28. Tortura
ISAAC
Me apoyé algo inquieto en una esquina y de brazos cruzados, me lo quedé viendo a Theo.
—¿Crees que está bien esperar tanto? —dijo Trevor recostado en el sofá con sus pies cruzados.
Theo hizo una mueca y negó lentamente, demostrando con su expresión que no había mucho que hacer.
—No podemos enfrentarnos a Jared o sospechar de él de esa manera. Tal vez nos confundimos en creer que puede estar involucrado en algo.
—Pero Judith notó la incomodidad de Tom, por algo debe ser —dije tocando mis labios tratando de pensar en algo.
—Judith dijo que hasta ahora intentó hablar con él, pero no demuestra ningún signo de auxilio —Theo se encogió de hombros —. Además ¿Qué piensas hacer sin pruebas? —rió por lo bajo como si fuera algo tonto —... ¿Ir y enfrentar a su hijo? ¿Con la gran probabilidad de que no esté involucrado en nada? No lo sé, pero no quiero que nos echen —se cruzó de brazos y lo miré atentamente mientras se sentaba en una de las sillas.
Trevor me miró de reojo algo preocupado.
—Yo no sé si ya estamos en riesgo, pero no quiero averiguarlo cuando ya sea demasiado tarde —se cruzó de brazos y ésta vez lo miró a Theo —. ¿Por qué no llamas a tu hermano? El quizás pueda ayudarnos también.
—No —negó lentamente —... estoy seguro que diciéndole ésto, será el primero en meter la pata en algo. Lo conozco y no le van las cosas secretas —dijo con una mueca.
Alcé mis cejas y el sonido de la puerta resonó bruscamente. Todos nos giramos algo alterados y sentí un poco de calma cuando vi que era Judith.
Suspiré profundo y abrí la puerta.
—Casi nos matas del susto —cerré mis ojos molesto mientras llevaba mis manos al pecho. Me moví a un costado para que ingresara a la cabaña y luego miré hacia afuera. Por más que sea oscuro y no se vea nada, debía ser precavido antes de cerrar la puerta.
Judith algo nerviosa se sentó en el sofá y sacó una foto, el cual se la tendió a Theo.
—No creo que ese Jared sea su hijo.
Sus palabras hicieron que se me congelara el cuerpo y me desesperé aún más al ver la cara de Theo, quien no separaba la mirada de la imagen.
Me acerqué al igual que Trevor y un nudo se formó en mi estómago.
—¿Qué carajo? —dije sin creer lo que estaba viendo.
Judith alzó sus manos nerviosa.
—Yo sabía que Tom estuvo con una mujer y que poco después murió en un accidente de tráfico. También supe que tuvieron un hijo, y por lo visto en esa foto es de tez morena al igual que su madre.
Alcé mis cejas atónito.
—Hay que actuar rápido —dije viendo la fotografía de Tom junto a su esposa e hijo Jared.
—¿Rápido? Rápido tenemos que irnos de aquí —dijo Theo alzando sus manos —... vaya a saber quien carajo es ese tipo. Que quiere, con quien trabaja —cerró sus ojos dejando la foto a un costado —. Iré por Gabriela y Lizzie con Judith. Ustedes dos vayan por Ben, él aún está en el salón principal —tomó una llaves —. Los esperaré en diez minutos con un auto afuera. Tengan cuidado —dijo antes de que no separáramos en caminos diferentes.
—Toma —Trevor me tendió un arma mientras el guardaba la suya. Me lo quedé viendo sin entender nada y éste se encogió de hombros —. Muy ingenuos si creían que no conseguiría protección, los guardias de ustedes son muy tontos.
Sacudí mi cabeza mientras guardaba el arma.
—Tú nunca cambias —sonreí de costado.
Entramos al salón y fijé mi vista en Ben, quien estaba leyendo uno de los libros que había en la biblioteca. Al parecer no había señales de Jared por lo que avanzamos a paso firme.
—Ben, tenemos que irnos —susurré mirando atentamente a nuestro alrededor.
—Si claro, me iré contigo a algún lado. No jodas estoy leyendo —dijo sin despegar su vista del libro.
—No entiendes —Trevor apretó sus dientes —. Estamos en peligro, hay que irnos.
—¿A qué juegan? ¿Theo está con ustedes? ¡No jugaré hermano! —siguió con su lectura y sentí que poco a poco iba perdiendo la paciencia, era terco y me hacía acordar a Gabriela. Ahora me preguntaba si Theo nos mandó por Ben, para que reneguemos nosotros y no él.
