CAPÍTULO 7
Le dedicaré el capítulo a la mejor respuesta de la pregunta que dejaré al finalizar el cap<3
CAPÍTULO 7
El malentendido
Alex
— ¿Entonces te ignoró? —la pregunta de Thomas llega acompañada de una sonrisa.
La verdad es que no sé cómo es que llegué al punto de querer desahogarme por ese gesto, pero no pude aguantarme. Me dirigí inmediatamente a la casa de mi hermano justo después de ver a Niels marcharse.
Joe no dijo nada más al respecto, solo siguió mi orden y ha transcurrido media hora desde aquello.
Thomas está sentado a mi lado con una taza de café con leche y yo estoy con un vaso de agua. Estoy muy molesto, pero más allá de eso, confundido por lo molesto que estoy.
«¿Por qué carajos me ignoró?»
—Sí, no sé qué bicho le picó, pero ya no tiene nada que ver con el chico que fue antes, ahora se parece a... —me quedo sin palabras ante mi absurda comparación —mí. Es escalofriante.
—Bueno, bien dicen que eres lo que comes —mi gemelo se ríe y luego tose para disimular cuando lo miro mal —. Alex, creo que te estás tomando muy personal el gesto. Si bien no se despidió, pudo haber sido por muchas razones. Todo lo que le contaste no es fácil de digerir para nadie, y mucho menos para él.
Es que lo sé. Ese es el problema. Sé que está en todo su derecho de querer su distancia, pero ¿por qué me molesta que me quiera mantener alejado? Era algo que ya veía venir, estaba preparado para que me odiara por no haberlo protegido, pero no me gusta que me odie. No me gusta que no quiera hablar conmigo. No me gusta que no se haya despedido de mí.
Creo que lo que me molesta en realidad es el hecho de desconocer al chico que significó tanto para mí. Creí que al verlo, podría reencontrarme con aquella parte de mí que solo él llegó a ver, pero me di cuenta de que no puedo recordarme a mí porque ni siquiera él es quien solía ser.
Ya no es la persona de la que estuve perdidamente enamorado.
Él ya no siente nada por mí y eso me perturba muchísimo.
—Ambos cambiaron demasiado —vuelve a hablar Thomas —. Es lógico que te sientas así, es normal. Tu prometido ya no es quien solía ser y tú ya no recuerdas quién eras. Cualquiera en tu lugar se sentiría como tú.
Un escalofrío recorre mi columna cuando menciona la palabra "prometido". Desde acá puedo imaginar como Aiden me acuchilla con la mirada y eso me hace tragar saliva. A Thomas le encanta jugar con fuego. Él sabe muy bien que mi prometido es Aiden, no Niels.
—Pero vamos, ahora quiero que me cuentes cómo se encuentra, ¿lo ves mejor? ¿Se encuentra tranquilo? —mi hermano se inclina y me mira fijamente.
Yo frunzo el ceño.
—Yo lo veo bien —me limito a responder.
—Necesito verlo por mí mismo.
Mi ceño se frunce aún más antes de preguntar:
— ¿A ti qué te importa?
Él me mira fijamente, antes de sonreír con ojos entrecerrados.
—Mucho, muero por volver a verlo —dice como si nada, estirando sus brazos y soltando un largo suspiro al recostarse en el respaldo del sofá —. Pásame la dirección de su trabajo.
— ¿Para qué?
— ¿Cómo que para qué? Para buscarlo, por supuesto. Tengo muchas ganas de verlo.
Su mirada se centra en su teléfono y la mía en su cara. Ninguno de los dos dice nada por un tiempo, solo nos quedamos en esa posición, esperando una respuesta del otro.
— ¿Y bien? —Thomas alza su mirada hacia mí —. Pásame su dirección.
Aprieto mi mandíbula casi de inmediato.
—No. —Digo con seriedad.
Thomas sonríe.
— ¿Por qué no? Pásame su dirección.
—Dije que no.
—Dime cuál es su universidad.
—Te dije que no.
— ¿Estudia en la misma que tú, no? Solo que en otra facultad.
— ¿Por qué quieres su dirección? Escríbele un mensaje y ya.
—Pero yo lo quiero ver. Además, no tengo su número.
—No me interesa.
— ¿Por qué no me quieres decir? —pregunta con tono irritante.
—Porque no me da la gana —digo ya molesto.
— ¿Estás celoso? —su pregunta me deja mudo.
Abro la boca dispuesto a negar esa posibilidad, pero mi teléfono vibra, salvándome de su acusación equivocada.
Aiden, 01:42 am
Hola, te extraño
¿Podemos hablar esta noche?
Alzo mis cejas. Tenía entendido que visitaría a unos amigos hoy, ¿habrá bebido de más? Parece estar borracho.
