Capítulo 15A
Me encontraba en la cámara de la tortura. ¿Cómo acabé ahí? Es, de hecho, una corta historia. No pudimos escaparnos de ir al despacho de Erick, por lo que, antes que entrar y ser pillados, decidimos salir corriendo. Era una locura, pero no se nos ocurrió nada mejor. Intentaron detenernos, pero ya era tarde para abandonar. El resultado fue que nos enfrascamos en una pelea que llegó a oídos del Superior, pero para cuando llegó, yo había conseguido distraerles y Jimmy finalmente escapó, con ayuda de Allan que apareció también y me ayudó, hay que admitirlo.
Esta fue la sentencia del Superior: "Tomarás su lugar". Se mostraba tan serio como siempre, no parecía haber cambio alguno en su rostro, por lo que no sabía si estaba enfadado o al contrario había esperado que algo así sucediera y tomar ventaja de la situación. En cualquier caso, las cosas no pintaban bien para mí, y eso que acababa de ser readmitida...
Volviendo a la cámara de la tortura, me habían atado a una tabla de madera como se hacía antes de que una mujer rotaba y un hombre le lanzaba cuchillos y acertaba hasta con los ojos cerrados. Esperaba que no fuera eso lo que fuera a sucederme...
¿Por qué cuanto más temes una cosa más probabilidades hay de que suceda?
Vi entrar al Superior y me entró un escalofrío que me hizo temblar de miedo. Llevaba tres cuchillos en la mano... Tragué saliva, no podía apartar la mirada de esos cuchillos, por alguna razón llegué a pensar que podían tener truco o ser de goma. Qué estupidez por mi parte fue meterme en donde no me llamaban...
Una sonrisa maliciosa asomó en su rostro y enarcó una ceja, como adelanto de lo que estaba por llegar.
· Dime, ¿por qué le has ayudado?
· Me dio pena.
· Sabías que te saldría caro, aun así, lo hiciste. ¿Por qué te arriesgaste tanto por alguien que no conoces?
· Bueno... yo... ya te dije, me daba pena...
· ¿No me vas a dar una respuesta convincente?- siguió sin creerme.
· No creo tenerla.
Se oyó un silbido y un golpe contra la madera. Me quedé petrificada. El filo del primer cuchillo me rozaba la parte derecha de la cintura.
· ¿Qué relación tienes con ellos?
· ¿Ellos quiénes?- no comprendía nada.
El sonido del segundo cuchillo se oyó aún más cerca. Miré con horror cómo el filo seguía temblando junto a mi pecho por el impacto contra la madera. Aquello iba muy en serio y empezaba a tener mucho miedo a ese dicho: "A la tercera va la vencida".
· ¿Estás segura de que no quieres contestarme? Estas dos fueron a propósito, pero la próxima no fallará- me advirtió.
· No entiendo nada. ¿Quiénes son ellos? Si a tu ex secretario sólo le conozco de caerme encima cuando salté por la ventana de tu desp...- me callé dándome cuenta de que aquello no arreglaba las cosas, sino más bien aumentaba el brillo de sus perversos ojos.
· ¿No confesarás el motivo por el cual quieres volver a toda costa a la academia que tanto odias y tanto te odia y por el cual dijiste querer serme fiel? Sé que hay algo detrás de todo esto, te dejé entrar esperando descubrir tus intenciones, y ahora por fin has cometido tu segundo error... el de actuar sin pensar ayudando a Jimmy.
· ¿Cuál fue el primero?- pregunté sabiendo la respuesta.
· Volver pensando que te saldrías con la tuya.
· Mi única intención era llegar a ser la agente que esperas que sea.
· ¿Seguirás negando tu relación con esa gente?- se impacientó.
· ¡No sé de quién me hablas!- alcé la voz desesperada.
Le vi a punto de lanzar el último cuchillo y cerré los ojos. Al oír el impacto contra la madera se me encogió el estómago. Un poco de sangre me resbaló por la mejilla, tiñendo el último cuchillo, que se encontraba rozándola. La sangre se mezcló con las lágrimas de miedo, alivio y tristeza. No me había matado pero seguía siendo doloroso. ¿Por qué me estaba haciendo pasar por eso? Nunca se había fiado de mí...
Abrí los ojos y le vi justo delante de mí, agarrando el cuchillo que aterrizó rozando mi mejilla. ¿Iba a clavármelo? Le miré con miedo y tristeza en los ojos. Mi corazón estaba por saltarme del pecho, que no paraba de moverse debido a mi respiración irregular y atropellada. Sacó el cuchillo lentamente, casi como tratando de no provocarme otro corte en la mejilla.
· Créeme, por favor- le dije con voz suplicante-. No conozco a Jimmy, sólo que no podía soportar que le torturasen, hubiera hecho lo mismo por cualquier otro... Y no sé de qué gente me hablas, yo tengo mis propias razones e intereses para estar aquí y...
El brusco sonido del filo del cuchillo saliendo de la madera me hizo callar. Seguí el cuchillo con la mirada. Cortó las cuerdas que me ataban y pude por fin apartarme de la terrorífica tabla de madera. Me entregó el cuchillo y me dijo que hiciera con él lo que me diera la gana. Lo tiré al suelo con rabia. Observé un cambio en su rostro. Se había sorprendido con mi reacción.
· ¿Qué quieres que haga con esto?¿Puedes hacer el favor de creerme ya de una vez y de confiar en mí?¿Te crees que todos los que se te acercan lo hacen por interés?¡Aprende a diferenciar las intenciones de la gente!- le grité con rabia.
Erick se quedó descompuesto. Seguramente era la primera vez que alguien se le encaraba de aquella forma. Me arrepentí de mi osadía pero era demasiado tarde.
· Te creo- dijo finalmente.
Era mi turno de quedarme sorprendida y sin palabras. ¿Qué acababa de pasar?
· ¿Cómoooo?
· No aprovechaste el momento para atacarme aun estando yo despojado de armas. Aun después de esto- dijo alzando la mano hacia mi cara, apoyándola en mi mejilla y limpiándome la sangre con el pulgar-. Eso significa que nunca tuviste esas intenciones desde un principio. Pero sigo sin entender por qué has vuelto. Aquí todos te odian, ¿no es cierto?
· Igual que a ti. Ya no estás solo- dije estremeciéndome al sentir el contacto de su mano con mi mejilla.
Observé que se había ruborizado un poco y se dio la vuelta rápidamente. No pude evitar sonrojarme yo también.
· Has pasado la prueba, supongo que puedo confiar en ti. Pero eso no significa que te vas a librar de un castigo la próxima vez que hagas otra tontería.
· Lo sé. ¿Cuándo me harás agente?- pregunté mientras caminaba detrás de él por el pasillo de camino a la planta superior.
· Aún no. Necesitas aprender disciplina. Y ni siquiera tienes puntería. En cuanto a tus notas en matemáticas...- soltó una risilla de boca cerrada.
· Pues enséñame- solté de pronto sin pensar.
· ¿Que te enseñe?- se dio la vuelta para mirarme, sorprendido.
· ¿No puedes?
· ¡Claro que puedo! ¿Por quién me tomas?- contestó con tono despectivo-. Cuando me traigas el café ya veremos si tengo tiempo y ganas.
Sonreí mientras seguía caminando detrás de él. Se fue a su despacho y yo me fui hacia la habitación de Juliet y Jennifer, algo indecisa y nerviosa, pero necesitaba aclarar una cosa.
Escrito por FlightOfFantasy
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