3O; TORMENTO
𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍
❝TORMENTO❞
ADVERTENCIA: CAPÍTULO MÁS EXTENSO DE LO NORMAL Y CONTENIDO DELICADO
SI ERES SENSIBLE AL LEER SOBRE ABUSO SEXUAL, TE RECOMIENDO NO LEER A PARTIR DEL SEGUNDO (...) HASTA EL TERCERO QUE ES DONDE ACABA
SIN MÁS, PUEDEN COMENZAR A LEER
Jonghyun llegó a su casa cerca de la medianoche, ya que había estado junto a Hyesoo y Hyeongjun, los cuales lo invitaron a cenar y no dudó en aceptar. Para sorpresa de él, llegó Jaesang, que se sorprendió de verlo y este no pudo evitar tensarse ya que ni el adolescente, ni él, sabían que estaba comenzando una relación con Hyesoo.
No sabía cómo se lo tomarían, pero aún se sentía nervioso por eso, y Hyesoo más al no saber qué sentía por el pelilargo, por lo que quería esperar un poco de tiempo antes de que lo supieran. Jaesang no dudó en agradecerle todo lo que había hecho por él ya que Jaewook decidió darle otra oportunidad. Jonghyun había ayudado a que su padre comprendiese mejor la situación y, para su sorpresa, Jungkook también opinó que debería dársela. Aunque se le hizo demasiado extraño, no quiso indagar en su gran cambio de opinión porque quería más que nada ayudar al padre de Hyesoo.
Jonghyun, al salir del departamento, fue acompañado por Hyesoo, sintiendo cómo la tensión aparecía al volver a estar solos luego de horas. No comprendía porqué ella parecía estar tensa la mayoría del tiempo, por lo que se decía que quizás debía acostumbrarse al hecho de que ahora estaban juntos.
A él a veces le costaba hacerlo, pues la única persona que había ocupado anteriormente ese puesto solo había sido Haesun. Aquella fémina que lo había enloquecido de todas las maneras posibles, sacando en un principio su mejor versión, pero que acabó también sacando la peor.
Una versión que siquiera él conocía y, ahora, le aterraba.
Este había dejado un pequeño beso sobre los labios de la castaña, para luego envolverla en sus brazos. Cerró los ojos apoyando la barbilla en su cabeza, deseando esta vez poder ser mejor. No cometer los mismos errores.
Y es que, aunque intentase ocultarlo, estaba aterrorizado. Su corazón estaba llenándose de ilusiones de nuevo mientras escuchaba la voz de su cabeza gritarle que no debía. Pero él quería permitírselo, para así demostrarse que no era realmente ese monstruo.
—Hasta que llegas —escuchó una voz masculina, la cual le hizo sobresaltar.
Este volteó intentando divisar la silueta de su padre porque las luces estaban apagadas, pero Jaewook las encendió, por lo que pudo verlo con claridad.
Jaewook llevaba su cabello desordenado, echado hacia atrás con unos pocos mechones cayendo por su frente, su camisa blanca abierta enseñando un poco su pecho, pantalones negro y zapatos del mismo color.
En su mano podía ver un vaso de whisky con cubos de hielo, al cual le dio un gran sorbo casi acabándolo por completo. Por su manera de actuar, podía darse cuenta fácilmente de que no estaba en sus cinco sentidos, además de que por su rostro era notable que cargaba con un gran estrés.
—¿Tú acabas de llegar? —preguntó arrugando levemente la frente.
—Hace como una hora.
—¿Saliste tarde del trabajo?
—No. Quise ir a un bar con Seokjin —respondió dirigiéndose al sofá pequeño.
—Oh, perfecto —dijo por lo bajo—. ¿Y mis hermanos?
—Jungsuk ya no vive aquí, Jonghyun —recalcó amargo, por lo que este suspiró frustrado.
—¿Y Jungkook?
—Doyeon me ha dicho que no sale de su habitación.
—¿Qué le sucede?
—Tú deberías saberlo, ¿no crees? —preguntó cínico, por lo que este rápidamente se colocó frente a él.
—Sabes perfectamente que ya no me llevo con él, menos luego de lo que le hizo a Jungsuk —espetó molesto—. Por mí, Jungkook puede pudrirse en su habitación.
—Pues, ¿qué pensaba el imbécil de tu hermano? ¿Qué podía seguir viéndome la cara de idiota toda la vida? —cuestionó endureciendo sus facciones.
—¡Si nunca se atrevió a decirlo fue por esta razón, papá! ¡Sabía que lo rechazarías!
—Entonces, ¡debió haber seguido con esa chica con la que estaba!
—¡¿Qué demonios quieres de nosotros?! —preguntó agotado, por lo que este se levantó rápidamente para acercarse a él.
—Solo quiero unos hijos que me hagan sentir orgulloso y pueda presumir.
—¡Jungsuk siempre intentó hacer todo para hacerte sentir orgulloso! ¡Ni siquiera le gusta lo que estudia, pero lo hace por ti! —apuntó entre dientes.
—Pues, debió haber hecho lo mismo con ese gusto en particular que tiene.
—¡¿Cómo puedes querer que reprima toda su vida su sexualidad, papá?! —cuestionó indignado.
—Me importa un carajo, Jonghyun —admitió agrio antes de acabar su vaso—. Y ya no quiero seguir hablando de esa decepción, así que, dime —exigió acercándose a él—, ¿dónde estabas?
—¿Qué importa? Me iré a dormir —dijo en seco con la intención de dirigirse hacia su habitación.
—Estabas con esa tal Hyesoo, ¿no es así? —soltó un risa amarga y él se detuvo.
—Si es así, ¿qué? —volteó a verlo alzando una ceja.
—Sabes que esa no es una buena mujer para ti.
—Tú no la conoces.
—¿No crees que con el hecho de que no esté a nuestro mismo nivel y haya estado con tu hermano, no dice más que suficiente? —examinó alzando una ceja.
Jonghyun podía sentir su pecho subir y bajar por su respiración que se había vuelto pesada, mientras se acercaba a paso lento y amenazante a su padre.
No soportaba el hecho de que siempre pensara que podía elegir con quién ellos podían estar. Y el que tuviese que mencionar que anteriormente estuvo con Jungkook, lo volvía loco. Una parte de él sabía que tenía toda la razón, pero la otra estaba completamente cegada por aquella fémina, por lo que no iba a permitir que su padre intentara meterse en su cabeza.
—Me importa un carajo.
—Ella no tiene clase para estar con un Jeon —recalcó amargo—. Sería una vergüenza que la llevaras a las cenas de negocios...
—Tú no vas a elegir por mí, papá.
—¿Por qué vuelves a cegarte por amor, Jonghyun? Sabes que no es bueno para ti.
Este dio otro paso más hacia adelante, mirando desafiante a su padre, pero el sonido de unos toques desesperados en la puerta, provocaron que ambos fijaran su atención allí.
—¿Quién carajos podría ser a estas horas?
Jonghyun no respondió ante la pregunta de su padre, pero al también tener curiosidad, se dirigió hacia la puerta.
—Ya, ¡estoy yendo! —alzó la voz frustrado al volver a escuchar esos golpes desesperados.
Este apresuró el paso completamente frustrado por el hecho de que los golpes no se detuvieran, siquiera por escuchar su voz, pero al abrir, arrugó el rostro desconcertado al encontrarse con Jimin. Tenía su cabello rubio desordenado, en su rostro una expresión de desespero y sus ojos cristalinos, hasta parecía estar temblando.
—¿Jimin? ¿Qué haces aquí? ¿Y Jungsuk? —preguntó comenzando a preocuparse al no verlo a su lado—. ¡Habla!
—J-Jungsuk...—su voz salió débil y temblorosa.
—¡¿Pasó algo con Jungsuk?! ¡Dime! —exigió alzando la voz, lo cual llamó la atención de su padre.
—¡¿Quién rayos es, Jonghyun?! —preguntó su padre, comenzando a acercarse.
—Creo que pasó algo con Jungsuk —informó volteando a verlo.
—¿Qué? ¡¿Qué rayos pasó ahora con él?!
—¡Habla de una vez, Jimin! —ordenó frustrado, sintiendo cómo sus latidos se aceleraban.
—J-Jungsuk... Jungsuk acaba de llamarme para... Para decirme que...
—¡Habla, carajo! —exigió Jaewook, ya que este se detuvo para sollozar.
—¡Jungsuk cree haber matado a Seokjin! —soltó rompiendo en llanto.