—No Ben. Jared no es... —Trevor golpeó mi hombro y me giré molesto por su repentino gesto. Su vista estaba clavada detrás mío y pude presentir quien era.
—Yo ¿Qué? —dijo sonriendo y caminando lentamente hacia nosotros. Vi de reojo que Trevor llevaba su mano al arma, pero lo agarré del brazo negando disimuladamente, quizás si lo distraía se iría. No tenía ganas de empezar una matanza.
—No lo sé, es un juego que están haciendo con mi hermano ¡Que no voy a caer! —gritó hacia la puerta como si Theo estuviera allí.
Con Trevor nos miramos y sonreímos.
—¿Tú quieres jugar? —le dije a Jared quien nos miraba con una ceja alzada.
—¿Viste? ¿Qué te dije? —Ben sacudió su cabeza —. Lo conozco.
Apreté mi lengua ya que tenía ganas de agarrar del brazo a Ben y arrastrarlo fuera del lugar al igual que un saco de papas.
Traté de controlarme y relajé un poco mis hombros.
—No, gracias. Ya me iba a dormir —dijo sacando sus manos del bolsillo y pude notar que las tenía llenas de tierra.
—¿Ese no es el celular de mi hermana? —Ben alzó la mirada de su lectura y se quedó mirando fijamente el borde del aparato que se asomaba del bolsillo de Jared.
—No, es el mío —rió mientras lo sacaba y mostraba —. No sabía que tu hermana tenía el mismo —apreté mis puños ya que lo dijo demasiado tranquilo.
Theo abrió las puertas de golpe con su cara pálida, mientras que por detrás aparecían Judith con Lizzie en sus brazos.
—Gabriela no está.
Esas tres palabras hicieron que la sangre me hierva y me giré hacia Jared con mis puños tensos. Ben sin entender nada, se puso de pie.
—¿Qué pasa aquí? —dijo intentando reír para liberar un poco de tensión.
—Trevor —gruñí por lo bajo indicando que ya era hora que hiciéramos algo.
Jared, o vaya a saber cual era su verdadero nombre, alzó sus cejas y se tiró detrás de la mesa, al parecer el señor no tenía con que defenderse.
Con Theo nos miramos y asentimos al mismo tiempo que no arrimábamos al lugar cuidadosamente.
Trevor no dejaba de apuntar en donde se encontraba escondido Jared y avanzaba lentamente.
Pero algo no iba bien, el ruido de un gatillo hizo que se me erizaran los vellos de mi nuca.
—¡Abajo! —tomé del cuello a Theo y Trevor al mismo tiempo que agachaba mi cabeza.
El maldito impostor, echo una furia, se puso de pie y comenzó disparar sin piedad a su alrededor.
Ante mi nerviosismos intenté ver si los demás estaban bien y pude sentir algo de alivio al ver que Judith junto a Lizzie lograron escapar con Ben.
Saqué el arma que tenía guardada y entre los disparos de Jared, alcé mi mano devolviéndole la misma furia.
—¿¡De dónde mierda las sacaron?! —dijo Theo sin despegar la mirada de las armas.
Trevor sonrió de costado.
—Las pedí prestadas —le guiñó un ojo y se inclinó a un costado e intentó darle en los pies a Jared, quien seguía largando balas como un loco.
Suspiré profundo al oír un quejido, nos miramos entre los tres y asentimos al mismo tiempo que íbamos hacia el bastardo. Al parecer le dimos en una de sus piernas, que por cierto no paraba de brotar sangre.
Con Trevor lo tomamos de la camiseta y lo sentamos en una de las sillas de salón.
Sobé mi nariz lleno de impotencia y saqué la fotografía de mi bolsillo para pegarla en su cara.
—No eres el hijo de Tom —lo miré seriamente —... ¿Quién eres y qué hiciste con Gabriela? —apreté mi mandíbula al ver su cara de pura inocencia.
El ruido de la puerta hizo que me volteara y pude ver que Tom entraba junto a los demás.
—No se de qué hablan, yo... papá —alzó sus cejas desesperado sin despegar su mano de la herida.
