19. Recuerdos
GABRIELA
Me crucé de brazos al ver como Trevor se dirigía desesperado hasta el auto de Isaac y se tiraba al suelo intentando sacar lo que supuestamente "utilizaban para rastrear nuestra localización".
Rodé mis ojos y tomé mi cabeza, ésto no estaba bien. No quería que él esté aquí, yo sabía que lo único que traía consigo eran problemas.
Lo miré de reojo a Isaac y pude notar su inquietud, lo cual eso me desesperaba aún más.
Caminé lentamente hacia Theo y disimuladamente me incliné para hablarle al oído.
—Tenemos que encerrarlo no podemos perderle de vista, ni mucho menos dejarlo ir, ya sabe donde estamos —le susurré levemente.
Theo asintió y le hizo un movimiento de cabeza a uno de los guardias. Éste abrió sus ojos y levantó su arma.
—Aquí está —dijo Trevor levantándose del suelo con un chips en su mano, el cual segundos después lo partió en dos —. ¿Qué hace? —dijo viendo al guardia parado al lado suyo.
—Lo que cualquiera con cerebro haría, vigilarte —dijo Theo con una mueca —. No eres de transmitir tanta confianza.
Trevor abrió sus brazos cansado.
—Isaac, vamos —dijo alzando sus cejas —. Diles que no oculto nada.
Todo nos volteamos hacia Isaac, quien cruzado de brazos y con su ceño fruncido, negó lentamente.
—Lo siento Trevor, pero no me arriesgaré a que arruines el tratamiento de Lizzie.
Trevor infló sus cachetes y abrió su boca enojado, pero luego apretó sus puños y cerró sus ojos.
—Lo entiendo, está bien. Me duele que después de todo no confíes en mí.
Lo que dijo me generó algo de gracia, por lo que tapé mi boca repentinamente. De un segundo a otro, todos me miraban.
—¿Qué? —dije enojada —. Trevor, tú fuiste una de mis peores pesadillas en aquel entonces —la imagen del manoseo se vino a mi mente —. Así que disculpa si no te tenemos la súper confianza —dije en todo sarcástico.
—Ya —dijo Theo y alzó una mano —. Llévenlo a la habitación de aislamiento, quiero que lo vigilen y no le saquen en ningún momento el ojo de encima —le dijo al guardia quien asintió firmemente.
—Isaac —se quejó Trevor mientras era llevado hacia dentro del edificio.
Suspiré profundo y se me vino a la cabeza mi casa de acogida.
—Me gustaría recoger algunas cosas de casa —dije de repente, los tomé por desprevenidos a Isaac y Theo.
—¿Qué? —dijeron al mismo tiempo y se miraron mal por haber repetido la pregunta.
Me encogí de hombros.
—Mi ropa, mis cosas, mis zapatillas, tenía hasta algo de dinero guardado y algunas fotos —dije haciendo una mueca.
Theo rió.
—Es chiste ¿No? Tú sabes de que deben estar vigilando esa casa.
—Sí —dijo Isaac apretando sus puños —. No puedes ir, sería peligroso. Pueden que estén o pueden que no, eso no lo sabemos.
Rodé mis ojos al ver que tenían razón, pero ésto lo hacía más por la foto de mamá y papá que tenía debajo de mi almohada... también por la foto de mi tía Lorel.
—Ya sé, es sólo que —apreté mis dientes —... ¿Y si pasamos por el frente de la casa, como si fuera un paseo? Si vemos algo sospechoso nos vamos, sino nos volvemos. Por favor, necesito mis cosas... mis únicos recuerdos —bajé la mirada afligida.
Mi vida claramente no fue nada fácil, tenía leves recuerdos en mi mente de mis padres, momentos y algunas risas que compartimos juntos, me destruía al saber que ahora ninguno de los dos estaban conmigo.
Había veces que tenía miedo de olvidar sus rostros, ya me olvidé de cómo hablaban, no quería olvidarlos por completo.
Necesitaba tener esas fotos conmigo.
—Está bien —dijo Theo algo molesto —. Pero de ésto, ninguna palabra a Judith ¿Entiendes?
Asentí algo emocionada.
—Gracias.
—Los acompaño —dijo Isaac firmemente.
Con Theo lo miramos dudoso.
—Puedo decirles si reconozco algún auto o persona de la empresa de mi padre —dijo de brazos cruzados.
—Está bien, pero ni una palabra. En suficientes líos me he metido en éstos días —dijo Theo señalándonos a ambos.