Jonghyun y Jaewook se miraron con sus ojos abiertos a la par por la sorpresa, sin comprender nada. Y es que era completamente desconcertante que de un momento a otro, Jungsuk pudiese hacerle algo así a Seokjin, cuando los trillizos lo veían como un tío y para ellos ese hombre era un amor de persona.
—¿De dónde rayos has sacado eso? ¿Estás jugando con nosotros? ¿Quieres dinero? —preguntó entre dientes tomándolo de la chaqueta, provocando que este jadeara del temor.
—¡Jungsuk me lo dijo!
—¡¿Y dónde diablos está ese idiota?!
—¡No lo sé! ¡He intentado volver a comunicarme, pero ya no contesta! —respondió sollozando.
Jaewook lo soltó bruscamente, provocando que este cayera al suelo de trasero, mientras Jonghyun sacaba el celular rápidamente de su chaqueta para intentar marcar su número, aún sintiendo sus latidos acelerados. Estaba desesperado y el confirmar que Jungsuk no atendía, lo desesperaba más, haciéndole pensar que las palabras de Jimin podían ser ciertas.
—¡Vamos! ¡Busquemos en la casa de Seokjin! —ordenó Jonghyun.
Jonghyun corrió junto a Jaewook al coche de este, mientras el rubio aún en el suelo, los observaba sollozando, lleno de preocupación de que pudiese ser cierto.
Los Jeon estaban desesperados, aún intentando procesar lo que había dicho Jimin, porque no eran capaces de saber qué podría haber pasado para que pudiera hacerle algo como eso a Seokjin.
Jonghyun, el cual era el que conducía, pisó más el acelerador, sin llevarse queja alguna de su padre al querer llegar lo antes posible y comprobar que nada había sucedido.
Deseaba más que nada creer que su compañero, Park Jimin, había mentido.
(...)
Al llegar a la casa del castaño, ambos se tensaron al ver el coche de Jungsuk, pero Jonghyun aparcó rápidamente sin importarle hacerlo bien. Ambos bajaron rápidamente del vehículo, corriendo hacia la entrada de la casa y, Jonghyun al llegar primero, vio la puerta entreabierta. Al girar la cabeza para ver a su padre, notó cómo parecía tenso, pero le indicó que entraran de una vez.
Cuando empezaron a adentrarse de manera cautelosa, pudieron escuchar unos pequeños sollozos agudos, lo cual provocó que el temor creciera para ambos. Siguieron acercándose, adentrándose al living, sintiendo cómo la sangre abandonaba sus cuerpos al ver a Jungsuk con sus manos ensangrentadas y apoyadas en el suelo, inclinado hacia adelante, sollozando. Mientras al lado de él, se encontraba el cuerpo de Seokjin, con su rostro ensangrentado.
Jonghyun sintió cómo se estremecía y no era capaz de reaccionar, mientras que Jaewook no sabía qué hacer o decir, pero sentía que se llenaba de rabia.
—¡¿Qué diablos hiciste, Jungsuk?! —gritó provocando que este se sobresaltara, mirándolo aterrorizado.
Se acercó rápidamente al cuerpo de su mejor amigo, colocándose en cuclillas, inclinándose hacia adelante mientras llevaba la mano a su cuello para tomarle el pulso. Al sentirlo, aunque débil, el alivio lo envolvió por un momento.
—¡Llama a la ambulancia! —ordenó volteando a ver a Jonghyun, que seguía atónito—. ¡Ahora!
—¡No lo hagas! ¡La policía vendrá por mí! —exclamó desesperado, Jungsuk.
—¡¿Cómo pudiste hacer algo así, maldito imbécil?! —preguntó enfurecido, acercándose a Jungsuk, para comenzar a golpearlo en la cabeza mientras este se cubría sollozando. Jonghyun, con el celular en su mano por no saber si llamar o no, observaba aquella situación tragando con dificultad ya que le traía recuerdos que intentaba olvidar—. ¡Quieres arruinarnos aun más! ¡Eres un idiota!
—¡Basta, por favor! —pidió entre sollozos, aunque el dolor que le provocaba sus golpes no eran nada comparados al que sentía por dentro.
—¡Eres un maldito inservible! ¡Debería dejarte que te encierren por esto! —escupió separándose mientras Jungsuk bajaba la cabeza intentando recuperar el aliento, sintiendo su rostro y cabeza arder—. ¡¿Cómo pudiste hacerle algo así a Seokjin, luego de todo lo que ha hecho por ustedes?! ¡Dime! —al no recibir respuesta alguna más que un sollozo, se acercó para abofetearlo—. ¡Juro por Dios, que esta vez dejaré que las cosas se hagan como se debe! ¡No pienso intervenir por ti! ¡Eres una maldita vergüenza! ¡¿Cómo carajos se te pudo pasar por la cabeza hacerle algo así a Seokjin?! ¡¿Cómo?!
Jaewook se acercó con la intención de volver a golpearlo mientras este se alejaba aterrorizado, pero una voz los hizo sobresaltar.
—¡Papá, basta! ¡Lo hizo por mí!
Estos al escucharlo, giraron a ver a Jungkook, el cual tenía su respiración pesada, sus ojos hinchados y enrojecidos, mientras parecía temblar.
Jonghyun se acercó mirándolo desconcertado, para luego ver a Jungsuk, el cual sollozó volviendo a inclinarse hacia adelante sin ser capaz de mirarlo.
Jimin, al verlos marcharse, no dudó en entrar para subir a la habitación de Jungkook, el cual todavía seguía recostado y siendo abrazado por Aeri. Al escuchar al rubio decirle lo que había sucedido, se quedó atónito por un momento, intentando procesar la situación, hasta que quiso golpear a Jimin por haberle confesado algo así a su hermano, pero la pelinegra había ayudado a calmar la situación.
En ese momento, le pidió que se llevara a Aeri a su departamento porque debía enfrentar la situación y ayudar a su hermano, ya que sabía perfectamente que lo que hizo sería motivo suficiente para que su padre no hiciera nada por él.
—¡¿Por ti?! —preguntó cínico—. ¡¿Tú se lo pediste?! ¡¿Qué rayos está pasando?! ¡¿Por qué me hacen esto?! ¡¿Quieren acabar conmigo?!
—¡Esto no se trata de ti, carajo! —escupió mientras las lágrimas brotaban y empuñaba las manos intentando tomar la valentía necesaria, a pesar de estar temblando de miedo, de nervios.
—¡¿Cómo....?!
—¡Seokjin abusó de mí, papá! —confesó alzando la voz.
—¿Q-qué carajos acabas de decir? —preguntó su padre, acercándose a paso lento.
Jonghyun no era capaz de reaccionar y giró a ver a Jungsuk, confirmándolo al verlo devastado, por lo que sintió cómo un nudo se formaba en su garganta.
—¡Lo hizo cuando tenía trece años y no solo una vez! —dijo rompiendo en llanto—. ¡Jungsuk se enteró y por esa razón hizo ésto!
Jungkook miraba con temor a su padre, con temor de que no fuese capaz de creerle al haber pasado años, y más cuando este volteó, pero al escucharlo soltar un grito por la rabia mientras se cubría el rostro, se sintió estremecer.
—¡Maldito desgraciado! —gritó enfurecido.
Jaewook quiso dirigirse rápidamente al cuerpo de Seokjin, sin importarle que estuviese inconsciente en el suelo, por lo que Jonghyun rápidamente lo tomó intentando impedirlo, pero su fuerza era demasiada. Jungsuk se levantó con algo de dificultad, para así acercarse y ayudar a Jonghyun a retener a su padre que gritaba lleno de rabia y con sus ojos cristalinos.
—¡Papá, basta, por favor! —pidió con la voz rota, Jonghyun.
—¡Déjenme! ¡Tiene que pagar!
—¡De eso ya se encargó Jungsuk! ¡Podrás hacerlo tú luego, pero no aquí! ¡No al frente de Jungkook!
Jaewook acabó dándose por vencido, cayendo de rodillas mientras rompía en llanto, provocando que Jonghyun y Jungsuk se colocaran en cuclillas, soltándolo.
—¡¿Cómo pudo hacer algo así?! ¡¿Cómo pude permitir que se quedara con ustedes?! —gritó lamentándose mientras se cubría el rostro con una de sus manos, inclinándose hacia adelante—. ¡Era mi mejor amigo! ¡Mi hermano! ¡Confié en él! ¡Oh, Dios! ¡¿Qué hice?!
Sus hijos jamás lo habían visto de esa manera, siquiera cuando Minseo se marchó. Jungkook jamás pensó de que al confesarlo pudiese creerle, como también dolerle, lo cual hizo que sintiese su corazón encogerse y no sea capaz de mirarlos.
