Volvió a negar con la cabeza.

– Pero Thomas... –se interrumpió. Al instante supe a lo que se refería, él ahora lo entendía también. Me tapé la boca con una mano sintiendo como mis lágrimas resbalaban una tras otra por mis mejillas–. Lorena, yo no... –le di la espalda. No soportaba seguir viéndolo.

– ¡Por Dios! ¡Ella no tenía la culpa de nada! No debía pasarle eso... ¡Tú dejaste que Thomas la matara!

– Amor...

– Jake tampoco tuvo la culpa de nada... –me giré furiosa poniendo los puños a cada lado de mi cuerpo–. Yo tampoco tuve la culpa de nada... Tú... –lo señalé–. ¡Tú, maldición! Tú y el maldito de tu hermano.

Me miró dolido por lo que acababa de decirle.

– Amor...

– ¿Por qué mierdas no te quedaste con Emily? –. Ya me lo había explicado, pero aun no lo entendía. Él prefería mil veces estar con alguien que lo odiaba, a una chica que lo amaba, con locura y obsesión, como la que él tenía.

– Yo... Lorena... –se puso de pie y caminó hacia a mí. Me alejé de él corriendo. Bajé las escaleras pero el yate se movió de manera salvaje hacia un lado gracias a una ola. Mis costillas chocaron contra el pasamanos y mis pies perdieron el equilibrio haciéndome rodar por los últimos escalones que me faltaban. – ¡Lorena!

Christian quiso tomarme de los brazos pero me sacudí evitando que lo hiciera.

– ¡No me toques!

Entré a la puerta que estaba a lado de las escaleras y la cerré con seguro. Bajé las escaleras por completo y me tiré a la cama.

Enterré la cara entre las almohadas llorando y me llevé una mano a las costillas que me dolían por el golpe.

Sofía no tenía la culpa. Jake no tenía la culpa. Yo no tenía la culpa. El bebé...no tiene la culpa... No puede nacer mientras viva con Christian... Quiero que nazca y crezca en entre mis brazos y los de Jake...

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El problema de cuando la primera temporada es corta, es que creen que ésta también lo será, y no, aún no la voy a terminar, todavía faltan varios capítulos, así que no se preocupen y paren de preguntar cuándo terminará XD

Gracias a todos los que votan y comentan ❤️❤️

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