31. La distracción y el reencuentro
—No aguantaré tanto tiempo encerrado aquí —dijo Trevor mientras revolvía su cabello de un lado a otro.
Suspiré profundo y miré de reojo a Isaac quien se comunicaba con Judith para sanar la herida de Theo. Y siendo sincera tampoco aguantaré mucho más aquí dentro, era muy agobiante.
Lizzie de tanto llorar, calló rendida de sueño y la dejamos a un costado tapada con una campera. Tan pequeña y por lo que estaba pasando, no me imaginaba lo difícil que se debía sentir para ella.
—Tranquilo, ya se nos ocurrirá algo para salir sin que los otros se den cuenta. Lo vamos a lograr —me alenté a mi misma, necesitábamos un nuevo plan. El que siempre pensaba todo era Theo, pero ahora se encontraba inconsciente.
Hice una mueca y comencé a caminar de un lado a otro, en busca de alguna idea.
Teníamos que ser cuidadosos y precavidos ésta vez. Nos expusimos bastante y ahora necesitábamos desaparecer del rango.
—Tendríamos que librarnos de Derek —dijo Trevor tocando sus labios de manera pensativa —. Él nos puede crear una distracción —me miró de reojo.
Me crucé de brazos no muy segura.
—¿Él? En cuanto tenga la oportunidad de delatarnos, lo hará. Es tonto pensar que nos ayudará.
Trevor negó rápidamente y alzó sus manos.
—No, podemos engañarlo —apretó sus labios convencido de lo que decía.
Fruncí mi ceño al no entender su punto.
—Sigue hablando, soy todo oídos.
Éste asintió y señaló el teléfono que comunicaba al otro bunker.
—Lo hablemos con Judith.
—Okey —asentí rogando de que la idea de Trevor nos sacara a todos vivos de aquí.
BENJAMIN
Sonreí de costado al escuchar el plan de Trevor y me giré hacia los demás listo para empezar la acción.
—Vengan —susurré llamando la atención de Derek, quien nos miraba de reojo desde una equina amordazado con una soga —. Necesitamos salir de aquí, antes de que ellos nos encuentren.
Tom asintió y apretó sus manos.
—¿Qué tienes en mente?
—Saldremos con cuidado y nos adentraremos más al bosque, estuve estudiando el mapa y si nos vamos para el sur podremos tomar el camino del río —susurré sabiendo de que Derek escuchaba atentamente cada palabra que decía.
Jared asintió con una sonrisa.
—Al fin nos libraremos de esos idiotas.
Asentí lentamente cómplice en nuestro plan y Judith apretó sus puños segura de sí misma.
—A la señal de Trevor, salimos.
Todos asentimos y comenzamos a prepararnos. Revisé por cuarta vez mi arma y tomé un trapo sonriendo de costado.
—Ésto es para ti Oscar —le guiñé un ojo mientras le cubría el rostro —... debes estar orgulloso, a Leonardo Dicaprio le llevó veintidós años conseguirlo y tú solo tardaste unos días.
—Púdrete —gruñó por lo bajo.
—El sentimiento es mutuo —lo golpeé en el hombro fuertemente —. Lástima que nosotros no somos como ustedes y no matamos gente. Sino ya estarías bien muerto.
Éste no contestó y bajó su cabeza. Rodé mis ojos y casi olvidaba que Theo estaba malherido. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y apreté mis ojos rogando de que estuviera bien.
Desde antes pude presentir que algo no iba bien, como la vez que se desmayó por caer mal sobre una mesa.
Sacudí mi cabeza, generalmente un mellizo sale más torpe que el otro... no quería señalar nada, pero los actos eran evidentes.
Además Theo era impulsivo, gruñón y nunca pensaba en lo que hacía. Eso claramente eran muchos puntos en su contra a la hora de enfrentar las cosas. Todo lo contrario a mí, pero supongo que eso era lo que nos hacía ser diferentes.
Las veces que la gente dijo que éramos iguales. Dios. Me daban ganas de golpearme contra la pared.
Puede que nos parezcamos en lo físico, pero eso no quería decir que también actuemos de la misma forma.
Sin embargo eso no nos quitaba la preocupación del uno al otro. En ese punto éramos muy dependientes.
—¡Vamos! —gritó Judith cortando la linea del teléfono.
Asentí alzando mis cejas indicando que estén tranquilos. Ya que Derek no podía verme, musité "estaremos bien".
Sin soltar la camiseta del idiota, salimos cuidadosamente del bunker y pude ver de reojo a los demás, quienes asentían lentamente para comenzar con el plan.
Suspiré profundo y empujé con una patada en la espalda de Derek, provocando que éste se alterara y comenzara a gritar que estábamos aquí.