Jungsuk apoyó la cabeza en el hombro de su padre, mientras sollozaba sintiendo su dolor, y Jonghyun, el cual estaba temblando intentando contenerse, no pudo resistirlo más, por lo que desviando la mirada rompió en llanto.
Jaewook, al darse cuenta de que no podían seguir así, les ordenó que se marcharan para que él pudiese encargarse de la situación. Jonghyun no estuvo para nada de acuerdo, pero su padre juró no hacerle nada en ese momento, por lo que acabó aceptando marcharse.
Los trillizos salieron de la casa y cuando Jonghyun le pidió la llave de su coche a Jungkook, para así poder conducir, este se negó diciendo que estaba bien. El mayor no quiso insistir, ya que giró a ver a Jungsuk que estaba aún temblando, intentando limpiarse las manos en el suéter que llevaba.
Por su cabeza no dejaba de repetirse el momento en que vio a Seokjin, cómo este le sonrió algo emocionado de verlo en su departamento al pensar que podría haber cambiado de decisión y se quedaría con él. Recordaba cómo lo abrazó, cómo se sintió estremecer al estar entre sus brazos, sentir cómo la colonia costosa que usaba se colaba por sus fosas nasales, y su sangre hervía al imaginar cómo pudo arruinarle la vida a su hermano.
Pero aún le costaba recordar cómo cuando se separó, fue capaz de golpearlo, haciéndole perder el equilibrio para abalanzarse sobre él. La manera en la que sus puños impactaron una y otra vez contra su rostro, mientras lo insultaba y su visión se volvía nublada por las lágrimas. No era capaz de escucharlo gritar que se detuviera porque, en ese momento, tan solo quería acabar con él.
Jonghyun, al ver su mirada cristalina, llena de miedo y desesperación, decidió conducir el coche de su hermano, porque sabía que no estaba para nada en condiciones de hacerlo, ya que debía estar recordando ese momento. Además, sabía que se necesitaban más que nunca y que este no iría a casa con ellos, así que conduciría para llevarlo aunque se negase, dejándole su coche a su padre.
(...)
Jaewook se había encargado de llevar a Seokjin al hospital, diciendo que habían intentado asaltarlo y se lo encontró de esa manera. Al encontrarse con el Doctor Yoon, el cual era de su entera confianza, le pidió que le informara en cuanto este despertase.
Pues, Seokjin solo tenía a su hermano, el cual seguía en Estados Unidos, así que era un hombre solitario que solo pasaba tiempo con alguna que otra mujer, por lo que allí en Seúl la única persona que tenía de confianza era Jaewook.
Sabía perfectamente que la policía le tomaría la declaración a Seokjin, por lo que ya ansiaba poder encargarse de la situación. Aún no podía creerse para nada que horas atrás estuvo junto a él, compartiendo bebidas, como también risas y anécdotas.
Hasta había sentido cómo en esos años que pasaron, extrañó tanto aquel hombre que era como su hermano. El solo hecho de recordarlo, hacía que sintiese su sangre hervir.
Ahora se encontraba sentado en el sofá, junto a sus tres hijos. Jungkook sentado en medio, inclinado hacia adelante con sus brazos colocados en las piernas, mientras a su lado estaba él y a su otro lado Jonghyun y Jungsuk, el cual seguía intentando procesar lo que había hecho.
—Jimin subió a contarme lo que sucedió, por eso llegué allí —comentó con voz débil, Jungkook.
—C-cuéntame... Cuéntame qué sucedió, Jungkook —pidió su padre con un ligero temblor en la voz, apoyando la mano temblorosa en el brazo de este.
—Solo hazlo si sientes que puedes —intervino con voz suave, Jonghyun.
—Es que no... No puedo entenderlo —confesó Jaewook, negando con la cabeza y sus ojos cristalinos.
Jungkook mordió ligeramente su labio inferior que temblaba mientras las lágrimas empezaban a brotar al recordar esa tarde. Esa tarde que se había convertido en un infierno, que se volvería un recuerdo que lo atormentaría por toda su vida.
—Yo... Yo solo confié en sus palabras. Confié en que jugaríamos como siempre —explicó con un hilo de voz—. Seokjin... Él me llevó al ático, papá.
Jungkook rompió en llanto bajando la cabeza mientras se inclinaba hacia adelante, y su padre sintiendo sus lágrimas brotar, lo envolvió en sus brazos. El mayor sollozó negando con la cabeza y se cubrió el rostro con las manos, aunque el de piercings seguía contando, perdiéndose en los recuerdos.
Volvía al pasado, cuando su niñez era tan buena, era tan feliz. Tenía todo lo que quería y más, así como muchos deseaban. Pero volvía al día en que estaba enfermo para ir al colegio, por lo que se quedó solo junto a la servidumbre. Estaba tranquilamente en la cocina junto a Doyeon, conversando animadamente, hasta que sintió cómo lo tomaban de la cintura, provocando que se levantara del taburete chillando por la sorpresa.
Al escuchar la carcajada y gruesa voz que fingía Seokjin, se relajó soltando una risotada mientras la servidumbre sonreía con dulzura al verlos. Ella les informó que saldría a encargarse las plantas del jardín trasero, por lo que Seokjin le dio el permiso de marcharse.
Jungkook, en ese momento, estaba feliz de haber faltado al colegio porque eso significaba que, sorpresivamente, pasaría tiempo junto a su persona favorita, sin tener que pelear con sus hermanos para tener toda su atención. Seokjin era esa persona para él, pero no solamente por los obsequios costosos que les hacía, sino porque este parecía jamás cansarse de que se la pasara hablando y parecía entenderlo muy bien.
Le daba la atención que, últimamente, su madre ya no, por estar fuera de casa todo el tiempo, al igual que tampoco su padre, que parecía comenzar a pasar más tiempo en la Empresa. Ahora los trillizos solamente peleaban más por la atención de Seokjin.
«¿Qué quieres hacer, mi niño favorito?»
«¡Juguemos a corre que te pillo!»
«Pero tu padre me dijo que estás enfermo. No puedes correr, Jungkook»
«Oh, está bien. Pero aquí solo tenemos el juego de Quién es quién, y no me gusta jugarlo porque nunca adivino»
«¿Y los demás juegos? Tenían demasiados»
«Jungsuk y Jonghyun los guardaron en el ático porque dicen que ya estamos grandes»
«Entonces, ¿no quieres que elijamos uno de esos?»
«Siempre subo a jugar solo, así que sí quiero jugar contigo, tío Jin»
«Ven, subamos al ático a jugar, mi niño favorito»
Jungkook no dudó en aceptar emocionado porque podría volver a tener un compañero de juegos sin importarle que dijeran que ya estaba grande. Había tomado su mano para subir las escaleras y dirigirse al ático, aún con una gran sonrisa en su rostro mientras subían las escaleras.
Este había sido el primero en subir, mirando las cajas que había a su alrededor. Estaba realmente emocionado, pensando cuál de todos los juegos elegiría para jugar con su "tío" Seokjin. Pero jamás esperó que aquella tarde, pudiera acabarse convirtiendo en su tormento al escuchar las palabras de su tío, que provocaron que se estremeciera y quisiera huir, sintiendo sus latidos acelerados.
«Juguemos a algo nuevo. Tú sólo tendrás que dejarte llevar e intentar no gritar, ¿está bien, mi niño favorito?»
En ese momento que lo escuchó decirlo en su oído, sintiendo las manos por su cintura, su cuerpo supo rápidamente que estaba en peligro, pero su mente no comprendía el cómo. Aun así, quiso huir, pero este lo tomó con fuerza, cubriendo su boca con la mano para impedir que gritase.
El ático se había convertido en el peor lugar para Jungkook. Un lugar en donde aún podía escuchar los gritos ensordecedores, el llanto desconsolado, los golpes que recibía para que se callase porque la mano de Seokjin no bastaba.
Nunca nadie podría comprender el terror que sintió al creer que jamás saldría de allí, mientras le arrebataban su inocencia a su corta edad, como la esperanza, abusando de su ser.
Su adolescencia acabó volviéndose un infierno, pero a medida que pasaron los años, su vida fue aun peor. Seguía viviendo un infierno en su casa al tener allí el lugar en dónde sucedió todo, al llorar con ardor sintiéndose asqueroso.
Había comenzado a desear morir por no poder gritar lo que le empezó a hacer su tío, porque había comprado su silencio con los golpes y las amenazas.
