Capítulo 19B
- Bella, ¡no!- Exclamé con horror cuando la vi correr hacia la agencia.
Corrí hacia la puerta de la agencia pero cuando estaba a punto de entrar alguien me cogió por el abdomen impidiendo que entrara.
- No te dejaré entrar ahí, no quiero correr el riesgo de perderte para siempre-. Dijo Allan mientras se aferraba a mí.
- Déjame, tengo que rescatarla, mi idea era atacar a Erick pero a Bella no-. Dije mientras intentaba forcejear del agarre de Allan.
- No te dejaré-. Dijo agarrándome más fuerte.
Con un movimiento brusco eché a Allan hacia atrás provocando que me soltara, era la única manera de librarme de su agarre.
Entré a la agencia mientras observaba cómo estaba todo a mí alrededor, cubierto en llamas. Pensé que Bella se hubiera dirigido al despacho de Erick, pues era en el único sitio donde vi a Erick.
Cuando llegué pude divisar entre las llamas a Bella, parada dentro del despacho sin moverse y corrí más rápido para llegar lo antes posible donde estaba ella.
- Bella, vámonos-. Dije mientras le daba la vuelta hacia mí.
- No, no me iré hasta que encuentre a Erick.
Cuando pronunció aquello apreté las manos, pues el muy canalla se había escapado sabiendo que Bella podría haber vuelto en su búsqueda.
- Déjalo, tienes que ponerte a salvo.
- No me iré-. Dijo mientras echaba a correr hacia el largo pasillo donde vine.
- ¡Bella!- Grité mientras le perseguía.
Ella no paraba de correr, no le podía distinguir entre el humo que se metía en mis ojos, no podía respirar bien y me sentía desfallecer.
- Bella, ¡detente, por favor!- Grité antes de caer al suelo sin poder ver nada.
Abrí los ojos poco a poco para poder acostumbrarme a la luz de aquel foco que me estaba apuntando a los ojos. Al lado de aquel foco divisé la figura de un hombre y pude notar que estaba atada en una silla de pies y manos.
- ¿Bella?- Pregunté en un hilo de voz.
- No te preocupes por ella, está bien.
Aquella voz...se me hacía muy familiar pero no pude reconocer de quien procedía porque en aquel momento todo era muy confuso para mí.
- ¿Qui...quién eres y por...por qué me tienes atada?
- ¿No me reconoces?
- N...no.
Sentí como aquella persona se acercaba a mí poco a poco hasta ponerse enfrente de mí, sólo pude ver sus pantalones pues no me encontraba con fuerza como para poder levantar mi cabeza.
- ¿Qué me has hecho?
- ¿Yo? Nada, soy una persona muy pacífica.
Sentía sueño, como si alguien me estuviera poniendo sus dedos en mis párpados para que no pudiera abrir los ojos con facilidad. Me notaba cansada, como si no hubiera dormido en siglos, no era yo.
- ¿Qué pasa? ¿Ya no quieres matarme?- Preguntó mientras me levantaba la cara.
- Déjame libre, no me puedo defender, estoy débil-. Dije bajando la cabeza cuando me la soltó.
- Ese es mi plan, matarte a ti, al igual que a tu padre.
Al recordar a mi padre mis lágrimas salieron de su escondite recorriendo mis mejillas hasta caer en caía libre hasta mis pantalón. Sentía en aquel momento que era mi final, que me lo merecía por vengarme de mi padre, pero él se merecía la venganza que tanto ansiaba.
- ¿Un último deseo?- Preguntó mientras me apuntaba con una pistola.
- Sí-, respondí-, dile a Allan que lo quiero.
- Tu deseo será concedido.
- Gracias.
Y disparó.
- Yo también te quiero-. Dijo una voz muy familiar.
Escrito por Swiftie5sos13
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