Capítulo 7: El coche
Naruto se había quedado helado ante aquella impulsividad. Sasuke tenía esos ataques de vez en cuando, pero desde luego, estaba claro que no podía esperar a llegar al hotel tal y como había prometido. Al salir a la calle tras la comida con su padre, su impulso fue empujarle hacia el callejón cercano y pasando aquel fuerte brazo por su cintura, devoró su boca con una pasión que sólo sacaba cuando realmente estaba muy necesitado.
Sus labios eran tiernos y Naruto sentía que podía caer sin remedio en las garras de aquel hombre que seducía a cada uno de los movimientos de sus labios. ¡Por algo se convirtió en su esposo! Pensó. Por un momento, notó cómo sus piernas empezaban a temblar en el preciso momento en que aquel moreno metía su lengua con cierta fuerza casi exigiendo aquel encuentro juguetón entre ambas. Naruto atrapó el fino labio superior de Sasuke entre los suyos y continuó buscando aquella lengua que le conducía de cabeza al paraíso.
Si no fuera porque seguía sintiendo la mano de su esposo en su cintura, habría jurado que podría haberse desmayado en cualquier momento. Seguía pensando que aquello era una locura, se estaba besando en plena calle tras haber prometido que intentarían dejar atrás un poco los espectáculos públicos. Sentía las cálidas manos de Sasuke aferradas a su cintura y las deseaba aún más, deseaba que recorrieran todo su cuerpo con ellas. Hacía tiempo que Sasuke no tomaba el control de esa manera, pero Naruto reconocía, que también le gustaba cuando lo hacía.
En aquel momento, Naruto mantenía una lucha interna entre lo correcto, lo incorrecto, la ética y la pasión. ¿Era correcto sucumbir ante su esposo en ese callejón? ¿Era correcto pensar en sexo tras la comida con su padre y como le afectaba esa extraña relación familiar? Todo eran dudas enfrentándose a esos pasionales besos que no cesaban, que no estaban interesados en soltar sus labios. Naruto acabó cerrando los párpados y dejándose envolver por la lujuria de aquel instante.
Sus manos se enredaron en el cabello de Sasuke agarrándolo con fuerza para apretar aquellos ansiosos labios todavía más contra los suyos, siendo esta vez él quien tomaba el control y el ritmo de un beso cada vez más fuera de control.
‒ Tienes el coche aquí cerca ¿verdad? Vamos al coche – susurró Sasuke sin abrir los ojos, aún con los labios pegados a los de aquel chico.
‒ Eso es mejor que montar el espectáculo en mitad de la calle – sonrió Naruto.
‒ ¿No te importa que sea en el coche?
‒ Si me prometes que luego habrá una cama... trato hecho.
‒ ¿Lo del hotel sigue en pie incluso después de lo del coche? – sonrió Sasuke.
‒ Nunca he cambiado la idea principal – sonrió Naruto –. Iremos a ese hotel y si quieres, contrato el SPA también para ambos.
Sasuke sacó una leve sonrisa sintiendo aún cómo aquel chico deslizaba sus largos dedos por su cabeza, acariciando cada mechón de cabello y masajeando con suavidad toda la zona. No podía creerse la dulzura y delicadeza que tenía su marido y a la vez... la sensualidad y pasión que le envolvían.
‒ Vamos – agarró la mano de Naruto empujándole hacia él y empezando a caminar.
Naruto le siguió, tampoco tenía mucho más remedio al tener la mano agarrada y empujándole en busca del coche. Desde que salieron hasta que llegaron al vehículo, todo el camino resultó ser una mezcla de una leve conversación para darle indicaciones de dónde estaba el coche aparcado, besos, caricias, abrazos, risas y de pasión descontrolada hasta que finalmente, la espalda de Naruto chocó contra la camioneta de Naruto. Sus labios aún seguían unidos, moviéndose al ritmo que esta vez imponía Sasuke mientras buscaba las llaves del coche en el bolsillo del pantalón de su esposo para abrirlo.
Las luces delanteras se encendieron unos segundos antes de escuchar el sonido de las puertas abriéndose. Naruto aprovechó aquel momento para abrir la puerta trasera del vehículo sentándose mientras Sasuke con una sonrisa, entraba también tras él subiéndose encima para volver a besarle.
Las puertas se cerraron automáticamente a medida que las manos de Naruto aprovechaban para acariciar la musculatura de los brazos de Sasuke subiendo hacia su cuello, agarrando el cuello de la americana para bajarla con suavidad por su espalda tratando de quitarla. Sasuke le ayudó sacando los brazos de la chaqueta.
Naruto no dejaba de sonreír mientras sus dedos empezaban a desabrochar uno a uno los botones de la camisa, desanudando la corbata que Sasuke llevaba. Sasuke besó con más pasión a Naruto dejando que fuera desnudándole. El coche siempre era algo incómodo, un lugar estrecho y que no utilizaba desde el periodo universitario. En aquel entonces, él estaba sacando las pruebas de acceso a los bomberos pero su novio en aquel entonces estaba estudiando su carrera. Aprovechaban los descansos para tener sus momentos íntimos en el coche, ahora parecía que las ganas volvían a premiarle, ni siquiera quería esperar a llegar al hotel.
‒ Pareces ansioso – comentó entre sonrisas Naruto al ver cómo su es poso se negaba a soltar sus labios y cómo sus manos desabrochaban los botones del pantalón vaquero.
‒ Lo estoy – le susurró Sasuke.
‒ No habrá vuelta atrás – le recordó Naruto esta vez algo más serio - ¿Estás seguro que quieres seguir?
