Capítulo 12

Aquí estoy de nuevo! Si! Aún no muero y además este capítulo es largo como el anterior!, así que espero que les guste, sobre todo por lo que viene después (omg) Les juro que lo hago con todo mi amor y buena voluntad, aunque debemos siempre recordar que el contexto de la historia no ayuda mucho, ok?

Pd. Desconozco el nombre de la creadora la imagen, no me pertenece, pero la uso con mucho respeto y cariño.

Pd2. Los personajes de Yurio on Ice no me pertenecen, de ser así habría más yaoi, y Otabek y Yurio serían canon :P

+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+

Como siempre que había un problema fuerte en el club cuando no estaba Yakov, él era llamado para resolverlo y esta vez no fue la excepción, algo que agradeció ya que por lo que le dijeron involucraba a Yurio.

Ya para cuando él había llegado al lugar, el menor había sido llevado lejos de ahí mientras Jean y su amigo peleaban a golpes. En determinado momento, Leroy logró lanzar lejos al otro hombre quien fácilmente le estaba ganando la pelea, y de luego de mirarlo con molestia, de la nada su gestó cambio a uno de sorpresa, y se agarró riendo como si aquello fuera lo más gracioso que le había pasado en la vida.

- ¿Qué diablos está pasando aquí? ¡No recuerdo nada! – exclamó de repente, en lugar de ponerse de pie y volver a golpearle como había hecho antes

- ¿De qué estás hablando? – preguntó en un gruñido el castaño a quien no conocía Víctor, pero quien se veía realmente molesto

- Si, ¿qué pasó? ¡Estábamos tomando y de la nada comenzaste a golpearme! – dijo Jean quien ahora que estaba calmado, estaba siendo levantado por un miembro de seguridad del club ante lo borracho que estaba

- ¡Y tú a mí! – se defendió su amigo, quien ahora que hablaban poco a poco parecía calmarse, aunque nadie quería acercarse a él ante lo agresivo que había sido previamente

- ¡Claro! ¡Tenía que defenderme! Pero ¿por qué comenzaste a golpearme tú? – preguntó el moreno, mientras todos esperaban a saber pues todos sabían del carácter relajado y alegre de Leroy

Su amigo pareció percibir las miradas analíticas, pues su actitud antes segura y molesta, poco a poco se iba desvaneciendo.

- ¿No lo recuerdas...? – preguntó titubeando

- Te he dicho que no, lo último que recuerdo es a Minami servirte una copa – repitió Jean sin dejar de mirarle

El otro lució no solo confundido, sino por alguna extraña razón avergonzado, entonces simplemente salió rápidamente de ahí, lo mejor que le permitía su coordinación

- Ordena que lo detengan en la entrada – anunció Víctor a los guardias, al ver como el otro huía

- No, déjalo que se vaya, yo pagaré los daños – ordenó Leroy al momento, sonando menos borracho y desorientado de lo que lucía minutos antes mientras hablaba con su amigo.

Dado que Víctor sabía que el canadiense era uno de los consentidos de Yavok, no dijo más al respecto, solo miró el salón para hacer un recuento de los daños y hacer la correspondiente factura para el cliente. Sabía que le tenía algo de resentimiento a Leroy por acosar siempre a Yurio, y que regularmente por lo mismo solía pensar de manera negativa de él, sin embargo para cuando este llegó a la oficina, luego de que le revisara un doctor que les ayudaba en el club, no lucía para nada borracho sino más bien algo frustrado, algo que le hizo quedarse intranquilo, sobre todo porque sabía que Yurio había estado ahí con ellos esa noche.

Pensativo fue hasta su habitación sorprendiéndose de encontrar a Yuuri sentando en la cama, al lado de un gran bulto oculto bajo las sábanas

- "Es Yurio" – le dijo el oriental moviendo los labios, lo cual preocupó más al ruso

- Yurio, ¿estás bien? – preguntó al momento, acercándose a él

El menor solo gruñó, y se alejó de él aún bajo las sábanas

Yuuri solo negó con la cabeza

- Yurio, si Jean o ese otro estúpido te hicieron algo, seré yo quien iré directamente a romperlas la cara – le dijo Víctor serio y en voz alta, ante la actitud del chico

- ¡Déjame en paz! – le gritó de la nada el rubio, saliendo de entre las sabanas para enfrentarle – ¡Ellos no me hicieron nada, idiota! ¡Fui yo!