«Más te vale callarte, Jungkook, porque no quieres que se lo haga también a tus hermanos, ¿verdad?»
«P-por favor, no...»
«¡Entonces, vas a cerrar tu jodida boca! No dirás absolutamente nada, si no quieres que ellos sufran mucho más y se los haga enfrente de ti.»
Y cuando esa noche su madre vio su ropa con sangre, él rompió en un llanto desconsolado, pero ella le prohibió hablar. La culpa la había invadido, sintiéndose la peor de las madres porque ella prefirió estar con su amante antes que con su hijo.
Jungkook, en ese momento, cuando Minseo salió de la habitación, abrazó la almohada con fuerza mientras lloraba desconsoladamente, lleno de dolor, creyendo que estaría mal si hablaba.
Ahora sentía cómo era abrazado por su padre, por su hermano mayor, mientras él sollozaba desconsoladamente. Se sentía liberador poder decirlo luego de tantos años y sentir el apoyo de su familia, pero a la misma vez sentía que seguía en ese jodido bucle.
Una y otra vez todo volvía a suceder, como si aún lo estuviese viviendo, como si otra vez no fuese capaz de moverse. Era como si estuviese otra vez en ese ático, porque los recuerdos lo llevaban a eso.
—Juro que pagará. Te juro que pagará el daño que te ha hecho, Jungkook —advirtió sollozando su padre mientras dejaba un beso en la coronilla de su cabeza.
—Lamento que hayas tenido que guardar eso todos estos años —habló entre lágrimas, Jonghyun—. Carajo, lo lamento tanto.
—Ya nada va a volver a atormentarte —aseguró por lo bajo, Jaewook—. Lo juro, hijo.
Este sollozó deseando poder confiar en sus palabras, aunque lo dudaba demasiado, porque estaba seguro de que esos recuerdos jamás los olvidaría. Seokjin lo había marcado de todas las maneras, lo llenó de odio, de rencor, de miedo, de dolor.
Estaba seguro de que jamás podría ser capaz de salir de ese hoyo, donde seguía teniendo trece años, sintiéndose frágil y débil como para defenderse.
Jonghyun unió a Jungsuk al abrazo, por lo que se mantuvieron así por unos minutos, hasta que Jaewook les dijo que debían descansar. Jungsuk fue el primero en levantarse ya que sabía que su padre no lo quería allí, así cómo él tampoco quería estar a pesar de tener sentimientos encontrados.
—Ya me iré, no te preocupes —hablo Jungsuk, sorbiendo su nariz.
—¿Qué? No —intervino limpiando sus lágrimas, Jonghyun—. Luego de la noche que hemos tenido, deberías quedarte. Tendríamos que volver a unirnos como familia porque nos necesitamos más que nunca.
Jungsuk, con sus facciones endurecidas, observó a su padre, el cual limpiaba sus lágrimas bruscamente mientras pensaba en sus palabras, intentando poder calmarse ya que seguía demasiado afectado por lo que acababa de descubrir. Detestaba el darse cuenta que nunca llegó a sospecharlo, que nunca pudo hacer algo a tiempo por Jungkook. Y ahora era capaz de entender el porqué aquel cambio que dio, dejando de ser ese hijo que era la luz de sus ojos.
—Si quieres quedarte, puedes hacerlo —comentó apoyando la mano en la cabeza de Jungkook para acariciar su cabello corto, mientras él seguía sentado inclinado hacia adelante con sus lágrimas aún brotando silenciosamente—. Iré a recostarme un poco, antes de que me llame el Doctor. Tú también deberías descansar, ¿sí? —murmuró con suavidad para Jungkook, el cual asintió sorbiendo su nariz—. Si necesitas algo, solo dime al instante.
—Gracias, papá —su voz salió débil, y él dejó otro beso en la coronilla de su cabeza mientras Jungkook tomaba con fuerza la mano que dejó sobre su hombro.
—Descansa, hijo.
Comenzó a caminar hacia las escaleras aún procesando todo lo sucedido, ignorando por completo la mirada de dolor de Jungsuk, que apretaba a la vez con fuerza su mandíbula.
—Jungsuk...
—Me iré.
—Pero dijo que...
—Lo dijo por obligación, no porque realmente me quiera aquí de nuevo —espetó indignado—. Estoy agotado, así que solo... Solo necesito volver con Jimin.
—Está bien. Envíame un mensaje cuando llegues.
Este asintió y miró a Jungkook, el cual seguía en la misma posición, sorbiendo su nariz e intentando calmarse. Tuvo el impulso de acercarse, pero decidió empezar a caminar hacia la puerta.
—Espera, Jungsuk —habló levantándose.
Jonghyun los observó por un momento, notando cómo Jungsuk lo miraba interrogante mientras Jungkook se limpiaba las lágrimas, inhalando y exhalando para poder hablar.
Sabía perfectamente que Jungsuk no parecía querer ceder porque seguía molesto, a pesar de lo que hizo por él, por lo que no iba a permitir que esa noche discutieran.
—Jungsuk...
—Olvídalo. No quiero hablar, Jungkook.
—¡No! —intervino Jonghyun—. No vamos a discutir esta noche. Carajo, ¡¿cómo con esta situación, aún pueden ser capaces de querer seguir con este odio?! —preguntó exaltado.
—¿Tú cómo puedes pensar que hay alguna maldita posibilidad de estar bien? —cuestionó agrio, Jungsuk—. Jungkook le confesó a papá que estoy con Jimin, sin importarle en absoluto que él jamás pueda aceptarme —recalcó mirándolo con las facciones endurecidas, observando cómo sus lágrimas brotaban pareciendo arrepentido—. Y ti no te importa follarte a su exnovia. Nunca volveremos a ser los mismos. Acéptalo de una vez.
—Jungsuk, no es necesario mencionarlo —habló incomodo
—¡Piensan que podemos esconder toda la basura bajo la alfombra, y luego actuar como si nada, pero no es así, carajo! —masculló molesto—. ¡Este es el maldito problema! ¡Nunca asumen la responsabilidad de lo que nos hacemos, porque creen que estamos obligados a perdonarnos por ser hermanos, pero ya no quiero eso!
—¡Solo quiero que estemos unidos! ¡Esto debería lograrlo!
—Lo siento, Jungsuk —dijo con un hilo de voz, Jungkook—. En verdad... Lo siento tanto.
Jungsuk soltó una risa cínica, desviando la mirada, pero Jonghyun los tomó a ambos de los hombros para abrazarlos, lo que hizo que el menor quisiese soltarse al no soportar aquella cercanía, lo que fue en vano porque el mayor tenía más fuerza. Acabó dándose por vencido a pesar de la incomodidad, sintiendo cómo Jungkook, sorpresivamente, lo abrazaba aún sollozando. Pero eso no lograba mover nada en él, que se mantenía con el semblante serio, sin abrazar a sus hermanos porque el rencor hacía su sangre hervir.
(...)
Jungsuk llegó al departamento de Jimin, el cual parecía seguir despierto, siendo consumido por la ansiedad. Al verlo, el rubio se olvidó de todo aferrándose a él, preguntándole qué sucedió, pero Jungsuk solo le dijo que necesitaba un baño, así que buscó en el bolso su ropa para pasar, ignorando cómo este insistía en saber.
Cuando Jimin lo vio salir y sus nudillos lastimados, se llenó de preocupación, por lo que no dudó en buscar el botiquín de primeros auxilios mientras que Jungsuk tan solo quería descansar.
Aun así, se sentó en el sofá, pasando los dedos por el cabello húmedo echándolo hacia atrás mientras Jimin tomaba su otra mano.
—Dime qué sucedió. No sabía si vendrías, no sabía nada sobre ti —dijo angustiado—. Por favor, necesito saber.
—Mi padre llevó a Seokjin al hospital —respondió desviando la mirada, soltando un pequeño gruñido al sentir el cómo desinfectaba las heridas en sus nudillos.
—P-pero... Pero ¿qué le hiciste?
—Solo lo golpeé. Mi padre se encargará de todo.
—¿Solo lo golpeaste? Jungsuk, ¡lo mandaste al hospital!
—Es lo mínimo que se merecía ese maldito desgraciado —masculló soltando otro gruñido por el ardor.
—¿Puedes golpear hasta mandar al hospital, pero no te aguantas que te desinfecten unas heridas? —cuestionó divertido, lo que hizo que Jungsuk lo mirase sorprendido, por lo que este bajó la mirada sintiendo cómo los nervios lo invadían—. ¿T-tu padre no se enojó contigo?
