Capítulo 10


Sé que seguí tardando mucho en actualizar, pero este capítulo creo que les va gustar mucho (eso espero por mi bien, jajaja) Ya no les voy a prometer nada, pero les juro que lo hago con todo mi amor y buena voluntad.

A veces creo que la historia no tiene sentido, pero espero que para ustedes si, les agradezco seguir la historia y sobre todo dejar sus comentarios, lo cual me motiva mucho (aunque no lo parezca ante lo mucho que tardo, jajajaja), ya estamos en el objetivo (el Otayurio, y la zukulencia, jajaja)

Espero disfruten el capítulo

Pd. Desconozco el nombre de la creadora la imagen, no me pertenece, pero la uso con mucho respeto y cariño.

Pd2. Los personajes de Yurio on Ice no me pertenecen, de ser así habría más yaoi, y Otabek y Yurio serían canon :P

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Yurio solía ser despistado para muchas cosas y varias eran las razones de ello, el hecho de haber crecido en un ambiente como el Secrets, había propiciado que gran parte de las situaciones que pudieran ser "normales" para otros niños para él no lo fueran, como el poder tener amigos de su edad, tener la molestia de realizar una tarea escolar o aprender ciertas normas sociales. Tampoco sabía tratar ni comprender a las personas, la persona más joven con la que había tratado y con la que pudo haber hablado en el club, fue hasta sus 13 años cuando trajeron un chico de 15 años al que Yavok le puso Minami, y quien estaba tan asustado que apenas alguna vez había convivido con él. Sabía que existían las mujeres porque recordaba a su mamá, y porque las veces que Víctor le había sacado al parque había visto varias, pero nunca había tenido un verdadero trato con alguna de ellas, por eso le había sorprendido también ver en varias ocasiones a esa tal Sara, hermana de Michelle Crispino, quienes siempre venían al club a visitar a Emil, expresamente a Emil, aunque no comprendía realmente para gusto de quien.

Sabe que Víctor no es su padre, pero le ha tratado como si fuera su hijo, y recuerda haber escuchado de sus labios que en realidad no era aceptado eso que hacían por eso debían de ocultarse, pues en la sociedad no era bien visto su trabajo, aun cuando él siempre podía ver las veces que se escabullía de pequeño a buscar a Víctor, que todos esos hombres que les visitaban, se veían realmente felices al estar con ellos.

Sin embargo aun a pesar de ser despistado, ahora lejos de la preocupación que había sentido durante la semana antepasada, ahora puede darse cuenta que algo se ve completamente distinto en Víctor, luce alegre, como cuando él era más chico, y sonríe mucho, aunque su sonrisa se ve distinta sin que pueda explicarlo.

Luego de haber estado estresado durante la semana antepasada al estar practicando con el otro ruso para su venta, el día previo al evento Yavok les anunció que en realidad le venta sería por la virginidad de Yuuri, por lo que durante la siguiente semana, sería solo él quien ocuparía la pista principal en todo momento, mientras los demás se dedicarían a cumplir los pedidos especiales de los clientes que no estuvieran interesados en el espectáculo principal, y aun cuando tuvo que atender a Jean más días, e incluso a Giorgi quien más que nada gustaba de ir a contarle su triste vida, se sintió feliz de saber que pasaría un año más para que él tuviera que pasar por "la venta", algo que de alguna forma le hizo saber con una sonrisa a Otabek en cuanto le vio acompañado de Leroy aparecer en el privado.

Ambos habían acordado que no mencionarían a Jean de su amistad para que no se metiera con ellos, y eso había sido la razón por la que frente a él se portaban como antes de conocerse más, apenas hablándose y mirándose, aunque aquello era un poco difícil para esos momento, y probablemente habría continuado siendo solo "un poco" difícil, si no hubiera visto a Victor a Yuuri esa noche, aquella noche en que queriendo saber que era lo que le estaba pasando al mayor para verse así de alegre, le había seguido solo para presenciar cómo es que al volver a la habitación, Víctor había besado al oriental, pero no había sido como cualquier beso, lo sabía porque ya había visto a Víctor besar a muchos hombres, incluso a Chris con quien en algún momento había tenido algo más que una amistad, ese beso había sido más profundo, más lento, más sentido, ese y todos los demás que le siguieron, hasta que ambos entraron a la habitación, mirándose mutuamente como si el otro fuera la cosa más especial del mundo, y había estado muy tentado en ir tras ellos, tocar la puerta varias veces y reclamar al mayor cuando abriera por mirar así al cerdo ese y no a él, cuando recordó no solo los ojos tranquilos de Otabek mirándole, sino aquella sonrisa suave que solo le regalaba a él, y entonces sus previos planes perdieron sentido.