—Ahora que te tienen, mi hijo no corre riesgo a que lo mates —dijo el hombre apretando sus puños —. Éste hijo de perra trabaja para los laboratorios del norte, éstos días me tuvo amenazado y no podía correr el riesgo de que mate a mi único hijo. Además que no se donde está, por favor tienen que ayudarme —Tom se acercó en modo súplica y la gruesa risa del impostor inundó el lugar por completo.
Theo largó un grito de bronca y lo calló de un puñetazo.
—Cállate.
Tomó su nariz y maldijo por lo alto.
—Son unos estúpidos si creen que les diré donde están, pasaran días y morirán de hambre o hipotermia, ya que no podré mantenerlos de carnada como planeaba hacerlo ¿Qué van a hacer? ¿Torturarme? —rió aún más fuerte —... por favor, tú —dijo mirando a Theo —... eres un engendro que recién sale de su cuna y no tiene idea de lo que significa la palabra tortura, tú —se giró hacia mí —... por lo que escuché eres un curandero —dijo con cierta ironía y se rió ante sus propias palabras.
Quise avanzar hacia él pero Trevor me detuvo y negó lentamente.
—Puede que ellos no sepan nada, pero te olvidas de mí —alzó una ceja en modo amenazante —. Necesitaré algunas cosas. Trapos, agua, pinzas, sal, navaja y si tienen, algunas sogas —lo miró con una sonrisa y éste se quedó inmóvil.
—Si eres de los laboratorios del norte ¿Por qué no nos atacaron? —preguntó Judith desde una esquina con Lizzie en sus brazos.
—¿Y quién dijo que no están en camino? —alzó una ceja —... piensa un poco estamos al sur, al borde de la frontera y ellos al norte. Fui su espía y necesitaba confirmar que ustedes sean los mellizos correctos, para luego avisar a mi jefe que vinieran. Es un viaje bastante largo y se necesitarán demasiados recursos —cerró sus ojos en una sonrisa —. Llegarán en cualquier momento.
Abrí mis ojos algo alterado y sentí un sudor frío que recorrió todo mi cuerpo.
Me giré hacia Trevor algo inquieto y éste se encontraba de brazos cruzados y sin despegar su vista del impostor.
—Aquí están las cosas —entró Tom tambaleándose de un lado a otro.
Con ayuda de Theo y Ben, lo atamos a la silla y ajustamos los nudos bien fuerte, no me importaba si le cortábamos la circulación en sus manos.
Si fuera por mí, preferiría mil veces que esté muerto. Pero el saber que tenía oculta a Gabriela en algún lugar, hacía que se me ponga la piel de gallina.
La vamos a encontrar y volveremos a la normalidad. Yo sabía que ella estaba bien, lo presentía.
—No puedo creer que me ocultaran todo ésto —Ben miró furioso a su hermano y luego a Judith —. ¿No confían en mí? —alzó sus cejas algo dolido y se quedó esperando una respuesta.
—No es eso —dijo Theo cerrando sus ojos —. No hay tiempo de explicar, necesito que salgan y busquen a gritos a Gabriela. Si la encontramos antes, quizás que ahorremos más tiempo —dijo mirando a Judith.
—Sí, no quiero que Lizzie vea todo ésto —señalé al impostor e hice una mueca.
—Nos vemos luego, don nadie —Ben alzó su mano en un saludo irónico.
Lizzie sin decir una palabra alzó su mano en mi dirección mientras la agitaba de un lado a otro.
Ben lo miró a Theo algo desconfiado, asintió lentamente y se fue junto a los demás en busca de Gabriela, y quizás que donde esté ella esté el verdadero Jared.
—Empecemos —Trevor tomó una pinza y antes de hacer cualquier cosa, lo miró con una sonrisa —. ¿Seguro que no piensas hablar?
Éste negó con una leve capa de sudor en su frente.
—Está bien, tu decisión no la mía —rió por lo bajo al mismo tiempo que tomaba una de sus uñas con las pinzas —. Empecemos desde el principio ¿Dónde está Gabriela? —éste al no contestar hizo de que Trevor le arrancara la uña de un sólo tirón.
Con Theo nos miramos adoloridos por los gritos desesperantes de pura agonía.
—Perdón ¿Te hice doler? —Trevor le sonrió y le mostró la sal en sus manos —... ésto te calmará un poco —dijo mientras se la echaba y presionaba contra su piel al rojo vivo —... tranquilo tenemos nueve uñas más, hay tiempo ¿Dónde dijiste que está Gabriela? —sonrió de costado y alzó la pinza en alto mientras la hacía sonar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top