40. Mi familia
No hizo falta que le avisara a Judith que estaba afuera de los laboratorios, ya que los guardias de allí me hicieron pasar porque me conocían.
Seguí mi camino por los largos pasillos de las instalaciones y era lindo que todos me saludaran cada vez que me veían, se notaba que todos eran buenas personas.
Hacía poco que Judith volvió a abrir la investigación de la sustancia Signum, ya que ahora se sintió un poco más segura y no con la presión de mis hermanos sobre sus hombros (sólo ella y el laboratorio son los responsables, no como antes, con dos chicos de diecisiete años).
Sin embargo se solía juntar con nosotros en las fechas importante, ya que Judith se convirtió como en una mamá para todos.
Era increíble la tecnología de éste lugar, nada que ver a lo que ella tenía y debió ser muy impactante encontrarse con tanto poder en sus manos, pero por lo que veía lo manejaba bastante bien.
Al fin alguien hacía un buen uso de los laboratorios Hamilton, que ahora se llamaba "Laboratorios Adley" en honor al nombre de mi bisabuelo el cual fue el que descubrió la flor Signum.
—Gabi, pero que sorpresa —dijo Judith en cuanto entré a una de las salas de investigación. Me abrazó y yo a ella.
—Gracias por recibirme, necesito hablarte de algo —dije mirando a los demás científicos que se quedaron estáticos mirando hacia nosotras.
—Claro, vamos —dijo asintiendo y me llevó a una habitación un poco más privada. Luego de cerrar la puerta a sus espaldas, se volteó con una sonrisa —. Cuéntamelo todo.
Le comenté todas mis pesadillas y traumas que justo ahora estaba comenzando a revivir. Le dije lo molesta que me sentía, ya que no tenían sentido, es decir, ¿Por qué ahora y no antes?
Judith intentó explicarme que después de mi experiencia tan horrible que viví, no tuve tiempo de aceptar mi trauma. El trauma siempre estuvo, pero nunca se demostró por completo.
Según ella pasé (como todos) periodos de mucho estrés, huyendo de un lugar a otro, de cuando Nelson nos tomó de sorpresa, el sufrimiento con mis hermanos, Theo. Ella dijo que todo eso tenía a mi mente nublada, y que no tuve el tiempo de demostrar el trauma inicial de todos mis problemas.
Y eso fue lo malo, ya que las cosas en mi cabeza comenzaron a acumularse y no sólo soñaba con Isaac... soñaba con todos.
Soñaba con Theo muerto, soñaba con torturas, hasta vi como mataban a Jared y Tom de un balazo en sus cabezas (y eso que nunca estuve presente en eso). Había veces que las pesadillas eran de múltiples cosas o donde sólo me mostraba una situación, hasta soñé con la muerte de mi tía Lorel y de como ella me pedía que le creyera.
Cada vez sentía que empeoraba y tenía miedo de perder la cabeza. Hubieron veces en donde despertaba y tenía miedo de no saber en donde estaba.
Todo volvía a la normalidad cuando Isaac me tomaba de la cintura o cuando Lizzie me abrazaba. Eran las únicas cosas que lograban calmar los latidos de mi corazón.
—Te haría bien un poco de terapia, hablar las cosas y desligarte de eso. También me gustaría probar con pastillas para dormir —dijo Judith tomando una libreta y comenzó a anotar cosas.
Asentí a todo lo que me decía.
—Sí, lo único que quiero es dejar de tener pesadillas, ya estoy teniendo miedo a dormirme y ya va una noche en la que no dormí nada.
—Tendrías que haber venido hace rato Gabi —dijo Judith sonriendo de costado —. Pero no importa, ya verás que todo mejorará.
—Oh —dije recordando algo que le tenía que decir —. Por favor, no le digas nada a nadie, no los quiero preocupar y mucho menos hacerlos sentir mal. Por favor.
—Tranquila, te entiendo. Si quieres podemos acordar días para vernos y llevar el control de tus pesadillas ¿Te parece? —dijo asintiendo lentamente.