Ahora cada vez que los veía, no podía evitar pensar en Otabek, porque él quería que el Kazajo pasara todo el tiempo con él, como ellos que viviendo y trabajando en el mismo lugar, podían convivir todo el día, a diferencia de él y Otabek, que solo podían hacerlo por las noches; porque quería que Otabek le consintiera como lo hacía Víctor con el cerdo ahora que todo mundo sabía que eran pareja, ya que ese viejo no podía estarse quieto cuando estaban juntos, abrazándolo o besándolo en cada oportunidad, mientras ellos solo podían aprovechar las ocasiones que Leroy no se aparecía con su amigo para tratarse con la confianza que habían adquirido en las semanas previas. Yurio realmente no se daba cuenta que quería esa misma relación de pareja con su "amigo", porque de haberlo sabido, habría buscado eliminar esa idea, y también alejarse de aquel hombre que ahora ocupaba gran parte de sus pensamientos.

Inocencia, decía siempre Víctor cuando le veía, aunque él realmente no comprendía, lo que si sabía es que curioso de ver la relación que ellos llevaban y que era diferente a lo que él había visto previamente, había comenzado a acercarse a la pareja, y aunque buscaba mantener una distancia pues aún odiaba al cerdo por haber acaparado la atención del ruso, este siempre le jalaba junto a ellos para que le escuchara decir todas esas tonterías que tanto le gustaba decir y que tanto hacían reír al oriental. Al inicio pensó que era amable con el viejo solo porque le ayudaba con sus presentaciones, incluso pensó que era amable con él porque Víctor siempre le llevaba a la fuerza con ellos, sin embargo con el tiempo, se dio cuenta que Yuuri era auténticamente así, y que incluso le sonreía a él de manera distinta a como lo hacían los demás, que lo suyo era real y que en verdad le aceptaba como era pese a sus desplantes, sus malas palabras, e incluso el decirle directamente cerdo, recibiendo de él solo una sonrisa y una pequeña reprimenda "cuida tu lengua, Yurio".

No sé dio cuenta que pronto quiso estar cerca de ambos, y que esa cercanía le ayudaban a resistir los malos días, e incluso el hecho de no poder estar con su amigo Otabek como lo hubiera deseado, no se dio cuenta porque la compañía de ellos que le querían tal y como era se volvió algo tan natural, que no le pareció inadecuado incluso dejar que Yuuri le acariciara el cabello hasta que él se quedara dormido en la habitación que compartía la pareja.

Cuando despertó, pudo ver como Víctor y Yuuri se besaban, y fingiéndose aún dormido, pudo mirar con mayor detalle como disfrutaban del momento como si aquello fuera algo realmente placentero, como si no hubiera nada más que pudiera igualar lo que ellos hacían, sus manos acariciando suavemente la piel del otro y sus respiración en un perfecta armonía, hicieron que la envidia se instalara en su pequeño cuerpo, e incómodo de estar en medio de ellos, comenzó a gritar groserías hasta que los mayores se separaron entre risas para dejarle ir hasta su cuarto a dormir como era debido.

Pensó que aquel tema estaba perfectamente olvidado, pues luego de aquel incidente los otros se habían cuidado de tener muestras muy afectivas frente a él, cuando aquella noche, cuando apareció en un pequeño traje de estilo árabe en el privado que le fue designado y vio a Otabek solo, supo que quería intentarlo.

- Buenas noches – saludó Otabek tan formal como siempre, regalándole una sonrisa

- Hola – respondió, y ante la sonrisa, no pudo evitar sentirse nervioso e inseguro de como hacer la petición

- Por fin tenemos tiempo juntos, he traído en el celular los capítulos que nos faltaban de la serie – le dijo, ajeno a sus pensamientos

- Eh... si, está bien – dijo por decir algo, pero ansioso porque no era eso lo que quería decir

- ¿Estás bien? – preguntó el mayor al verle de esa forma

- Pide Ron – fue lo único que respondió, esperando que el alcohol le relajara un poco

- De acuerdo – fue lo único dijo el Kazajo, aunque se notaba sorprendido del pedido - Te queda muy bien el atuendo, resalta tu figura - agregó mientras esperaban

Sin embargo en esta ocasión el halago no pasó desapercibido como siempre, pues ahora constantemente escuchaba todas esas cosas agradables que Víctor le decía a Yuuri, y había aprendido que eso no se le decía a cualquiera, por lo que esta vez, se sonrojó al escucharle

- Ya lo sé – respondió de mala forma ante lo nervioso que el comentario le había hecho sentir, así como sus propios pensamientos

El Kazajo decidió no decir más, Yurio parecía tenso sin que él pudiera descubrir la razón de ello. Esperaron la bebida en silencio, y en cuanto la puerta se cerró Yurio le dio un largo trago a esta, haciendo una mueca ante el fuerte sabor.

