Pasó mucho tiempo desde el incendio de la agencia. Un sentimiento de culpa me invadió desde aquella noche, pero Allan me decía que no me preocupara, que Bella estaba bien.

Pasados unos meses me pude hacer la jefa de la agencia de mi padre, las cosas me iban de maravilla, no había el porqué quejarse.

Una noche estaba en mi despacho colocando unos papeles que había por toda la mesa desordenada. Cuando estaba colocando la última carpeta de archivos en su correspondiente sitio en la estantería, alguien me abrazó por la cintura, por el perfume que esa persona llevaba era Allan.

- Allan, ¿qué sucede?- Pregunté llevando mis manos a los suyos.

- Nada, quería llevarte a un lugar-. Respondió mientas me daba pequeños besos por mi cuello.

- ¿A dónde?- Le volví a preguntar dándome la vuelta hacia él.

- Es una sorpresa-. Respondió tapándome los ojos con un pañuelo.

Sentí como me alzó y me llevaba a algún sitio. Nos montamos en el coche y condujo por un buen rato. Estaba nerviosa por aquella sorpresa ya que no me gustaba que me descolocaran mis planes, mis planes de aquella noche era ver Titanic mientras me comía una tarrina de helado y lloraba por aquella trágica historia.

- Ya hemos llegado-. Dijo Allan sacándome de mis pensamientos.

Me apeó del coche y me transportó hacia el lugar que me llevó. De pronto puso "My Heart Will Go On" de Celine Dion y me quitó la venda.

Cuando pude ver el sitio donde me llevó me quedé fascinada. Las vistas eran impresionantes. Por lo que pude divisar estábamos en una terraza de una casa que no carecía de lujos.

- ¿Por qué estamos aquí?- Pregunté mientras miraba la ciudad iluminada.

- Porque te quiero hacer una pregunta-. Respondió.

De inmediatamente me di la vuelta para mirarlo, pero mi sorpresa fue aún mayor cuando lo vi con una rodilla hincada en el suelo y con la otra ni tocaba el suelo. En ese momento supe lo que me iba a preguntar.

- Juliet...-. No lo dejé seguir.

- Sshh-, le puse mi dedo índice en sus carnosos labios-, sí quiero.

- En realidad iba a preguntarte que si querías matar conmigo.

Me alejé rápidamente mientras lo miraba con cara de asco. Él empezó a reír y lo miré sin entender nada.

- En realidad quería que te casaras conmigo-. Dijo entre risas.

Me tranquilicé y fui a donde él estaba, me arrodille y lo besé hasta tumbarnos en el suelo. Él dio la vuelta quedando encima de mí.

- Pero hay más.

- ¿Qué hay?- Pregunté mientras sonreía.

- Esta casa la compré pensando en nuestro futuro.

- Allan, esto es maravilloso.

- Calla, sólo disfruta.

De repente empezó a sonar "Love Story" de Taylor Swift y entre besos y caricias la noche se convirtió en día. Con él todo era perfecto.

La boda llegó, fue muy bonito, no me podía creer que eso me estaba pasando a mí. En la luna de miel consumamos nuestro amor en el que en nueve meses nació Sam, mi niño castaño con ojos azules.

Un día salí para coger las cartas del buzón, con la sorpresa de que encontré una carta de Bella en el que decía de juntarnos en el aeropuerto. Se lo dije a Allan y no pudimos estar más contentos de tener noticias de ellos pero teníamos la duda de si ir o no. Pero la decisión estaba tomada cuando vi a Allan coger las llaves del coche mientras me sonreía dulcemente. Cogí a San y los tres nos dirigimos al aeropuerto con la esperanza de poder verlos.

Escrito por Swiftie5sos13