Entre todos comenzamos a correr cerca de donde dejaron los autos Isaac y Theo, quien por cierto ayudé a cargarlo de uno de sus hombros, mientras que del otro lo llevaba Isaac con todas sus manos manchadas de sangre. Tragué fuertemente debido a la ayuda que brindó para salvar la vida de Theo. Ésto no lo olvidaré jamás.
Nos quedamos ocultos en unos arbustos al ver que habían cinco matones revisando los autos, al mismo tiempo que otro venía corriendo.
—¡Encontramos a Derek! ¡Dice que se dirigen al sur por el río! —el hombre comenzó a cargar su arma —. Debemos alcanzarlos los necesitamos vivos para el jefe, al resto matenlos —ajustó su chaleco antibalas —. ¡Andando! Menos tú —dijo señalando a uno de los cinco hombres —... tú te quedas aquí vigilando nuestras cosas hasta que regresemos.
El hombre asintió mientras los demás salían corriendo uno detrás del otro.
Me giré para mirar a los demás y Trevor sonrió de costado alzando una de sus manos.
—Yo me encargo —susurró dando la vuelta para quedar a espaldas del hombre.
Trevor se adelantó para atacarlo, pero el hombre logró golpear su cara con el arma mientras lo derribaba y con su pie pisaba su estómago.
—¿¡Qué mierda?! —dijo el hombre nervioso —. ¡Se suponía que ustedes estaban yendo hacia el sur! —intentó sacar una radio, pero Isaac logró alcanzarlo y le rodeó el cuello con sus brazos para sacarle el aire hasta dejarlo totalmente desmayado.
—¿Éste era tu "yo me encargo"? —dijo Isaac molesto mientras ayudaba a Trevor a ponerse de pie.
—Lo tenía todo controlado —se encogió de hombros.
—Dejemos las discusiones para luego —me quejé mientras intentaba subir el trasero de mi hermano en uno de los dos autos —. Huyamos de aquí.
Gabriela quien no soltaba a Lizzie de sus brazos decidió ir en el otro auto. Parecía que todo iba bien, aunque el ruido de un gatillo erizó los vellos de mi nuca.
GABRIELA
Cerré mis ojos y aferré a Lizzie aún más fuerte en mi pecho.
—Suban al auto ahora —apretó sus dientes Isaac mientras abría la puerta.
—No se muevan —dijo el hombre apuntando en un panorama general a cada uno.
Mis pies se quedaron plantados en el suelo y apreté la cabeza de Lizzie para que no viera nada. Trevor lentamente se puso delante mío y se me fue el alma del cuerpo cuando lo vi a Isaac avanzar lentamente.
—Tranquilo —dijo alzando sus manos —. Nosotros nos vamos a ir y haremos de cuenta que no nos viste, además —hizo una mueca —... no tienes el mismo uniforme que los otros, por lo que tú también estás interfiriendo en sus planes. Vete —dijo mientras avanzaba a paso lento.
El hombre negó lentamente sin bajar el arma y apuntó la cabeza de Isaac.
—Necesito a Theo y Ben Brush, sólo a ellos.
—Nadie se irá contigo —dijo Isaac a unos centímetros de él y tuve el instinto de avanzar, pero Trevor me tomó del brazo y negó lentamente.
El hombre tomó sorpresivamente a Isaac del cuello y le susurró algo que no alcancé a oír.
Tom y Jared salieron corriendo mientras intentaban soltar el agarre del hombre sobre Isaac. Y Trevor por detrás golpeó su nuca y lo dejó inconsciente.
Ésta vez él río.
—¿Ese fue tu "yo me encargo"? —se burló de Isaac mientras lo ayudaba a ponerse de pie.
Isaac con la mirada perdida sacudió su cabeza.
—Gracias, vayámonos antes de que sea tarde —dijo caminando rápidamente hacia mí que no paraba de temblar del miedo con Lizzie en mis brazos.
Isaac me abrazó y me dio un beso en la frente mientras me ayudaba a subir al auto.
Le coloqué el cinturón de seguridad a Lizzie y me quedé viendo al hombre desde la ventanilla. Hice una mueca y fijé mi vista en su vestimenta.
Unos jeans y una camiseta negra, sus zapatos estaban limpios y a juzgar por el lugar lleno de tierra, podría decir que lo trajeron o él vino en un medio de transporte, ya que los demás estaban todos llenos de barro. Eso quería decir, que el hombre de alguna forma sabía donde estábamos.
Alcé una ceja y miré de reojo a Isaac quien encendía el motor del auto nervioso y apretaba el acelerador como un animal...¿Qué cosa le susurró?
Trevor tampoco sacaba la vista de Isaac, comencé a sospechar de que algo iba mal.
Aún no me animaba a preguntar ya que no quería desconcentrarlo, prefería salir de aquí y luego hablar las cosas con claridad y más tranquilos.
Puedo ver su ceño fruncido desde el espejo retrovisor, tiene las cejas tan encurvadas que formaban una leve arruga entre medio de ellas. Esa mirada no me gustaba para nada.
