Capítulo 10: "lindo conejito"
Esa noche había sido interesante. Ellos pocas veces iban de fiesta pero Naruto reconocía, que no estaba mal. Aquel chico que habían conocido estaba casi en la misma situación que Sasuke con su padre. A Naruto le daba un poco de pena esa situación. Él había tenido suerte de conseguir casarse con Sasuke pese a que evidentemente, la relación con su suegro no era buena.
Sasuke en el cuarto, aprovechando que su marido había ido a la ducha puesto que salió del trabajo demasiado rápido y no pudo ducharse en los vestuarios, empezó a preparar su siguiente juego. Esta vez le tocaba a él hacer de las suyas.
***
Besándose con pasión cuando Sasuke fue a buscarle al aseo, habían terminado en la habitación de matrimonio. Sasuke todavía iba vestido, sin embargo, Naruto, recién salido de la ducha, ni siquiera había podido vestirse. Completamente desnudo, dejaba que las manos de Sasuke acariciasen su piel mientras le conducía hacia el cuarto en silencio.
— ¿Confías en mí? – sonrió Sasuke tras cerrar la puerta, con sus labios rozando los de su marido. Naruto ni siquiera había abierto los ojos todavía.
— Claro que confío en ti. Al cien por cien y a ciegas completamente.
— Entonces... "juguemos juntos" – sonrió Sasuke – una vez, ya fuiste mi mascota, un bonito zorrillo, hoy... quiero algo diferente.
Sasuke se separó de Naruto para abrir el tan ansiado cajón de la mesilla donde había dejado todos sus juguetitos mientras su esposo se duchaba. Esa noche iba a ser muy pero que muy interesante. Había tantas cosas para divertirse juntos... y mañana ninguno trabajaba.
Lo primero que sacó fue una suave cinta de seda oscura para vendarle los ojos. Quería que disfrutase al máximo, pero a la vez, quería tenerle completamente bajo su control y poder hacer lo que quisiera sin que él fuera consciente de lo que haría a cada momento.
- Shhhh – susurró Sasuke de nuevo junto a él, rozando sus labios una vez más con sensualidad antes de volver a besarle – voy a ponerte esto y luego... tendrás que fiarte de mí.
- Ya te he dicho, que me fío de ti completamente. Haz lo que quieras. Sabes que me gustan todos los juegos siempre que sean contigo.
- Más vale que te prepares, porque esta noche, no vas a dormir – sonrió Sasuke – haré que te corras una y otra vez. Voy a follarte toda la noche como yo quiera.
- ¿Ahora voy a ser tu esclavo toda la noche? – sonrió Naruto ante esa idea – me gusta.
- Algo así. Durante toda la noche, serás mi juguete y vas a complacerme en todas mis fantasías.
Naruto sintió la fina y suave tela posarse en sus ojos y cómo Sasuke la anudaba tras su cabeza para evitar que pudiera ver a partir de ese momento. De pie y desnudo, Naruto se quedó estático escuchando los pequeños ruidos de la habitación. Él no podía ver pero sabía que Sasuke estaba preparando algún juego para ellos.
De repente, Naruto sintió de nuevo el tacto de Sasuke, éste le agarraba la mano para indicarle que le siguiera hacia lo que él consideró el centro de la habitación.
— Túmbate aquí, con cuidado.
Naruto apoyó las manos primero notando una mesa, posiblemente una mesa de estudio que había despejado. Se tumbó boca abajo como su esposo le indicó. Era cómodo, pero en esa situación, sentía como Sasuke podía abrir sus nalgas a su antojo, perfectas para que Sasuke pudiera jugar con él.
— ¿Estás cómodo? – preguntó Sasuke en un sugerente susurro en su oído.
— Sí.
— Perfecto, porque así estás completamente expuesto para mí.
Sus muñecas fueron apresadas en un santiamén entre los dedos de Sasuke antes de que sintiera la fina tela enrollarse en ellas para anudarlas a las patas de la mesa. Naruto sonrió sutilmente. Desde luego, Sasuke sí se había tomado aquel juego muy en serio.
— Bien... empieza la diversión.
Las manos de Sasuke eran bastante ásperas, se notaba que era bombero y estaba usándolas constantemente en sus entrenamientos. Sasuke sonrió sutilmente al llevar sus labios hacia la pierna de Naruto que sostenía entre su mano derecha.
Sabiendo que a ese chico le sería imposible ver nada con los ojos vendados, Sasuke deslizaba sus labios por la piel de Naruto. Era suave y sensual y podía sentir el frescor en cada centímetro debido a que acababa de salir de la ducha. Su cuerpo tenía un aroma mentolado proveniente del gel que había usado. Era demasiado tentador tenerle a su merced, completamente desnudo y atado en esa mesa.