Alex, 01:42 am
Hola, claro que sí
Voy a la casa, ¿ya estás allí?
Aiden, 01:43 am
Estoy en camino
Te amo
Alzo la mirada y enseguida me encuentro con la cara de Thomas. Por su mirada deduzco que ya se imaginó con quién hablaba, porque toda la diversión que tenía antes, se ve opacada por una expresión de fastidio.
De verdad no le agrada Aiden.
— ¿Ya te escribió el intenso?
—No le digas así.
—Pues es la verdad —él se cruza de brazos y mira con fastidio como me pongo los zapatos —. Pareces un perro que vuelve con su dueño cada vez que lo llama.
—Thomas —suspiro ya cansado —. No empieces, por favor. Sé que no puedo obligarte a sentir agrado por él, pero quiero que comiences a respetarlo. Es mi novio.
Mi hermano no dice nada, solo me observa ponerme el saco del traje y me sigue con la mirada cuando camino hasta la puerta.
—Oye, lo lamento —se apresura a decir cuando ve que en serio estoy molesto —. Era mi intención ofenderlo, pero no quería que te molestaras.
—Thomas...
—No me puedes obligar a que me agrade —dice con seriedad —. Es algo que sabes y nunca has podido cambiar. No es una mala persona y de eso estoy claro, pero no me agrada para ti.
—Y no entiendo el por qué. Aiden es la única persona que me ha acompañado desde que perdí la memoria. Él siempre ha estado ahí para mí, me ha guiado, me ha...
—Manipulado —Thomas enarca una ceja —. Te ha hecho tan dependiente a su opinión, que cualquier cosa que te dice te la crees. Por eso no me agrada, porque se aprovechó de tu amnesia para enamorarte.
— ¡No se aprovechó de nada! Y jamás me ha manipulado. Soy un adulto, sé muy bien con quién estoy —por fortuna nos encontramos alejados del otro. Él está sentado en el sofá y yo estoy frente a la puerta. Eso nos evita agarrarnos por el cuello.
— ¡Tú no sabes ni quién eres! —grita desde el sofá —. Tienes tanto miedo de descubrir algo malo de ti mismo, que te aferras a toda la mentira que has construido en base a tu ignorancia.
»Admite que la verdadera razón por la que sigues con Aiden es porque es la única persona que alimenta la vida falsa que te has autoimpuesto.
— ¿De qué hablas?
— ¿Crees que nadie lo ha notado? Hasta mi mamá lo sabe. La única razón por la que estás con Aiden es porque él te hace sentir a salvo de ti mismo. Te reprimes tanto para no lastimarlo, que ya ni siquiera recuerdas quién eres sin él.
La sala queda en silencio durante un buen rato. Él no se atreve a decir nada más y yo no me atrevo a replicarle, solo repito una y otra vez sus palabras en mi mente.
—Adiós —me despido secamente, abriendo la puerta con rapidez.
—Avísame cuando llegues —es todo lo que dice, sin despegar su mirada del televisor que acaba de encender.
Al llegar al departamento me encuentro con las luces apagadas y a mi novio sentado en el sofá. Me quito los zapatos antes de cerrar la puerta, la cual empujo de una manera suave hasta que siento el click del seguro.
Me quito la chaqueta y camino en pasos silenciosos hasta él, detallando el estado en el que está.
Su camisa de vestir blanca está desabotonada, dejando ver su pecho y abdomen marcados. Su cinturón negro está suelto y su pantalón se encuentra desajustado, dejando vislumbrar el inicio de su boxer blanco. No tiene zapatos, por los que sus pies envueltos en medias negras se encuentran apoyados en el reposabrazos. Está acostado en el sofá y tiene los ojos cerrados.
—No hemos hablado mucho estos días —habla por primera vez, acabando con el silencio.
Dudo algunos segundos, pero termino por acercarme, deteniéndome frente al sofá negro.
—Hoy estuve bebiendo con los chicos en un club —sigue hablando, aún sin abrir los ojos —. Todos me preguntaron si las cosas iban bien entre nosotros y no supe qué responder —sus palabras vienen acompañadas de ironía —. Tenía más de tres meses sin salir con ellos y estaba muy emocionado de poder contarles que estábamos comprometidos, pero no lo hice —sus ojos se abren lentamente, encontrándose con los míos —. ¿Sabes por qué?
Niego, sintiéndome intimidado por su mirada.
»Me dio vergüenza —sonríe, desviando la mirada —. Me dio mucha vergüenza decirles que estaba comprometido cuando ni siquiera supe qué decir sobre nuestra relación.
—Aiden...
— ¿Estamos bien? —sus ojos se vuelven a conectar con los míos, la diferencia es que esta vez los tiene llenos de lágrimas —. Hemos tenido miles de discusiones y desacuerdos, pero esta es la primera vez que me hago esta pregunta.
—Yo...
