PRÓLOGO

Niels.


                          —Sean bienvenidos a la primera capacitación de la unión entre Reino Unido y América. Nos complace ser parte de su aprendizaje y sobre todo, nos complace poder trabajar de la mano con una compañía tan comprometida como lo es la organización A.F.G.G (Alliance For the Greater Good), la cual es patrocinada por empresarios que luchan por la educación.

                          »Como ya habíamos mencionado antes, cinco grandes empresas de América y Reino Unido se unieron para formar la campaña C.V.S (Culture, Values and Support). Cultura, para proteger las raíces e ideología de cada estudiante; valor, para proteger su integridad y moral; soporte, el cual sería nuestro trabajo para ayudarlos a forjarse en medio de su desarrollo. Eso es lo que queremos lograr con este sistema: personas con autonomía y proactividad que logren alcanzar sus objetivos personales.

                         »No deseamos que sean esclavos del sistema. Estos empresarios desean romper el patrón y crear personas que estén dispuestas a asumir las riendas de un nuevo mundo. Un mundo en el que nadie dependa de oportunidades insignificantes. Un mundo en el que las oportunidades se den de manera equitativa.

El discurso es interrumpido por el montón de aplausos que invaden el lugar.

Lo admito: yo comienzo a aplaudir por la presión social.

No creo mucho el discurso porque viene de la boca de una persona que está esclavizada por el sistema. Es gracioso como unos empresarios millonarios nos quieren hacer creer que no desean que otras personas trabajen para ellos. Sin nosotros, ellos no tienen dinero. ¿Cómo los demás pueden ser tan ingenuos? A mi alrededor solo hay chicos que no dejan de sonreír con ilusión en sus miradas.

Riley es uno de esos chicos.

                          — ¡¿No es lo máximo?! Amo a ese tipo —habla a mi lado, aplaudiendo más fuerte que todas las personas del lugar.

Suspiro y me levanto, cuidadoso de no llamar mucho la atención.

Logro salir luego de recibir algunas miradas molestas por parte de varios estudiantes. El lugar tiene las luces apagadas y para cuando logro atravesar la ola de asientos, ya los aplausos han cesado y mis pasos tienen que ser aún más sigilosos para no llamar la atención.

Busco un cigarrillo en mi bolsillo trasero y lo enciendo, lanzando miradas precavidas a mis lados.

Lo que menos deseo es que me llamen la atención el primer día de capacitación. Fue toda una pesadilla estar seis meses limpio para llegar acá. Fue una de las reglas: nos sometieron a medio año de análisis de sangre y orina para comprobar nuestra sobriedad. Nos hicieron estudios médicos y nos evaluaron psicológicamente para descartar trastornos o alguna enfermedad. Fallé en una sola prueba, pero por suerte era la única que no requería aprobación para entrar.

Observo el inmenso pasillo de madera y alfombra roja. El lugar huele a productos de limpieza y muebles viejos. Estamos en un gran auditorio ya que somos doscientos cincuenta estudiantes seleccionados. El pasillo se encuentra vacío, por lo que el eco de las voces dentro del auditorio retumban por todo el lugar.

Fue una prueba de un año y seleccionaron a los estudiantes más destacados de ciento veinte universidades. Riley fue el primero de mi clase en ser elegido, luego fui yo y por último, dos chicas del curso de la mañana.

Todos sabían que Riley sería elegido. Era demasiado obvio ya que entró a la universidad con el mayor puntaje de nuestra clase. Todos pensaron que fue suerte de principiante, pero los calló cuando aprobó todos los exámenes con la mejor nota y siguió así por los siguientes años. Es el chico más inteligente que conozco y la verdad es que temía no ser elegido porque él estaba conmigo. Por suerte, nos eligieron a ambos ya que yo soy el segundo más aplicado. No aprobé algunos exámenes, pero debido a mi historial y dedicación, decidieron aceptarme.

                            —No se permiten cigarrillos en estas instalaciones —la voz de una mujer me hace dar un respingo.

Boto el aire lo más rápido posible y apago el cigarrillo justo cuando cae al suelo.

Observo los tacones blancos frente a mí y poco a poco subo la mirada, recorriendo unas piernas morenas, luego una falda negra y por último una camisa blanca abotonada hasta el cuello. La mirada de la mujer es tan fría que da miedo, pero por suerte no me dejo intimidar, solo asiento levemente y trago saliva para eliminar el sabor amargo.

                          —Lo lamento, estaba ansioso —me explico rápidamente, intentando no quedar mal en mi primer día.

                           —El cigarrillo no hará que su primer día sea más fácil —su voz es seria, al igual que su expresión —. La próxima vez que quiera fumar, será mejor que salga del edificio y busque un lugar apropiado. Daña nuestra imagen.

No tengo tiempo de decir nada más, solo la veo entrar al auditorio de mal humor.

¿A eso se refieren con no querer a personas que estén esclavizadas?

Ja.

Salgo del lugar una vez que escucho los aplausos de despedida y me siento en el banco para esperar a Riley. Vivimos juntos y si lo dejo irse solo, hará un drama.

                         —Cariño —me llama una vez que me localiza.

Observo el cielo y suspiro con cansancio. No presté atención al pronóstico esta mañana y ahora nos tocará tomar el tren que seguramente estará abarrotado de personas debido a la lluvia.

Suspiro una vez más.

Hoy nos tuvimos que levantar a las cuatro de la mañana porque el auditorio que eligieron para la conferencia queda bastante alejado de nuestro departamento. Tomamos un tren y dos buses, por lo que el sueño me está matando y aún nos espera un largo viaje.

                         — ¿Tienes hambre? No te vi comer nada en todo el día —Riley mueve su mano frente a mi cara —. ¿Quieres que te compre algo?