Nos miramos de reojo con Isaac y asentimos rápidamente. Algo emocionada me dirigí a uno de los autos.
—En una hora volvemos. Me debes una, no digas nada —dijo Theo bajando la ventanilla y hablando con el guardia de la entrada.
—En una hora te espero entonces, si te tardas más lanzaré una alarma de búsqueda —sonrió y asintió mientras nos abría el portón.
El viaje fue algo incómodo ya que no había tanto de que hablar, por lo que Theo encendió la radio para dispersar un poco la tensión.
Me puse a rememorar los lugares en donde tenía guardadas mis cosas favoritas, en lo que incluí fotos, pero también extrañaba usar mi ropa y no de la doctora Judith.
Hice una mueca pensando en la aparición repentina de Trevor, al principio supuse que Isaac lo llamó, pero luego me convencí de pensar lo contrario cuando mencionó el tratamiento de Lizzie.
Por momentos quería pensar que Isaac era una buena persona, pero algo dentro de mí simplemente no me dejaba, al contrario, mi mente me mostraba miles de razones negativas para dejar de pensar esas estupideces.
—Parece que el lugar está despejado —la voz de Isaac me sacó de mis pensamientos.
Arrugué mis ojos y comencé a observar atentamente el vecindario.
—Entonces ahora vuelvo.
—Deja que te acompañe —Theo desabrochó su cinturón y me miró preocupado —. Disculpa, pero no dejaré que algo malo te pase. No ahora que puedo evitarlo Gabriela.
—Está bien —dije sonriendo y le di una radio a Isaac —. Tú vigila y si vez algo nos avisas.
—Claro —me miró de reojo y tomó la radio entre sus manos.
—Bien, vamos —Theo bajó del auto y yo lo seguí por detrás pisando sus talones.
—Aguarda —dije tomando su hombro —... no creerás que iremos por la puerta principal, ¿O si?
—¿Y entonces? —me miró raro y extendió sus manos sin entender.
Reí por lo bajo y caminamos cuidadosamente hacia una de las ventanas de la derecha. Mi habitación era la única que se encontraba en el piso de abajo.
—Entraremos por mi ventana ¿Te imaginas las explicaciones que tendría que dar si llegan a verme? —rodé mis ojos —. No gracias, además siempre dejo el seguro de la ventana abierto. Muchas veces usé ésto como método de salida.
Theo me miró convencido y me ayudó a abrirla.
—Chist, puede que mi padrastro éste en casa. No hagas ruido —dije metiendo un pie dentro de la habitación para luego pasar el resto de mi cuerpo lentamente. Tomé mi mochila a un costado, y como imaginé, todo estaba exactamente en su lugar.
—Linda habitación —susurró Theo mirando las cosas de mi escritorio.
—Gracias —me encogí de hombros mientras guardaba toda mi ropa. Me giré hacia mi cama y tomé las fotos que estaban debajo de mi almohada. Cerré mis ojos y las guardé tranquila.
—Chicos, yo si fuera ustedes me apuraría —la voz de Isaac se notó algo inquieta.
—¿Qué ocurre? —colgué mi mochila al hombro y fui hasta la ventana.
—Acaba de llegar uno de los autos de mi padre, y no creo que vengan con buenas intenciones.
—¿Cómo carajo...
—Quizás siguen pensando que te ocultas en algún lugar de por aquí —Isaac se quejó en voz alta —... o quizás, no sé, ¿Pueden traer sus traseros hasta aquí? ¿Ahora?
—Estamos en camino —dijo Theo mirando la radio de reojo y abrió la ventana para que pueda pasar.
Me arrimé a un costado y efectivamente vi el auto negro. Suspiré profundo al no ver a nadie mientras que Theo comenzó a empujarme para que corriera, ya que al parecer Isaac estaba listo para arrancar a toda prisa.
Tomé impulso y pude escuchar la voz de mi padrastro hablarle a aquellos tipos, mientras que con Theo logramos subirnos al auto, el cual segundos después comenzó a andar.
—Espero que no le hagan nada —dije algo preocupada.
—Tranquila, no se harán notar ni mucho menos ensuciarse de más las manos —Isaac apretó y tensó sus manos sobre el volante —... le deben hacer visitas matutinas sacándoles información para ver si saben algo de tu paradero.
Asentí lentamente y me quedé viendo fijamente el cielo ¿Ésto algún día terminará?
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