‒ Sí. No quiero volver a atrás – le aclaró Sasuke tomando posesión de sus labios de nuevo y terminando de quitar el pantalón de Naruto.
Naruto con una gran sonrisa y más decisión que nunca en su cuerpo, hizo fuerza para conseguir sentar a Sasuke apoyando su espalda contra el respaldo mientras se subía a horcajadas encima de él besándole con pasión y moviéndose ligeramente sobre el miembro aún guardado bajo la ropa interior de Sasuke, frotando ambos consiguiendo escuchar sus silenciosos jadeos, esos que trataba de ocultar pero que Naruto se moría por escuchar con mayor intensidad.
Sasuke aprovechó el tenerle tan disponible para quitar la camiseta de aquel chico rubio y meter la mano bajo su ropa interior buscando el miembro que empezaba a despertar su esposo y que le estaba volviendo loco. Naruto jadeó con sutileza al sentir los dedos de Sasuke acariciando su miembro, desde la base hasta la punta, moviendo su mano, aligerando y apretando de nuevo un poco más cuando deseaba escuchar un gemido algo más fuerte.
Naruto tampoco quiso perder más tiempo y pese a no separar sus labios, movió su mano buscando la entrepierna de aquel moreno, esa entrepierna que despertaba cada vez, que se endurecía bajo sus caricias y que reclamaba plena atención. Él no tenía demasiado tiempo, pocas veces dejaba que entrasen en él por su sensibilidad extrema, pero esta vez, Sasuke parecía necesitar dominar aquella situación.
Ambos se deshicieron de la ropa interior con rapidez movidos por la emoción y la excitación del momento. Sasuke introdujo dos de sus dedos entre sus labios para lamerlos con la lengua buscando lubricar la entrada de ese chico al que deseaba tener.
Con suavidad, introdujo los dedos lentamente en Naruto, primero uno y a los pocos minutos el segundo abriendo así su entrada. Querría meter un tercero pero se deleitó en escuchar gemir a su esposo hasta que se aseguró que no le dolería, entonces llevó a cabo su plan metiendo el tercero con mucho más cuidado que los anteriores.
La respiración agitada de Naruto le demostraba que él también deseaba aquel momento, ambos estaban ansiosos pero fue el propio Naruto quien se posicionó mejor colocándose sobre el miembro erecto de Sasuke, introduciéndoselo con lentitud y sentándose sobre él, bajando todo lo que pudo a su ritmo hasta que sus nalgas tocaron los muslos de Sasuke sintiendo así que todo estaba ya dentro de él. Ambos dejaron escapar un gemido al sentirlo, los dos acoplados perfectamente.
Naruto se movió hacia arriba deslizando el miembro de Sasuke hacia afuera y volviendo a sentarse sobre él antes de que saliera por completo para introducirlo nuevamente. La sensación sólo le hacía gemir y jadear, una sensación que le llenaba sintiendo aquel miembro dándole placer. Sasuke agarró con sus manos las nalgas de Naruto ayudándole a impulsarse en su movimiento, de arriba abajo mientras veía cómo su miembro aparecía y desaparecía en el interior de aquel chico, excitándole el doble aquella visión. No llegarían a pasar más de diez minutos cuando el cuerpo de Naruto empezó a tensarse por el placer igual que el de Sasuke. El rubio entre jadeos incontrolables aceleró el ritmo consiguiendo eyacular al instante. Aun así, Sasuke continuó un par de movimientos más sintiendo que le faltaba un poco todavía para llegar al clímax. Tan sólo un par de movimientos después, Sasuke se dejaba ir en el interior de su esposo.
Echándose a un lado, Naruto esperó unos segundos con la respiración agitada, sintiendo la respiración de su esposo igual que la suya. Ambos se miraron y sonrieron con complicidad.
‒ Menos mal que siempre aparcas en los parkings – susurró Sasuke al ver que no había demasiada gente cerca.
‒ Contigo como mi esposo... más me vale. Nunca sé cuándo vas a querer algo así.
‒ Ya claro... como si tú no quisieras – sonrió Sasuke.
‒ Lo del SPA sigue en pie – comentó el rubio – creo que nos vendría bien relajarnos.
‒ La verdad es que sí. Dame cinco minutos, nos vestimos y vamos.
‒ Oye Sasuke, sobre lo de tu padre...
‒ Hablaré con él seriamente. Le llamaré por teléfono, pero mañana. Ahora ya no quiero pensar más en mi familia.
‒ De acuerdo.
¡Triste o melancólico! Así es como le había sonado la voz de su esposo a Sasuke. No era propio en Naruto que se metiera en asuntos familiares, pero estaba claro que algo captaba su atención o su preocupación.
‒ Suenas preocupado.
‒ Es sólo que... no me gusta verte enfadado con la familia.
‒ Tú eres mi familia, Naruto – susurró Sasuke colocando la mano sobre su mejilla.
‒ Ya me entiendes – respondió el rubio antes de poner su mano sobre el dorso de la de Sasuke y ladear el rostro para poder depositar un dulce beso en la palma de su mano.
‒ ¿Hay algo que te preocupe?
‒ Varias cosas pero sobre todo, el que no puedas contar con tu familia si lo necesitases alguna vez. Todos necesitamos a la familia en algún momento.
‒ Ya, supongo. Lo arreglaré con ellos ¿vale? Pero no ahora. En estos momentos sólo quiero estar contigo.
‒ Vale. Pues vistámonos y vayamos al hotel.
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