- ¿Qué? – preguntó realmente sorprendido el mayor

- ¡Por mi culpa se han peleado! ¡Todo fue mi culpa! – le gritó con esa molestia que sentía en esos momentos por sí mismo

- ¿Pero por qué? – preguntó el ruso queriendo comprender todo aquello no tenía sentido para él

- ¡No me molestes! – gritó de nuevo el rubio bajando de la cama con algo de dificultad ante el alcohol que previamente había tomado

- Yurio, no te vayas – pidió preocupado ahora Víctor, sobre todo al darse cuenta de que el menor olía en verdad al alcohol

- ¡Déjame en paz! – le gritó de nuevo cuando quiso detenerle

El mayor iba decir algo más, sin embargo esta vez fue detenido por Yuuri, quien nuevamente simplemente negó con la cabeza dejando que el rubio saliera.

- Yuuri, él huele demasiado alcohol, no es bueno dejarlo ir solo – exclamó preocupado el ruso al oriental

- No, lo sé, pero en estos momentos está molesto y no quiere hablar contigo – le dijo con tranquilidad Yuuri

- ¿Y que voy a hacer? ¡Necesito cuidarlo! – dijo el otro casi con desesperación ante la ansiedad que le causaba que Yurio rechazara de esa forma su ayuda

- Tranquilízate – le pidió tomando su rostro con ambas manos, como alguna vez hiciera el ruso con él – Iré y a ver que llegue bien a su cuarto

- Y qué se duerma adecuadamente en la cama – pidió el mayor al momento

- Y qué se duerma adecuadamente en la cama – repitió el oriental con una leve sonrisa ante el pedido

- Bien – fue lo único que supo decir Victor, un poco más relajado

- Volveré en un rato – anunció el pelinegro, antes de salir de la habitación.

Aun cuando había pasado algo de tiempo de que había salido el rubio de la habitación, no se encontraba muy lejos ante la poca coordinación que tenía.

Yuuri le siguió de cerca, sin acercarse del todo para no molestarle, pero en una ocasión cuando Yurio peleó con Leo que estaba a su paso y que le saludó al pasar de largo al rubio, es que este notó su presencia

- ¿Qué quieres, cerdo? – preguntó en un leve gruñido

- Solo saber que llegarás bien a tu habitación – le respondió con tranquilidad

- No estoy idiota, puedo llegar solo – dijo entonces el menor

- Lo sé, por eso no me he acercado a ayudarte – señaló amable el oriental, y viendo que era cierto no dijo más el otro, simplemente siguió caminando sin prestarle atención

Cuando llegaron a la habitación sin mucho éxito, Yurio intentó sacarla la llave de su puerta de donde la escondía, y solo entonces el oriental se acercó a ayudar

- No vayas a decirle a ese viejo donde la guardo – ordenó el rubio a Yuuri luego de que le ayudara a sacarla la llave y le ayudara a abrir la puerta, entrando a la habitación sin cerrar la puerta tras de él, dándole de alguna forma la oportunidad de pasar con él.

- No le diré – prometió Yuuri, mientras veía como desanimado, borracho y con dolor de cabeza que tenía por obligarse a no llorar, Yurio se tiraba simplemente en su cama.

Le dio algunos minutos para relajarse en su propio espacio, mientras él miraba curioso aquel otro espacio nuevo para él. Las paredes con imágenes de felinos, desde gatos caseros hasta felinos salvajes.

Cuando identifico donde guardaba el menor su ropa, sacó una pijama limpia y se acercó para quitarle el pequeño uniforme de policía que aún vestía.

- Déjame, puedo hacerlo solo – le discutió con voz baja, sin embargo apenas manoteó un par de veces con él antes de dejarse hacer por el mayor.

- Solo te estoy ayudando – dijo Yuuri con calma, comenzando a cambiarlo para que pudiera dormir cómodo. Ya cuando terminó, fue por el peine para cepillar su cabello y eliminar esos pequeños nudos que se habían hecho ante lo revuelta que estaba la rubia cabellera, dándole esas atenciones que alguna vez Víctor le había dicho gustaba dar al menor.

