Sangre

Destructor, por su parte, comenzó a prestarle mas atención a la tortuga de bandana azul. La aparición de Demien no era casualidad; si no fuera porque es hijo de su mayor enemigo, ya seria su segundo al mando y llegaría al extremo de llamarlo hijo.
- Shinigami - dijo Destructor viendo como la mencionada hacia una reverencia - Quiero que lo investigues, debe haber algo que pueda usar en su contra.
Vio como su soldado se retiraba y volvió a hundirse en sus pensamientos. Su mente era un espacio en blanco en el que, eventualmente, agregaba cosas. De golpe, se encontraba en una habitación roja y negra con una persona debajo de una sabana en medio del cuarto.
- No lo hagas - dijo una voz aguda, como la de un niño - No te enfrentes a el.
- ¿Hablas de esa tortuga? - dijo Destructor restando importancia al asunto.
- Ese mismo - dijo el niño debajo de la sabana - Solo juega contigo, lo hace con todos. Al final, se aburre y termina el juego.
- No creo que sea tan malo - dijo Destructor dándole la espalda al niño.
- Tu no lo conoces, no como los otros - dijo en niño rodeado de mas personas bajo sabanas - Es malvado aunque veas lo contrario, muchos se han convertido en sus victimas. Nadie se mete con el por miedo a lo que les puede hacer, los pocos que lo han hecho terminaron locos, hospitalizados e incluso muertos.
Destructor miraba impresionado al niño bajo la sabana y noto que estaba acompañado; de golpe, las sabanas comenzaron a teñirse de rojo y a caer de sus propietarios. Destructor se quedo helado: debajo de las sabanas, había hombres no humanos con cortadas profundas, puñaladas y uno que otro con la cabeza en la mano.
- Esto es lo que pasa cuando te metes con quienes no debes - dijo el niño quitándose la sabana, era Leo pero tenia la apariencia de un niño de 8 años - Debes ser precavido, el puede matarte cuando quiera. Ahora, es momento de que despiertes.
El pequeño Leo saco una navaja que escondió detrás de su espalda y la inserto en el abdomen de Destructor. El mencionado, despertó sintiendo su abdomen humedecido. Coloco su mano y en ella vio un liquido carmesí, era sangre.
Continuara...

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