—Sí —sonreí aprobando su propuesta ya que necesitaba recuperarme lo antes posible.
—Bien, por ahora te daré éstas pastillas —tomó un frasco y me lo entregó —... y veremos como te despiertas mañana. Me llamas y yo voy haciendo un chequeo de tu estado ¿De acuerdo? Luego todos los lunes y miércoles, vendrás para hablar y hacer algunas pruebas para ayudarte con el trauma —Judith pareció notar el nerviosismo en mi mirada, ya que me tomó de las manos y suspiró —. Gabi, ésto es normal para cualquiera que sufra una experiencia como tú, así que no debes de sentirte mal ¿Oíste?
—De acuerdo —dije con una sonrisa forzada —. Pero, ¿Pueden ser los lunes y jueves?, porque todos los miércoles Isaac organiza pijamadas con los chicos, y yo soy la que debe cuidar a Lizzie todo el día —dije intentando sonar divertida.
Judith rió por lo bajo.
—Sí, no hay problema.
—Gracias —fijé mi vista en la suya y la abracé fuertemente —. Me estás salvando.
—Me alegra ayudar Gabi —dijo riendo.
Luego de hablar un poco más y despedirnos, me fui directo al apartamento ya que según Isaac necesitaba de mi ayuda porque era una emergencia. Sentirlo decir eso, hizo que me diera miedo.
Me sorprendió ver el auto de Trevor aparcado y al mismo tiempo me generó más susto, ¿Qué es lo que pasó aquí? Me fui sólo por una hora y media ¡Nada más! Además Isaac me dijo que iba a tener todo controlado "mientras iba de compras" y hablando de eso, tuve que pasar por el supermercado.
Abrí la puerta rápidamente y sentí los gritos de Lizzie.
Arrugué mi frente y entré a la sala con una cara no tan amigable, ya que aquí había algo sospechoso.
—¿Isaac? —dije llamando su atención —. ¿Cuál es exactamente la emergencia?
Lizzie se quejó desde uno de los sillones y se puso de pie molesta.
Señaló a Isaac y Trevor indignada.
—¡Me hicieron pasar vergüenza en el colegio! —dijo arrugando su nariz y pude notar como sus mejillas se sonrojaban.
Arrugué mi frente.
—¿Qué hicieron?
—¡Para eso te llamé, era una emergencia! —Isaac alzó sus manos —. Tú explícale Trevor, ésto es mucho para mí —y como toda una drama'queen tomó asiento en una de las sillas.
—Lizzie —Trevor infló sus cachetes y negó lentamente —. ¡Le dio un beso a un chico en la mejilla! ¡Y luego se abrazaron! ¡Abrazaron! ¿¡Entiendes la gravedad de la situación?!
Abrí mis ojos sorprendida y me giré hacia la pequeña.
—¿Y es lindo? ¿Cómo se llama? —dije sonriendo y tomé de las manos a Lizzie.
—¿¡Qué!? —gritaron Isaac y Trevor al mismo tiempo.
—Se llama Pablo —dijo mostrando sus dientes emocionada —. Y sí, es lindo. Me dijo que me quiere.
—¡Dios Santo! —gritó Isaac desesperado —. ¿Dónde dice Mailen que está el colegio sólo para chicas?
Trevor asintió rápidamente.
—Está cerca, yo se que está cerca —dijo sacando su celular de forma torpe.
—¿Colegio para chicas? ¿Qué? —dije tratando de entenderlos —. Chicos, fue linda la broma. Ya dejen de actuar como idiotas —reí por lo bajo, pero luego me callé al verlos serios —. Ah ¿No era broma?
—¡Lizzie es muy pequeña para andar con hombres! —dijo Isaac inflando su pecho.
Asentí lentamente.
—Pero son niños, niños de siete años —alcé una ceja sin poder creer la discusión que estábamos teniendo.
—¡Yo soy una mujer y Pablo es mi hombre! ¡No somos niños! ¡Ya deja de controlar mi vida! —Lizzie molesta se encerró en su habitación al mismo tiempo que se oía la cerradura de la misma.