Sintiéndose amado y atendido, Yurio no dudo en acostarse hecho un ovillo al lado del oriental quien estaba sentado al borde de su cama, y quien para ese momento comenzó a acariciar su cabello en silencio, sin preguntarle nada de lo sucedido.

En esa tranquilidad que sentía, en ese lugar en el que se sentía libre y junto aquel hombre con el que no se sentía juzgado si no protegido y acompañado, solo en ese momento, Yurio pudo abandonarse al llanto, aquel llanto que conforme liberaba sus lágrimas disminuía el dolor de su cabeza, haciéndole sentir no solo más ligero, sino también más vulnerable.

Yuuri al ver como se hacía cada vez un ovillo más apretado mientras lloraba, confundió aquello con frío y tras cubrirle con la sabana de la cama, acarició su cabello y su brazo para darle un poco de calor hasta que relajado y sin más lágrimas que derramar, cayó dormido.

No sé fue de inmediato, él mismo quiso disfrutar de la confianza que el otro le daba, abandonándose a la inconsciencia frente a él, sin pensar que podría hacerle el menor daño. Antes de irse, también lloró un poco, lamentando la vida que debería llevar aquel joven para vivirse de esa forma, para no saber relacionarse con los más cercanos, para lastimar siempre la mano que le era tendida cuando querían ayudarle.

Tampoco quiso tardarse mucho, sabía que Víctor le esperaría en la habitación y estaba preocupado, así que poniéndose en pie con cuidado salió en silencio de ahí para irse al cuarto que compartía con el ruso.

Apenas había pasado la puerta, Víctor se acercó a él

- ¿Cómo está? ¿Qué pasó? – preguntó inmediatamente

- Está bien, lo deje cambiado y dormido en su cama – no quiso decirle que había llorado, sabía que eso le preocuparía aún más y sería capaz de ir a despertarlo.

- ¿Pero que tenía? ¿Qué pasó? ¿Por qué dijo que había sido su culpa? – preguntó de nuevo con insistencia

- No hablamos de eso – le respondió, y ante el sonido inconforme del ruso añadió – Te dije que no estaba en disposición de hablar, y no pensaba presionarlo

- ¿Y cómo es que sabremos qué ha pasado? – preguntó de vuelta

- Él nos lo va decir, debes de confiar en eso – agregando ante el nuevo sonido inconforme del mayor – ¿No vino él personalmente a decirte cuando tenía miedo porque Yakov lo iba a vender? Además, ¿no vino hoy mismo a la habitación y no a la suya a buscar un refugio?

- Bueno, en eso tienes razón.... – tuvo que admitir el peligrís ante las palabras del oriental

- Necesitas confiar en él, está creciendo y no te necesita de la misma forma en que lo hacía cuando era un pequeño, pero eso no quiere decir que no te necesita – le dijo el pelinegro con firmeza, haciendo suspirar derrotado al ruso, quien se dejó caer en la cama

- Esta bien, está bien – fue lo único que dijo el mayor

- Anda, vamos a dormir, ya es tarde – le dijo ahora amable, mientras comenzaba a quitarse la ropa –

- Ven, no te pongas nada – le pidió entonces el ruso, quien se había recostado ya en la cama y se había echado a un lado para que se recostara el oriental

Ante la mirada tierna y forma en le fue pedido aquello, Yuuri no dudo en hacerlo, entrando bajo las sabanas para acompañarle

- Me gusta tu piel desnuda, es cálida – le confesó Ruso al oído cuando puedo abrazarle

- Quítate la ropa tú también – le pidió el oriental al otro a modo de respuesta, pues él también disfrutaba de la piel del mayor

Sin decir otra cosa, así hizo Víctor abrazando nuevamente a Yuuri cuando estuvo completamente desnudo

- Me gusta también tu piel desnuda, es muy suave – confesó entonces el pelinegro acariciando esta

Aun cuando era un cumplido, por primera vez Víctor se sintió incomodo con esas palabras, pues la razón por la que había moldeado su piel de esa forma había sido para tener más clientes en el pasado.

