Capítulo 11B(Jimmy)
El Gran Jefe, era como llamaban todos al hermano de Allan, me cogió para ser su secretario, era humillante, pero era mejor que lo que estaba trabajando antes de esto, por lo menos e pagaban bien.
Cuando el Gran Jefe salió por unos momentos que parecieron eternidades, entré a su despacho y me puse a ver sus papeles para ver qué cosas escondía. Cuando terminé dejé unos papeles encima de la mesa, para no levantar sospechas si él me pillaba con las manos en la masa cuando de repente caí al suelo y que algo me pesaba, vi con más claridad y era una chica que se había colado en el despacho, ¿una acosadora? No, no tenía pintas de acosar a las personas.
Tras una breve charla con ella llegó el Gran Jefe y la echó, amenazando consigo a un agente que parecía no haber hecho bien su trabajo, al irse, quise romper el silencio incómodo cargado de mala energía para que se le olvidase lo sucedido.
- Señor, le he dejado los informes que me pidió encima de la mesa, si no desea nada puedo...-. Me interrumpió.
- Sí, puedes retirarte-. Concluyó.
Al salir cerré la puerta detrás de mí y baje a donde se encontraba Juliet para que me dijera quién era esa chica que parecía que el Gran Jefe lo odiaba y para saber con más profundidad el por qué de la rebelión que quiere hacer, ya que no es fácil mover a miles de personas para que estén de acuerdo.
Al llegar a una sala de tiros me paré en seco, pues ahí estaba Juliet junto a una mujer rubia de ojos azules que me pareció muy atractiva, cuando Juliet terminó me acerqué a ella.
- Juliet, quiero hablar contigo pero mejor que saques esa pistola de entre nosotros dos-. Hice una breve pausa mientras ella se reía-. He visto que tienes buena puntería-. Añadí cuando estaba dispuesta a hablar conmigo.
- Gracias-. Agradeció acompañado de una sonrisa.
- Juliet, parece que no pierdes el tiempo-. Dijo esa chica rubia de ojos azules.
- Jennifer, no seas así, es una amigo que trabaja en la agencia-. Explicó Juliet.
- Así es, soy Jimmy, el secretario del Gran Jefe-. Me presenté.
- Yo soy la agente Himin, pero me puede llamar por mi nombre, que como ha oído, es Jennifer, mucho gusto-. Dijo sonriente.
- Lo mismo digo-. Le devolví la sonrisa.
- Bueno Jimmy, ¿qué querías?- Preguntó Juliet rompiendo esa cadena de miradas.
- Hablar contigo, si puede ser, en privado-. Dije serio.
- No puedo, luego-. Me dijo fulminándome con la mirada y yéndose de aquel lugar.
Me fui a mi mesa donde hacia mi trabajo, cuando me senté vi en mi mesa muchos papeles e informes que archivar o para entregárselos al Gran Jefe, eso era el correo que él recibe. Cuando me puse a ordenar y archivar todo lo que había encima de mi mesa vi un papel caer al suelo, lo cogí.
"En el banco del parque donde nos encontramos ayer, por favor, no te acerques mucho a Juliet o a mí o levantarás sospechas. Allan".
Genial, mi primer día y casi lo arruino todo, ¿por qué no pensaré antes de actuar? De todas maneras, me guardé el papel en el bolsillo de mi pantalón y seguí con lo que estaba haciendo.
Unas horas más tarde, el Gran Jefe salió de su despacho, parecía haber bebido un poco y no se podía sostener en pie. Al verlo en tal estado, corrí para ayudarlo, pues no podía mantener el equilibrio.
- Señor, no debería coger el coche en este estado-. Le aconsejé mientras le guiaba a su despacho y lo sentaba en uno de los sillones que tenían toda la pinta de ser cómodos.
- Bella es una furcia que me engañó y conmigo nadie juega-. Dijo con dificultad de hablar.
- Señor, con todos mis respetos, ¿quién es Bella?-. Pregunté.
- La que se coló en mi habitación-. Hizo una breve pausa-. Yo la quería, esto no me había pasado nunca, era buena para poder ser una agente, y una buena persona, me preparaba los mejores cafés que me recordaba, de una manera u otra, a mi niñez-. Dijo dejándose caer sobre mi hombro-. Pero ese engaño me llegó como una patada en la entrepierna, la vi besándose con mi hermano, nunca lo llegué a imaginar, menos de ella-. Finalizó.
- Señor, ¿se ha enamorado?- Me atrevía a preguntar.
- ¿Yo? Mira muchacho, yo de lo único que estoy enamorado es de los castigos-. Dijo riéndose muy fuerte.
- Entiendo-. Fue lo único que lograba a decir.