Un suspiro ahogado fue lo que Sasuke escuchó que llegaba desde los labios de Naruto mientras sentía ese camino de besos subiendo por su pierna y quedarse en sus muslos. Sasuke mordió con suavidad provocando un gesto gracioso en el rostro de Naruto. Le había dado impresión, tanta... que hasta el miembro de Naruto había despertado ligeramente ante aquellas sensaciones. Naruto siempre fue muy sensible y eso le encantaba al moreno.
Moviendo su rostro con mucho cuidado, tocó con la punta de la nariz los testículos de Naruto provocándole una sensación de hormigueo placentero antes de recorrerlos con la punta de su lengua. Sasuke sonrió al acabar, observando las mejillas sonrojadas de su esposo. Seguía siendo tan inocente en algunas cosas que le gustaba demasiado.
Con la yema de sus dedos, Sasuke agarró la gota de líquido preseminal del miembro de Naruto y metió el dedo en su boca disfrutando de su sabor salado.
— ¡Joder, tan delicioso como siempre!
Acercando su rostro al de Naruto, le besó con pasión, sacando su lengua para jugar con la de Naruto y dejarle también probar su propio sabor salado. El sonrojo llegó a ambos, sin embargo, cuando Sasuke rompió el beso, sintió el impulso de Naruto por continuarlo pese a que no pudo alcanzar su boca estando atado como estaba.
— No seas impaciente – sonrió Sasuke – ya te he dicho que vas a ser mi juguete toda la noche. Me obedecerás en todo.
— Estás muy seguro de eso.
— Claro que lo estoy, porque voy a hacer que desees tanto algo... que harás lo que sea para conseguirlo.
Entre ambos hubo una separación momentánea. Naruto seguía sin poder ver nada, pero escuchaba cómo Sasuke se movía por la habitación y entonces, regresó, pero esta vez había algo diferente en el tacto de su piel, más bien... era la ausencia de ropa lo que Naruto sintió.
La mano de Sasuke agarró su miembro. Estaba colocando algo con un poco de lubricante. Naruto silenció el ligero gemido que quiso escapar de sus labios con un seductor mordisquillo en su labio inferior, lo cual aún provocó más a Sasuke.
— Esto retrasará tu orgasmo – susurró Sasuke a su oído – así podré jugar mucho más rato contigo y además, tu erección no bajará.
— Eres un poco sádico.
— No... – sonrió Sasuke – sólo me gusta jugar y odiaría hoy si la diversión acabase demasiado pronto. Ya sabes que eres muy sensible, es mejor prevenir. Estoy deseando follarte de tantas maneras... – imaginó Sasuke todas las posturas y cosas que quería probar con él.
La vibración repentina en su miembro provocó que, finalmente, el dorso de Naruto se inclinase ligeramente hacia delante, que sus piernas se tensasen y un pequeño jadeo se escuchase.
— Por fin me dejas escuchar algo – sonrió Sasuke – pero esto sólo acaba de empezar.
¡Inaguantable! Eso era lo que Naruto pensaba que era aquello. Ya no sabía cómo acallar sus gemidos pese a que, hasta ahora, lo había podido hacer, sin embargo, con el tapón anal en su interior que le dilataba, ese anillo vibrador en su miembro que le impedía eyacular y sintiendo la punta del miembro de Sasuke jugando entre sus pezones y su boca, lo único que deseaba era que se la metiese de una maldita vez. El placer y las ganas de sentirle dentro y mucho más hondo de lo que llegaba ese pequeño tapón estaba siendo su perdición.
— Te ves un poco desesperado – sonreía Sasuke mientras seguía jugando con la punta de su miembro a recorrerlo por sus pezones dejando su propio líquido preseminal en ellos –. Creo que llegados a ese punto, harás todo lo que te pida, ¿no es así?
— ¿Qué narices quieres que haga? – preguntó Naruto retorciéndose en ese placer tan intenso.
— Quiero que seas mi linda mascota, por ejemplo... un hambriento y adorable conejito en celo – sonrió Sasuke como si eso fuera más una burla, aunque Naruto sonrió al entender las raras fantasías de su marido.
Viendo que Naruto entraría en esa dinámica, Sasuke soltó el agarre de sus manos aunque no quitó la venda de sus ojos. A Sasuke le gustaba esa visión que tenía frente a él. El tapón anal con cola de conejo que le había puesto le quedaba muy bien, aunque Naruto no pudiera vérselo ahora mismo y, para colmo, sacó de entre las cosas la diadema con las orejas para ponérselo en la cabeza. Había sido buena idea comprarlas. Llevaba un par de semanas planeando aquello y hoy encontró el día perfecto.
— Creo que ya estás listo – sonrió Sasuke al verle con esas orejitas y la cola.
— Entonces, amo... – susurró Naruto – permítame que cuide de su zanahoria.