- Te amo – quiso decirle el ruso, para alejar aquellas verdades que no podía evitar

Esta vez fue el oriental quien guardó silencio, criado en una cultura que fomentaba y exigía el recato, no le era tan sencillo a hablar de sus sentimientos y aun cuando sabía que Víctor deseaba escuchar esas mismas palabras, solo pudo besar sus labios con ese amor que sentía.

Luego de reconfortarse mutuamente entre suaves besos y caricias, durmieron plácidamente entre brazos del otro. Al día siguiente, Víctor se sentía más tranquilo para poder investigar a fondo que había pasado antes de que llegara Yakov, lamentando que lo único que pudiera saber del evento es que había sido Yurio quien había salido del privado a buscar ayuda, diciendo que ambos clientes se estaban golpeando, y maldiciendo a todos cuando no le dejaron volver al lugar para saber que todo estaba bajo control, momento en el que había corrido a su habitación, donde Yuuri le había recibido pensando que era él.

Como no sabía la verdad de lo que había pasado, aún le preocupaban las palabras del menor quien había confesado que aquello había sido su culpa, temiendo que Jean quisiera vengarse o aprovecharse de la situación para tener al rubio, manteniéndose cerca de Yakov la semana siguiente en que volvió al club y que el mismo Leroy volvió a presentarse en el lugar no solo para disfrutar de los chicos, si no para encerrarse a solas en la oficina del mayor de donde salía siempre con una arrogante sonrisa en los labios que le hacía querer romperle la cara y tirar cada uno de sus blancos y perfectos dientes.

Esa misma semana, siempre que volvía de estar pendiente del lugar mientras el viejo se encerraba a hablar con Jean, encontraba a Yurio en su cuarto, a veces con ese cubo de colores en que debía de acomodar las piezas para que cada una de las caras tuviera un color uniforme, a veces dormido mientras Yuuri acariciaba su cabello, y aun cuando le preguntó mil veces al oriental si ya le había confesado algo de ese día, este nunca le dio una respuesta positiva.

Casi como una broma de mal gusto, cuando se había relajado por completo pensando que el tema realmente había quedado en el pasado y no había pasado nada del otro mundo, Yakov mandó a hablarle.

- Siéntate mi amigo - le indicó el viejo de muy buen humor, algo que le dio muy mala espina

- Te ves muy alegre – comentó de manera casual, mientras le servía al mayor una copa, como si fuera uno de sus clientes.

- Lo estoy, lo estoy – contó sin problema alguno, confiando en el ruso como siempre lo había hecho – Jean me ha ayudado a abrir los ojos, y tengo una muy buena idea ahora.

- Eso es bueno, entre mejor le vaya al negocio, mejor nos irá a nosotros – comentó el joven hombre, buscando disimular el odio que sentía hacía Leroy.

- Quiero que vuelvas a poner en forma a Yurio, su venta será el siguiente mes – anunció el viejo con una enorme sonrisa en los labios.

+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+/+

Intenté detenerlo, créanme que si, pero en verdad que ninguno personaje me ayudo con ello, así que bueno ya viene la venta! A ver quién da más, recordemos que ahí está el asqueroso de Celestino, jajaja (si les he dicho que lo odio?) Ahora si, nuevamente en el siguiente capítulo, veremos el mundo arder :D

Habrá más zukulencia? Otro trío de mis niños consentidos? (okno) Omg!!! Sé que es lo que quiero que pase, pero no sé cómo va terminar, solo espero que bien.

Recordemos todos nuevamente que el contexto de la historia es un poco "oscuro" así que no quiero reclamos después.

Les agradezco sus comentarios, así como la observación que me hicieron sobre el capítulo pasado con el nombre de Yakov, con tanta zul¿kulencia se me fueron esos detalles, jajajaja

Espero con todo mi corazón, la inspiración mejore, lo que si les puedo decir es que con cada comentario que recibo, si me siento más presionada, jajaja, porque las voces en mi cabeza ahora tienen nombres, y les agradezco el tiempo que le dedican a la historia para leerla.

Se aceptan sugerencias (¿?) solo sobre los otros personajes, jajaja, cualquier mensaje en verdad es bien recibido!

¡Saludos! 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top