                         —No, gracias —hago una mueca y me levanto, comenzando a caminar hacia la estación de tren más cercana.

Él me sigue, sujetando mi brazo con su mano y acoplándose a mi ritmo. Al ser un poco más bajo le cuesta, pero tampoco es exagerada la diferencia, por lo que en un santiamén sincronizamos nuestros pasos.

                         — ¿Qué vamos a cenar hoy? —pregunta una vez que llegamos al departamento.

Me quito el saco y los zapatos antes de entrar. Él hace lo mismo y enseguida se saca el pantalón, lanzándose en un solo movimiento al sofá.

Ese es su secreto: es la persona más desorganizada y ocupada del mundo y aún así siempre le va bien. Supongo que las personas nacen siendo exitosas.

                         —Comida —respondo, logrando que me lance un cojín.

Entro a la cocina antes de que el cojín me golpee y comienzo a preparar la cena con ayuda de un programa de cocina.

La verdad es que tuve que aprender casi todas las funciones de un adulto porque me vi en una situación desesperada desde que entré en la universidad. Antes no sabía cocinar y tampoco lavar, mi madre era la que hacía eso por mí.

Evito pensar en eso y continúo preparando el pollo a la naranja. Termino la cena casi dos horas después y en medio de la comida, casi me atraganto cuando Riley pega un grito.

                          — ¡YA ANUNCIARON LAS UNIVERSIDADES DE INTERCAMBIO!

Me levanto rápidamente y corro hasta su lado para ver la noticia que está en su teléfono. La conferencia de hoy fue junto porque esta noche anunciarían las universidades de intercambio a la que asistirán los estudiantes. Claramente nos tocará en América y tanto Riley como yo estamos ansiosos de ir a New York. Es nuestro destino según el itinerario.

                         —Acá anunciaron el destino de los estudiantes de Escocia, acá los de Gales... nosotros estamos por... Acá —señala nuestro punto geográfico y enseguida buscamos nuestros nombres.

Dejo de sonreír y me enderezo bruscamente cuando leo nuestro destino.

Riley alza su mirada y se levanta también, intentando decir algo para calmarme.

                        —Deben estar confundidos, los estudiantes de Londres estamos destinados a ir a New York. Seguramente el programa se equivocó.

Camino por la sala observando cada espacio de ella. Un sofá verde es el único objeto de color que resalta en medio de la oscuridad.

Tenía poco de haberme mudado cuando Riley decidió que adoptar al introvertido de su clase era buena idea. Desde que se pegó a mí, ya venía con la loca idea de querer irse de su casa, no fue hasta que visitó mi departamento que le pareció un sitio ideal para compartir conmigo y me insistió por dos semanas. Yo nunca pensé que hablaba en serio: por eso me sorprendió verlo llegar con tres maletas y una gran sonrisa. Esa misma tarde me obligó a acompañarlo al supermercado para comprar otro sofá porque según mi sala —la cual estaba vacía —, necesitaba color. Fue el único detalle que dejé que agregara ya que no quería que volviera el lugar un vómito de arcoíris.

El vómito lo creo yo justo al momento de expulsar la cena sobre ese sofá.

Ambos sabemos que el programa no se equivocó.

Escucho a Riley levantarse y correr para ayudarme, pero no logra alcanzarme, porque me arrastro hasta mi habitación y me encierro pensando en la noticia.

Luché medio año contra más de quinientos estudiantes por un lugar en la capacitación. Luché contra mis vicios, contra mis bajones y di todo de mí para obtener las mejores notas.

Luché demasiado... y todo para volver al lugar en donde comenzó mi pesadilla.

No pensé que mis horas de insomnio cobrarían factura de esa manera.

No pensé que mi mayor objetivo se volvería mi peor pesadilla.

                         —Niels, abre la puerta —escucho la voz de Riley, pero no le hago caso.

Me encuentro demasiado mareado como para caminar de nuevo. Me encuentro sentado en medio de mi habitación, la cual tiene la luz apagada y solo está iluminada por la luz de la luna.

Hay una pequeña ventana al lado de la cama. El armario es lo único que entraba en la habitación ya que era demasiado pequeña como para agregar más cosas. Solo tengo dos muebles y aún así el sitio se ve pequeño, causándome claustrofobia.

Jamás pensé que tendría que volver a Los Ángeles. Estaba bien con la idea de volver a América, pero no a ese sitio.

Justo donde todo comenzó.

Justo el lugar al que prometí no volver... 

¡HOLAAAA! Los extrañé. 

Espero que amen esta historia tanto como yo los amo a ustedes. Aún no estaré publicándola, pero quería presentarles el prólogo para que entraran en contexto del cómo se desarrollará la trama de Areté Crild #6 

¿Esto quiere decir que Niels será el protagonista? Sí, ya dejen de llorar. 

¿Esto quiere decir que será pareja de Alex sí o sí? No, a llorar a la llorería. 

Esta historia se creó para concluir muchas cosas que no pudimos ver en Gemelos Problemáticos, (Areté Crild #5) la cual fue la introducción de estos personajes. Acá veremos el nudo, desenlace y final (uno más completo y apropiado).

[Si aún no has leído Gemelos Problemáticos (Areté Crild #5), NO LEAS SDE. Te harás muchos spoilers y no entenderás nada. Si aún así prefieres continuar, por favor no te atrevas a decir que la trama está inconclusa y faltan detalles. Intentaré contextualizar cada situación, pero hay muchas cosas que no mencionaré si no aportan valor a la narración]. 

SECUELAS DE ÉL vendrá con todo, espero que sepan caminar entre escombros. 

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Con mucho amor y un beso en la boca

Nepasavoir. 

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