—Genial —dijo Trevor alzando su mano —. Siete años y mira lo rebelde que es, imagínate cuando tenga dieciocho.
—Chicos, no exageren. Es normal a su edad tener enamoramientos repentinos, no dramaticen la situación —traté de explicarles.
Unos golpes en la puerta me sobresaltaron y me giré dudosa. No tuve tiempo de preguntar quien era, ya que Isaac atendió rápidamente los llamados.
Casi me largo a reír cuando los vi a mis hermanos entrar a la sala desesperados.
—¿¡Qué pasó?! —dijeron mirando hacia todos lados y se abalanzaron hacia mí —. ¿Están bien? ¿Cuál es la emergencia? —dijo Ben inspeccionando mi rostro.
—¡Dijeron código rojo! —dijo Theo alterado —. ¡¿Dónde está la sangre?!
Trevor suspiró.
—Lizzie abrazó y le dio un besó a un chico. Se llama Pablo —dijo anotando en una libreta —. ¿Dijo como era su apellido? Sería un dato muy importante para buscar información sobre él.
Abrí mi boca indignada.
—No vas a buscar información de un niño de siete años ¡Trevor! —lo miré impactada y me giré hacia mis hermanos —. ¿Me ayudan con éste desastre?
—¿¡Un chico?! —gritó Theo como si le hubieran dado la peor noticia del mundo.
—Uhh, ¿Es lindo y digno para Lizzie? ¿Cómo dices que se llama? —dijo Ben subiendo sus cejas emocionado —. Ésto es muy tierno.
Alcé mis manos.
—¡Al fin alguien que está cuerdo! —dije señalando a Ben.
Isaac nos miró a ambos serio.
—Ustedes dos no opinarán nada. Trevor, Theo, vengan vamos a hablar.
Con Ben nos miramos y nos encogimos de hombros.
—La quieren cambiar de colegio. A uno que sólo sea para chicas. No es que me moleste, pero Lizzie en lo poco que lleva en éste lugar, se adaptó bien —abrí mis ojos con una sonrisa —. Hasta conoció a un chico que le gusta, ¿Acaso somos los únicos que le vemos el lado bueno?
Ben hizo una mueca.
—Ya van a entender —dijo al mismo tiempo que se escuchaban a los chicos que estaban marcando el número de un colegio —. O tal vez no.
Rodé mis ojos y fui a donde estaban los demás para arrebatarles el teléfono de sus manos.
Sinceramente tenía planeado que luego de mi visita a lo Judith vendría a mi apartamento para llorar desconsolada sobre la cama y pensar en las malditas pesadillas que no me dejaban tranquila.
Al parecer ahora tenía que estar lidiando con tres hombres, o mejor dicho niños, que no entendían nada y dramatizaban todo. Por lo menos lograron sacarme de mis pensamientos depresivos.
Pensé que las mujeres éramos las dramáticas, y con ésto estaba comenzando a dudar.
—¡Devuélveme el teléfono Gabriela! —chilló Isaac mientras que era interrumpido por unos golpes en la puerta principal.
—¿Ahora a quien llamaron? ¿A la policía? —dije mientras me fijaba quien era. Sonreí al ver que era Mailen la cual la hice pasar rápidamente.
—¿Qué pasó? Trevor me llamó urgente y me dijo que necesitaba mi ayuda —dijo agitada —. Traté de llegar lo antes posible ¿Está todo bien?
—Sí —dije mientras que desde la sala se escuchaba un estruendoso "¡No!"
Mailen frunció su ceño sin entender nada.
—¿Okey? —dijo mientras fuimos hasta la sala y comenzaban a oírse los gritos.
Si los tres seguían gritando de esa manera, les pegaré. Me hacían acordar a las gaviotas de "Nemo" un sonido irritante y constante.
Luego de que Mailen, Ben y yo habláramos con los chicos (no sé como) logramos llegar a un acuerdo, el cual nunca pensé que aceptarían.