Se sentaron en el sillón del privado acomodándose para ver un capítulo de la esperada serie que compartían, pero ansioso como estaba Yurio con todo eso simplemente no pudo terminar de verlo.

- Vamos a besarnos – dijo de la nada el rubio, separándose del otro para verle a los ojos.

- ¿Qué has dicho? – preguntó el mayor, tratando de comprender que pasaba

- Vamos a besarnos – exigió Yurio, comenzando a sentirse incomodo ante la pregunta

- ¿Por qué? – preguntó entonces, girándose para verle mejor

- ¿Qué? ¿No quieres? – preguntó con molestia entonces

- ¡Sí! – dijo sin pensarlo Otabek, algo que si Yurio no se hubiera encontrado nervioso, se habría dado cuenta con facilidad

- Entonces vamos a hacerlo – concluyó, sin querer dar explicaciones

Sin saber que más decir, el Kazajo solo asintió con la cabeza, entonces se acercó un poco para ello, mirando a los ojos aquel hermoso joven.

Yurio se sentía nervioso, el silencio no le gustaba, y que solo le mirara le causaba más ansiedad. Él mismo se acercó, pasando saliva ante la cercanía, y entonces cuando sintió que el castaño ponía su mano sobre su mejilla se estremeció al momento. Sin embargo pasaban los segundos y nada pasaba, Otabek solo le miraba de esa forma, con fascinación, como si no hubiera nada más interesante que él en el mundo, haciendo que algo se moviera dentro de su pecho, y deseando sentir lo otro, aquella tranquilidad que veía en Víctor y Yurio cuando se besaban, fue él quien dio aquel último paso, uniendo sus labios en un impulsivo beso.

Estaba tan concentrado Otabek en admirar a Yurio sin impedimento alguno, que fue sorprendido por aquel beso, y cuando sus ojos buscaron respuesta en los más jóvenes, ante la vergüenza del impulso, el rubio desvió la mirada, haciendo que el gesto le pareciera más que perfecto.

Con la confianza de recordar que él era ahí el adulto y probablemente el más experimentado sobre el tema, con firmeza tomó el joven rostro con ambas manos, haciendo que le mirara de nuevo a los ojos antes de ser él quien le besara en los labios, esta vez con suavidad y firmeza.

El ruso sintió un escalofrío recorrer su cuerpo por completo, las cálidas manos de Otabek le sostenían de una forma en que jamás se había sentido con Víctor o Yuuri, y los suaves labios del mayor aun cuando hacían latir su corazón con fuerza, le daban una gran paz que le era imposible de describir.

Si, estaba seguro que esta era la forma en que se sentían Víctor y Yuuri cuando se besaban, lo sabía por que al momento de separarse de Otabek a causa de la falta de aire, podía ver frente a si la misma sonrisa que él mismo sentía en sus labios, y también veía esa tranquilidad en los ojos oscuros que él sentía dentro de sí. No quería que desapareciera, quería siguiera, que creciera, que fuera cada vez más y más como veía a Victor y a Yuuri llenarse de ello, por lo que esta vez fue nuevamente él quien besó los labios del mayor.

Yurio desconoce las horas que pasaron besándose en la intimidad de aquel privado, solo sabe que para cuando tocaron a la puerta anunciándoles que el tiempo había terminado, se sentía más pleno como nunca antes en su corta vida.

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Ahora si el mundo va ardeeeeeeeeeeeeeer! Jajaja, me emocioné tanto mientras escribía, jajaja, tenía una sonrisa tonta en los labios en todo momento, jajaja, ya estamos más donde queríamos, y como siempre me gusta mezclar el universo original con el alterno, que pese a todo se sienta el sabor de la obra original. Miel y chocolate en todo el capítulo, me encantan las cosas lindas, si se los había dicho?

Espero con todo mi corazón, la inspiración mejore, lo que si les puedo decir es que con cada comentario que recibo, si me siento más presionada, jajaja, porque ya sé que en verdad hay alguien que espera la siguiente parte y no que son solo las voces en mi cabeza xD

Gracias a los que pese a todo leen, y más gracias a los que me dejen mensajes aún cuando no actualizo con regularidad, les juro que no es mi intención retrasarlo, simplemente me parece complejo plasmar lo que tengo en la cabeza.

Cualquier mensaje en verdad es bien recibido!

¡Saludos!

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