Capítulo 3B

Al siguiente día me dejaron una misión pendiente, un presunto asesinato, fuimos a la escena del crimen y todo lo que vimos al entrar a la casa fue todo roto, y en las escaleras, a la víctima. Arriba sentimos un ruido, lo que nos hizo sacar nuestras pistolas e ir cuidadosamente. Era en la habitación de la mujer, me puse en el jardín, bajo en la ventana, por si le daba al asesino saltar, y efectivamente, saltó por ahí, no calculé y el asesino me aplastó.

- No me dejas respirar-. Dije mientras le daba patadas.

El asesino se bajó y echó a correr, yo lo paré, cayendo encima de él, tal y como él hizo conmigo.

- Ahora el que no puede respirar soy yo.

- Llámalo Karma-. Dije con sarcasmo-. Oye, ¿qué tienes en esa bolsa?- Le cogí la bolsa, la abrí, y tenía muchas joyas-. ¿Qué querías hacer con esto?- Pregunté mientras lo esposaba y lo ponía boca arriba para que me mirara.

- Venderlo para tener dinero, me darán un pastón-. Respondió riendo, yo le destapé la cara y me di cuenta de que era un joven muy apuesto, de mi edad-. Vaya, no sabía que una agente fuera tan guapa-. Me ruboricé, no estaba acostumbrada a ese tipo de cumplidos.

- Gracias-. Dije flojito.

- Déjame escapar, no soy malo, os llamó y la cosa se complicó un poco, no quise matarla-. Parecía arrepentido, pero no podía dejarlo escapar, mi deber no era ese.

Tuve una breve pelea con mi subconsciente en la que gané yo, le dejé marchar, total, no nos volveríamos a ver más y ya me inventaría una excusa para que no me castigaran.

Cuando se disponía a irse, mis compañeros llegaron hasta allí, no me dio tiempo a quitarle las esposas cuando de repente recibí un golpe por parte de aquel hombre, oí como mis compañeros me socorrían y como los otros se iban detrás de él, todo se complicó en un abrir y cerrar de ojos y eso era lo que no me gustaba.

- ¿Estás bien?- Preguntó la agente Himin.

- Creo que sí-. Respondí mientras me ayudaban a levantarme-. Sólo que creo que no estoy preparada para estas cosas aún.

Cuando llegamos a la agencia y fuimos a contarle todo al Gran Jefe me dio miedo, no pasé al despacho pero oí un rugido de furia, salieron todos muy serios, incluso, algunos me miraban fulminante, creí que algunos de ellos ya me sentenciaron de muerte, me asusté porque ya gané enemigos, justo, lo que yo no quería.

- ¿Tú también me odias?- Pregunté a la agente Himin.

- ¿Por qué iba a hacerlo?- Me volvió a preguntar ella.

- Todos me odian-. Dije apenada, lo bueno de aquello era que compartía habitación con la agente Himin y podíamos hablar tanto como quisiéramos, me gustaba mucho hablar con ella, ya que sabía más que yo de cómo iban esas cosas.

- Llevábamos mucho tiempo tras él, roba a sus víctimas, escoge bien, ya que sus víctimas son ricos o son dueños de las joyerías más caras de la ciudad, les roba y luego los mata, así sin más-. Me explicó.

- ¿Los mata queriendo él?- Pregunté aturdida.

- Sí-. Respondió con firmeza.

No lo podía creer, había sido engañada por un asesino, parecía tener la mirada más verdadera del mundo, fui una tonta.

- Normal que me miren así-. Añadí.

- Yo no te miro así, si no ha sido este momento, será otro, por eso no te preocupes-. Me tranquilizó.

- Sí me preocupo porque por mi culpa va a asesinar a más personas-. Dije con lágrimas en los ojos.

- No te culpes, no sirve de nada.

Me di una ducha y fui a dar un paseo por los alrededores, me dejaron porque la agente Himin o Jennifer, sí, ese era su nombre, les dijera a los agentes de la entrada que quería despejar mi cabeza, los convenció.

Cuando llevaba unos cuántos kilómetros andando se paró una moto a mi lado, el chico se quitó el casco y para mi sorpresa era el asesino, una mala coincidencia.

- ¡Piérdete!- Dije antes de que pudiera hablar.

- ¿Qué pasa? ¿El Gran Jefe te ha echado la bronca por dejarme ir?- Preguntó con cierto recochineo en sus palabras.

- ¡Eres un mentiroso! Dijiste que no matabas a tus víctimas y que la mataste porque la cosa se complicó.

- Debería ser actor porque miento de lujo-. Dijo riéndose.

Lo miré con desprecio y me dispuse a seguir mi camino, él, no contento con lo sucedido anteriormente arrancó la moto y se colocó en medio del camino, de tal manera que no podía seguir andando.

- ¡Déjame pasar!- Grité.

- Soy Allan-. Dijo mientras extendía su mano hacia mí.

- ¡Vete!

- Me estoy presentando...-. Le interrumpí.

- Ahora no me vengas con esto, vete-. Dije sollozando.

- Ey, lo siento, no era mi intención hacerte llorar-. Dijo apeándose de la moto y rodeándome con su brazo.

- Tú que vas a sentir.

Me cogió de la barbilla y me hizo mirarle, sus ojos a la luz de la luna lucían muy bonitos y tenía una mirada que transmitía seguridad.

- No quiero herirte, si fueras mala persona me hubieras pegado un tiro cuando tenías la oportunidad, la culpa fue de ellos que desde que llegaste no te informaron de mí y cuando lo hicieron, lo hicieron tarde-. Hizo una breve pausa-. Sólo eres una chica sin información, si te hubieran informado me hubieras matado allí mismo, supe que no me conocías porque no me mirabas con odio y te creíste el cuento que te conté, eres buena chica-. Dijo sonriéndome-. Ahora, he de irme, pero antes, dime tu nombre.

- Juliet, me llamo Juliet.

- Bonito nombre-. Dijo y se fue dejándome como recuerdo su sonrisa.

Decidí irme a la agencia y terminar con ese dichoso día, el día de mala suerte, por lo visto, pero conocí a Allan, no sabía por qué pero me transmitía que él era una buena persona, llegué a la habitación y Jennifer ya estaba dormida, me puse el pijama sin hacer ningún ruido para no despertarla y me metí en la cama. Me puse en posición fetal e hice un resumen del día, preferí olvidarlo así que cerré los ojos y esperé a otro día, si pudiera ser, un día algo mejor que aquél.


Escrito por Swiftie5sos13



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