Últimamente Isaac estaba siendo muy sobreprotector con su hermana. Pero creo que sería lo normal, ya que la pequeña tuvo cáncer, pasó por situaciones horribles y fue retenida por su madre, ésto último es lo preocupante ya que Lizzie no quería hablar al respecto y solía tener ataques de pánico cada vez que se mencionaba el tema.
Tratamos de hacerla tener una vida completamente normal, algo que con Isaac no pudimos ni disfrutar, queremos que se sienta feliz, libre.
Aunque había veces (como ésta) en la que no vemos que es lo que realmente le hacía bien o no a una persona, porque al fin y al cabo, uno no debería decidir sobre alguien más. Obviamente que cuando la situación lo requiera, nosotros podemos ayudarla y guiarla por el mejor camino, pero siempre con explicaciones lógicas... ésta vez no le encuentro la lógica a la cuestión.
Entiendo los celos, el miedo o la necesidad de protegerla, pero tarde o temprano terminaron entendiendo que exageraron, según ellos un poco, pero bueno algo es algo ¿No?.
—¿Entonces me dejan tener novios? —dijo Lizzie emocionada con su vestido de Cenicienta.
—¿Novios? —Isaac alzó una ceja —. Lizzie, un sólo novio —apretó sus dientes y tensó sus manos —. ¿Sabes que significa esa palabra?
La pequeña asintió rápidamente.
—Sí, alguien que me abrace y me de besos en la mejilla, que me ame, como tú con Gabi —dijo Lizzie con sus ojos brillantes y mirando atentamente a su hermano.
—Ahora quiere tener novio porque vio lo cursi que eres con Gabi —sentí que le susurró Trevor a Isaac.
Sonreí de oreja a oreja.
—Es muy lindo que sientas eso por Pablo, mientras que sea bueno contigo todo irá bien.
Lizzie arrugó su nariz.
—Igual la otra vez no me quiso convidar una de sus galletas de chocolate. Ahora no sé si lo quiero como novio, veré si me busco a otro.
Me dio ternura la forma en la que expresó su enojo, y a decir verdad era hermosa igual que su hermano y tenía una personalidad que valía oro.
Estaba segura que cuando sea grande, no tardará en encontrar a su chico. Y me emocionaba saber que estaré a su lado en aquellos momentos.
Trevor largó un silbido y tomó a la pequeña entre sus brazos.
—Trata de buscar uno cuando seas más grande, así tenemos tiempo para ver películas de princesas y pasar tiempo conmigo ¿No te parece?
—¿Si tengo novio no podré hacer eso? —dijo abriendo aterrada sus ojos.
—No —dijeron Isaac y Theo al mismo tiempo.
Me crucé de brazos y nos miramos con Mailen y Ben. Al parecer lo que hablamos nos les importó en lo absoluto.
Lo bueno era que ya no insistían para cambiarla de colegio.
Luego de seguir charlando y con risas entre medio, decidimos ir a pasar la tarde en el parque. Ya que el día estaba hermoso y hacía mucho que no tomábamos aire fresco. Llevamos las cosas justas para merendar y ni hablar de los juguetes, que según los chicos, eran para Lizzie... sí claro.
Con Mai nos quedamos bajo la sombra de un árbol, mientras me enseñaba sus diseños y Dios que eran bellísimos, ésta chica sin dudas tenía talento. Me sorprendió cuando me ofreció si quería ser su modelo de ropa, y como últimamente no conseguía trabajo lo acepté como algo temporal. Quien sabe, quizás más adelante se me pueden presentar otras oportunidades, pero por ahora me gustaría hacer algo.
Sonreí de costado ver a los chicos jugar con una pelota junto a Lizzie, quien reía cada vez que anotaba un gol.
¿Acaso puedo pedir algo más en ésta vida?
Pude pasar una catástrofe y luego he aquí sonriendo y de pie. No voy a mentir, aún seguía cubriendo los pequeños pozos que quedaron, pero no había nada mejor que hacerlo junto a ellos, lo cuales sin que se dieran cuanta, me daban la fuerza necesaria para salir adelante.
Mi familia.
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