Aquello sonrojó a Sasuke quien enseguida, liberó completamente las manos de Naruto del agarre de la mesa para que pudiera moverse algo. No esperaba que Naruto fuera a meterse en el papel tan rápido y mucho menos que fuera a hablar de zanahorias, pero sonrió al ver cómo Naruto se arrodillaba, guiado por su oído, frente a una silla donde Sasuke había tomado asiento y, apoyando una de sus manos en la rodilla y buscando su objetivo con la otra, tomaba su miembro para metérselo en la boca.
Lamía la punta y metía un poco su miembro para sacarlo de nuevo y volver a lamer con seducción. ¡Le volvía loco! Claro que lo hacía, Sasuke no podía dejar de mirar ese sonrojo en las mejillas de su marido mientras se comía su miembro con tal devoción. Impaciente como se encontraba ahora Sasuke ante la imagen, movió la cadera hacia arriba para introducir su miembro un poco más en la boca de Naruto. Su movimiento, subiendo y bajando, ayudaba a Naruto con su tarea, haciendo más o menos presión con sus labios y jugando con su lengua alrededor del miembro de su marido.
— Sigue así – susurró Sasuke retorciéndose en espasmos de placer –. Eres bueno, me follaría tu boca todos los días, ¡joder!
Sin previo aviso, esta vez fue Naruto el que soltó el agarre de Sasuke y se subió a horcajadas encima de él. Sus ojos seguían vendados, su rostro avergonzado y, sin embargo, llevó su mano hasta el tapón anal lleno de lubricante y se lo quitó.
— Tengo hambre – susurró Naruto en el oído de su esposo – mucha hambre, no seas malo y dé de comer a su querida mascota.
Sasuke sonrió antes de llevar su mano hasta la base de su miembro y agarrarla para posicionarla en la entrada de Naruto. Entró casi al instante en cuanto sacó el dildo, sobre todo, cuando Naruto, al sentir la punta, se impulsó hacia abajo para sentarse sobre él.
— Sí que estabas necesitado – sonrió Sasuke – pero quiero algo a cambio.
— Dime y lo haré.
— Mastúrbate para mí – sonrió Sasuke.
Naruto sonrió cuando agarró su miembro con una mano y empezó a darse placer él mismo a la vez que, con sus rodillas, se impulsaba de arriba a abajo para hundirse en el miembro de Sasuke. ¡El placer pronto lo desbordó! Y Sasuke observó aquella escena. Su amante le cabalgaba como nadie, jadeaba sutilmente y sabía que pronto eyacularía. El anillo en la punta de su miembro no dejaba de vibrar.
— ¡Ohhh, Sasuke! Más hondo, necesito más hondo – susurró de golpe Naruto lo que provocó que Sasuke se quedase helado. Ni en sus mejores sueños húmedos habría imaginado esa escena. Normalmente era él quien estaba en la otra posición.
Como un acto reflejo, ante lo que vivía, Sasuke se levantó de golpe de la silla donde estaba agarrando a Naruto para evitar que se cayese. Ante los movimiento bruscos, su miembro salió del interior de su marido pero aprovechó para tirarle en el colchón y obligarle a ponerse a cuatro patas para volver a entrar en él.
Mientras le embestía y escuchaba los leves jadeos de Naruto al agarrarse con fuerza a las sábanas, Sasuke aprovechó para, con una de sus manos que tenía en la cadera del menor para poder impulsarse, ponerla en el miembro de Naruto y quitarle ese anillo vibrador que le impedía eyacular.
Naruto suspiró aliviado. Finalmente podría eyacular ante el dolor que empezaba a sentir por el placer intenso, más ahora que sentía la profundidad absoluta del miembro de su esposo entrando en él con rapidez. Su ritmo era imposible de seguir, Naruto tan sólo dejó que le zarandeara como si de un muñeco se tratase hasta que, sin poder evitarlo, eyaculó esperando a que Sasuke terminase también. Apenas le costó unos minutos más que a él en un ritmo que no detuvo ni por un segundo.
Ambos cayeron en la cama, pero fue Sasuke, con la respiración terriblemente entrecortada, quien apartó la venda de los ojos de Naruto.
— Éste... es sólo el primero – sonrió Sasuke – descansemos un momento porque voy a empezar con la segunda ronda en breve.
Naruto sonrió terriblemente agotado.
— Tú lo dijiste, hoy soy tu juguete, haz todo lo que quieras conmigo.
— Entonces prepárate, mañana no podrás ni moverte de las agujetas.
Los dos sonrieron pero tirados en la cama descansando, Sasuke abrió la palma de su mano para que Naruto pudiera entrelazar sus dedos con los suyos. Sin duda alguna, casarse fue lo mejor que hicieron y ninguno se arrepentía de ello. Le doliera a quien le doliera, ellos se amaban y disfrutaban de cada segundo juntos.
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