—Sí. Quería que me hiciera cargo de todo, aunque me encierren —respondió amargo—. Si no fuese porque Jungkook confesó todo, quizás, no estaría aquí.
—¿En verdad confesó? —lo miró asombrado y este asintió—. Oh, eso es bueno. Debe sentirse mejor después de todos los años que llevaba callándoselo...
—Ya, necesito descansar —dijo apartando su mano.
—No.
—¿Qué? Quieres que me vaya, ¿no es así?
—¡No! Claro que no —aclaró rápidamente desconcertándolo—. Quiero que hablemos, Jungsuk.
—Ya te conté lo que sucedió, Jimin.
—No quiero hablar de eso —suspiró masajeando su frente.
—¿Entonces?
—Quiero hablar de Haesun.
Al escuchar su nombre, no pudo evitar tensarse, sintiendo cómo su estómago se revolvía por los recuerdos, por lo que estaba negado a hablarlo por primera vez. Mientras que Jimin lo miraba interrogante, notando todo lo que provocaba en él.
—Voy a descansar —se levantó, pero este también lo hizo y se colocó en frente—. Jimin...
—Vamos a hablar, Jungsuk.
—¿Crees que después de toda la mierda por la que acabo de pasar puedo querer hablar de esto? —preguntó molesto.
—¿Y acaso en algún momento vas a querer hablarlo? —cuestionó observando cómo desviaba la mirada, sabiendo que eso jamás iba a ocurrir—. Al carajo, Jungsuk, vamos a hablarlo lo quieras o no.
Jungsuk negó con la cabeza repetidamente, deseando no tener que hacerlo, pero notaba que Jimin estaba realmente decidido, por lo que tragando con dificultad, se sentó en el sofá nuevamente. El rubio se sentó en la pequeña mesa, observando cómo este movía su pierna de arriba abajo, demostrando cómo la ansiedad estaba invadiéndolo.
—¿Puedes ser sincero conmigo, Jungsuk? —preguntó por lo bajo, aunque parecía más estarle rogando.
—No sé cómo hablar de esto porque siquiera yo lo entiendo —confesó con voz débil, conectando sus miradas.
—Tienes que intentarlo.
—¿Por qué quieres esto, Jimin? —examinó desconcertado.
—Porque quizás... Quizás aún hay una oportunidad para nosotros —respondió sorprendiéndolo.
—¿En verdad? Pero no va a gustarte lo que diré.
—Solo respóndeme con sinceridad —exigió frustrado. Jungsuk juntó las manos apoyando los brazos en las piernas, atento al rubio, como a la vez temiendo lo que pudiera llegar a preguntarle—. ¿Cómo empezó todo entre ustedes?
—N-no lo sé. Simplemente, ella empezó un día a mostrarse más interesada en mí, hasta me decía que yo era su trillizo favorito —respondió encogiéndose de hombros—. Pero... Pero supongo que todo empezó cuando me pidió que hiciera un retrato de ella y me dejó ver un poco —Jimin notó cómo desviaba la mirada como si recordase, por lo que sintió cómo su estómago se revolvía—. Y una tarde me besó. Juro que intenté apartarla, en verdad, pero... No me dejó.
—¿Qué sucedió luego?
—Empecé a experimentar con Haesun —confesó nervioso y bajó la mirada sintiendo sus mejillas arder—. Aún era virgen, Jimin.
—¿Qué? —preguntó asombrado, lo cual hace sentir más avergonzado a Jungsuk.
—Lo era, por eso ella me ayudaba a experimentar.
—¿T-te gustaba eso?
Jungsuk no pudo evitar perderse en los recuerdos, la manera en la que fueron poco a poco. La primera vez que ella se metió en su habitación cuando todos dormían, lo cual hizo que él se alterara por el miedo y quisiera echarla, pero lo besó.
Siguió intentando que se fuera, hasta que cuando menos se lo esperó, Haesun introdujo una mano dentro de sus bóxers, comenzando a tocar su miembro. Jungsuk hizo un sonido involuntario con la garganta, sin comprender bien qué era lo que estaba sintiendo, mientras ella seguía besándolo. Siguió con los movimientos, sintiendo cómo de a poco iba poniéndose duro al dejarse llevar, rompiendo aquel beso.
Aquella madrugada, Haesun bajó sus pantalones junto a sus bóxers, arrodillándose frente a él, lo cual hizo que este se negara, pero ella llevó el miembro a su boca. Jungsuk estaba realmente sorprendido y no sabía cómo actuar o qué estaba sintiendo, lo que lo llenaba de desesperación.
Ella pasaba la lengua por su glande, lo succionaba hasta empezar a introducir más su miembro, robándole un jadeo. Se ayudaba con su mano mientras iba aumentando sus movimientos, y Jungsuk cerraba los ojos echando su cabeza hacia atrás, decidiendo hacer sus pensamientos a un lado, para así dejarse llevar mejor.
Otra madrugada, Haesun entró volviendo a desesperar a Jungsuk, porque tenía tanto miedo de que pudiesen descubrirlos, además de que no comprendía qué sentía.
No entendía cómo de repente, ella parecía invadir su espacio y obligarlo a hacer cosas que no quería, que jamás había imaginado, pero terminaba dejándose llevar.
Ella se bajó las bragas, recostándose en el borde de la cama para así abrir las piernas provocando que, Jungsuk, al ver su feminidad, sintiese su estómago revolverse y desviara la mirada. Le pidió que se marchara, pero la rubia insistió en que debía hacerlo, así cómo ella le había dado sexo oral antes.
Jungsuk quiso negarse, pero Haesun decidió darle en el punto justo preguntándole si acaso era cierto lo que se decía de él. Tragando con dificultad, se arrodilló frente a la cama, por lo que se acercó más a él, el cual no quería observar, cerraba los ojos con fuerza acercándose cada vez más. Pasó la lengua una y otra vez, lo que hizo que Haesun soltara una risotada, diciéndole que no debía hacer eso.
«Tienes que usar la punta de tu lengua, Jungsuk»
Él había vuelto a cerrar los ojos con fuerza, deseando que se marchara de una vez, por lo que comenzó a obedecer a todo lo que le decía. Así fue, hasta que empezó a sentir cómo las caderas de ella se movían, mientras él succionaba despacio su clítoris.
Había comenzado a dejarse llevar, disfrutando de cómo parecía retorcerse de placer y tiraba de su cabello.
Así fueron pasando algunas tardes y noches, hasta que una tarde, Haesun ya no pudo seguir solo obteniendo sexo oral. Quería más, lo que llenó de temor a Jungsuk, el cual acabó desnudo por ella.
Esa primera vez jamás se la olvidaría, porque el sentir cómo sus paredes succionaban su miembro, la forma en la que se movía sobre él, lo había llevado a que sintiese que perdería la cabeza.
Lo había cegado por el placer, sin importarle en absoluto acabar a los pocos minutos, algo que hizo reír a Haesun, pero no le importó porque se trataba de su primera vez. Desde entonces, cada vez que se veían, Jungsuk necesitaba repetir, aprendiendo a tocar el cuerpo de aquella fémina, volviéndose así, adictos el uno al otro.
—N-no lo sé. Es decir... Hasta que ella llegó a mí, yo nunca me había fijado en una mujer, Jimin —confesó sorprendiéndolo—. Siempre me fijé en... Ya sabes.
—¿Hablas en serio?
—Varias veces me golpeaban, burlándose de mí, hasta me hacían comentarios haciéndome saber lo "raro" que era —explicó frustrado—. Una vez me golpearon tanto que terminé en el hospital porque, supuestamente, había mirado a la novia del "popular" del instituto. Pero la verdad era que...Siempre lo miraba a él —admitió por lo bajo, pellizcando su brazo por los nervios—. Siempre me sentí atraído por los hombres, hasta... Hasta que ella cambió eso. Y yo creí que ya no me volvería a suceder, que solo había sido una confusión, que era... Normal —hizo una mueca—. Lo seguí creyendo cuando apareció Aeri, pero tú... No sé qué demonios está mal en mi cabeza.
—Hey...—Jimin se colocó en cuclillas frente a él, acunando su rostro—, nada está mal, Jungsuk.
—Yo solo... Quería demostrarle que sí me gustaban las mujeres, aunque no quisiera hacer nada de eso —musitó cerrando los ojos.
—Lo hacías por obligación...
—No —respondió rápidamente—. Yo empecé a buscarla también, porque sentía la necesidad de...
—Cállate, Jungsuk —ordenó desviando la mirada al sentir que si seguía escuchándolo iba a explotar.
