Capítulo 18B
Tras nuestro pequeño percance nos quisimos ir pero en uno de los pasillos vimos a Erick, ese malnacido...que ganas tenía de romperle la cara.
- Sé lo que estás pensando, Juliet, quieres romperme la cara, ¿no es cierto? Lástima, le rompí la cara a tu padre con un solo disparo-. Dijo con arrogancia.
- Eres un malnacido.
Me abalancé sobre él pero Allan y Jimmy me agarraron, sabía que si tocaba a Erick un pelo nuestro plan se iría a la basura, pero nadie podía hablar mal de mi padre en mi presencia, eso él lo sabía.
- Vamos, dejadla, no creo que sea capaz de pegarme-. Añadió riendo cuando vio el panorama.
- Deja de reírte, ella te puede hacer mucho daño si se lo propone-. Dijo Allan.
- Hermanito, te has ido al bando equivocado, lo sabes, ¿no?
- Yo no quiero estar solo, eso es lo que me distingue de ti-. Respondió Allan.
Erick dibujó en su rostro una media sonrisa y siguió su camino, no antes sin mirarme con desprecio, él sí que era un ser despreciable.
- Si quiere que juguemos con fuego, habrá fuego, pero primero, quiero ver cómo reacciona sin su queridísima Bella-. Dije cuando Erick desapareció por uno de los pasillos.
- ¿No estarás planeando qué...?
- Es un juego sucio pero así es tu hermano, tu hermano nunca ha jugado limpio y, además, se lo merece.
Salimos para ir a nuestra agencia a perfeccionar el plan que tenía entre manos, Jason remató el plan eligiendo a cada persona que se encargaría de una acción específica.
- ¿Todo preparado?- Pregunté.
Todos asintieron con la cabeza al mismo tiempo. Era un plan arriesgado, todos lo sabíamos pero a la vez era sencillo, nos disfrazamos de negro y nos fuimos para la agencia de Erick.
Al llegar allí, entramos sin ningún tipo de problema, era satisfactorio saber que toda la agencia estaña de mi lado y que así era más fácil entrar o salir.
Cuando estábamos dentro, todos nos dispersamos por varios pasillos, los pasillos eran muy largos, tanto que creíamos que no se iban a terminar nunca. Yo acompañé a Allan, pues debía ayudarlo con lo que le había tocado.
Nos dirigimos a la habitación de Bella, sentimos a una persona de hablar y nos escondimos tras una esquina de aquellos infinitos pasillos.
- ¿Quién es?- Pregunté a Allan.
- Es Erick.
Su voz cesó, sentimos como cerraba una puerta y sus pasos rítmicos hacia un pasillo contrario a donde estábamos escondidos, cuando no había nada que temer, salimos de nuestro escondite y entramos sigilosamente a la habitación de Bella.
Una vez dentro, todo estaba oscuro, cuando íbamos a encender una linterna con una luz tenue, la luces de la habitación se encendieron, nos dimos media vuelta y encontramos a Bella de rodillas sobre su cama sosteniendo una pistola hacia nosotros. Eso no estaba en nuestros planes.
Bella disparó dos veces hacia el techo y en cuestión de segundo apareció Erick.
- Sabía que vendríais, pero no tan pronto de lo esperado-. Dijo Erick.
- ¡La estabas protegiendo!- Grité con todas mis fuerzas.
- Aunque tenga la reputación de chico solitario, también me gusta estar en compañía-. Sonrió de lado.
- Juliet, vete-. Dijo Allan.
- No te voy a dejar aquí.
- Mejor, quiero enseñarte algo, ¿me acompañáis a mi despacho?- Preguntó Erick.
Allan y yo nos miramos indecisos. Allan me cogió la mano y nos dirigimos al despacho de su hermano, cogidos de la mano no temía, no sabía qué era lo que me estaba pasando, pero sentía que a su lado no habría de que preocuparse.
Erick abrió la puerta de su despacho junto con Bella, nos cedieron el paso y luego ellos pasaron, tomamos asiento y ellos hicieron lo mismo.
- Juliet, te voy a mostrar unos documentos-. Dijo abriendo con una llave un cajón.
- No me interesa.
- ¿Segura? Estos documentos son de tu padre.
Lo miré desconcertada, ¿por qué tenía él unos documentos de mi padre?
Erick me los extendió, los leí y después de un rato miré a Allan con los ojos llenos de lágrimas.
- ¿Por qué tienes una copia del testamento de mi padre?- Pregunté con una mirada llena de lágrimas a la vez que de odio.
- Se los pedí al Estado haciéndome pasar por ti-. Respondió Erick.
- No puedes presentarte al Estado y decir que soy yo.
- Te hackeé tu correo electrónico, no me fui muy difícil.
Cerré los ojos y apreté los documentos con todas mis fuerzas, no podía dejar esto así.
- Todas las cosas se vuelven ceniza, porque la ceniza surge de todo.
Saqué mi mechero de mi bolsillo, quemé los papeles y los dejé en el suelo esperando a que todo ardiera.
Allan y yo salimos de ahí.
Escrito por Swifitie5sos13
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