—Alex, ¿estamos bien? —vuelve a preguntar, dejándome en trance.
—No lo sé —confieso.
Esa es la realidad: no lo sé. Desde hace mucho no sé lo que es estar bien.
Sé que estar con él me da tranquilidad. Sé que estar con él me hace sentir feliz, pero no sé si es lo mejor para nosotros.
Hemos tenido miles de discusiones por la misma razón: Aiden da más de sí por nuestra relación que yo. Él es el que nos mantiene unidos. Él hace todo para que nuestra relación funcione. Yo solo soy dependiente de su estabilidad, eso ha hecho que su confianza y energía sean cada vez menores.
Me acostumbré tanto a su compañía que no noté que él se sentía solo.
—Estoy cansado de sentirme preocupado —confiesa, sentándose en el sofá.
—Lo lamento...
—Siempre lo lamentas —me corta, apuntando el sofá —. No necesito que lo lamentes, necesito que hagas algo al respecto.
Me siento en el sofá y respiro hondo.
Hay muchas cosas que debo decirle y sé que debo hacerlo ahora si no quiero que me odie.
—La noche de la conferencia... —comienzo a hablar, siendo interrumpido por él.
—Eso no importa, no es la primera vez que me haces un desplante —su mirada molesta me indica que el tema aún le afecta.
—Escúchame primero —suspiro, sintiendo una punzada de dolor en mi cabeza —. Lo que pasó fue...
—Te dio un ataque de ansiedad. Ya lo sé, Alex, te vi —vuelve a interrumpirme, pasándose una mano por la cara.
—Si te callas y me escuchas tal vez entiendas por qué estoy actuando raro —digo con fastidio, sintiéndome apoderado de un intenso calor.
«¿Por qué dije eso?»
Supongo que Aiden se hace la misma pregunta, porque luego de eso no dice nada, solo me observa con asombro.
—El día de la conferencia me encontré con Niels afuera de las instalaciones —mis palabras logran que mi prometido se ponga más serio de lo normal —. No fue planeado, llegué corriendo y me escondí en el jardín del edificio y ahí estaba Niels. Se encontraba tomado y esperé a que su amigo viniera a buscarlo.
Aiden no dice nada, por lo que prosigo con mi explicación:
—Cuando se estaba yendo, Niels me vomitó encima y por eso no pude entrar y hacer la presentación. Me vomitó hasta los zapatos.
El recuerdo me causa desagrado, pero a la vez me causa gracia. La cara de Niels al darse cuenta fue muy cómica, sobre todo porque no dejaba de verme y parpadear, como si se sintiera en un sueño.
— ¿Luego de eso regresaste a casa? —pregunta Aiden, saliendo del shock.
—Sí. No quería entrar todo sucio a la conferencia —digo como si fuera obvio.
Algo en su mirada se suaviza, lo que me indica que se encuentra aliviado. Eso sinceramente me sorprende, porque esperaba de todo, menos alivio de su parte.
Lo observo con curiosidad como busca su teléfono y me sorprendo cuando lo gira hacia mí después de encontrar una fotografía.
Una foto de Niels y de mí.
Una foto de esa noche en la conferencia.
Una foto en la que parece que él y yo nos estamos besando.
—La noche de la conferencia recibí un correo con esta imagen —comienza a hablar, entregándome el teléfono —. Tuve que pagar una gran cifra para que no se difundiera la imagen por internet, pero no sé quién la tomó. Como no me dijiste nada y luego te fuiste, yo pensé que... —su voz se quiebra y sus ojos se llenan de lágrimas.
Verlo así me hace sentir horrible.
—No me dijiste nada y yo pensé q-que...
—No nos besamos ni nada, Aiden, esa foto fue tomada con muy mala intención —lo abrazo, atrayéndolo hacia mí —. Lo lamento mucho, no te conté porque no quería que te pusieras así.
—Pensé que te habías ido con él —llora contra mi hombro y me devuelve el abrazo —. Cuando llegué no podía verte a la cara, me dolía pensar que me habías engañado así de fácil.
—Jamás lo haría —lo abrazo con la misma fuerza, deslizando mis manos por su espalda —. Lo siento mucho, no quería verte así.
Él llora por un buen rato y en ningún momento se despega, solo lo escucho parar cuando le pregunto si quiere tomar una ducha.
Toda su cara está roja y sus ojos verdes contrastan con ese color. Verlo así me remueve todo porque Aiden siempre ha sido el sinónimo de felicidad y me duele verlo en un estado diferente a ese. Él casi nunca llora, él siempre encuentra el lado positivo de las cosas. Por eso el que llore me hace saber que la situación lo tenía muy angustiado. Su mente y esa foto le hicieron creer que esa noche yo le había sido infiel y como no le conté la verdad, se lo creyó.