—No sé qué rayos me hacía, porqué no podía sacarla de mí cabeza. Me volvía loco, Jimin —confesó mirándolo desesperado—. Pero jamás quise traicionar a Jonghyun, lo juro.
—Está bien —asintió levantándose, pero Jungsuk lo tomó rápidamente de la muñeca.
—Jimin, en verdad...
—Necesito descansar.
—No. Dijiste que había una posibilidad, aunque te hice saber que no iba a gustarte lo que escucharas. Dime que hay una oportunidad...
—Ya no lo sé, Jungsuk —admitió sintiendo su estómago revolverse al recordar sus palabras e imaginarlos. Pero este tiró de su brazo, logrando que volviera a colocarse en cuclillas, por lo que lo tomó del rostro.
—Por ella no sabía qué sentía, pero por ti sí lo sé —aseguró acariciando sus mejillas con los pulgares—. Estoy enamorado de ti. Solo a ti te he permitido entrar...
Abrió los ojos a la par, intentando procesar aquella confesión, notando cómo lo miraba desesperado porque le creyera. Jungsuk observaba el brillo de ilusión en sus orbes mieles, veía su pequeña nariz, sus mejillas sonrosadas, sus labios esponjosos que humedeció intentando hablar, pero las palabras no salían de él.
—No me alejes de ti, Jimin.
No sabía qué decir o qué hacer porque necesitaba procesar sus palabras, ya que tampoco comprendía qué estaba sintiendo por Jungsuk. Pero él capturó sus labios en un beso intenso, haciendo presión con sus labios y lengua, exigiéndole que le correspondiera mientras Jimin se debilitaba, olvidándose de todo por completo.
Jungsuk comenzó a levantarse de manera temblorosa sin romper aquel beso que tanto había necesitado. Era un beso lento y suave que hacía que el rubio sintiese seguridad de sus palabras, por lo que empezaron a dirigirse hacia su habitación.
El pelinegro rompió el beso aún tomando su rostro entre las manos, y con sus ojos cerrados empezó a rozar sus labios mientras sus alientos se mezclaban.
—¿J-Jimin...? —su voz salió por lo bajo y temblorosa, permitiendo que el rubio notase sus nervios, lo cual despertó su curiosidad.
—¿Qué sucede?
—¿Alguna vez... intercambiaste roles? —al notar la confusión en él, hizo una mueca por la timidez—. Ya sabes, al follar.
—Oh, ¡a eso te referías! —soltó una risotada provocando que fueran esfumándose los nervios de Jungsuk—. Sí.
—¿Y...? ¿Y te gustaba ser tú el que...?
—Sí, me gusta la versatilidad —asintió notando sus mejillas sonrosadas, lo que hizo que sonriera mientras acariciaba una con delicadeza con su pulgar—. ¿Qué sucede?
—¿Puedes...? ¿Puedes follarme, Jimin? —preguntó intentando dejar sus nervios de lado, conectando sus miradas. Al ver la sorpresa en sus orbes mieles, desvió la mirada, pero este bajó la mano a su barbilla para volver a conectarlas.
—¿Por qué me lo pides?
—¿No quieres?
—¡Claro que sí! Pero... No siento que sea un buen momento por todo lo que has pasado esta noche —explicó algo incómodo.
—¡No! Al contrario, creo que es el mejor momento —aseguró acercándose más a él—. Solo quiero olvidar un poco lo que sucedió. Quiero sentirme bien.
—Jungsuk, no creo que...
—Por favor —pidió aferrándose a su camiseta, notando cómo este tragaba con dificultad y su respiración empezaba a volverse pesada—. Jódeme al punto de hacerme olvidar de todo... aunque sea por un rato, Jimin.
El rubio sintió cómo la excitación empezaba a envolverlo con intensidad, por lo que lo sorprendió estampando sus labios con los de él. Lo besaba de manera hambrienta, demostrándole cuánto lo estaba deseando, provocando que Jungsuk hiciera un sonido involuntario con la garganta al sentir cómo la lengua de este exploraba toda su boca, empezando a luchar con la suya.
El pelinegro estaba dejándose llevar, deseando intensamente que pudiera hacerlo olvidar completamente de todo. Jungsuk se aferraba a Jimin, sintiendo su calor corporal, pegando sus cuerpos a la vez que las caricias se volvían obscenas.
Jimin lo tiró a la cama, colocándose sobre él para volver a besarlo, sintiendo cómo el miembro del pelinegro ya se encontraba duro. Jungsuk pasaba las manos por la espalda de él, bajándolas hasta su trasero para enterrar sus dedos, jadeando sobre sus labios, hasta que comenzaron a deshacerse de las prendas de ropa que estorbaban más con cada segundo.
El rubio lo hizo voltear, sacándole un jadeó al sentir cómo besaba su cuello, pasando su lengua por espalda, llegando a chupar a la vez que comenzaba a deslizar sus bóxers. Se separó un momento, inclinándose hacia la mesa de noche para tomar el lubricante, bañando sus dedos. Jungsuk, en ese momento, se sentía tenso, pero realmente quería sentir a Jimin, el cual comenzó a palpar su entrada.
Este al sentir el contraste de su dedo frío y húmedo en su piel cálida, jadeó, relajándose poco a poco.
Jimin había comenzado a hacerlo poco a poco, siendo lo más cuidadoso posible con Jungsuk, sintiendo cómo iba relajándose y disfrutando de la sensación, lo cual lo tenía satisfecho. No pudo evitar sorprenderse cuándo volvió a enterrar el dedo y Jungsuk estiró sus caderas, provocando que llegaran más profundo.
No podía creerse que estuviese disfrutando de esa manera, siquiera se había esperado que Jungsuk fuese capaz de pedirle algo así en verdad, ya que sintió que durante la mañana tan solo lo había hecho para arreglar la situación. Pero el pelinegro se veía bastante desatado ese día.
Por los temblores de su cuerpo, era demasiado evidente para el rubio que Jungsuk ya no estaba conformándose con solo un dedo, por lo que decidió introducir un segundo para presionar más su punto.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro cuando empezó a escuchar los gemidos de Jungsuk, lo que le hacía pensar en cuánto podría gemir cuando sus dedos fuesen reemplazados por su miembro.
Las caderas del pelinegro se movían contra su mano, sintiendo cómo sus dedos presionaban de distinta manera sus puntos. Era hermoso para Jimin poder escucharlo gemir, llegando hasta a hacerlo algo agudo, pero lindo.
Eso provocó que empezara a presionar más fuerte contra su punto, haciéndole moverse con insistencia, por lo que Jungsuk se aferró a la almohada.
Jimin mordía su labio inferior, observando su trasero levantado y cómo empezaba a debilitarse, por lo que lo hacía más duro, escuchando cómo sus gemidos eran entrecortados. Y así, decidió introducir un tercer dedo, logrando que fuese sin tanto esfuerzo porque, quizás, Jungsuk estaba tan excitado que siquiera podía saber si le dolía o no.
Movía sus dedos despacio, intentando ser delicado así cómo Jungsuk lo había sido con él, pero eso no parecía gustarle para nada.
—¡Hazlo más rápido!
Jimin se sorprendió por su orden, pero abrió sus nalgas con la mano libre para así aumentar sus movimientos, sintiendo cómo Jungsuk parecía que acabaría en cualquier momento. Además, él ya sentía su miembro tan duro que necesitaba estar dentro de una vez, porque verlo retorcerse no lo ayudaba para nada a seguir controlándose.
—Carajo, ¡me encanta!
—Puedo notarlo, bonito —sonrió haciendo presión con sus dedos, provocando que Jungsuk se cubriera la boca intentando reprimir su grito.
—S-Si sigues así... Voy a correrme —informó entrecortado.
—¿En verdad? —preguntó divertido.
—¡Fóllame de una vez! Quiero sentirte.
No dudó en obedecerlo, sacando sus dedos para poder alejarse un poco e inclinarse hacia la mesa de noche para tomar un condón. Podía ver cómo Jungsuk parecía intentar recuperar el aliento, mientras él se colocaba el condón, para luego volver a acercarse.
Se posicionó entre sus piernas, abriendo sus nalgas, levantando un poco sus caderas para así comenzar a introducirse lentamente. Pudo escuchar a Jungsuk soltar un gemido más fuerte de lo que esperaba, aferrándose a la almohada mientras él también gemía de manera sonora, pero no se comparaba al pelinegro.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado al ver un poco su rostro algo en enrojecido, sin notar sus ojos cristalinos.
—S-sí —respondió de manera débil porque le arrebató el aliento.