- No, no lo entiendes, yo nunca me he sentido de esta manera-. Dijo con los ojos llenos de rabia.
- ¿Borracho?-. Pregunté antes de echarme a reír.
- No, aunque el café no embriaga de esa manera, ¿me has echado algo?-. Preguntó.
- No, yo no he tocado su mini bar para nada, señor-. Mentí antes de que me descubriera.
- Menos mal, sino te mataría-. Añadió a lo cual reí nerviosamente-. No te rías, lo puedo hacer sin que me tiemble la mano-. Hizo una breve pausa-. Aunque con ella me tiembla-. Añadió.
- Si no le importa que pregunte, ¿quién es ella?- Pregunté con interés.
- Bella, ella es mi debilidad-. Cuando oí eso lo miré con cara de no tener ni la mínima idea de quién era-. La chica que se metió a mi despacho esta mañana-. Prosiguió al ver la expresión de mi rostro.
- Y entonces, ¿por qué no deja que ella hable con usted?- Volví a preguntar.
- No puedo, no puedo perdonarla con lo que hizo, y no sólo con lo que hizo, sino con lo que vi-. Dijo mirando al horizonte-. Bueno, deje de preguntar cosas que a usted no le interesa, ¿me equivoco?- Preguntó sin esperarme esa pregunta.
- No se equivoca, solo intento ayudar a mi jefe, no es nada malo-. Contesté muy tranquilo.
- Lléveme a mi casa-. Dijo levantándose como pudo del sofá-. Es una orden-. Añadió mirándome.
Le llevé a su casa en coche, era una mansión, muy grande y a la vez elegante, en seguida, salió una mujer a recibirlo llena de preocupación.
- Hijo, ¿por qué has tardado tanto?- Preguntó llena de preocupación.
- Me voy a dormir, no me molestes-. Contestó secamente a la madre.
Todos entraron en la mansión y yo fui para el parque, llegaba tarde y hacía mucho frío. Cuando llegué estaban los dos esperándome. Me acerqué y me senté sigilosamente.
- Perdón por la tardanza-. Los dos se asustaron cuando me vieron sentados y ellos no se dieron ni cuenta, pobres.
- ¿Por qué has tardado tanto? Pensábamos que se te había olvidado o que te había pasado algo-. Dijo Allan.
- Me ha pasado algo, el Gran Jefe me obligó a quedarme más tarde ahí, no terminé a tiempo mi trabajo y no me dejaba salir-. Mentí, obviamente no le iba a decir la historia que él me relato, sé que soy un topo en esa agencia pero hay ciertas cosas que no me pueden contar así porque así, además, Allan sabe la historia de memoria.
- Erick siempre tan mandón-. Reflexionó Allan.
- Bueno, ¿qué querías decirme?- Preguntó Juliet.
- Quiero saber quién es Bella, la relación que tiene con vosotros, sobre todo contigo, Allan-, lo miré serio-, y también que profundicéis en el tema de por qué queréis montar una rebelión en contra de él-. Dije sin quitar mi cara seria.
Los dos se miraron mutuamente con cara de sorpresa e interrogación, no se esperaban que preguntase lo de Bella, pero lo tenía que saber para hacer bien mi trabajo, era muy meticuloso a la hora de hacer esas cosas.
- Y, sobretodo, ¿qué tipo de relación tenéis vosotros dos?- Volví a preguntar-. A esta pregunta no hace falta que me lo contestéis ahora, puedo esperar para saber la respuesta-. Añadí.
- Bueno, Bella era una compañera mía que se estaba preparando para ser agente, lo que pasa, es que se juntaba mucho con Erick y entonces lo engañó con Allan y los encerraron, pero luego Erick la soltó y ahora debe de estar en su casa-. Dijo Juliet-. Y lo de la rebelión-, prosiguió-, Erick mató a mi padre y es como una venganza a lo que hizo a mi padre y a lo que le está haciendo a los demás agentes, hay que tener mucho cuidado con él-. Finalizó.
- Te recordamos que todo lo que quieras comunicarnos que sea a través de cartas que cuando sean leídas por los dos serán automáticamente quemada para que nadie sospeche del plan que estamos organizando, ah, se me olvidaba-, se quedó Allan pensativo-, esa nota que te dejé encima de tu mesa, quémala, no quiero que nadie lo descubra.
- La nota la tengo...-. Me interrumpí cuando metí mi mano en el bolsillo del pantalón.
- ¿Dónde?- Preguntó Allan con impaciencia.
- ...aquí-. Mentí, se me cayó en el despacho de Erick, tenía que recuperarlo antes de que él se diera cuenta, para eso, tenía que madrugar un poco más de lo pensado.
Escrito por Swiftie5sos13
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