—Mañana tenemos una reunión con los socios mayoristas —comenta, separándose de mí —. Se evaluará si tu reputación ya no es un impedimento para publicar la próxima línea.
Suspiro y lo veo quitarse la camisa con lentitud, dejando ver los músculos marcados de sus brazos.
Aiden tiene el físico de un atleta. Su cuerpo esbelto y tonificado se debe a que le dedica una hora en la mañana al cardio y en la tarde va al gimnasio que está cerca de la empresa. No hay un solo día en el que no cuide de su físico, por lo que es sin duda un chico bastante atractivo.
—Lo había olvidado —confieso —. Hoy fue un día bastante largo.
— ¿Sí? —alza sus cejas, viéndome con detenimiento —. ¿Qué hiciste?
La cara de Niels viene a mi mente. Su cara, su cuerpo y ese portazo que dio sin despedirse.
Creo que nunca voy a superar ese gesto.
—Perder el tiempo —frunzo el ceño —. Fui a donde Thomas.
—Ya veo —sonríe y me tiende su mano, ayudándome a levantarme —. Me ducharé primero, ¿puedes pedir algo de comer?
Asiento y sonrío cuando deja un beso largo en mis labios.
—Te extrañé —confiesa, abrazándome de nuevo.
Yo pienso en todo el tiempo que pasamos sin hablarnos y lo abrazo con fuerza. Siento que es muy pronto para decirle que también busqué a Niels porque quiero que me recuerde el pasado.
—También te extrañé.
Él intenta alejarse, pero mi abrazo lo frena por completo.
Su cara se aleja un poco de la mía y sé que lo sorprendo cuando dejo otro beso en sus labios y le sonrío.
—No me gusta verte llorar —mis palabras lo dejan mudo —. No me gusta verte mal y mucho menos por mi culpa.
—Lo sé, yo...
—Eres muy importante para mí, Aiden Harvey. Desde hace tres años eres todo lo que conozco.
Su sonrojo me indica que no está acostumbrado a que le diga cosas cursis.
—Alex...
—Quiero que el mundo se entere de que solo estoy contigo. No quiero que vuelvas a sentirte mal por las intenciones de una persona.
— ¿A qué quieres llegar? —sus nervios me indican que ya se imagina lo que quiero decir.
—Aprovechemos la reunión de mañana para anunciar nuestro compromiso. Convoca una rueda de prensa luego de la junta directiva y dile a los socios que se preparen para las cámaras.
Trago saliva cuando sus ojos se llenan de lágrimas y sonrío cuando me abraza con fuerza, intentando no explotar de emoción.
— ¿Estás seguro de esto? No quiero que te sientas presionado por haberme visto llorar, yo...
Niego y pongo mis manos en su nuca, atrayéndolo hacia mí.
—Hoy me di cuenta de que eres la única persona que daría todo por mí. Otros solo se irían de mi vida. Tú siempre te quedas a pesar de lo malo.
Pienso en Niels y trago saliva cuando lo imagino enterándose de la noticia. Tarde o temprano lo sabrá y tampoco creo que le importe. Él ya tiene a su amigo y seguramente tiene una relación más allá de la amistad con este.
—Si es un sueño no me quiero despertar nunca —las palabras de Aiden me devuelven a la realidad —. Te amo tanto...
No respondo, solo correspondo sus besos y me dejo caer al sofá cuando se sube sobre mí, quitándome la camisa.
Pienso en todo lo que pasará cuando la noticia se difunda y trago saliva sabiendo que la opinión pública se dividirá.
Por un lado estarán de acuerdo, por el otro no faltarán los homofóbicos y por el otro... estarán los que siempre me siguieron por ser fans de mi relación con Niels.
Y Niels... no creo que le importe. Ya él estaba bastante seguro con su decisión y no le dió un mínimo de importancia a mi dolor.
Lo que yo haga o deje de hacer ya no es motivo de su sufrimiento, al igual que lo que él haga con su vida.
Ya somos adultos y lo que vivimos solo fue un romance adolescente. Ya pasó y no se repetirá.
Lo que quedó de nosotros son recuerdos dolorosos y tal vez no es tan necesario recuperarlos.
Aunque quería recuperarme a mí mismo, no estoy dispuesto a perder a la única persona que me ama más que a sí mismo: Aiden.
Buenas nocheeees, ¿cómo se encuentran? La verdad es que siento que este capítulo fue muy cortito y aburrido en comparación a los otros, pero era necesario si quería que la historia transcurriera como en mi mente.
¡Por fin se anunciará el compromiso más esperado! ¿Cómo creen que reaccionará la familia Crild?
Acá la preguntita del cap:
¿Qué opinan respecto a las decisiones que está tomando nuestro protagonista Alex?
Síganme en instagram si desean obtener más información respecto a las próximas actualizaciones <3
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