—¿Seguro? Puedo...
—Muévete, Jimin.
Este asintió no muy convencido, por más que no pudiese verlo, comenzando a mover sus caderas de manera lenta, escuchando algunos jadeos de su parte mientras sentía como Jungsuk dejaba de estar tenso. Quería poder seguir ese ritmo, pero se le volvía complicado cuando estar dentro de aquel joven era tan estrecho que parecía no querer soltar su miembro.
Con cuidado se inclinó hacia adelante para besar su espalda, por lo que Jungsuk levantó su cabeza, lo que le hizo sonreír. Sin dudar, lo tomó del cuello para juntar sus labios con algo de dificultad.
La respiración se les agitaba con cada embestida, Jungsuk gimiendo por lo alto, pero Jimin lo calmaba con sus besos, aunque sentía que el calor que subía por su cuerpo lo estaba quemando. Entraba y salía de su interior sin perder el ritmo, haciendo resonar sus pieles al chocar, bajando sus besos por el cuello de este, mordiéndolo sorpresivamente provocando que soltara un quejido de dolor mezclado con el placer, por lo que Jimin soltó una risilla.
—Lo siento...
—N-no. Me gusta —murmuró jadeante—. Quiero más, Jimin.
—¿Más? —preguntó sorprendido.
—Hazlo más duro.
—Pero...
—Oh, carajo, por favor —pidió como si fuese capaz de llorar si no se lo daba.
Eso provocó que Jimin sintiese como si la temperatura aumentaba para él porque le gustaba su manera de actuar, lo excitaba más. Rápidamente comenzó a aumentar sus movimientos, lo embestía de manera más y más insistente al escuchar cómo se lo pedía, sin saber cuánto estaba bien para él.
Jungsuk podía sentir su miembro completo y en toda su forma, tocando su fondo y sus paredes, provocando que se aferrara con fuerza a la almohada, apretando sus dientes para no gritar, sin ser capaz de controlar los movimientos de sus caderas, pero estaban sincronizados aumentando el placer.
—¿Así te gusta, bonito?
—¡Más, Jimin!
Este aumentó sus movimientos, sintiendo cómo parecía estar a punto de colapsar, pero necesitando desesperadamente esa fricción. El calor parecía estar oprimiendo sus pechos a la vez que las embestidas del rubio eran cada vez más rápidas y fuertes, haciendo delirar de placer a Jungsuk, por cómo se sentía tan grande dentro de él y tocando profundo.
Jimin buscaba satisfacerlo tanto, que su cuerpo parecía moverse por cuenta propia, sin poder detenerse.
Se preguntaba, ¿cómo Jungsuk se podía ver tan lindo aferrado a la almohada, gimiendo ahogado, pareciendo llorar mientras le pedía más?
Jungsuk estaba tan caliente, el cuerpo entero le quemaba y más al sentir las caricias de Jimin, el cual terminó llevando la mano a su miembro, acariciándolo.
—J-Jimin... Voy a...—Jungsuk no era capaz de hablar porque los gemidos no dejaban de salir.
Jimin sabía perfectamente a lo que se estaba refiriendo, podía sentirlo en su mano que estaba humedecida por su pre-semen y cómo el miembro de este palpitaba. Hasta él sentía que estaba por acabar en cualquier momento, por lo que intentaba reprimirse pensando en algo más, aumentando sus movimientos.
Enterraba sus dedos en la cadera de Jungsuk, aumentando sus embestidas y a la vez la manera en que lo masturbaba, sin ser capaz de cerrar su boca mientras le gemía cerca del oído.
El primero en correrse fue Jungsuk, que soltó un grito entrecortado con sus lágrimas brotando, mientras que Jimin sentía un líquido caliente en la mano. Eso acabó siendo el detonante para que él también lo hiciera, llenando el condón, sintiendo un escalofrío recorrer su espina dorsal.
Su cabeza acabó apoyándose en la espalda de Jungsuk, ya que estaba agotado y sus piernas dolían, por lo que intentó recuperar el aliento para salirse de su interior y no seguir permitiendo que cargase con su peso.
Jimin, al quitarse el condón, se había levantado para poder dirigirse al baño.
Al volver, pudo ver cómo el pecho de Jungsuk seguía subiendo y bajando violentamente, intentando recuperar el aliento. Este sentía que se le dificultaba respirar, y cada vez que lo lograba era un esfuerzo enorme, pero aún así estaba satisfecho al pensar que cada vez que follaba con Jimin, se sentía mejor que la anterior vez.
—¿Estás bien? —preguntó recostándose a su lado.
Giró su cabeza asintiendo, notando algo de preocupación en sus orbes mieles, sintiendo cómo pasaba los dedos por su cabello, acariciándolo.
Le dolía el pecho, como también el trasero, pero lo había disfrutado muchísimo, así que valía la pena, aunque todavía no sabía si le gustaba más el joder al rubio o que este lo jodiera a él. Jimin al notar que lo miraba encantado, fascinado como si fuese capaz de pedirle más, con su cabello desordenado, su piel ligeramente sudorosa y aún tan hermoso como siempre, sonrió.
—No tengo que preguntar si te gustó, ¿verdad?
El pelinegro lo sorprendió aferrándose a su cuerpo, apoyando la cabeza en su pecho, enterrando los dedos en su espalda mientras escuchaba sus latidos acelerados. Jimin, intentando reaccionar, lo envolvió en sus brazos.
—No vuelvas a dejarme —pidió en un murmuro casi inaudible, para luego separarse y verlo a los ojos—. No sé cómo estar sin ti. Eres lo único real que tengo, Jimin.
—Tú no vuelvas a ocultarme nada ni a mentirme, ¿está bien? —Jungsuk observó sus orbes mieles, notando que hablaba en serio, que una mentira más podía significar el final, por lo que tragó con dificultad mientras asentía.
—Tú tampoco lo hagas.
—Jungsuk...
—No quiero hablar de eso —lo interrumpió, por lo que él suspiró asintiendo—. ¿Estamos bien?
—Mientras no ocultes más nada, ni me mientas, lo estaremos —aseguró con una media sonrisa.
—¿Puedes abrazarme esta noche, Jimin? —preguntó en un murmuro casi inaudible.
—Claro que sí, bonito.
El pelinegro se recostó dándole la espalda, volviéndose pequeño, sintiendo cómo el colchón a su lado se hundía y los brazos del joven lo envolvían. El rubio dejaba besos en su cabeza, estrechándolo con más fuerza para que pudiese sentir que estaba allí para él, mientras que Jungsuk se sentía temblar y cerraba los ojos con fuerza, deseando poder olvidarse de todo. Pero sus lágrimas estaban volviendo a brotar, el nudo en su garganta llegaba a asfixiarlo, y los recuerdos estaban incrustados en su pecho, haciéndole sentir ganas de acabar con absolutamente todo el sufrimiento con el que cargaba.
(...)
Hyesoo había llegado a la Universidad, todavía algo extrañada de no haber recibido algún mensaje o llamada por parte de Jonghyun, pese a que ella le había escrito para verse. Notaba que este se sentía inseguro a su lado, lo cual era demasiado normal, porque ella no era capaz de mirarlo a los ojos por más de unos pocos segundos, ya que la culpa la golpeaba con fuerza.
Pensó que podría verlo allí y preguntarle si estaba todo bien, pero cuando iba a caminar hacia la entrada, su celular comenzó a vibrar en el bolsillo de su chaqueta. Rápidamente lo tomó, y al ver que se trataba justamente del joven que estaba invadiendo sus pensamientos, arrugó levemente la frente, decidiendo contestar porque estaba algo preocupada, aunque no entendía el porqué. Pero quizás se debía a que estaba acostumbrándose a él.
—Hey, ¿estás en la Universidad? —preguntó con una sonrisa—. Acabo de llegar y pensé...
—No iré.
—Pero ¿no tienes examen? —arrugó la frente por el desconcierto—. Creí que me habías dicho que era hoy...
—Lo es, pero no me presentaré.
—¿Por qué? ¿Estás bien? Te escucho...
—No tengo cabeza para poder concentrarme en eso. No me siento bien —explicó desganado, provocando que ella comenzara a preocuparse.
—¿Quieres que vaya a verte? —preguntó rápidamente.
—No tienes que faltar por mí.
—Eso no importa. ¿Estás en tu casa?
—No. No es necesario.
—Pero...
—Necesito estar solo —la interrumpió rápidamente.
—¿Qué sucede? ¿Tiene que ver con tus hermanos? ¿Siguieron las discusiones entre ellos? —indagó curiosa, mordiendo ligeramente su labio inferior al esperar una respuesta.