Me giré para ver si había rastros de alguien, pero nadie nos seguía. Sin embargo no me atrevería a decir que estábamos completamente a salvo.
—Tomaremos el camino a la izquierda y saldremos a la carretera —dijo Isaac hablando por la radio —. Así evitaremos algún encuentro incómodo.
—Te sigo —contestó Ben desde la radio.
Isaac tomó la delantera y nos llevó unos minutos alcanzar la carretera. No había tantos autos ya que era la madrugada y en éstos lados no había tanto tránsito.
Apreté las manitos de Lizzie al sentir que humedecía mi pierna con sus lágrimas. Me incliné y le susurré que todo iba a estar bien, sin soltar mi agarre en ella.
—¿Qué es eso? —dijo Trevor señalando hacia delante.
El aire se fue de mis pulmones al ver una fila de autos bloqueando el paso.
—Algo de lo que me haré cargo —dijo apretando el volante y haciendo que sus nudillos se vuelvan blancos.
—Isaac —mi mentón comenzó a temblar —. ¿Quienes son?
—Mi padre —apretó sus dientes mientras frenaba de golpe el auto, provocando un molesto chillido.
—¿Qué vas a hacer? —habló Ben desde el otro lado.
—Arreglar las cosas —dijo Isaac bajando del auto.
Fruncí mi frente.
—Quédate con Lizzie, si ves alguna oportunidad de huir, hazlo.
—Pero no los dejaré solos —dijo Trevor antes de que abriera la puerta.
—Y yo no lo dejaré a Isaac, cuida a Lizzie —dije cerrando la puerta sin dejar que diga nada más.
Troté hasta al lado de Isaac y apreté su mano. Éste me miró de reojo.
—Vete niña, no quiero que...
—Deja de hablar, sabes que no te dejaré —le hablé cortante sin despegar la vista del hombre con traje el cual suponía que era Nelson debido, además, del parecido que tenía con Isaac.
—¡Hijo! —sonrió de oreja a oreja, mientras centraba su vista en nuestras manos fundidas —. Al parecer hay una nueva integrante en la familia.
—Quiero que te vayas y nos dejes en paz —dijo en tono frío y seco mientras apretaba más el agarre en mí.
Nelson largó una carcajada haciendo que los demás hombres rieran con él.
—Sabes que no pasará —miró detrás de nuestros hombros —. ¿Los mellizos están en esos autos?
—Al parecer no fui claro —dijo Isaac avanzando hacia su padre y soltando mi agarre. Un nudo en mi estómago se hizo presente cuando vi que levantaron sus armas contra él —. No van a matarlos por la ciencia.
—Hijo, esa es la clave de un buen futuro —dijo sonriendo —. ¿Qué no entiendes?
—Maldito si llegas a tocar a mis hermanos —alcé una mano hacia él —... juro que...
Isaac aclaró su garganta.
—Tranquila —se volvió hacia su padre —¿Ganaremos dinero haciendo ésto?
Abrí mi boca, ¿Acaso escuché mal? Mi mentón comenzó a temblar y quise agarrar el brazo de Isaac, pero ahora todas las armas apuntaban hacia mí.
Nelson comenzó a reír y abrazó a su hijo.
—Por un momento creí que te perdía.
—Eso nunca papá —dijo riendo junto a él.
Negué lentamente.
—¡No! ¿¡Qué es lo que haces?! —tomé mi cabeza desesperada —. Isaac, me mentiste.
—Muy buena actuación, parecías que estabas del lado de ellos —alzó una ceja —. ¿Qué decir? Tienes sangre Hamilton en las venas —le guiñó un ojo —. Vayan por los hermanos.
—¡No! —alcé mis manos e intenté impedir que nadie pasara —. ¡Isaac! —éste me miró serio y bajó su mirada. Sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos.
Aún no me creía su traición.
ISAAC
¿Conocen el dicho de mantén a tus amigos cerca pero a tus enemigos aún más cerca?
Pues, eso intentaré hacer. Conozco a mi padre, trabajé con él durante años. Sabía cada uno de sus movimiento y pensamientos.
Sabía de lo que era capaz y si no nos introducimos en su mundo y seguimos huyendo de ellos, terminaremos todos muertos.
Odié que Gabriela me viera así, pero prefería que su odio sea real, para no levantar ningún tipo sospechas.
Lo mejor será destruir a mi padre desde adentro ya que por fuera tenía cintos de escudos. Y la única forma de involucrarnos, era si nos entregábamos.
El hombre que nos encontramos en el bosque, era uno que se dio cuenta de los pensamientos mórbidos de mi padre y decidió ayudarme en encubierto.
Las veces que solía desaparecer en las cabañas de Tom era para hablar con él. Hasta el último momento que yo le dije donde estaría, y fue cuando me susurró donde encontrarme con mi padre.
Tan sólo esperaba a que mi plan funcionara.
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