—No soy capaz siquiera de verlo a la cara...
—¿Qué? ¿De qué hablas? ¿A Jungsuk?
—Fui tan egoísta. Esa noche pensé tan solo en mí, en Jungsuk, en que nosotros lo necesitábamos, sin pensar en absoluto en lo que Jungkook necesitaba —explicó con un ligero temblor en la voz—. No me importó verlo desesperado por irse con nuestra madre, porque yo lo quería con nosotros. Siempre quise mantenernos unidos, y ahora... Ahora me doy cuenta de que fui una mierda con él.
—Jonghyun, no entiendo...
—Quizás si lo hubiera dejado marcharse, él estaría bien, pero fui egoísta. ¿Cómo puedo enmendar eso, Hyesoo? —preguntó desesperado.
—Déjame ir a verte, ¿sí?
—No. Necesito pensar mejor las cosas.
—Pero, Jonghyun, no te oyes bien. Necesitas a alguien, y yo quiero estar para ti.
—Lo único que necesito es enmendar todos mis errores y estar bien con ellos —recalcó con voz débil—. Quizás... Quizás mañana sea capaz de verte y decirte la decisión que he tomado. Adiós, Hyesoo.
Observó la pantalla de su celular notando que había colgado, dejándola más confundida de lo normal, como también pensando en qué decisión pudo haber tomado. Hyesoo no entendía qué había sucedido con Jungkook, pero sentía una punzada en su estómago que era por la preocupación, aunque intentaba ignorarlo.
Comenzó a caminar hacia la entrada, esta vez sintiéndose frustrada y con ganas de poder marcharse, pero en eso, su mirada se dirigió hacia uno de los lados. En ese momento, sintió cómo se estremecía al ver a un pelicorto sentado frente al árbol. Este tenía su cabeza echada hacia atrás, sintiendo la calidez de los rayos de sol.
Tragó con dificultad al recordar las palabras de Jonghyun, por lo que, no muy convencida, comenzó a acercarse a él. Con cada paso que daba, sentía cómo la inseguridad la invadía más, y la voz de su cabeza le gritaba que diese media vuelta y se marchase. Pero, Jungkook conectó sus miradas, permitiendo que ella notase que al igual que Jonghyun, no parecía estar nada bien.
Había algo realmente distinto en su mirada, pero no era capaz de descifrar de qué se trataba.
—¿P-puedo sentarme? —titubeó por los nervios, mientras él la miraba atónito sin ser capaz de hablar. Ella decidió sentarse a su lado, sintiendo todavía su mirada, lo que provocaba más sus nervios y que jugara con sus manos para intentar relajarse un poco—. ¿Cómo estás, Jungkook?
—¿Q-qué...? ¿Qué haces aquí? —preguntó aún atónito.
—Solo quería que supieras que... Que si necesitas algo estoy aquí —explicó notando cómo sus facciones parecían endurecerse.
—¿Jonghyun se atrevió a contarte? —preguntó entre dientes.
—Jungkook...
—No soy menos hombre por lo que me hicieron —aclaró rápidamente tomando su brazo bruscamente, lo que hizo que ella lo mirara sorprendida—. Soy más hombre que cualquiera, y te lo he demostrado.
Eso fue más que suficiente para que Hyesoo pudiese comprender a lo que se refirió Jonghyun, más al ver los ojos cristalinos de Jungkook, la rabia, el dolor y la vergüenza que destilaban. Una presión se instaló en su pecho al pensar en lo que pudieron haberle hecho, provocando que un nudo se formase en su garganta y siguiese su impulso.
Jungkook no pudo evitar sorprenderse al sentir cómo los delgados brazos de Hyesoo pasaban por sus anchos hombros, y su aroma a flores se colaba por sus fosas nasales, mientras los latidos de su corazón se aceleraban.
—Hyesoo...—su voz salió casi inaudible.
—Estoy para ti —musitó apoyando su cabeza en el hombro de este, cerrando los ojos.
Jungkook no sabía cómo reaccionar y las lágrimas habían comenzado a brotar, pero aún así pasó sus brazos temblorosos alrededor de ella. En ese momento, el pelinegro no quiso controlarse más. La estrechó con más fuerza en sus brazos, sin importarle en absoluto que pudiese llegar a sentir sus latidos acelerados, la forma en que su corazón parecía querer salirse de su pecho. Solo disfrutaba de la sensación de calidez que le provocaba la castaña con aquel abrazo, por lo que se recriminaba por jamás haberse permitido antes que ella lo abrazara.
—Gracias, Hyesoo —murmuró con suavidad, enterrando la nariz en el hueco de su cuello.
Los segundos parecían pasar, ambos disfrutando de la calidez que sentían, aunque él quería ser capaz de poder fundirse en ella y seguir con aquella calma que tanto necesitaba. Pero abrió los ojos, pudiendo observar cómo un pelinegro salía de la Universidad.
Al ver a quién esperaba, suspiró detestando tener que romper aquel abrazo rápidamente, lo que hizo que ella se desconcertara.
—Lo siento, debo hablar con alguien.
Jungkook tomó rápidamente su mochila, para levantarse y apresurar sus pasos, mientras la fémina también se levantaba para caminar hacia la entrada.
—¡Jungsuk! ¡Hey, espera! —alzó la voz, llamando su atención, por lo que este giró a verlo como si estuviese agotado.
El pelicorto se sentía realmente nervioso, por lo que tomó una bocanada de aire, intentando relajarse, pero su mirada se fijó en la castaña que pasaba cerca. Cuando sus miradas se conectaron, Jungkook sintió su corazón agitarse al recordar cómo estuvieron segundos atrás, lo que llamó por completo la atención de Jungsuk, el cual al girar a ver a la castaña, medio sonrió cínico.
—Jungsuk...
—¿Qué sucede?
—Quiero agradecerte por lo que has hecho por mí —su voz salió con un ligero temblor porque la culpa estaba golpeándolo—. Fui un jodido idiota contigo. Jamás debí haberme comportado de esa manera, por eso... Te pido disculpas —dijo cayendo de rodillas frente a él, sorprendiéndolo de gran manera—. Por favor, perdóname. Te lo suplico, hermano, perdóname...
Este tragó con dificultad al verlo de esa manera, una que jamás se esperó, menos con él, tratándose de Jeon Jungkook, el cual nunca sabía reconocer sus errores, ni parecía tener conciencia.
Aun sí, lo tomó de las manos haciendo que se incorporara otra vez, mirándolo con dureza mientras el pelicorto parecía confundido y con algo de temor.
—Si quise matar a golpes a Seokjin, fue por el Jungkook de trece años, el cual me amaba tanto como yo a él. Ese Jungkook que siempre buscaba mantenernos unidos —aclaró con dureza—. Por el Jungkook de hoy en día...—soltó una risa amarga negando con la cabeza, y humedeció sus labios—, no movería ni un solo jodido dedo.
—J-Jungsuk...
—Jamás me olvidaré de toda la mierda que me hiciste, jamás me olvidaré de cómo te atreviste a traicionarme —masculló acercándose a él, observando sus ojos inyectados de sangre y cristalinos, cómo su labio inferior temblaba—. Ahora... al que le toca vivir con miedo por los secretos es a ti. No me importa seguir cayendo mientras pueda arrastrarte conmigo —advirtió alzando una ceja—. No te tengo miedo, Jungkook. Te conozco perfectamente y sé de todo lo que eres capaz, pero tú... Tú has sacado lo peor de mí, y ya no sé de lo que soy capaz al tratarse de ti.
Este volteó para retomar su camino, mientras Jungkook sentía su cuerpo temblar, cómo sus piernas se debilitaban y el miedo lo envolvía.
Si Jungsuk hablaba, caería con él, lo que parecía no importarle el perder, pero ese era uno de los mayores miedos de Jeon Jungkook.
¡Hola!
¿Será que ahora si va a funcionar la relación de Jimin y Jungsuk? ¿Los sentimientos de Hyesoo por Jonghyun se estarán intensificando? ¿Creen que ahora Jungkook quiera luchar por Hyesoo, sin importarle Jonghyun? ¿Jungsuk será realmente capaz de querer hundir a Jungkook? ¿Qué opinan de Jungsuk? Muchas preguntas, perdón JAJSJS
Prometo intentar que los capítulos dejen de ser tan extensos y vuelvan a ser cómo antes, pero es que estos están demasiado intensos jajsjs
Espero que les haya gustado el nuevo capítulo, si es así, no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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